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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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Jhs. Maria

En un capítulo, después de paschua y de fiestas. Etc.

Muéveme a hacer este capítulo, tan sin aparejo mío para hablar y de sus charidades para oír ni obrar, el ser de regla, el haberse de hacer cada semana. Y no hallo menos razón para dar las buenas salidas de pascua que las buenas entradas. Antes no sé si diga que son de mayor fiesta las buenas salidas que no las entradas, porque cuando entra no sabe cómo saldrá y, cuando sale, si sale aprovechado y sin haber dado al cuerpo parte injusta, entonces se podrán decir buenas paschuas.

A sólo Cristo se le daban las entradas por buenas, como si fueran salidas: buenas, porque se sabía la certidumbre con que había de tener victoria y alcanzar gloria en sus fines. Y assí, cuando entra, le cantan gloria y paz para los hombres 1. Ahora, pues, esta paz ¿no la había de hacer en la cruz [179v] cuando, como él dijo, omnia traham ad me ipsum 2? Y ¿cómo en su testamento la manda a sus discípulos: Pacem meam do vobis, et relinquo vobis 3, etc.? Y cuando resucita, como joya que habíe ganado en la cruz, la saca en la boca do todos lo vean: Pax vobis 4. Más gloria también parece que estaba guardada para la cruz, porque ésta fue el conocimiento de las gentes. Y en el pesebre apenas hay unos pobres pastorcillos, y a ésos es necesario que los ángeles los dispierten y llamen 5. Etc. Pero en la cruz todos le conocen, cielos, tierra, difuntos 6, etc. Y aun para entonces parece se guardó: Pater, clarifica Filium tuum a. La respuesta: Clarificavi, et iterum clarificabo 7. Pues ¿cómo los ángeles tan antemano le dicen ese cantar, etc.? Respondo que a Cristo le pueden dar las buenas paschuas antes que entren con la certidumbre que se dan las buenas salidas, etc. Pero al hombre, no hasta que salga de ellas.

Luego, según esto, más obligación había de haber a darlas hoy que no ha ahora seis días. Díganme, hermanos, ¿cuánta diferencia hay del soldado que va a la guerra de cuando viene? Va vestido, alegre, contento y con sus dinerillos en la bolsa. Dalde el bienido, y muchas veces lo veréis venir roto, manco, enfermo, pobre, etc. ¡Qué diferencia de entrada a salida! ¡Qué de ellos han entrado en las fiestas y paschuas fervorosos, alegres, etc., y, por no haber andado bien en la guerra, salen pobres y tibios! Estas dos diferencias se nos mostró en la entrada de Cristo en el pesebre: ¡qué de alegría en el cielo y en la tierra, pues en ella se parecen nuevos soles, fuentes, aceites, etc.! Y a la salida y huida a Egipto 8, ¡qué lamentable y llorosa, qué de sangre que se derrama de inocentes, qué de gritos que se oyen 9, etc.! Mirad la entrada de Cristo en Jerusalén: hasta los niños de teta cantan 10, dic. Mirad la salida: hasta los cielos lloran 11. ¡Qué de ellos en la [180r] entrada de las paschuas entran con nuevos soles, virtudes, etc., que a los cielos alegraban y a la tierra honraban, que todos ellos dentro y fuera cantaban mill canciones a Dios! ¡Qué de ellos —no digo de los religiosos, en quien antes se debe entender han salido muy mejorados— han derramado sangre, y no de inocentes, sino del mismo Dios! ¡Qué de lágrimas, si nos abriera Dios los ojos, viéramos derramar al cielo, etc.! ¡Qué de sentimiento en las criaturas y qué de tinieblas, y por faltarles un sol siquiera de tres que decíamos, etc., dic, a estos tales se les dan! Las entradas de paschuas no se las podrán dar buenas, por ser malas las salidas. Y assí son más cumplidas las buenas salidas que no las buenas entradas.

