II. SOBRE INTERNET
7. Internet tiene un conjunto de características impresionantes.
Es instantáneo, inmediato, mundial,
descentralizado, interactivo, capaz de extender ilimitadamente sus contenidos y
su alcance, flexible y adaptable en grado notable. Es igualitario, en el
sentido de que cualquiera, con el equipo necesario y modestos conocimientos
técnicos, puede ser una presencia activa en el ciberespacio, anunciar su
mensaje al mundo y pedir ser oído. Permite a las personas permanecer en el
anonimato, desempeñar un papel, fantasear y también entrar en contacto con
otros y compartir. Según los gustos del usuario, se presta igualmente a una
participación activa o a una absorción pasiva en “un mundo narcisista y
aislado, con efectos casi narcóticos”. 15 Puede emplearse
para romper el aislamiento de personas y grupos o, al contrario, para
profundizarlo.
8. La configuración tecnológica que implica Internet tiene
una importante relación con sus aspectos éticos: la gente ha tendido a usarlo
según como se había proyectado, y a proyectarlo para adaptar este tipo de uso. De
hecho, este “nuevo” sistema se remonta a la década de 1960, los años de la
guerra fría; fue concebido para frustrar un ataque nuclear, creando una red
descentralizada de ordenadores que almacenaban datos vitales. La
descentralización fue la clave del esquema, puesto que de este modo —ese fue el
razonamiento—, la pérdida de uno o incluso muchos ordenadores no causaría la
pérdida de los datos.
Una visión idealista del libre intercambio de información e ideas ha
ejercido un loable influjo en el desarrollo de Internet. Con todo, su
configuración descentralizada y el proyecto igualmente descentralizado del
World Wide Web de finales de la década de 1980 demostraron que coincidía muy
bien con la mentalidad opuesta a cualquier tentativa de reglamentación por la
responsabilidad pública. Así, surgió un individualismo exagerado con respecto a
Internet. Aquí, como se ha dicho, había un nuevo reino, la maravillosa tierra
del ciberespacio, donde cualquier tipo de expresión estaba permitida y la única
ley era la completa libertad de hacer cada uno lo que le pareciera. Por
supuesto, esto significaba que la única comunidad cuyos derechos e intereses se
debían reconocer verdaderamente en el ciberespacio era la comunidad de los
partidarios de una libertad sin límites. Este modo de pensar sigue influyendo
en algunos círculos, fundado en conocidos argumentos de libertad a ultranza que
se usan también para defender la pornografía y la violencia en los medios de
comunicación en general. 16
Aunque los individualistas radicales y los empresarios constituyen
obviamente dos grupos muy diferentes, hay una convergencia de intereses entre
quienes buscan que Internet se convierta en un lugar apto para cualquier tipo
de expresión, sin importar si es vil y destructiva, y quienes quieren que sea
un vehículo de actividad sin trabas según un modelo neoliberal que “considera
las ganancias y las leyes del mercado como parámetros absolutos, en detrimento
de la dignidad y del respeto de las personas y los pueblos”. 17
9. La explosión de la tecnología de la información ha
incrementado la capacidad de comunicación de algunas personas y grupos
favorecidos durante mucho tiempo. Internet
puede servir a la gente en su ejercicio responsable de la libertad y la
democracia, ampliar la gama de opciones realizables en diversas esferas de la
vida, ensanchar los horizontes educativos y culturales, superar las divisiones
y promover el desarrollo humano de múltiples modos. “El libre aluvión de
imágenes y palabras a escala mundial no sólo está transformando las relaciones
entre los pueblos a nivel político y económico, sino también la misma
comprensión del mundo. Este fenómeno ofrece múltiples potencialidades, en otro
tiempo impensables”. 18 Cuando se basa en valores
compartidos arraigados en la naturaleza de la persona, el diálogo intercultural
facilitado por Internet y demás medios de comunicación social puede ser “un
instrumento privilegiado para construir la civilización del amor”. 19
Pero esto no es todo. “Paradójicamente, las fuerzas que podrían conducir a
una mejor comunicación pueden llevar también a un mayor egocentrismo y a una
mayor alienación”. 20 Internet puede unir a la gente, pero
también puede separar, con sospechas mutuas, a las personas y a los grupos
divididos por ideologías, políticas, posesiones, raza, etnia, diferencias
intergeneracionales e incluso religión. Ya se ha usado de modo agresivo, casi
como un arma de guerra, y la gente habla del peligro del “ciberterrorismo”. Sería
tristemente irónico que este instrumento de comunicación, con un potencial tan
grande para unir a las personas, volviera a sus orígenes de la guerra fría y se
convirtiera en un escenario de conflictos internacionales.
|