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Ioannes Paulus PP. II
Mulieris dignitatem

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mujer

    Capítulo,Párrafo
1 I,1 | tiempos~1. LA DIGNIDAD DE LA MUJER y su vocación, objeto constante 2 I,1 | en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la 3 I,1 | plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una 4 I,1 | cualquier otra religión, la mujer tiene desde los orígenes 5 I,1 | es evidente que la mujer está llamada a formar parte 6 I,1 | dignidad y de la vocación de la mujer. Entre otras cosas, abogaron 7 I,1 | significado y dignidad del ser mujer y del ser hombre. Se trata 8 I,1 | pueda existir sólo como mujer o como varón. Solamente 9 I,1 | dignidad y vocación de la mujer, es posible hablar de la 10 I,1 | sobre el cometido de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, 11 I,2 | la Iglesia». María —esta «mujer» de la Biblia (cf. Gén 3, 12 I,2 | excepcional entre esta «mujer» y toda la familia humana. 13 I,2 | sobre el ser humano,hombre y mujerverdad que está también 14 I,2 | particular para aquella «mujer» que fue la Madre de Cristo? 15 I,2 | dignidad y la vocación de la mujer?~Precisamente ésta quiere 16 II | II~MUJER - MADRE DE DIOS~(THEOTÓKOS)~ 17 II,3 | Dios a su Hijo, nacido de mujer». Con estas palabras de 18 II,3 | nace como hombre de una mujer cuando llega «la plenitud 19 II,3 | María», sino que la llama «mujer», lo cual establece una 20 II,3 | Precisamente aquella «mujer» está presente en el acontecimiento 21 II,3 | como hombre «nacido de mujer», constituye el punto culminante 22 II,3 | 18;2 Pe 1, 4)».(15)~La mujer se encuentra en el corazón 23 II,4 | dignidad extraordinaria de la «mujer». Esta dignidad consiste, 24 II,4 | este punto de vista, la «mujer» es la representante y arquetipo 25 II,4 | que es propio sólo de la «mujer», de María, esto es, la 26 II,5 | es característico de la mujer», de «lo que es femenino». 27 II,5 | dignidad personal de la mujer.~Cuando María, la «llena 28 II,5 | sobre la vocación de la mujer. Al pensar, decir o hacer 29 II,5 | dignidad y vocación de la mujer, no se deben separar de 30 II,5 | unión con Dios. María —la mujer de la Biblia— es la expresión 31 II,5 | efecto, cada hombrevarón o mujercreado a imagen y semejanza 32 III,6 | existencia del hombre y de la mujer, corona todo la obra de 33 III,6 | tanto el hombre como la mujer; ambos fueron creados a 34 III,6 | descendientes por el hombre y la mujer, como esposos y padres: « 35 III,6 | creación del hombrevarón y mujer (cf. 2, 18-25)— de la que 36 III,6 | hombre —ya sea hombre o mujer— es persona igualmente; 37 III,6 | propiedad, el hombre y la mujer pueden «dominar» a las demás 38 III,6 | hombre, y especialmente de la mujer, es diverso, y en cierto 39 III,6 | semejanza de Dios, como hombre y mujer.~En la descripción del Génesis ( 40 III,6 | del Génesis (2, 18-25) la mujer es creada por Dios «de la 41 III,6 | ayuda» adecuada a él. La mujer, llamada así a la existencia, 42 III,6 | 25) y por eso es llamada «mujer». En el lenguaje bíblico 43 III,6 | expresar. «Esta será llamada mujer ('issah), porque del varón (' 44 III,6 | esencial entre el hombre y la mujer desde el punto de vista 45 III,6 | mundo que los circunda. La mujer es otro «yo» en la humanidad 46 III,6 | creación del hombre y de la mujer, como condición indispensable 47 III,7 | al cual amboshombre y mujerson semejantes a Dios. 48 III,7 | recíproca, del hombre con la mujer y de la mujer con el hombre. 