Capítulo,Párrafo

 1 III,8 |      propiedad típica del cuerpo, ni «femenina» ni «masculina». Por consiguiente,
 2 IV,10 |              su propia «originalidad» femenina. Existe el fundado temor
 3 IV,11 | descubrimiento de la propia humanidad femenina. «Ha hecho en mi favor maravillas»:
 4 IV,11 |             la mujer, de su humanidad femenina. Y este descubrimiento debe
 5  V,14 |              hombre con su diversidad femenina y también con su potencial
 6  V,15 |             por dicha respuesta, tan «femenina», y —como en el caso de
 7  V,15 |         tomando pie de esta respuesta femenina de la mente y del corazón.
 8 VI,17 |        realización de la personalidad femenina. A la luz del Evangelio
 9 VI,17 |            dimensiones de la vocación femenina se han encontrado y unido
10 VI,20 |           esponsal de la personalidad femenina halla una respuesta en la
11 VII,24|               la cual la personalidad femenina puede desarrollarse y enriquecerse
12 IX,30 |          medida eterna de su dignidad femenina, por las «maravillas de
13 IX,30 |          todos los frutos de santidad femenina.~La Iglesia pide, al mismo