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| Ioannes Paulus PP. II Mulieris dignitatem IntraText - Concordancias (Hapax Legomena) |
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1003 IV,9 | habrá de procurarse los medios para vivir (cf. Gén 3, 17-
1004 VII,25 | Iglesia, a todos los hombres. Meditando todo lo que los Evangelios
1005 IX,30 | especialmente en nuestros días. Al meditar sobre el misterio bíblico
1006 VII,27 | misión de la Iglesia. Basta mencionar a Mónica, madre de Agustín,
1007 IV,10 | femineidad no son ciertamente menores que los recursos de la masculinidad;
1008 VII,26 | unos hombres, siguiendo la mentalidad difundida en su tiempo,
1009 V,15 | normal. A este propósito, merecen un recuerdo especial las
1010 VII,23 | Cada uno de estos textos merecerá un análisis por separado.
1011 III,6 | decir, más descriptivo y metafórico, más cercano al lenguaje
1012 V,15 | advirtió a su marido: «No te metas con ese justo, porque hoy
1013 IV,9 | tiene su «medida» humana, su metro interior, en la voluntad
1014 | mía
1015 VII,27 | santidad, por otra parte, se mide según el «gran misterio»,
1016 V,15 | mucho» logran vencer el miedo. Antes de esto habían estado
1017 VI,21 | necesitados: los enfermos, los minusválidos, los abandonados, los huérfanos,
1018 V,14 | la Montaña: «Todo el que mira a una mujer deseándola,
1019 V,15 | había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que
1020 V,14 | tanto, cada hombre ha de mirar dentro de sí y ver si aquélla
1021 VII,26 | franqueza..., porque no miras la condición de las personas» (
1022 II,3 | percepción de aquella fuerza misteriosa que se halla presente en
1023 VII,27 | los miembros del Cuerpo místico de Cristo. La santidad,
1024 III,6 | cercano al lenguaje de los mitos conocidos en aquel tiempo.
1025 VII,23 | pues la vergüenza de tu mocedad olvidarás y la afrenta de
1026 III,6 | lo general, las lenguas modernas, desgraciadamente, no logran
1027 V,15 | mujer y su acción: «¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una "
1028 VII,27 | Teresa de Jesús en la vida monástica.~También en nuestros días
1029 V,13 | viuda pobre echaba allí dos moneditas». En tonces Jesús dijo: «
1030 VII,27 | Iglesia. Basta mencionar a Mónica, madre de Agustín, Macrina,
1031 II,3 | difícilmente imaginable según la fe monoteísta veterotestamentaria. Solamente
1032 V,14 | dirá en el Sermón de la Montaña: «Todo el que mira a una
1033 VII,23 | Redentor (...) Porque los montes se correrán y las colinas
1034 VI,19 | mundo, tanto física como moralmente. En este sufrimiento desempeña
1035 V,15 | que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?».~«Sí,
1036 V,12 | su favor la legislación mosaica vigente en Israel: «Moisés
1037 III,8 | suficientemente preciso para mostrar los límites de la «semejanza»,
1038 V,15 | fidelidad las mujeres se mostraron más fuertes que los apóstoles;
1039 V,12 | a la propia mujer por un motivo cualquiera» (Mt 19, 3);
1040 II,3 | en el cual vivimos, nos movemos y existimos» (cf. Act 17,
1041 VII,23 | mi alianza de paz no se moverá» (Is 54, 4-8. 10).~Por haber
1042 VII,23 | correrán y las colinas se moverán mas mi amor de tu lado no
1043 VI,21 | que florecen dentro de los Movimientos, Grupos o Asociaciones;
1044 V,13 | diciéndole con ternura: «Muchacha, a ti te lo digo, levántate» (
1045 V,15 | El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive
1046 V,15 | mujer —que además es una «mujer-pecadora»— se convierte en «discípula»
