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Capítulo,Párrafo
1 I,1 | del ser mujer y del ser hombre. Se trata de comprender 2 I,2 | verdad sobre el ser humano,hombre y mujer —verdad que está 3 I,2 | Cristo desvela plenamente el hombre al hombre y le hace consciente 4 I,2 | plenamente el hombre al hombre y le hace consciente de 5 I,2 | 12) En este «desvelar el hombre al hombre» ¿no se debe quizás 6 I,2 | este «desvelar el hombre al hombre» ¿no se debe quizás descubrir 7 II,3 | consubstancial al Padre, nace como hombre de una mujer cuando llega « 8 II,3 | clave en la historia del hombre en la tierra, entendida 9 II,3 | historia espiritual del hombre entendida de un modo más 10 II,3 | íntimamente su corazón: ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido y el 11 II,3 | consubstancial al Padre, como hombre «nacido de mujer», constituye 12 II,3 | inquietudes del corazón del hombre?(17) Aquí no se trata solamente 13 II,4 | de la existencia de cada hombre tanto sobre la tierra como 14 II,4 | fiat», María concibió un hombre que era Hijo de Dios, consubstancial 15 II,5 | revelada sobre Dios y sobre el hombre. En la expresión «esclava 16 II,5 | su misión: «El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, 17 II,5 | directamente la vocación de cada hombre.~De esta manera, considerando 18 II,5 | obras. La dignidad de cada hombre y su vocación correspondiente 19 II,5 | vocación. En efecto, cada hombre —varón o mujer— creado a 20 III,6 | verdad revelada sobre el hombre como «imagen y semejanza 21 III,6 | antropológicas fundamentales: el hombre es el ápice de todo lo creado 22 III,6 | llamada a la existencia del hombre y de la mujer, corona todo 23 III,6 | el mismo grado, tanto el hombre como la mujer; ambos fueron 24 III,6 | sus descendientes por el hombre y la mujer, como esposos 25 III,6 | descripción de la creación del hombre —varón y mujer (cf. 2, 18- 26 III,6 | personal del ser humano. El hombre —ya sea hombre o mujer— 27 III,6 | humano. El hombre —ya sea hombre o mujer— es persona igualmente; 28 III,6 | personal. Lo que hace al hombre semejante a Dios es el hecho 29 III,6 | Gracias a esta propiedad, el hombre y la mujer pueden «dominar» 30 III,6 | descripción de la creación del hombre (cf. Gén 2, 18-25) el lenguaje 31 III,6 | verdad sobre la creación del hombre, y especialmente de la mujer, 32 III,6 | semejanza de Dios, como hombre y mujer.~En la descripción 33 III,6 | Dios «de la costilla» del hombre y es puesta como otro «yo», 34 III,6 | un interlocutor junto al hombre, el cual se siente solo 35 III,6 | reconocida inmediatamente por el hombre como «carne de su carne 36 III,6 | identidad esencial con el hombre: 'is - issah, cosa que, 37 III,6 | igualdad esencial entre el hombre y la mujer desde el punto 38 III,6 | soledad original, en la que el hombre no encontraba «una ayuda 39 III,6 | de la vida con la que el hombre se puede unir, como esposa, 40 III,6 | contexto de la creación del hombre y de la mujer, como condición 41 III,7 | gracias al cual ambos —hombre y mujer— son semejantes 42 III,7 | a Dios. En efecto, cada hombre es imagen de Dios como criatura 43 III,7 | amarlo. Leemos además que el hombre no puede existir «solo» ( 44 III,7 | relación recíproca, del hombre con la mujer y de la mujer 45 III,7 | mujer y de la mujer con el hombre. Ser persona a imagen y 46 III,7 | semejanza e imagen de Dios en el hombre de la que habla el Libro 47 III,7 | ser humano, creado como hombre y mujer, sea imagen de Dios 48 III,7 | significa además que el hombre y la mujer, creados como « 49 III,7 | semejanza de Dios en el hombre, creado como hombre y mujer ( 50 III,7 | en el hombre, creado como hombre y mujer (por la analogía 51 III,7 | indica que en la creación del hombre se da también una cierta 52 III,7 | ser personal de ambos, del hombre y de la mujer, y al mismo 53 III,7 | la «unidad de