49 III,7 | hombre con la mujer y de la mujer con el hombre. Ser persona 50 III,7 | humano, creado como hombre y mujer, sea imagen de Dios no significa 51 III,7 | además que el hombre y la mujer, creados como «unidad de 52 III,7 | hombre, creado como hombre y mujer (por la analogía que se 53 III,7 | ambos, del hombre y de la mujer, y al mismo tiempo como 54 III,7 | los dos» el hombre y la mujer son llamados desde su origen 55 III,7 | en el sentido de que la mujer debe «ayudar» al hombre, 56 III,7 | sobre el hombre y sobre la mujer (verdad que se delinea ya 57 III,7 | humano —ya sea hombre o mujer— es el único ser entre las 58 III,7 | a cada ser humano, tanto mujer como hombre, los cuales 59 III,7 | dignidad y vocación de la mujer, esta verdad sobre el ser 60 III,7 | particulares de la vocación de la mujer a la luz de la Revelación 61 III,7 | es, en la figura de la «mujer» de Nazaret: Madre-Virgen.~ 62 III,8 | tanto el hombre como la mujer, han sido creados a imagen 63 III,8 | olvidado" ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin 64 III,8 | propio del hombre o de la mujer —esto es, la «paternidad» 65 III,8 | tanto el hombre como la mujer.~ 66 IV,9 | del hombre como varón y mujer (cf. Gén 2, 15-25), desvela 67 IV,9 | del ser humanohombre y mujer— en el mundo creado, sino 68 IV,9 | Creando el hombre y la mujer a su propia imagen y semejanza 69 IV,9 | relación entre el hombre y la mujercommunio personarum»), 70 IV,9 | que en él han tenido la mujer y el hombre. A ello harán 71 IV,9 | engañado no fue Adán, sino la mujer» (1 Tim 2, 13-14). Sin embargo, 72 IV,9 | creado por Dios varón y mujer. Este es también el pecado 73 IV,9 | del ser humanohombre y mujer— a imagen y semejanza de 74 IV,9 | el ser humanohombre y mujer— es herido por el mal del 75 IV,9 | grandes «dolores» con que la mujer dará a luz a sus hijos ( 76 IV,9 | en el ser humano, tanto mujer como hombre, haya sido destruída 77 IV,10 | relación entre el hombre y la mujer, que corresponde a la dignidad 78 IV,10 | hombre, tanto varón como mujer, es una persona y, por consiguiente, « 79 IV,10 | tanto del hombre como de la mujer. Por tanto, cuando leemos 80 IV,10 | palabras dirigidas a la mujer: «Hacia tu marido irá tu 81 IV,10 | amenaza es más grave para la mujer. En efecto, al ser un don 82 IV,10 | dos» poseen el hombre y la mujer; y esto, sobre todo, con 83 IV,10 | con desventaja para la mujer, mientras que sólo la igualdad, 84 IV,10 | elemento de desventaja para la mujer, al mismo tiempo disminuye 85 IV,10 | recíproca del hombre y de la mujer en el matrimonio. Se trata 86 IV,10 | sí misma» por parte de la mujer halle respuesta y complemento 87 IV,10 | ambos —y en particular la mujerpueden «encontrarse» como 88 IV,10 | subjetividad personal de ambos. La mujer no puede convertirse en « 89 IV,10 | permanentes en el hombre y en la mujer. Ellos, cargados con la 90 IV,10 | recíproca del hombre y la mujer.~Las mismas palabras se 91 IV,10 | situaciones en las que la mujer se encuentra en desventaja 92 IV,10 | discriminada por el hecho de ser mujer. La verdad revelada sobre 93 IV,10 | ser humano, como hombre y mujer, constituye el principal 94 IV,10 | cuestión de los «derechos de la mujer» ha adquirido un nuevo significado 95 IV,10 | personal del hombre y de la mujer. Por tanto, también la justa 96 IV,10 | la justa oposición de la mujer frente a lo que expresan 97 IV,10 | masculinización» de las mujeres. La mujer —en nombre de la liberación 98 IV,10 | de que por este camino la mujer no llegará a «realizarse» 99 IV,10 | primer hombre, al ver la mujer que ha sido creada, es una 100 IV,10 | diferentes. Por consiguiente, la mujer —como por su parte también 101 IV,10 | tarea de todo hombre, tanto mujer como hombre. En efecto, 102 IV,10 | personal y la vocación de la mujer, actúa contra su propia 103 IV,11 | Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su 104 IV,11 | palabras, se refiera a «la mujer», la cual es nombrada en 105 IV,11 | entre la estirpe de la mujer y la estirpe de aquél que 106 IV,11 | enemistad entre él y la mujer.