1047 IV,11 | analogía? Ciertamente es múltiple. Conviene detenernos particularmente
1048 VI,19 | aquella mujer en medio de la multitud, que lo alababa por la maternidad
1049 VII,27 | su triple misión («tria munera Christi»); unida de tal
1050 I,1 | la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres
1051 VII,25 | completan y se explican mutuamente. Esto se constata también
1052 II,3 | sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado
1053 | nada
1054 V,13 | otra ocasión es la viuda de Naim a la que Jesús devuelve
1055 VI,20 | celibato debido a defectos naturales —incluidos los causados
1056 V,14 | libran» del niño antes de que nazca. «Se libran»; pero ¡a qué
1057 VII,24 | cuántas generaciones han sido necesarias para que, en la historia
1058 I,1 | antropológicos y teológicos necesarios para resolver los problemas
1059 IX,30 | de la humanidad, en las necesidades de cada día y según aquel
1060 V,13 | ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para
1061 VI,21 | especialmente por los más necesitados: los enfermos, los minusválidos,
1062 V,13 | prudentes y de las vírgenes necias (cf. Mt 25, 1-13). Particularmente
1063 II,4 | 18) En contraposición a Nestorio, que consideraba a María
1064 VII,27 | madre a los hijos y a los nietos, como se verificó en casa
1065 VI,21 | huérfanos, los ancianos, los niños, los jóvenes, los encarcelados
1066 III,8 | A este modelo absoluto, no-creado, se asemeja todo el «engendrar»
1067 IV,11 | dirigido solamente a hombres: Noé, Abraham, Moisés. Al comienzo
1068 V,13 | Entre éstas, el Evangelio nombra a Juana, mujer del administrador
1069 IV,11 | a «la mujer», la cual es nombrada en el Protoevangelio en
1070 VII,27 | escritos apostólicos anotan sus nombres, como Febe, «diaconisa de
1071 V,14 | mal de este pecado; pero normalmente la conciencia de la mujer
1072 III,8 | mismo del Evangelio como normativa de la oración cristiana,
1073 | nosotros
1074 I,1 | Vaticano II», se ocuparon nuevamente de la dignidad y de la vocación
1075 VI,19 | crecer como personas los nuevos hijos e hijas de la estirpe
1076 V,13 | ante nuestros ojos un gran número de mujeres, de diversa edad
1077 | nunca
1078 III,8 | a luz en el dolor, lo ha nutrido y consolado (cf. Is 42,
1079 VI,20 | los de castidad, pobreza y obediencia, cuya encarnación más perfecta
1080 IV,10 | situaciones que, siendo objetivamente dañinas, es decir injustas,
1081 V,13 | elocuente es la narración del óbolo de la viuda. Mientras «los
1082 IX,30 | En definitiva, ¿no se ha obrado en ella y por medio de ella
1083 VII,26 | completamente el modo de obrar de Cristo. «Maestro, sabemos
1084 III,8 | totalmente Otro».~Esta observación sobre los límites de la
1085 IX,30 | unión con Cristo»,(63) nos obtenga también este «fruto» en
1086 VI,17 | pregunta al mensajero divino y obtiene la explicación: «El Espíritu
1087 VII,27 | los hombres, y concierne obviamente también a aquellos que participan
1088 V,13 | cf. Lc 8, 1-3). En otras ocasiones las mujeres aparecen en
1089 I,1 | del Sínodo de los Obispos (octubre de 1987), que fue dedicada
1090 V,16 | María de Magdala fue testigo ocular de Cristo resucitado, y
1091 V,14 | de este pecado «suyo» se oculta un hombre pecador, culpable
1092 VII,23 | un arranque de furor te oculté mi rostro por un instante,
1093 III,6 | 2, 18-25)— de la que nos ocuparemos a continuación. Sin embargo,