los dos» el hombre y la mujer son llamados 54 III,7 | la mujer debe «ayudar» al hombre, así como éste debe ayudar 55 III,7 | única. Toda la historia del hombre sobre la tierra se realiza 56 III,7 | radica la verdad sobre el hombre, terreno sólido e inviolable 57 III,7 | semejanza demuestra que el hombre, única criatura terrestre 58 III,7 | conjunto de la verdad sobre el hombre y sobre la mujer (verdad 59 III,7 | cristiana. El ser humano —ya sea hombre o mujer— es el único ser 60 III,7 | de Personas. Decir que el hombre ha sido creado a imagen 61 III,7 | quiere decir también que el hombre está llamado a existir « 62 III,7 | humano, tanto mujer como hombre, los cuales lo llevan a 63 III,8 | bíblico~8. La presentación del hombre como «imagen y semejanza 64 III,8 | por medio del Hijo» hecho hombre (cf. Heb 1, 1-2), Dios habla 65 III,8 | está en el hecho de que el hombre es «semejante» a Dios, esto 66 III,8 | cierta medida, «semejante» al hombre y, precisamente basándose 67 III,8 | verdadera la «semejanza» del hombre con Dios, es aún más esencialmente 68 III,8 | En definitiva, para el hombre creado a semejanza de Dios, 69 III,8 | límites de la semejanza del hombre con Dios en el lenguaje 70 III,8 | verdad de que ambos, tanto el hombre como la mujer, han sido 71 III,8 | engendrar humano es propio del hombre o de la mujer —esto es, 72 III,8 | progenitores», tanto el hombre como la mujer.~ 73 IV,9 | un estado de santidad, el hombre, tentado por el Maligno, 74 IV,9 | creación del mundo y del hombre en el mundo— contiene en 75 IV,9 | pecado del «principio» del hombre sobre la tierra. Aunque 76 IV,9 | descripción de la creación del hombre como varón y mujer (cf. 77 IV,9 | muestra la creación del hombre como una donación especial 78 IV,9 | esencial del ser humano —hombre y mujer— en el mundo creado, 79 IV,9 | semejanza de Dios en el hombre, si esta verdad significa 80 IV,9 | voluntad libre de la que el hombre puede usar eligiendo el 81 IV,9 | Creador— en relación con el hombre, y de lo que Dios quiere 82 IV,9 | comienzo y siempre para el hombre. Creando el hombre y la 83 IV,9 | para el hombre. Creando el hombre y la mujer a su propia imagen 84 IV,9 | Cometiendo el pecado, el hombre rechaza este don y al mismo 85 IV,9 | en la voluntad libre del hombre, y lleva consigo además 86 IV,9 | originaria, de la que gozaba el hombre en el estado de justicia 87 IV,9 | recíproca relación entre el hombre y la mujer («communio personarum»), 88 IV,9 | han tenido la mujer y el hombre. A ello harán referencia 89 IV,9 | pecado es el pecado del hombre, creado por Dios varón y 90 IV,9 | creación del ser humano —hombre y mujer— a imagen y semejanza 91 IV,9 | Dios en su relación con el hombre.~Al mismo tiempo, sin embargo, 92 IV,9 | también el ser humano —hombre y mujer— es herido por el 93 IV,9 | describe la nueva situación del hombre en el mundo creado. En dicho 94 IV,9 | la «fatiga» con la que el hombre habrá de procurarse los 95 IV,9 | tierra. De este modo el hombre, como polvo, «volverá a 96 IV,9 | humano, tanto mujer como hombre, haya sido destruída por 97 IV,9 | efecto, el pecado «rebaja» al hombre, como nos lo recuerda también 98 IV,9 | Concilio Vaticano II.(31) Si el hombre —por su misma naturaleza 99 IV,9 | inteligencia y, en particular, del hombre, el cual ha sido elevado 100 IV,10 | consecuencias del pecado del hombre, así como indica igualmente 101 IV,10 | originaria relación entre el hombre y la mujer, que corresponde 102 IV,10 | de cada uno de ellos. El hombre, tanto varón como mujer, 103 IV,10 | dignidad como persona tanto del hombre como de la mujer. Por tanto, 104 IV,10 | unidad de los dos» poseen el hombre y la mujer; y esto, sobre 105 IV,10 | la verdadera dignidad del hombre. Tocamos aquí un punto extremadamente 106 IV,10 | la relación recíproca del hombre y de la mujer en el matrimonio. 