~En estas palabras se abre 107 IV,11 | unen bajo el nombre de la mujer las dos figuras femeninas: 108 IV,11 | adecuadamente la misión de la mujer en la lucha salvífica del 109 IV,11 | fuertemente en evidencia a la «mujer» si no se admite que en 110 IV,11 | tiene su comienzo con una mujer, la «mujer», en la Anunciación 111 IV,11 | comienzo con una mujer, la «mujer», en la Anunciación de Nazaret. 112 IV,11 | eterna e irrevocable, está la mujer: la Virgen de Nazaret. Se 113 IV,11 | Jesucristo» «no hay ni hombre ni mujer» (Gál 3, 28). En él la contraposición 114 IV,11 | recíproca entre el hombre y la mujer —como herencia del pecado 115 IV,11 | del hombre, como varón y mujer, a imagen y semejanza de 116 IV,11 | del hombre como varón y mujer «Dios vio cuanto había hecho 117 IV,11 | historia del hombre.~La «mujer» del Protoevangelio está 118 IV,11 | misma este misterio de la «mujer», cuyo comienzo es Eva, « 119 IV,11 | comprendido en la palabra bíblica «mujer», esto es, una revelación 120 IV,11 | donde se encuentra la «mujer» como fue querida en la 121 IV,11 | dignidad y vocación de la mujer, de todas y cada una de 122 IV,11 | eterna originalidad de la «mujer» en la manera en que Dios 123 IV,11 | fuerza en las palabras de la «mujer» bíblica de Nazaret. En 124 IV,11 | verdadera dignidad de la mujer, de su humanidad femenina. 125 IV,11 | constantemente al corazón de cada mujer, para dar forma a su propia 126 V,12 | sorprendían de que hablara con una mujer»~12. Las palabras del Protoevangelio 127 V,12 | dignidad y la vocación de la mujer. Este significado es aclarado 128 V,12 | verdadera dignidad de la mujer y de la vocación correspondiente 129 V,12 | sorprendían de que hablara con una mujer» (Jn 4, 27) porque este 130 V,12 | fariseo, a cuya casa fue la mujer pecadora para ungir con 131 V,12 | sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, 132 V,12 | semejanza, como hombre y mujer. Era también plenamente 133 V,12 | a «repudiar a la propia mujer por un motivo cualquiera» ( 134 V,12 | también al derecho de la mujer a su justa posición en el 135 V,12 | del hombre, como varón y mujer, y a aquel designio divino 136 V,12 | para unirse con la propia mujer, llegando a ser «una sola 137 V,12 | la discriminación de la mujer. En esta tradición el varón « 138 V,12 | cuenta suficientemente a la mujer y a aquella dignidad que 139 V,13 | sufrimientos físicos, como aquella mujer poseída por «un espíritu 140 V,13 | fiebre» (Mc 1, 30), o como la mujer «que padecía flujo de sangre» ( 141 V,13 | Finalmente vemos a la mujer cananea, una figura que 142 V,13 | el corazón de una madre: «Mujer, grande es tu fe; que te 143 V,13 | deseas» (Mt 15, 28). La mujer cananea suplicaba la curación 144 V,13 | Evangelio nombra a Juana, mujer del administrador de Herodes, 145 V,13 | habitual descriminación de la mujer, propia del tiempo; por 146 V,13 | respeto y el honor debido a la mujer. La mujer encorvada es llamada « 147 V,13 | honor debido a la mujer. La mujer encorvada es llamada «hija 148 V,13 | He aquí otra figura de mujer: la de una pecadora pública 149 V,13 | de este hecho, dirá de la mujer: «Quedan perdonados sus 150 V,13 | más elocuente: la de una mujer sorprendida en adulterio 151 V,13 | Solamente quedan Jesús y la mujer. «¿Dónde están? ¿Nadie te 152 V,13 | 25), en el hombre y en la mujer. Conoce la dignidad del 153 V,13 | 1, 1-5 ). Por esto, cada mujer es la «única criatura en 154 V,13 | persona precisamente como mujer. Jesús de Nazaret confirma 155 V,13 | de Cristo respecto a la mujer. De esta manera todo tiene 156 V,14 | La mujer sorprendida en adulterio~ 157 V,14 | histórica y concreta de la mujer, la cual lleva sobre sí 158 V,14 | costumbres que discriminan a la mujer en favor del hombre, y que 159 V,14 | vista el episodio de la mujer «sorprendida en edulterio» ( 160 V,14 | decir a los acusadores: esta mujer con todo su pecado ¿no es 161 V,14 | situaciones análogas. Una mujer es dejada sola con su pecado 162 V,14 | en casos parecidos, la mujer paga por el propio pecado ( 163 V,14 | normalmente la conciencia de la mujer no consigue olvidar el haber 164 V,14 | hombre fue creado varón y mujer, y la mujer fue confiada 165 V,14 | creado varón y mujer, y la mujer fue confiada al hombre con 166 V,14 | confiado por el Creador a la mujer. Ellos fueron confiados 167 V,14 | destinada a los doshombre y mujer— desde el «principio». Después 168 V,14 | actúan en el hombre y en la mujer unas fuerzas contrapuestas 169 V,14 | Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio 170 V,14 | responsabilidad hacia la mujer, hacia su dignidad, su maternidad, 171 V,14 | conciernen también a la mujer. Cristo hacía todo lo posible 172 V,14 | directamente de la misma mujer, como sujeto responsable, 173 V,14 | dignidad y la vocación de la mujer, hoy es necesario tomar 174 V,14 | Evangelio. La dignidad de la mujer y su vocación —como también 175 V,15 | ofende la dignidad de la mujer. Por esto, las mujeres que 176 V,15 | acostumbraba a discutir con una mujer. Un ejemplo, en cierto modo 177 V,15 | sin precedentes; aquella mujer —que además es una «mujer-pecadora»— 178 V,15 | y —como en el caso de la mujer cananea (cf. Mt 15, 28)— 179 V,15 | sucede en el caso de aquella mujer «pecadora» en casa del fariseo, 180 V,15 | particular, de Judas, a la mujer y su acción: «¿Por qué molestáis 181 V,15 | Por qué molestáis a esta mujer? Pues una "obra buena" ha 182 V,15 | que ha realizado aquella mujer en Betania, en casa de Simón 183 V,15 | hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena» ( 184 V,15 | había intervenido también la mujer de Pilatos, que advirtió 185 V,16 | la misión de Cristo, la mujer demuestra hacia él y hacia 186 V,16 | Cristo en relación con la mujer, confirma y aclara en el 187 V,16 | igualdad de amboshombre y mujer—. Se debe hablar de una 188 V,16 | haber sido los dos —tanto la mujer como el hombrecreados 189 V,16 | El hecho de ser hombre o mujer no comporta aquí ninguna 190 V,16 | originalidad de cada persona, sea mujer u hombre. La «igualdad» 191 V,16 | evangélica, la «igualdad» de la mujer y del hombre en relación 192 V,16 | dignidad y vocación de la mujer en la Iglesia y en el mundo. 193 V,16 | de Dios», de las que la mujer es sujeto vivo y testigo 194 VI,17 | dimensiones de la vocación de la mujer~17. Hagamos ahora objeto 195 VI,17 | conocimiento» del hombre y de la mujer en la unión matrimonial. 196 VI,17 | caminos de la vocación de la mujer, como persona, se explican 197 VI,18 | Vaticano II. El hombrevarón o mujer— es la única criatura terrestre 198 VI,18 | creación del hombrehombre y mujer— a imagen y semejanza de 199 VI,18 | comprensión de la maternidad de la mujer. La maternidad es fruto 200 VI,18 | matrimonial de un hombre y de una mujer, es decir, de aquel «conocimiento» 201 VI,18 | realiza —por parte de la mujer— un «don de sí» especial, 202 VI,18 | o por el cerrarse de la mujer en sus propios instintos (« 203 VI,18 | precisamente el «papel» de la mujer. En dicha apertura, esto 204 VI,18 | y dar a luz el hijo, la mujer «se realiza en plenitud 205 VI,18 | recíproco de sí por parte de la mujer y del hombre. La concepción 206 VI,18 | gozo y la convicción de la mujer de participar en el gran 207 VI,18 | Dios.