1094 I,1 | Concilio Vaticano II», se ocuparon nuevamente de la dignidad
1095 V,12 | interlocutores, que eran por oficio los conocedores de la ley, «
1096 VII,27 | mujeres, en cuanto deben «ofrecerse a sí mismos como una víctima
1097 VII,27 | con el que el Redentor ha ofrecido al Padre el mundo entero
1098 IV,9 | en cambio, que ha sido «ofuscada» (30) y, en cierto sentido, «
1099 IV,11 | desde el «principio» había ofuscado esta conciencia; en cierto
1100 V,12 | humanos como fruto amargo del ofuscamiento de la imagen divina. ¡Qué
1101 VI,22 | Mateo (19, 10-12)—, pero sin ofuscar de ningún modo la importancia
1102 VII,27 | madre de Agustín, Macrina, Olga de Kiev, Matilde de Toscana,
1103 III,8 | Señor me ha olvidado" ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho,
1104 VI,19 | la soledad de las madres olvidadas por los hijos adultos, la
1105 III,8 | abandonado, el Señor me ha olvidado" ¿Acaso olvida una mujer
1106 V,14 | el Evangelio de San Juan, olvidando el propio pecado. Cuántas
1107 VII,23 | vergüenza de tu mocedad olvidarás y la afrenta de tu viudez
1108 III,8 | llegasen a olvidar, yo no te olvido» (49, 14-15). Y en otro
1109 I,1 | de la estructura viva y operante del Cristianismo de un modo
1110 II,5 | Dios, entramos del modo más oportuno en la presente meditación
1111 IV,10 | tanto, también la justa oposición de la mujer frente a lo
1112 VI,20 | seguirlo de modo radical opta por una vida según estos
1113 VI,22 | dejar de lado, desde la óptica de nuestra fe, el misterio
1114 IX,30 | de la «mujer», la Iglesia ora para que todas las mujeres
1115 VII,27 | embargo esta estructura está ordenada totalmente a la santidad
1116 III,6 | y el amor conyugal están ordenados: «Sed fecundos y multiplicaos
1117 IV,11 | por los teólogos.(35) De ordinario, de esta comparación emerge
1118 VII,27 | determina, además, la unión orgánica de la Iglesia, como Pueblo
1119 IX,30 | llega ahora a su fin, está orientada a reconocer desde el interior
1120 VI,20 | hombres y mujeres se han orientado por este camino, pues el
1121 IV,10 | aquel «ethos», inscrito originariamente por el Creador en el hecho
1122 VII,23 | particular en los profetas Oseas, Jeremías, Ezequiel e Isaías.(
1123 IX,30 | carismas que el Espíritu Santo otorga a las mujeres en la historia
1124 VII,25 | toda la riqueza que le fue otorgada a ella en el misterio de
1125 | otros
1126 V,13 | Nazaret explicaba a sus oyentes las verdades sobre el Reino
1127 I,1 | XII (4) y en la Encíclica Pacem in terris del Papa Juan
1128 V,13 | 30), o como la mujer «que padecía flujo de sangre» (cf. Mc
1129 V,13 | Evangelio~13. Recorriendo las páginas del Evangelio pasan ante
1130 VII,27 | En cada época y en cada país encontramos numerosas mujeres «
1131 II,3 | perspectiva de este vasto panorama, que pone en evidencia las
1132 V,13 | Dios; así lo vemos en la parábola de la dracma perdida (cf.
1133 V,13 | mujeres aparecen en las parábolas con las que Jesús de Nazaret
1134 V,16 | venida del Espíritu Santo, el Paráclito (cf. Act 2, 17).~Lo dicho
1135 IV,9 | negación.~Se puede decir, paradójicamente, que el pecado presentado
1136 III,8 | También en los Salmos Dios es parangonado a una madre solícita: «No,
1137 VI,17 | indica claramente que esto parecía imposible a la misma Virgen
1138 VII,23 | mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.
1139 I,2 | tercero. Por otra parte, me ha parecido lo más conveniente dar a
1140 V,14 | Cuántas veces, en casos parecidos, la mujer paga por el propio
