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Capítulo,Párrafo
1 I,2 | esta «mujer» de la Biblia (cf. Gén 3, 15; Jn 2, 4; 19, 2 II,3 | preestablecido en Dios» (cf. Ef 1,9). El Hijo,Verbo 3 II,3 | en el Libro del Génesis (cf. 3, 15). Precisamente aquella « 4 II,3 | como «caminando a tientas» (cf. Act 17, 27)—, la «plenitud 5 II,3 | nos movemos y existimos» (cf. Act 17, 28). Este es el 6 II,3 | hablado por medio del Hijo» (cf. Heb 1, 1-2). El envío de 7 II,3 | misterio de su voluntad (cf. Ef 1, 9): por Cristo, la 8 II,3 | de la naturaleza divina (cf. Ef 2, 18;2 Pe 1, 4)».(15)~ 9 II,3 | el Verbo se hace carne» (cf. Jn 1, 14).De esta manera, 10 II,3 | pero posible para Dios» (cf. Mc 10, 27).~ 11 II,5 | según la profecía de Isaías (cf. 42, 1; 49, 3. 6; 52, 13), 12 II,5 | mundo se salve por él» (cf. Jn 3, 17), se inserta en 13 III,6 | del hombre —varón y mujer (cf. 2, 18-25)— de la que nos 14 III,6 | criaturas del mundo visible (cf. Gén 1, 28).~En la segunda 15 III,6 | la creación del hombre (cf. Gén 2, 18-25) el lenguaje 16 III,6 | y hueso de sus huesos» (cf. Gén 2, 25) y por eso es 17 III,6 | a «someter la tierra» (cf. Gén 1, 28)? Ciertamente 18 III,6 | su padre y a su madre» (cf. Gén 2, 24). La descripción « 19 III,7 | imagen y semejanza de Dios (cf. Gén 1, 26-27), podemos 20 III,7 | no puede existir «solo» (cf. Gén 2, 18); puede existir 21 III,7 | Dios en sí mismo es amor (cf. 1 Jn 4, 16).~La imagen 22 III,7 | plenitud de los tiempos» (cf. Gál 4, 4), esto es, en 23 III,8 | del Hijo» hecho hombre (cf. Heb 1, 1-2), Dios habla 24 III,8 | ha nutrido y consolado (cf. Is 42, 14; 46, 3-4). El 25 III,8 | masculino» del esposo y padre (cf. Os 11, 1-4; Jer 3, 4-19), 26 IV,9 | hombre como varón y mujer (cf. Gén 2, 15-25), desvela 27 IV,9 | conociendo el bien y el mal» (cf. Gén 3, 5), es decir, decidiendo 28 IV,9 | Dios, «el único bueno» (cf. Mt 19, 17), que es la plenitud 29 IV,9 | procurarse los medios para vivir (cf. Gén 3, 17-19), así como 30 IV,9 | dará a luz a sus hijos (cf. Gén 3, 16). Todo esto, 31 IV,9 | en polvo te convertirás» (cf. Gén 3, 19).~Estas palabras 32 IV,9 | beneplácito de su voluntad» (cf. Ef 1, 4-6). La enseñanza 33 IV,10 | carne y soberbia de la vida (cf. 1 Jn 2, 16). Las palabras 34 IV,11 | de la «nueva criatura» (cf. 2 Cor 5, 17). Es más, ella 35 IV,11 | nuevo y último Adán» (cf. 1 Cor 15, 45), el cual 36 IV,11 | descubrir «qué es el hombre» (cf. Sal 8, 5).~A través de 37 IV,11 | del «padre de la mentira» (cf. Gén 3, 1-5). Con la llegada 38 IV,11 | plenitud de los tiempos» (cf. Gál 4, 4), mientras comienza 39 V,13 | padecía flujo de sangre» (cf. Mc 5, 25-34) y que no podía 40 V,13 | Susana y «otras muchas» (cf. Lc 8, 1-3). En otras ocasiones 41 V,13 | parábola de la dracma perdida (cf. Lc 15, 8-10), de la levadura ( 42 V,13 | 8-10), de la levadura (cf. Mt 13, 33), de las vírgenes 43 V,13 | de las vírgenes necias (cf. Mt 25, 1-13). Particularmente 44 V,13 | seres totalmente indefensos (cf. también Lc 18, 1-7).~En 45 V,13 | más bellos del Evangelio (cf. Jn 4, 7-27).~He aquí otra 46 V,13 | ha mostrado mucho amor» (cf. Lc 7, 37-47).~Y, finalmente, 47 V,13 | adelante no peques más» (cf. Jn 8, 3-11).~Estos episodios 48 V,13 | lo que hay en el hombre» (cf. Jn 2, 25), en el hombre 49 V,13 | elige y la ama en Cristo (cf. Ef 1, 1-5 ). Por esto, 50 V,14 | sorprendida en edulterio» (cf. Jn 8, 3-11) se presenta 51 V,14 | coloquio con los fariseos (cf. Mt 19, 3-9), ¿no está quizás 52 V,15 | en espíritu y en verdad (cf. Jn 4, 24); le revela, finalmente, 53 V,15 | Mesías prometido a Israel (cf. Jn 4, 26).~Estamos ante 54 V,15 | ellos lo acogen con fe (cf. Jn 4, 39-42). Es éste un 55 V,15 | hermana María y a Lázaro» (cf. Jn 11, 5). María, «escuchaba 56 V,15 | por las tareas domésticas (cf. Lc 10, 38-42). En otra 57 V,15 | caso de la mujer cananea (cf. Mt 15, 28)— también admiración. 