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Elías Royón, SJ Animacion vocacional "por contagio"… IntraText CT - Texto |
Una sana preocupación por la falta de vocaciones
Existe, y es lógico que exista, una preocupación cuando comprobamos que cada año nuestros noviciados no reciben mínimamente los candidatos que serían necesarios para suplir las bajas por defunción; es lógica y natural la preocupación; pero debemos preguntarnos también si es sana y cuáles son sus motivaciones.
Porque es necesario que nuestra preocupación sea evangélica y no angustiosa; que cuando suplicamos al Señor de la mies, nos mueva más su Reino y el deseo de que su voluntad se cumpla, que la necesidad o angustias de tener sucesores que nos sustituyan en determinadas tareas o trabajos pastorales. Son importantes nuestros proyectos apostólicos para los que contamos cada vez con menos recursos humanos, pero nos debe preocupar más que pueda continuarse la misión salvadora de Jesús tal y como lo quiera el Padre que le envió; así, nuestro protagonismo disminuye y crece en nosotros la conciencia de "servidores de la misión". Preocupación, pues, porque la mies es mucha y los obreros pocos, pero se trata de una mies universal que necesita sementeras diversas según los lugares y las estaciones, que será necesario discernir desde actitudes de disponibilidad y de respuesta a nuevas urgencias.
Sin embargo sí me parece conveniente considerar o tener presente al inicio de esta exposición una preocupación concreta: bastantes se preguntan si la vida consagrada en nuestro mundo es "engendradora de vida"; al menos las apariencias de lo que podemos constatar, parecen indicarnos hoy por hoy que la vida consagrada no atrae a los jóvenes, no suscita el deseo de ser imitada, no genera seducción ni contagia entusiasmo; elementos todos ellos fundamentales en la floración y maduración de una vocación.
¿Será que hemos dejado de ser fragancia de Cristo (2Cor 2,15) a nuestro alrededor dentro de la misma Iglesia? ¿Será verdad que nuestros modos de vivir y actuar, personal y comunitariamente, han dejado de tener esa "sobreabundancia de gratuidad" que contagia y atrae a los jóvenes más generosos (cfr VC nº 104)?