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Nota. A unos hermanos novicios

Deben, hermanos, [191r] tener paciencia cuando en estos principios se les ofrecieren algunas dificultades y esperar que, habituados a los trabajos y a la virtud, todo se les hará fácil. Porque el obrar por sólo actos es como el agente artificial que obra por trabajo; y el que obra por hábitos, como el agente natural, con facilidad y descanso. Paréceme a mí que esto es como el que quiere hacer una fuente: que hace muchos pozos y cada uno de ellos le cuesta mucho trabajo; junta el agua de todos estos pozos en una arca y hace una fuente, la cual corre de noche y de día sin trabajo. Es necesario ahora sus charidades se cansen en hacer muchos pozos: uno en los ojos, que den lágrimas, otro en la lengua, que dé silencio y, si hablare, alabanzas de Dios; y ansí en los demás sentidos y potencias interiores. Y después toda esta agua junta y recogida en el alma hace una fuente —de quien dice Cristo: Fiet in eo fons [aquae] salientis in vitam aeternam ¹— que de noche y de día como fuente esté manando sin trabajo y siempre enriqueciendo al dueño de la fuente, etc.

No quiero yo negar que haya muchas fuentes naturales, las cuales se han hallado sin trabajo ni industria de hacer pozos, cuyos manantiales son secretos y perpetuos. Así vimos muchos sanctos en quien se han hallado fuentes de virtud y de dones celestiales sin trabajo particular, sino que de repente y de golpe se hallan endiosados, obrando y haciendo obras heroicas sin que les cueste la fuerza de brazos que le cuesta a la gente artificial, y esto de suerte que obren amando y quiriendo con particular gusto y contento. Etc.