Capítulo,Párrafo

 1 II,3   |      para Dios» (Lc 1, 31. 37).(16)~Es fácil recordar este
 2 III,7  |      mismo es amor (cf. 1 Jn 4, 16).~La imagen y semejanza
 3 III,8  |      luz inaccesible» (1 Tim 6, 16): Él es el «Diverso» por
 4 IV,9   |         a sus hijos (cf. Gén 3, 16). Todo esto, además, está
 5 IV,10  |         él te dominará» (Gén 3, 16), descubrimos una ruptura
 6 IV,10  |       afirmación del Génesis 3, 16 tiene un alcance grande
 7 IV,10  |         de la vida (cf. 1 Jn 2, 16). Las palabras ya citadas
 8 IV,10  |         citadas del Génesis (3, 16) indican el modo con que
 9 IV,10  |         el te dominará» (Gén 3, 16) no puede de ninguna manera
10 IV,11  |        el Libro del Génesis (3, 16) y volver a recorrer el
11  V,13  |        hija de Abraham» (Lc 13, 16), mientras en toda la Biblia
12  V,16  |     testigos de la resurrección~16. Desde el principio de la
13  V,16  |         de Juan (cf. también Mc 16, 9) pone de relieve el papel
14  V,16  |         estas palabras» (Jn 20, 16-18).~Por esto ha sido llamada «
15 VI,18  |       irá tu apetencia»: Gén 3, 16).~El don recíproco de la
16 VI,19  |         hombre en el mundo» (Jn 16, 21). La primera parte de
17 VI,19  |         os la podrá quitar» (Jn 16, 22).~
18 VII,25 |         a su Hijo único» (Jn 3, 16). Se trata, por consiguiente,
19 VII,25 |         de Abraham» (cf. Lc 13, 16), la dignidad que la mujer
20 VII,26 |        de las personas» (Mt 22, 16). Estas palabras caracterizan
21 VII,27 | diaconisa de Cencreas» (cf. Rom 16, 1), Prisca con su marido
22 VII,27 |       Pérside, Trifosa (cf. Rom 16, 6. 12). El Apóstol habla
23 VIII,29|         infancia (cf. Mt 2, 13. 16) podemos pensar que en el