107 IV,10 | consecuencias permanentes en el hombre y en la mujer. Ellos, cargados 108 IV,10 | racional y a la dignidad del hombre como persona. Esta tendencia 109 IV,10 | la relación recíproca del hombre y la mujer.~Las mismas palabras 110 IV,10 | creación del ser humano, como hombre y mujer, constituye el principal 111 IV,10 | de cuanto «disminuye» al hombre, y no sólo al que es ofendido, 112 IV,10 | originalidad personal del hombre y de la mujer. Por tanto, 113 IV,10 | liberación del «dominio» del hombre— no puede tender a apropiarse 114 IV,10 | la exclamación del primer hombre, al ver la mujer que ha 115 IV,10 | abarca toda la historia del hombre sobre la tierra.~Los recursos 116 IV,10 | por su parte también el hombre— debe entender su «realización» 117 IV,10 | generación, tarea de todo hombre, tanto mujer como hombre. 118 IV,10 | hombre, tanto mujer como hombre. En efecto, en todos los 119 IV,10 | los casos en los que el hombre es responsable de lo que 120 IV,11 | mal del «principio» del hombre, así como de sus consecuencias 121 IV,11 | que será el redentor del hombre.(34) Y si la redención debe 122 IV,11 | pecado en la historia del hombre, ésta será también la enemistad 123 IV,11 | del mal en la historia del hombre.~La confrontación Eva - 124 IV,11 | verdad sobre la creación del hombre a imagen y semejanza de 125 IV,11 | en Jesucristo» «no hay ni hombre ni mujer» (Gál 3, 28). En 126 IV,11 | contraposición recíproca entre el hombre y la mujer —como herencia 127 IV,11 | vinculada a la creación del hombre, como varón y mujer, a imagen 128 IV,11 | misterio de la redención del hombre en Jesucristo, hijo de María, 129 IV,11 | el día de la creación del hombre como varón y mujer «Dios 130 IV,11 | herencia en la historia del hombre.~La «mujer» del Protoevangelio 131 IV,11 | al eterno Padre, se hace hombre y asume la humanidad en 132 IV,11 | al mismo tiempo verdadero hombre. El misterio de la Redención 133 IV,11 | semejante a él y a cada hombre en todo, «excepto en el 134 IV,11 | manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre 135 IV,11 | plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad 136 IV,11 | ayudado a descubrir «qué es el hombre» (cf. Sal 8, 5).~A través 137 V,12 | Evangelio. La redención del hombre anunciada allí se hace aquí 138 V,12 | También conocía «lo que en el hombre había» (Jn 2, 25), es decir, 139 V,12 | designio de Dios sobre el hombre creado por Él a su imagen 140 V,12 | imagen y semejanza, como hombre y mujer. Era también plenamente 141 V,12 | esto es, a la creación del hombre, como varón y mujer, y a 142 V,12 | semejanza». Por esto, cuando el hombre «deja a su padre y a su 143 V,12 | Dios unió no lo separe el hombre» (Mt 19, 6).~El principio 144 V,13 | que su contacto hacía al hombre «impuro». Todas ellas fueron 145 V,13 | que «sabe lo que hay en el hombre» (cf. Jn 2, 25), en el hombre 146 V,13 | hombre» (cf. Jn 2, 25), en el hombre y en la mujer. Conoce la 147 V,13 | Conoce la dignidad del hombre, el valor que tiene a los 148 V,14 | a la mujer en favor del hombre, y que está enraizada también 149 V,14 | pecado «suyo» se oculta un hombre pecador, culpable del «pecado 150 V,14 | culpable por el pecado del hombre como «pecado del otro»), 151 V,14 | su maternidad, cuando el hombre, padre del niño, no quiere 152 V,14 | tipo, incluidas las del hombre culpable, «se libran» del 153 V,14 | del «principio», cuando el hombre fue creado varón y mujer, 154 V,14 | la mujer fue confiada al hombre con su diversidad femenina 155 V,14 | potencial maternidad? También el hombre fue confiado por el Creador 156 V,14 | está destinada a los dos —hombre y mujer— desde el «principio». 