Capítulo,Párrafo

 1  I,1   |        mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del
 2  I,1   |         la responsabilidad de las mujeres».7 Pablo VI, en uno de sus
 3  I,1   |         Auditores seglares —tanto mujeres como hombres— provenientes
 4 II,4   |        humanos, ya sean hombres o mujeres. Por otra parte, el acontecimiento
 5 III,6  |      personas, tanto hombres como mujeres, que reciben su dignidad
 6 IV,9   |       personas humanas, hombres y mujeres, a todos y a cada uno sin
 7 IV,10  |           masculinización» de las mujeres. La mujer —en nombre de
 8 IV,11  |          había dirigido a algunas mujeres, como, por ejemplo, a la
 9 IV,11  |           todas y cada una de las mujeres.(37)~La clave para comprender
10  V,12  |           sus actitudes hacia las mujeres, que es sumamente sencillo
11  V,12  |           y profundidad. Diversas mujeres aparecen en el transcurso
12  V,12  |      permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue
13  V,13  |                               Las mujeres del Evangelio~13. Recorriendo
14  V,13  |   nuestros ojos un gran número de mujeres, de diversa edad y condición.
15  V,13  |    condición. Nos encontramos con mujeres aquejadas de enfermedades
16  V,13  |           de su hija.~A veces las mujeres que encontraba Jesús, y
17  V,13  |            En otras ocasiones las mujeres aparecen en las parábolas
18  V,13  |         Gólgota, Jesús dirá a las mujeres: «Hijas de Jerusalén, no
19  V,13  |          modo de hablar sobre las mujeres y a las mujeres, y el modo
20  V,13  |         sobre las mujeres y a las mujeres, y el modo de tratarlas,
21  V,13  |     explícito referido a aquellas mujeres que la opinión común señalaba
22  V,13  |           la ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú que dices?». Jesús
23  V,13  |         Jesús en relación con las mujeres que se encuentran con él
24  V,14  |          sociales del tiempo, las mujeres encontrasen en su enseñanza
25  V,15  |           la mujer. Por esto, las mujeres que se encuentran junto
26  V,15  |      usual con que trataban a las mujeres los que enseñaban en Israel;
27  V,15  |   Evangelio.~Cristo habla con las mujeres acerca de las cosas de Dios
28  V,15  |       estaban en primer lugar las mujeres. De los apóstoles sólo Juan
29  V,15  |         Juan permaneció fiel; las mujeres eran muchas. No sólo estaba
30  V,15  |       sino que «había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas
31  V,15  |          fe y de la fidelidad las mujeres se mostraron más fuertes
32  V,15  |         de esto habían estado las mujeres en la vía dolorosa, «que
33  V,16  |           de la resurrección. Las mujeres son las primeras en llegar
34  V,16  |          que Jesús confiaba a las mujeres las verdades divinas, lo
35 VI,17  |        todos —especialmente a las mujeres— a vislumbrar el modo en
36 VI,19  | pensamiento se dirige a todas las mujeres que sufren en el mundo,
37 VI,19  |           los sufrimientos de las mujeres que luchan solas para sobrevivir
38 VI,19  |           sobrevivir y los de las mujeres que son víctimas de injusticias
39 VI,20  |         los hombres como para las mujeres y, en este contexto, indica
40 VI,20  |        del cristianismo hombres y mujeres se han orientado por este
41 VI,21  |      múltiples. En la vida de las mujeres consagradas que, por ejemplo,
42 VII,23 |          Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia
43 VII,23 |      deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos.
44 VII,24 |        dirige a los esposos, como mujeres y hombres concretos, y les
45 VII,24 |          maridos, amad a vuestras mujeres», amadlas como exigencia
46 VII,24 |          constatación de que «las mujeres (estén sumisas) a sus maridos,
47 VII,25 |        por muchas personas, tanto mujeres como hombres. «Cristo ha
48 VII,25 |          seres humanos —hombres y mujeres— están llamados a ser la «
49 VII,25 |       actitud de Cristo hacia las mujeres, podemos concluir que como
50 VII,26 |    cuestión de la admisión de las mujeres al sacerdocio ministerial.(
51 VII,27 |     bautizados, ya sean hombres o mujeres, en cuanto deben «ofrecerse
52 VII,27 |           la Iglesia, tanto a las mujeres como a los hombres, y concierne
53 VII,27 |           compuesta por hombres y mujeres insertos en la historia—
54 VII,27 |          a los hombres, numerosas mujeres, para quienes la respuesta
55 VII,27 |           lugar, vemos a aquellas mujeres que personalmente se habían
56 VII,27 |          cf. Act 2, 17). Aquellas mujeres, y después otras, tuvieron
57 VII,27 |        país encontramos numerosas mujeres «perfectas» (cf. Prov 31,
58 VII,27 |         testimonio y las obras de mujeres cristianas han incidido
59 VII,27 |     discriminaciones sociales las mujeres santas han actuado «con
60 VII,27 |           el testimonio de tantas mujeres que realizan su vocación
61 VII,27 |       vocación a la santidad.~Las mujeres santas son una encarnación
62 VIII,28|           las personas, hombres y mujeres. En este contexto amplio
63 VIII,28|           todas y cada una de las mujeres, independientemente del
64 VIII,29|          de su espíritu. A estas «mujeres perfectas» deben mucho sus
65 IX,30  |          da gracias por todas las mujeres y por cada una: por las
66 IX,30  |    hermanas, las esposas; por las mujeres consagradas a Dios en la
67 IX,30  |         en la virginidad; por las mujeres dedicadas a tantos y tantos
68 IX,30  |          de otra persona; por las mujeres que velan por el ser humano
69 IX,30  |         comunidad humana; por las mujeres que trabajan profesionalmente,
70 IX,30  |        trabajan profesionalmente, mujeres cargadas a veces con una
71 IX,30  |   responsabilidad social; por las mujeres «perfectas» y por las mujeres «
72 IX,30  |     mujeres «perfectas» y por las mujeres «débiles». Por todas ellas,
73 IX,30  |       Espíritu Santo otorga a las mujeres en la historia del Pueblo
74 IX,30  |    Iglesia ora para que todas las mujeres se hallen de nuevo a sí
75 IX,30  |           de modo especial, a las mujeres, hermanas en Cristo, la