1141 III,7 | de una «ayuda» de ambas partes, que ha de ser «ayuda» recíproca.
1142 VII,27 | Ped 2, 9), esto es, que participen no solamente en la misión
1143 I,1 | o como varón. Solamente partiendo de estos fundamentos, que
1144 II,3 | vale la pena considerarlo a partir de la historia espiritual
1145 II,3 | muchos modos habló en el pasado a nuestros padres por medio
1146 VI,18 | conoce mejor que en tiempos pasados y que es objeto de profundos
1147 VII,23 | hombre y mujer. Leyendo este pasaje rico y complejo, que en
1148 V,13 | las páginas del Evangelio pasan ante nuestros ojos un gran
1149 VI,22 | camino que va de la creación —pasando por el pecado— hasta la
1150 V,12 | del Génesis nos permiten pasar al ámbito del Evangelio.
1151 II,3 | historia de la salvación: la Pascua del Señor. Sin embargo,
1152 VI,19 | pronunciadas la víspera de la pasión); «pero volveré a veros
1153 VI,19 | manifiesta una aparente pasividad: el proceso de formación
1154 VI,18 | padres: la materna y la paterna. Sin embargo, la contribución
1155 IX,30 | en esta tierra que es «la patria» de la familia humana, que
1156 VII,23 | Pablo, que es portador del patrimonio del Antiguo Testamento,
1157 VII,23 | Is 54, 5). En el texto paulino la analogía de la relación
1158 II,3 | naturaleza divina (cf. Ef 2, 18;2 Pe 1, 4)».(15)~La mujer se
1159 V,14 | suyo» se oculta un hombre pecador, culpable del «pecado de
1160 III,8 | olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo
1161 VI,19 | seno que te llevó y los pechos que te criaron»? Jesús respondió: «
1162 IV,10 | que hereda como expresión peculiar de la «imagen y semejanza
1163 III,7 | llevan a cabo según su propia peculiaridad. En el ámbito de la presente
1164 IX,30 | Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 15 de agosto, solemnidad
1165 V,15 | apóstoles; en los momentos de peligro aquellas que «aman mucho»
1166 II,3 | embargo, quizás vale la pena considerarlo a partir de
1167 III,7 | Persona - Comunión - Don~7. Penetrando con el pensamiento el conjunto
1168 V,13 | podía tocar a nadie porque pensaba que su contacto hacía al
1169 V,12 | interlocutores de Jesús pensaban que tenían a su favor la
1170 V,14 | aparece sereno, recogido, pensativo. Su conocimiento de los
1171 VII,27 | Jerusalén hasta el día de Pentecostés. Aquel día, el Espíritu
1172 II,3 | distintos pueblos una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa
1173 VII,24 | novedad, si bien en ellos se percibe aún lo «antiguo», es decir,
1174 VIII,29| espiritual para los demás, que perciben la gran energía de su espíritu.
1175 IV,10 | podría, en cambio, deformar y perder lo que constituye su riqueza
1176 V,13 | la parábola de la dracma perdida (cf. Lc 15, 8-10), de la
1177 VI,18 | mundo. En tal caso se habría perdido lo que verdaderamente es
1178 V,15 | amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra» (Lc
1179 VII,26 | recibieron el Espíritu Santo para perdonar los pecados: «A quienes
1180 VII,26 | los pecados: «A quienes perdonéis los pecados, les quedan
1181 V,13 | gracias, lo acompañaban en sus peregrinaciones con los apóstoles por las
1182 IX,30 | junto con los hombres, peregrinan en esta tierra que es «la
1183 VII,26 | Iglesia se introduce la perenne «unidad de los dos», constituida
1184 II,5 | la anula, antes bien la perfecciona y la ennoblece. Por lo tanto,
1185 IV,10 | matrimonial exige el respeto y el perfeccionamiento de la verdadera subjetividad