157 V,14 | pecado original actúan en el hombre y en la mujer unas fuerzas 158 V,14 | pecado». Ellas actúan en el hombre desde dentro. Por esto Jesús 159 V,14 | dirigidas directamente al hombre muestran la verdad fundamental 160 V,14 | es «dada como tarea» al hombre. De modo coherente, Cristo 161 V,14 | a la responsabilidad del hombre. En esta meditación sobre 162 V,14 | vocación —como también la del hombre— encuentran su eterna fuente 163 V,14 | los dos». Por tanto, cada hombre ha de mirar dentro de sí 164 V,16 | sobre la igualdad de ambos —hombre y mujer—. Se debe hablar 165 V,16 | tanto la mujer como el hombre— creados a imagen y semejanza 166 V,16 | santificantes.~El hecho de ser hombre o mujer no comporta aquí 167 V,16 | santificante del Espíritu en el hombre el hecho de ser judío o 168 V,16 | cada persona, sea mujer u hombre. La «igualdad» evangélica, 169 V,16 | igualdad» de la mujer y del hombre en relación con «las maravillas 170 VI,17 | recíproco «conocimiento» del hombre y de la mujer en la unión 171 VI,18 | Concilio Vaticano II. El hombre —varón o mujer— es la única 172 VI,18 | mismo. Al mismo tiempo, el hombre «no puede encontrar su propia 173 VI,18 | acerca de la creación del hombre —hombre y mujer— a imagen 174 VI,18 | la creación del hombre —hombre y mujer— a imagen y semejanza 175 VI,18 | esencial el sentido de ser hombre, poniendo de relieve el 176 VI,18 | unión matrimonial de un hombre y de una mujer, es decir, 177 VI,18 | deformado por el deseo del hombre de convertirse en «dueño» 178 VI,18 | vida, es decir, de un nuevo hombre, que es también persona 179 VI,18 | parte de la mujer y del hombre. La concepción y el nacimiento 180 VI,18 | el nacimiento del nuevo hombre, según la Biblia, están 181 VI,18 | unión matrimonial con el hombre. Al mismo tiempo, todo esto 182 VI,18 | concepción materialista del hombre y del mundo. En tal caso 183 VI,18 | unida a la paternidad del hombre, se refleja el eterno misterio 184 VI,18 | humano engendrar es común al hombre y a la mujer. Y si la mujer, 185 VI,18 | consiguiente, es necesario que el hombre sea plenamente consciente 186 VI,18 | igualdad de derechos» del hombre y de la mujer es válido 187 VI,18 | de contacto con el nuevo hombre que se está formando crea 188 VI,18 | vez una actitud hacia el hombre —no sólo hacia el propio 189 VI,18 | propio hijo, sino hacia el hombre en general—, que caracteriza 190 VI,18 | mujer es más capaz que el hombre de dirigir su atención hacia 191 VI,18 | más esta disposición. El hombre, no obstante toda su participación 192 VI,19 | como primera educadora del hombre (la educación es la dimensión 193 VI,19 | precedencia específica sobre el hombre. Si su maternidad, considerada 194 VI,19 | sentido biofísico, depende del hombre, ella imprime un «signo» 195 VI,19 | desafío especial dirigidos al hombre y a su paternidad.~El paradigma 196 VI,19 | Dios ha realizado con el hombre en Jesucristo ha sido introducida 197 VI,19 | vista de la historia de cada hombre, la maternidad de la mujer 198 VI,19 | gozo de que ha nacido un hombre en el mundo» (Jn 16, 21). 199 VI,19 | sufrimiento mejor que el hombre. Es difícil enumerar y llamar 200 VI,19 | gozo de que ha nacido un hombre en el mundo». Este gozo 201 VI,20 | tal es la condición del hombre respecto de su mujer, no 202 VI,20 | incluidos los causados por el hombre— del «celibato por el Reino 203 VI,20 | vocación escatológica del hombre a la unión con Dios. Y añade: « 204 VI,20 | opción libre por parte del hombre, sino también de una gracia 205 VI,20 | estaba desposada con un hombre llamado José» (cf. Lc 1, 206 VI,20 | don a Cristo, Redentor del hombre y Esposo de las almas: un 207 VI,20 | entenderse la consagración del hombre en el celibato sacerdotal 208 VI,21 | la verdad global sobre el hombre que es unidad de cuerpo 209 VI,22 | ayuda a cada mujer y a cada hombre a vivirlo y, de este modo, 210 VI,22 | salvación en la historia del hombre. La Biblia nos persuade 211 VI,22 | auténtica hermenéutica del hombre, es decir, de lo que es « 212 VI,22 | con toda la historia del hombre no podemos dejar de lado, 