Capítulo,Párrafo

 1 II,4   |      pura gracia y, como tal, un don del Espíritu. Sin embargo,
 2 II,5   |        relación personal ante el don que le ha sido revelado
 3 III,7  |             Persona - Comunión - Don~7. Penetrando con el pensamiento
 4 III,7  |       demás, a convertirse en un don.~Esto concierne a cada ser
 5 IV,9   |           el hombre rechaza este don y al mismo tiempo quiere
 6 IV,10  |      mujer. En efecto, al ser un don sincero y, por consiguiente,
 7 IV,10  |   igualdad, que es conjuntamente don y derecho que deriva del
 8 IV,10  |   esponsal, el cual hace que «el don sincero de sí misma» por
 9 IV,10  |   respuesta y complemento en un «don» análogo por parte del marido.
10 IV,11  |          de toda la riqueza, del don personal de la femineidad,
11 IV,11  |         una clara conciencia del don, de la dádiva por parte
12  V,14  |         sientan responsables del don. Esta medida está destinada
13  V,15  |  misterios de Dios. Le habla del don infinito del amor de Dios,
14 VI,18  |          de relieve el valor del don de sí, de la persona. En
15 VI,18  |       por parte de la mujer— un «don de sí» especial, como expresión
16 VI,18  |        la persona sólo cuando el don recíproco de sí mismo no
17 VI,18  |       apetencia»: Gén 3, 16).~El don recíproco de la persona
18 VI,18  |      matrimonio se abre hacia el don de una nueva vida, es decir,
19 VI,18  |         en plenitud a través del don sincero de sí». El don de
20 VI,18  |       del don sincero de sí». El don de la disponibilidad interior
21 VI,18  |        un momento particular del don recíproco de sí por parte
22 VI,18  |        la dimensión personal del don: «He adquirido un varón
23 VI,18  |          concede a los padres el don de un hijo. Por parte de
24 VI,18  |     unido de modo especial a «un don sincero de sí». Las palabras
25 VI,18  |    disponibilidad de la mujer al don de sí, y a la aceptación
26 VI,20  | maternidad llega a María como un don de Dios mismo. Este don
27 VI,20  |          don de Dios mismo. Este don se ha convertido en el principio
28 VI,20  |   femineidad, convirtiéndose en «don sincero» a Dios, que se
29 VI,20  |        ha revelado en Cristo; un don a Cristo, Redentor del hombre
30 VI,20  |          Esposo de las almas: un don «esponsal». No se puede
31 VI,20  |          persona se convierte en don para el otro.(42) Por otra
32 VI,20  |        el extremo» por medio del don total de sí mismo y ella
33 VI,20  |     mismo y ella responde a este don con el «don sincero» de
34 VI,20  |      responde a este don con el «don sincero» de toda su vida.
35 VII,24 |     mujer y hombre, realizan el «don sincero de sí mismos».~El
36 VII,25 |         decir «convertirse en un don sincero» del modo más completo
37 VII,25 |          Cristo Redentor como un don y también en cuanto intenta
38 VII,25 |      intenta corresponder con el don de la propia persona.~Cristo
39 VII,25 |          Jn 4, 19) y que, con el don que engendra este amor esponsal
40 VII,26 |         extremo» (Jn 13, 1). El «don sincero», contenido en el
41 VII,27 |                               El don de la Esposa~27. El Concilio
42 VII,27 |      manera que responda con un «don sincero» de sí al inefable
43 VII,27 |       sincero» de sí al inefable don del amor del Esposo, Redentor
44 VII,27 |          como una esposa— con el don de la vida al don inefable
45 VII,27 |         con el don de la vida al don inefable del amor de Cristo,
46 VII,27 |           se expresa a la vez el don de la Esposa.~Esto tiene
47 VII,27 |        la Esposa responde con el don del amor al don del Esposo,
48 VII,27 |  responde con el don del amor al don del Esposo, y lo hace «en
49 VIII,28|      amor. Mediante el Espíritu, Don increado, el amor se convierte
50 VIII,28|          amor se convierte en un don para las personas creadas.
51 IX,30  |                 Si conocieras el don de Dios»~31. «Si conocieras
52 IX,30  |      Dios»~31. «Si conocieras el don de Dios» (Jn 4, 10), dice
53 IX,30  | reconocer desde el interior del «don de Dios» lo que Él, creador
54 IX,30  |      esta manera, disponerse al «don sincero de sí misma» a los