~La maternidad de la mujer, en el período comprendido 208 VI,18 | constitución física de la mujer y su organismo tienen una 209 VI,18 | estructura psíquico-física de la mujer. Todo lo que las diversas 210 VI,18 | exclusivamente biofisiológica de la mujer y de la maternidad. Una 211 VI,18 | estructura personal del ser mujer y a la dimensión personal 212 VI,18 | un hijo. Por parte de la mujer, este hecho está unido de 213 VI,18 | la disponibilidad de la mujer al don de sí, y a la aceptación 214 VI,18 | En la maternidad de la mujer, unida a la paternidad del 215 VI,18 | es común al hombre y a la mujer. Y si la mujer, guiada por 216 VI,18 | hombre y a la mujer. Y si la mujer, guiada por el amor hacia 217 VI,18 | niño, la maternidad de la mujer constituye una «parte» especial 218 VI,18 | realidad más profunda en la mujer, especialmente en el período 219 VI,18 | el período prenatal. La mujer es «la que paga» directamente 220 VI,18 | una deuda especial con la mujer. Ningún programa de «igualdad 221 VI,18 | derechos» del hombre y de la mujer es válido si no se tiene 222 VI,18 | madura en el seno de la mujer. La madre admira este misterio 223 VI,18 | toda la personalidad de la mujer. Comúnmente se piensa que 224 VI,18 | Comúnmente se piensa que la mujer es más capaz que el hombre 225 VI,19 | paradigma bíblico de la «mujer» tomado del Protoevangelio. 226 VI,19 | del Protoevangelio. La «mujer», como madre y como primera 227 VI,19 | humana. La maternidad de la mujer, en sentido biofísico, manifiesta 228 VI,19 | creatividad muy importante de la mujer, de la cual depende de manera 229 VI,19 | sentido la maternidad de la mujer representa una llamada y 230 VI,19 | paradigma bíblico de la «mujer» culmina en la maternidad 231 VI,19 | enemistad entre ti y la mujer», encuentran aquí una nueva 232 VI,19 | introducida la maternidad de la mujer. Y cada vez, todas las veces 233 VI,19 | que la maternidad de la mujer se repite en la historia 234 VI,19 | Jesús al grito de aquella mujer en medio de la multitud, 235 VI,19 | También la maternidad de cada mujer, vista a la luz del Evangelio, 236 VI,19 | hombre, la maternidad de la mujer constituye el primer umbral, 237 VI,19 | Dios» (cf. Rom 8, 19).~«La mujer, cuando va a dar a luz, 238 VI,19 | entre la maternidad de la mujer y el misterio pascual. En 239 VI,19 | sensibilidad propia de la mujer, aunque a menudo ella sabe 240 VI,19 | dignidad humana o materna de la mujer; son heridas de la conciencia 241 VI,19 | palabras del Evangelio sobre la mujer que sufre, cuando le llega 242 VI,20 | del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta casarse» ( 243 VI,20 | Israel, y especialmente de la mujer de Israel, por la venida 244 VI,20 | ser de la «estirpe de la mujer». En efecto, el ideal del 245 VI,20 | la esperanza humana de la mujer en Israel: esta maternidad 246 VI,20 | como vocación también de la mujer, con la que se reafirma 247 VI,20 | también como un camino para la mujer; un camino en el que, de 248 VI,20 | realiza su personalidad de mujer. Para comprender esta opción 249 VI,20 | virginidad libremente elegida la mujer se reafirma a sí misma como 250 VI,20 | virginidad, la consagración de la mujer