Hermano, pues si en alguno de nosotros ha habido alguna imperfección o recreación no debida, ¿por qué su charidad lo ha disimulado, no lo ha reñido, etc.? Respondo que por dos cosas. La madre, cuando cría el niño, no se espanta que caiga, que tropiece, porque es niño y apenas sabe andar; con el tiempo le enseñará y aprenderá. La Religión y sus charidades son niños, no hay que espantarse que no sepan cómo han de andar en las fiestas, en las paschuas y que en algo hayan tropezado; enseñarles han y aprenderán. Lo segundo, suele la madre de acuerdo, al chiquillo que juega con la llama del candil, dejarle llegar el dedo, que se queme, para que sepa que aquello es fuego y que quema. Y aunque el chiquillo llora y se quema, la madre se ríe diciendo: ahora aprenderéis. Respondido queda. Bien pudiera haberles ido en algunas cosas a la mano, detenídolas, estorbádoles, etc., pero no he querido porque se quemen y [sepan] que el contento no está en eso, que, aunque la llama tiene buen parecer, quema si se toma con la mano. Es buena para dende afuera. Las fiestas y recreaciones tienen buen parecer, pero, en fin, es llama que quema, etc.

[180v] He dicho que son niños y que no hay que espantar, que sus propias descalabraduras los enseñará a andar, etc. Tiene la madre muchas maneras de hacer andar a un niño. Primero, cuando lo trai en el vientre. De éstos no hay que tratar, pues ya sus charidades están nacidos para la Religión y para Dios. Otra manera, cuando nace, le ligan y atan los bracicos y envuelven los pedecitos, y se lo dan a un ama que lo traiga en los brazos. Y si esto no se hiciese, se descoyuntaría los brazos por ser tan delicados, que lo guardan y tapan el rostro de un poquito de aire, que, por ser tan delicado, lo maltrata; y aun de los ojos de los hombres, que son tan delicados de suyo. Y el mismo Dios, por su propheta, dando la razón de algunos males de su pueblo, dice: non est circumligata 12, etc. Hermanos, que son niños, que es menester atarlos los brazos, entendimiento y voluntad, etc., guardarlos del aire, de los ojos, de cualquier cosita, y que anden en brazos ajenos y pies, que se rijan por otro parecer y voluntad, si no quieren descoyuntarse los güesos, que son niños y se quemarán.

Ahora, pues, hermano, ¿no hemos de dar vado, cesar y descansar y tomar un poco de alivio? De esta doctrina lo entenderán. Ha dicho el sancto rey David las misericordias que Dios le ha hecho y, en él, las que hace a pecador convertido, y dice 13: Scribantur haec in generatione altera, et populus qui creabitur laudabitur Dominum b. No dice ad generationem, sino in generatione, porque, si dijera ad, presuponía que se había de escribir en libro o papel, pero, como quiere que esa misma generación sea el papel, dice in generatione; en los corazones, en sus almas, en sus frentes, donde no se les caiga. Que lo que se scribe en libro, se queda en la celda; lo que está en el breviario, se queda en el coro. Scríbase donde vaya la scriptura con la persona para quien se scribe, donde le acompañe de noche y de día, [181r] comiendo y bebiendo. Y ¿quién es esa generación altera, otra? Hay dos generaciones: una que se busca a sí, otra que busca a Cristo. Haec est generatio quaerentium Dominum 14, etc. Nosotros, hermanos, éramos una generación ahora ha cuatro años, generación que buscábamos nuestro gusto, etc. Ahora que somos religiosos, hémonos hecho otra generación, buscando a Cristo y a sus cosas. Pues en estos religiosos scríbanse estas cosas; tráiganlas siempre en la memoria, que lo aparto del mundo, que lo saco de mill miserias. No haya rato en que esto cese ni pare, etc.

Verán que pasa el fuego por un cristal, los rayos del sol; y en el paño o materia que topan, la queman o calientan, y el vidrio se queda frío. ¿Qué es la causa, señor, que pasan por el cristal y en el paño paran, topan, etc.? ¿Cómo el hermano está tan frío con tantos rayos del sol, con tantas disciplinas, horas de oración, etc.? Pasan, señor, no paran, que son como vidrio. Verán en el otro hermano en poco tiempo tanta virtud, tanto temor, etc. Pare, señor, pensado he por qué a la sposa la llamó su sposo puteus aquarum viventium 15. Aquí, debajo de nosotros, hay muchas fuentes, mineros de agua, pero de ellos no nos viene ningún provecho, porque van de paso. Hacemos un pozo, allí se remansa el agua y se detiene para servicio y bien del dueño de la casa. Y como la sposa era depósito de estas aguas vivas, de estas misericordias de Dios, donde acudían a coger, etc., la llama pozo. Díganme, hermanos, si la oración, la disciplina, etc., todo pasa y no se detiene y rebalsa, ¿qué utilitas in utriusque: en el thesoro escondido y la ciencia no vista 16, que se entró por una oreja y salió por otra, si el agua no se detiene para servicio de casa? Que diga yo a un hermano vaya y diga al hermano lo enseñe cómo ha de ser humilde, a otro charidad, al otro desprecio, que todo eso mana en la oración. Si me respondiese que no hay nada detenido, señal que no es pozo ni bueno para sposa de Cristo, etc. Bien puede uno [181v] traer un pomo muy caliente y una ascua en la mano gran rato sin quemarse, echándole hacia arriba una y otra vez sin que pare, y no quemarse ni aun calentarse. Lo cual no haría, si la apretase y detuviese. Que es lo que dijo el Spíritu Sancto: «¿Quién podrá esconder el fuego en su seno y que no ardan sus vestiduras?» 17 ¿Quién lo podrá detener? Etc. Hermano, si se pega con la oración cogiéndola y despidiéndola, ¿no es llano que no ha de quemar? Ha de estar escondida, guardada e intimada, que no se le corte el hilo un punto.

