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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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[187v]

Otra plática en el mismo lugar en día
de comunión

Praeter intentionem me he puesto aquí sin saber qué decir a sus charidades, pero, cuando de esta junta no hubiera más que presentarnos y parecer assí juntos ante Dios, eso era bastante para serle esta junta muy agradable, porque lo son todas juntas que assí se hacen en unidad y conformidad. Y cuando hoy no atienda Dios a las palabras por no haberlas, atenderá Su Majestad a la unidad y conformidad de afectos y composición de personas.

Muchas veces hace el rey y el capitán reseña de sus soldados sacándolos juntos en paseo, donde disparan algunos tiros aunque sin bala, juegan la spada sin herir. Y de esto recibe notable gusto: saber tiene soldados aparejados para cuando los haya menester. Hermanos, con sólo esto damos gusto a Dios: assí sentados en orden en el suelo, las manos debajo del scapulario y con esa compostura, aunque los tiros hoy sean sin bala y la spada se juegue sin derramar sangre, sin tener que advertir ni que decir. ¿No han visto el otro que busca y junta flores y de ellas hace ramilletes y los pone sobre su scriptorio? Los cuales, sin hablar, hablan con una particular hermosura que la composición de las flores hace a. Aunque hoy no hablemos, hablamos assí compuestos, porque, aunque en la tierra podría ser nos esté Dios mirando y agradándose nos ponga sobre los scritos de su eterna predestinación, parece está pidiendo siquiera algo el Sanctíssimo Sacramento que hoy hemos de recibir. Para lo cual adviertan que quiere Dios allí un alma humillada, deshecha, un hombre todo negado; que eso quiere decir negado, deshecho: que no sea carne, que no tenga propia voluntad, que no tenga propio parecer, etc. De eso sirve la Religión: de deshacer un hombre; y cuando más deshecho, más hecho y más conforme el gusto [188r] de Dios. Porque, assí como Dios es nuestro manjar, assí nosotros lo somos suyo. Meus cibus est ut faciam voluntatem Patris mei 1, dijo cuando la samaritana. Y Dios, para ser nuestro pan y manjar, se molió en la cruz; el grano de trigo, de quien él dice que era necesario que muriese para que llevase fructo 2. Así el religioso, para que sea fructo digno de Dios y pan floreado cual conviene, es necesario se muela en el molino de la Religión y muera por verdadera negación. Y ésta es nuestra dicha, que nos haya Dios traído donde assí nos disponga para ese ministerio. Porque la semilla en grano o es para las aves o para las bestias.

Veréis que va el otro al molino, rómpesele un costal, sálense algunos granos, caen en el camino, llévaselo las aves del cielo; muele lo demás, hácelo un sabrosíssimo pan, digo, de la mesa de su señor. Todos los hombres, como digo, somos comparados al grano de trigo y a todos nos crió Dios para manjar suyo. Llévanos al molino de los trabajos a moler, que después del pecado a ésos nos ofreció —in sudore vultus tui 3— para que ellos nos dispusiesen. Llévanos Dios a todos juntos, como en costal, a ofrecernos y ponernos debajo la piedra de los trabajos, para así disponernos. Por nuestras culpas, rómpese el costal, derrámanse granos de trigo en el camino, ubi volucres caeli comederunt illa grana 4. Estos son los seglares, que, huyendo el cuerpo a los trabajos, se quedan en los deleites, donde sirven de manjar al demonio, por ser pan en grano, como decíamos, manjar de bestias. Lo demás del costal llévalo Dios al molino de la Religión, donde con las penitencias y mortificaciones se quebranta el grano para ser digno pan de la boca de Dios. Si supiera hablar este trigo, ¡qué gracias diera después de así quebrantado en el molino! Y éstas parece que daba el glorioso [188v] san Ignacio cuando parece que decía: frumentum sum; dentibus bestiarum molar, ut dignus Christi panis fiam (vide in lectionibus breviarii) 5. Cuando nosotros nos viéremos entre los dientes de mortificación y pena, etc., que, como bestia entre sus dientes, parece que nos está despedazando, debemos dar estas gracias, porque entonces se está haciendo el pan conviniente.

Diráme alguno: Hermano, tantos años ha que me azoto, traigo cilicios, etc., y con todo eso, me veo entero, amigo de mi voluntad y gusto de mis gustos, etc.; ¿qué será la causa? Ahora adviertan que, cuando un hombre va al molino, lo primero que hace es ahechar. Y si acaso alguna piedra se queda entre los granos, esa piedra entre piedras no se muele, sino queda entera. Cuando en Alcalá escogemos, ahechamos para desechar la neguilla y la piedra; y por no buenos oficiales y acertar, siempre viénese alguna piedra entre el grano. Y ésta es el tal hermano que, después de tantas mortificaciones, se está con voluntad entera.

Quiérenos Dios deshechos para hacernos a su talle y medida. ¿No ven, hermanos, cómo desechamos muchos sitios para edificar casa a nuestra traza y modo, porque los tales sitios tienen mucho edificio a modo de seglares y el tal sitio ha de costar mucho por estar así edificado y ha de ser menester deshacer para tornar a hacer a nuestro modo? Llégase un alma a querer recibir a Dios; ha de procurar ir deshecha, como dicen, en lágrimas. Como cuando viene una avenida y se lleva el edificio de un pueblo y deja solamente el sitio, que nos deshagamos en lágrimas para que esa avenida se lleve si algo tuviéremos edificado a nuestro modo, a nuestras leyes y usanza de mundo, y le entreguemos a Dios el sitio desembarazado para que él edifique a su modo de humildad, mansedumbre, etc.

[189r] b Llana cosa es, si diésemos plata a un platero para hacernos una custodia, que gustaría más le diésemos plata quebrada y deshecha que no hecha (anillos, sortijas y otras piezas), porque en la primera plata no tenía más que hacer y en la segunda, hacer y deshacer. Hoy vamos a que Dios haga un relicario suyo; ofrezcámonos ante sus ojos deshechos, quebrados, etc., porque le cuesta a Dios mucho deshacer a un soberbio y hombre hecho a su modo para haberlo de hacer después al de Dios.




ams. hacen



1 Cf. Jn 4,34.



2 Cf. Jn 12,24-25.



3 Gén 3,19.



4 Cf. Lc 8,5.



5 Cf. Fiesta de san Ignacio de Antioquía (1 de febrero), lect. VI del II nocturno, tomada de san Jerónimo, De scriptoribus ecclesiasticis.



bmarg. superior izquierda 2.º qno.






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