en la virginidad, sin recurrir 251 VI,20 | virginidad entendida así. La mujer, llamada desde el «principio» 252 VI,20 | dignidad como la vocación de la mujer. En la virginidad entendida 253 VI,21 | sacrificio para el corazón de la mujer, se abre a la experiencia 254 VI,21 | virginidad no priva a la mujer de sus prerrogativas. La 255 VI,21 | general, los marginados. Una mujer consagrada encuentra de 256 VI,21 | virginidad, como vocación de la mujer, es siempre la vocación 257 VI,21 | entre la virginidad de la mujer no casada y la maternidad 258 VI,21 | casada y la maternidad de la mujer casada. Este acercamiento 259 VI,21 | forma de vocación de la mujer por el que ésta se convierte 260 VI,21 | nupcias. En efecto, una mujer «se casa» tanto mediante 261 VI,21 | diferentes de vida en la mujer— una profunda complementariedad 262 VI,22 | El Evangelio ayuda a cada mujer y a cada hombre a vivirlo 263 VI,22 | también la «parte» de la mujer en la virginidad. La Iglesia « 264 VI,22 | paradigma bíblico de la «mujer», como se delinea claramente 265 VI,22 | nuestra fe, el misterio de la «mujer»: virgen-madre-esposa.~ 266 VII,23 | cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque 267 VII,23 | su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una 268 VII,23 | creación del hombre, varón y mujer. Creados a imagen y semejanza 269 VII,23 | juntamente con la creación de la mujer y es llevada a cabo por 270 VII,23 | recíprocas entre el hombre y la mujer debe corresponder a la verdad 271 VII,23 | amor entre el hombre y la mujer con el misterio de Cristo 272 VII,23 | tierra se llama (...). La mujer de la juventud ¿es repudiada? 273 VII,23 | el ser humanohombre y mujer— a imagen y semejanza de 274 VII,23 | amor del hombre hacia la mujer. Esta mujer-esposa es Israel, 275 VII,23 | de los esposos, hombre y mujer. Leyendo este pasaje rico 276 VII,24 | mediante la cual el hombre y la mujer llegan a ser «una sola carne» 277 VII,24 | afirmación fundamental de la mujer como persona, una afirmación 278 VII,24 | de Cristo al tratar a la mujer. El marido tendría que hacer 279 VII,24 | cualquier situación, con la mujer. De esta manera ambos, mujer 280 VII,24 | mujer. De esta manera ambos, mujer y hombre, realizan el «don 281 VII,24 | el marido es cabeza de la mujer» (5, 22-23a). El autor sabe 282 VII,24 | le llama «cabeza» de la mujer, como Cristo es cabeza de 283 VII,24 | solamente la «sumisión» de la mujer al marido, ha de abrirse 284 VII,24 | no hay ya hombre ni mujer», sino también «no hay esclavo 285 VII,24 | favor de la «sumisión» de la mujer al hombre en el matrimonio 286 VII,25 | a cada hombre y a cada mujer. En la redención se manifiesta 287 VII,25 | Pablo: «Ya no hay hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois 288 VII,25 | cada ser humanohombre y mujer— es la «Esposa», en cuanto 289 VII,25 | 16), la dignidad que la mujer posee desde el «principio» 290 VII,25 | originalidad que distingue a la mujer del hombre, toda la riqueza 291 VII,25 | actitud de Cristo hacia la mujer se encuentra realizado de 292 VII,26 | dignidad y la vocación de la mujer, sin amoldarse al uso dominante 293 VII,26 | principio» entre el hombre y la mujer.~Si Cristo, al instituir 294 VII,26 | relación entre el hombre y la mujer, entre lo que es «femenino» 295 VII,27 | santidad precisamente la «mujer», María de Nazaret, es « 296 VII,27 | defendiendo la dignidad de la mujer y su vocación ha mostrado 297 VIII | particular a la dignidad de la mujer y a su vocación, propia 298 VIII | relativas a la dignidad de la mujer y a su vocación, bajo el 299 VIII,28| La dignidad de la mujer y el orden del amor ~29. 