A este propósito viene aquello que dice Aristóteles 18: que oportet mundum hunc inferiorem contiguum esse elementis et astris superioribus. La tierra con el agua, el agua con el aire, el aire con el fuego, con el cielo, el cielo con sus superioribus, etc. Porque, si entre el aire y el fuego o otro elemento o cielo hubiese vacíos o quiebras, no se pasarían las influencias, etc. Como un hierro que se caldea, que, si está contino un hierro largo, la punta que se ponga en el fuego basta para que todo se caliente, pero, si está cortado, ¿qué importa que la punta esté ardiendo, que estotro estará frío? Hermanos, si la vida no va continuada, si hay quiebras en los arcaduces, que son los días, ¿cómo quieren que pase la virtud y los merecimientos de la disciplina pasada c, etc.? ¿Qué sirve que al principio del año esté el fuego ardiendo, si estas paschuas cortamos el hilo? Que nos hallaremos tan fríos hoy que sea compasión, etc. Cuántos hay que, si todo el dinero que ha entrado en su poder lo tuvieran d guardado, fueran muy ricos. Tiene quiebras y gastan hoy cuanto tienen con decir: mañana buscaremos. Ansí siempre andan hambreando y pobres y menesterosos. Fraile hay aquí que, si hubiera guardado sus penitencias y mortificaciones, etc., fuera más rico que muchos ricos que hoy son tenidos por sanctos. Y así infiero de aquí que nunca por fiestas es lícito cesar ni parar en lo que es servicio de Dios. Etc. [182r] Y assí esto quede hoy por aviso y amonestación para lo por venir, porque no haber enmienda, tras la voz irá la piedra, etc. Dice hoy Cristo en el evangelio que es pastor bueno y sus ovejas oyen su voz 19. No dice que obedecen la piedra ni el golpe del cayado, porque quien oye la voz es superflua la piedra; pero quien no la oye, ha de ir tras él la piedra, porque a todo eso tiene obligación el buen pastor. Etc.

—Ahora, pues, hermano, ¿no ha de haber en lo que queda recreación, ha de ser todo tristeza? —Respondo que lo que quiero decir es que, en lo pasado, en las fiestas y recreaciones pasadas, ¿no me he yo conformado con sus charidades? En lo por venir sus charidades se han de conformar conmigo. —Pues ¿cómo es lícito que el perlado se conforme en cosas semejantes con el súbdito? —Digo que sí, porque a eso se estiende y deben estender las propiedades del buen pastor: a que se quede atrasado con la oveja atrasada, no se le quede, se le pierda, etc. Y assí lo veréis metido en el atolladero entre las spinas de las zarzas para sacar a su ovejuela. Porque, si luego se atufara y se fuera con las que adelante caminaban, viniera el lobo y acabara con ella. Bien veo, hermanos, que no era lícito haberlos yo acompañado en sus fiestas, etc., pero, porque no se me quedaran, etc. Aquí se dijo más doctrina.

Ahora miren la diferencia que hay de conformarse el pastor con la oveja, que para entramos vino trabajo: para la oveja, se deslanó entre los zarzales, se desgarró y hizo sangre por un pobre bocadillo; el pastor estuvo metido en el atolladero, etc. Pero, si la oveja se fuera tras su pastor, gozara de buenos prados, seguridad y abrevaderos, etc., porque el pastor, antes que llegue el ganado, tiempo antes se e desvela en eso. Cuánto mejor es la recreación que yo les tengo pensada, que no la que sus charidades de repente se buscan, donde por ventura no sale un religioso tan aprovechado, etc.