58 V,16 | primeras en abrazarle los pies (cf. Mt 28, 9). Son igualmente 59 V,16 | verdad a los apóstoles (cf. Mt 28, 1-10; Lc 24, 8-11). 60 V,16 | El Evangelio de Juan (cf. también Mc 16, 9) pone 61 V,16 | Espíritu Santo, el Paráclito (cf. Act 2, 17).~Lo dicho hasta 62 V,16 | las maravillas de Dios» (cf. Act 2, 11), conservando 63 VI,17 | virginal «no conozco varón» (cf. Lc 1, 34) y al mismo tiempo 64 VI,18 | dos en una sola carne» (cf. Gén 2, 24); de este modo 65 VI,18 | Dios mismo, uno y trino (cf. Ef 3, 14-15). El humano 66 VI,19 | para hacer tu voluntad» (cf. Heb 10, 5. 7).~En el orden 67 VI,19 | palabra de vida eterna» (cf. Jn 6, 68). En efecto, son 68 VI,19 | cometido de «nuevas criaturas» (cf. 2 Cor 5, 17). Desde el 69 VI,19 | revelación de los hijos de Dios» (cf. Rom 8, 19).~«La mujer, 70 VI,19 | atravesado el corazón» (cf. Lc 2, 35), el pensamiento 71 VI,20 | comenzar a hablar del celibato (cf. Mt 19, 11). Por tanto este 72 VI,20 | un hombre llamado José» (cf. Lc 1, 27), ella estaba 73 VI,20 | Espíritu Santo sobre ella (cf. Lc 1, 35). Esta maternidad 74 VI,20 | espíritu» con Cristo-Esposo (cf. 1 Cor 6, 17).~Este es el 75 VI,20 | todo y seguir a Cristo (cf. Mt 19, 27), lo cual no 76 VI,21 | maternidad «según el espíritu» (cf. Rom 8, 4). En efecto, la 77 VI,22 | primogénito entre muchos hermanos (cf. Rom 8, 29), esto es, los 78 VI,22 | descripción del «principio» (cf. Gén 3, 15) y a lo largo 79 VII,23 | descripción del «principio» (cf. Gén 1, 27; 2, 24) indica 80 VII,23 | esposo por Juan el Bautista (cf. Jn 3, 27-29); más aún, 81 VII,23 | tomada de los profetas (cf. Mc 2, 19-20). El apóstol 82 VII,24 | en el temor de Cristo» (cf. Ef 5, 21), tanto más que 83 VII,25 | llamada también su «cuerpo» (cf. Ef 5, 23), él ha amado 84 VII,25 | sufre dolores de parto» (cf. Gál 4, 19). En el ámbito 85 VII,25 | que ha amado primero» (cf. 1 Jn 4, 19) y que, con 86 VII,25 | las «hijas de Abraham» (cf. Lc 13, 16), la dignidad 87 VII,26 | sangre ha sido «derramada» (cf. Lc 22, 19-20). De este 88 VII,27 | santa y agradable a Dios» (cf. Rom 12, 1), dar en todo 89 VII,27 | eterna a quien lo pida (cf. 1 Ped 3, 15).(51) La participación 90 VII,27 | de sacerdotes» (Ap 5, 10; cf. 1 Ped 2, 9), esto es, que 91 VII,27 | inmaculada y sin mancha» (cf. Ef 5, 27).(54) En este 92 VII,27 | anuncio del profeta Joel (cf. Act 2, 17). Aquellas mujeres, 93 VII,27 | diaconisa de Cencreas» (cf. Rom 16, 1), Prisca con 94 VII,27 | Prisca con su marido Aquila (cf. 2 Tim 4, 19), Evodia y 95 VII,27 | 19), Evodia y Síntique (cf. Fil 4, 2), María, Trifena, 96 VII,27 | Trifena, Pérside, Trifosa (cf. Rom 16, 6. 12). El Apóstol 97 VII,27 | verificó en casa de Timoteo (cf. 2 Tim 1, 5).~Lo mismo se 98 VII,27 | numerosas mujeres «perfectas» (cf. Prov 31, 10) que, a pesar 99 VIII | mismo es «Testigo fiel» (cf. Ap 1, 5) y Maestro. Un 100 VIII,28| palabras del Libro del Génesis (cf. 2, 24). El mismo texto 101 VIII,28| imagen y semejanza de Dios (cf. Gén 1, 27; 5, 1). Con la 102 VIII,28| en el Antiguo Testamento (cf. Dt 6, 5; Lev 19, 18) y 103 VIII,28| del «ethos» evangélico (cf. Mt 22, 36-40; Mc 12, 28- 104 VIII,28| La mayor es la caridad» (cf. 1 Cor 13, 13).~Si no recurrimos 105 VIII,29| bíblicas del Protoevangelio (cf. Gén 3, 15). En la presente 106 VIII,29| que está para dar a luz» (cf. Ap 12, 4) se pone «el gran 107 VIII,29| la mentira» y del pecado (cf. Jn 8, 44). Pues la «serpiente 108 VIII,29| evangelio de la infancia (cf. Mt 2, 13. 16) podemos pensar 109 VIII,29| modo, la «mujer perfecta» (cf. Prov 31, 10) se convierte 110 IX,30 | manifestaciones del Espíritu» (cf. 1 Cor 12, 4 ss.), que con