300 VIII,28| creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de 301 VIII,28| determina la dignidad de la mujer tanto a los ojos de Dios — 302 VIII,28| ojos del hombre, varón y mujer. Sobre el fundamento del 303 VIII,28| designio eterno de Dios, la mujer es aquella en quien el orden 304 VIII,28| llamada a la existencia de la mujer al lado del hombre —«una 305 VIII,28| analogía la verdad sobre la mujer como esposa. El Esposo es 306 VIII,28| cuestión de la dignidad de la mujer y, a continuación, la de 307 VIII,28| vocación: la dignidad de la mujer es medida en razón del amor, 308 VIII,28| sobre la dignidad de la mujer y su vocación. Cuando afirmamos 309 VIII,28| Cuando afirmamos que la mujer es la que recibe amor para 310 VIII,28| sobre el hecho mismo de ser mujer en el conjunto de las relaciones 311 VIII,28| amplio y diversificado la mujer representa un valor particular 312 VIII,28| profetismo» particular de la mujer en su femineidad. La analogía 313 VIII,28| decir, todo hombre y toda mujer. Sin embargo, en el contexto 314 VIII,28| texto, es precisamente la mujer la que manifiesta a todos 315 VIII,28| característica «profética» de la mujer en su femineidad halla su 316 VIII,28| humanas a través de una Mujer— con el Espíritu Santo. 317 VIII,29| misión~30. La dignidad de la mujer se relaciona íntimamente 318 VIII,29| de Dios, ya sea hombre o mujer. La afirmación de naturaleza 319 VIII,29| vocación de la persona. La mujer no puede encontrarse a sí 320 VIII,29| Desde el «principio» la mujer, al igual que el hombre, 321 VIII,29| el puesto singular de la «mujer» en este texto clave de 322 VIII,29| manifestar también cómo la misma mujer, que llega a ser «paradigma» 323 VIII,29| Apocalipsis.(60) Es «una Mujer, vestida del sol, con la 324 VIII,29| 1). Se podría decir: una mujer a la medida del cosmos, 325 VIII,29| también porque «delante de la mujer que está para dar a luz» ( 326 VIII,29| paradigma bíblico de la «mujer» se encuadra, desde el inicio 327 VIII,29| que precisamente en la «mujer», Eva-María, la historia 328 VIII,29| hombre?~Si la dignidad de la mujer testimonia el amor, que 329 VIII,29| paradigma bíblico de la «mujer» parece desvelar también 330 VIII,29| constituye la vocación de la mujer misma. Se trata aquí de 331 VIII,29| múltiples «vocaciones» de la mujer, tanto en la Iglesia como 332 VIII,29| mundo.~La fuerza moral de la mujer, su fuerza espiritual, se 333 VIII,29| refiere especialmente a la mujer —sobre todo en razón de 334 VIII,29| entrega, la fuerza moral de la mujer se expresa en numerosas 335 VIII,29| hasta nuestros días.~La mujer es fuerte por la conciencia 336 VIII,29| fundamental hablan a la mujer de la dignidad que recibe 337 VIII,29| vocación. De este modo, la «mujer perfecta» (cf. Prov 31, 338 VIII,29| manifestación de aquel «genio» de la mujer, que asegure en toda circunstancia 339 VIII,29| paradigma bíblico de la «mujer» —desde el Libro del Génesis 340 VIII,29| dignidad y la vocación de la mujer y todo lo que en ella es 341 VIII,29| particular por Dios a la mujer, ¿no significa esto tal 342 IX,30 | tiene por la dignidad de la mujer y por la vocación que le 343 IX,30 | y redentor, confía a la mujer, a toda mujer. En el Espíritu 344 IX,30 | confía a la mujer, a toda mujer. En el Espíritu de Cristo 345 IX,30 | Trinidad por el «misterio de la mujer» y por cada mujer, por lo 346 IX,30 | de la mujer» y por cada mujer, por lo que constituye la 347 IX,30 | misterio bíblico de la «mujer», la Iglesia ora para que


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