Capítulo,Párrafo

 1 II,3  | participar de la naturaleza divina (cf. Ef 2, 18;2 Pe 1, 4)».(
 2 II,5  |    momento de su maternidad divina, de su unión con el Hijo
 3 III,7 |   misterio de la única vida divina. El Padre, el Hijo y el
 4 III,7 |   semejanza con la comunión divina («communio»). Esta semejanza
 5 III,7 |     la luz de la Revelación divina. Estas dos dimensiones encontrarán
 6 III,8 |    de naturaleza totalmente divina. Es espiritual del modo
 7 III,8 |    en Dios es completamente divina. libre de la característica
 8 III,8 |   de Dios, ni la paternidad divina tiene elementos «masculinos»
 9 III,8 |  completamente espiritual y divina por esencia. En cambio,
10 IV,11 |  recibida por la Revelación divina y es uno de los temas comentados
11 IV,11 |     la unidad de la Persona divina del Verbo. El que obra la
12  V,12 |   ofuscamiento de la imagen divina. ¡Qué significativo es el
13  V,16 |   de la dádiva de la verdad divina y del amor en el Espíritu
14 VI,20 |     1, 35). Esta maternidad divina, por tanto, es la respuesta
15 VI,22 |  que constituye la economía divina de la salvación en la historia
16 VII,24|    remonta a la institución divina del matrimonio desde el «