[182v] Aristóteles 20 dice que ad motum primi mobilis moventur omnia mobilia, ya que el primer móvil tiene una inteligencia que le mueve. Si dijera el cielo aéreo: yo quiero que se muevan los cielos y los astros por mi movimiento, fuera movimiento de aire. Y si habíe de ser ocasión de no hacerlo a que todo se acabara, más valía que por aquel breve rato el primer móvil fuera a gusto del aire. Hermanos, el prelado es como primer móvil, a quien Dios tiene dado un ángel que le rija y gobierne para que a su movimiento vayan los demás. ¿Será lícito que el otro hermano, que tiene su cabeza de viento, que diga: todo se ha de mover por mi parecer? ¿No ven que es movimiento de aire y ahora correrá cierzo y luego solano? Que el primer móvil siempre camina de una manera, aunque las cosas de acá abajo se muden. Aunque los súbditos se muden, el prelado, por razón de esta ayuda, parece quiere Dios que no se mude. Assí se lo dijo la otra mujer a David: Eres como el ángel de Dios 21, que no te mudas.

Una vez oí que un hombre honrado entró a visitar un loco con su espada en la cinta, estando el loco en su aposento muy alto. El loco arremetió al que lo visitaba y cogióle la espada de la cinta y púsosela a los pechos, y díjole: El ha de volar por esta ventana, que lo quiero ver, y si no, lo tengo de matar. El otro, por evitar aquellos daños y disparates, respondió: Más tengo de hacer por servir a vuestra merced, que eso no es nada; tengo de ir abajo y volar hacia arriba; asómese vuestra merced y me verá. Respondió el loco: Decís bien, andad. Y con esto se libró. Aunque en poco nos cuadrará a nosotros este exemplo, pero aprendan los prelados que, cuando el súbdito en unas paschuas o fiestas esté furioso y le dijere al prelado que se ha de echar una ventana abajo, para hurtar el cuerpo a aquella furia salga a eso [183r] —no siendo ofensa de Dios—, diga: y aun más haré, etc. Con esta mansedumbre se conocerá el que no tiene conocimiento, etc.

En aquello ¿qué diferencia hay de la entrada a la salida? Di como, cuando Pedro salía de Roma de la cárcel huyendo el martirio, entraba Cristo. —¿Dónde vais, Señor? —A ser otra vez, respondió, crucificado. El que sale de las paschuas, habiendo rompido las cadenas, grillos, ataduras con que la Religión lo tiene atado, si Dios le abriese los ojos, cuando huye de la cruz y busca su fiesta, topare al mismo Cristo, que no quiere que se pierda cosa de tanto valor, etc.

La diferencia que hay de las danzas y saltos de los corderillos a la de los cabritos, que parece que ninguna. Y con todo eso, dice que los cabritos se pondrán a la mano izquierda y los corderos a la derecha 22. No hay más razón de decir que los corderos saltan como corderos y los cabritos saltan pero son cabritos. Saltar como corderos: el que siempre anda y vive con simplicidad de cordero, etc.

Advierte aquí algunas cosas que muchas veces se ofrecen en los capítulos.

Más, advierto, para si alguno leyere esto, que los lugares sólo van apuntados, porque, como se dicen de repente y luego, antes que se olvide, los scribo, no hay lugar de apuntarlos.




1 Cf. Lc 2,14.



2 Jn 12,32.



3 Jn 14,27.



4 Cf. Jn 20,19.21.26.



5 Cf. Lc 2,8-9.



6 Cf. Mt 27,51-53.



a Pater-tuum subr.



7 Jn 12,28, donde, en vez de Filium tuum, se dice: nomen tuum. En Jn 17,1: «Pater, venit hora, clarifica Filium tuum».



8 Cf. Mt 2,13-15.



9 Cf. Mt 2,16-18.



10 Cf. Mt 21,15.



11 Cf. Lc 23,45.



12 Cf. Is 1,6.



13 Sal 101,19.



b Scribantur-Dominum subr.



14 Sal 23,6.



15 Cant 4,15.



16 Cf. Eclo 20,32; 41,17.



17 Prov 6,27.



18 Cf. Meteoroloricorum I, 2.



cms. pasadas



dms. tuviera



19 Cf. Jn 10,3ss.



erep.



20 Cf. Physicorum VII, 1; VIII, 1.



21 Cf. 1 Sam 29,9.



22 Cf. Mt 25,33.






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