213 VII,23 | Cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre 214 VII,23 | bíblica de la creación del hombre, varón y mujer. Creados 215 VII,23 | relaciones recíprocas entre el hombre y la mujer debe corresponder 216 VII,23 | esponsal del amor entre el hombre y la mujer con el misterio 217 VII,23 | sido creado el ser humano —hombre y mujer— a imagen y semejanza 218 VII,23 | la analogía del amor del hombre hacia la mujer. Esta mujer-esposa 219 VII,23 | alianza santa de los esposos, hombre y mujer. Leyendo este pasaje 220 VII,24 | única, mediante la cual el hombre y la mujer llegan a ser « 221 VII,24 | análogo, debería hacerlo el hombre, en cualquier situación, 222 VII,24 | esta manera ambos, mujer y hombre, realizan el «don sincero 223 VII,24 | Jesucristo (...) no hay ya hombre ni mujer», sino también « 224 VII,24 | sumisión» de la mujer al hombre en el matrimonio se deben 225 VII,25 | el amor de Dios hacia el hombre, hacia el pueblo elegido, 226 VII,25 | todos sin excepción, a cada hombre y a cada mujer. En la redención 227 VII,25 | amor en la historia del hombre y del mundo.~Cristo entró 228 VII,25 | palabras de Pablo: «Ya no hay hombre ni mujer, ya que todos vosotros 229 VII,25 | Iglesia cada ser humano —hombre y mujer— es la «Esposa», 230 VII,25 | engendra este amor esponsal al hombre, ha superado todas las expectativas 231 VII,25 | hijo de María, «hijo del hombre», verdadero hombre, varón. 232 VII,25 | hijo del hombre», verdadero hombre, varón. El símbolo del Esposo 233 VII,25 | podemos concluir que como hombre —hijo de Israel— reveló 234 VII,25 | principio» igual que el hombre. Al mismo tiempo, Cristo 235 VII,25 | distingue a la mujer del hombre, toda la riqueza que le 236 VII,26 | el «principio» entre el hombre y la mujer.~Si Cristo, al 237 VII,26 | expresar la relación entre el hombre y la mujer, entre lo que 238 VII,26 | Christi»— es realizado por el hombre. Esta es una explicación 239 VIII | resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el 240 VIII | Espíritu da generosamente al hombre, también al hombre de nuestra 241 VIII | generosamente al hombre, también al hombre de nuestra época, tan rica 242 VIII | el centro y el fin» del hombre, así como «de toda la historia 243 VIII,28| primordial, con la creación del hombre y de la mujer a imagen y 244 VIII,28| Redentor— como a los ojos del hombre, varón y mujer. Sobre el 245 VIII,28| de la mujer al lado del hombre —«una ayuda adecuada» (Gén 246 VIII,28| del amor con el que todo hombre es amado por Dios en Cristo, 247 VIII,28| en Cristo, es decir, todo hombre y toda mujer. Sin embargo, 248 VIII,29| Concilio Vaticano II: «El hombre, única criatura terrestre 249 VIII,29| Esto se refiere a todo hombre, como persona creada a imagen 250 VIII,29| a imagen de Dios, ya sea hombre o mujer. La afirmación de 251 VIII,29| la mujer, al igual que el hombre, ha sido creada y «puesta» 252 VIII,29| escatológica del mundo y del hombre expresada por el Apocalipsis.( 253 VIII,29| también la lucha a favor del hombre, de su verdadero bien, de 254 VIII,29| dramática lucha por cada hombre, la lucha por su fundamental « 255 VIII,29| designio eterno sobre el hombre?~Si la dignidad de la mujer 256 VIII,29| confía de un modo especial el hombre, es decir, el ser humano. 257 VIII,29| humano. Naturalmente, cada hombre es confiado por Dios a todos 258 VIII,29| de que Dios «le confía el hombre», siempre y en cualquier 259 VIII,29| de la sensibilidad por el hombre, por todo aquello que es 260 VIII,29| circunstancia la sensibilidad por el hombre, por el hecho de que es 261 VIII,29| para siempre».(61) Si el hombre es confiado de modo particular 262 IX,30 | existe en la historia del hombre sobre la tierra, es decir, 263 IX,30 | que Dios mismo se ha hecho hombre?~La Iglesia, por consiguiente, 264 IX,30 | asumen, juntamente con el hombre, la responsabilidad común