1186 IV,11 | según el modelo de aquella perfectísima comunión de Personas que
1187 III,8 | espiritual del modo más perfecto, ya que «Dios es espíritu» (
1188 VI,21 | modo puede decirse que el perfil del matrimonio tiene su
1189 V,15 | los apóstoles sólo Juan permaneció fiel; las mujeres eran muchas.
1190 V,12 | dureza de vuestro corazón os permitió repudiar a vuestras mujeres;
1191 VII,27 | 10) que, a pesar de las persecuciones, dificultades o discriminaciones,
1192 VII,27 | Fil 4, 2), María, Trifena, Pérside, Trifosa (cf. Rom 16, 6.
1193 VI,19 | maternidad bajo el aspecto personal-ético expresa una creatividad
1194 IV,10 | la tierra.~Los recursos personales de la femineidad no son
1195 III,7 | Jn 17, 21-22), abriendo perspectivas cerradas a la razón humana,
1196 VI,22 | del hombre. La Biblia nos persuade del hecho de que no se puede
1197 VI,19 | dolores del parto», que pertenecen a la herencia del pecado
1198 IV,11 | consecuencias que desde entonces pesan sobre todo el género humano,
1199 I,1 | mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados
1200 I,1 | y además instituyendo, a petición de la Asamblea del Sínodo
1201 VII,27 | la vida eterna a quien lo pida (cf. 1 Ped 3, 15).(51) La
1202 IX,30 | santidad femenina.~La Iglesia pide, al mismo tiempo, que estas
1203 V,13 | una expresión de afectuosa piedad: «Tuvo compasión de ella
1204 V,13 | que le arroje la primera piedra». La fuerza de la verdad
1205 VI,18 | la mujer. Comúnmente se piensa que la mujer es más capaz
1206 VIII,29| en ella es inmutable y no pierde vigencia, poniendo «su último
1207 V,15 | intervenido también la mujer de Pilatos, que advirtió a su marido: «
1208 I,1 | varios discursos del Papa Pío XII (4) y en la Encíclica
1209 IV,11 | linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas
1210 V,14 | en un «objeto»: objeto de placer, de explotación.~
1211 VI,19 | que se relaciona con el plano del espíritu: la maternidad
1212 VI,20 | particular los de castidad, pobreza y obediencia, cuya encarnación
1213 IV,11 | en mi favor maravillas el Poderoso» (Lc 1, 49). Esto se refiere
1214 II,3 | basándose en la promesa, podían esperar que una de ellas
1215 IX,30 | del año 1988, décimo de mi Pontificado.~ ~ ~
1216 VII,23 | El apóstol Pablo, que es portador del patrimonio del Antiguo
1217 IV,10 | en la «unidad de los dos» poseen el hombre y la mujer; y
1218 V,13 | físicos, como aquella mujer poseída por «un espíritu que la
1219 IV,10 | objeto» de «dominio» y de «posesión» masculina. Las palabras
1220 VIII,29| Cristo, y de las épocas posteriores hasta nuestros días.~La
1221 I,1 | Documento. La Exhortación postsinodal, que se hará pública después
1222 V,15 | el de la Samaritana en el pozo de Siquem. Jesús —que sabe
1223 VII,24 | principio se llevara a la práctica con la abolición de la esclavitud!
1224 VI,19 | del ser padres), tiene una precedencia específica sobre el hombre.
1225 V,12 | publicanos y las prostitutas os precederán en el reino de Dios» (Mt
1226 VI,20 | todo en los tiempos que precedieron inmediatamente a la venida
1227 VI,22 | también madre y virgen, precedió la Santísima Virgen, presentándose
1228 V,14 | Se libran»; pero ¡a qué precio! La opinión pública actual
1229 IV,10 | que el texto apostólico precisa como concupiscencia de los
1230 I,1 | manifestado ya en el período preconciliar, por ejemplo, en varios
1231 I,1 | Concilio Vaticano II, mi predecesor Pablo VI expresó también
1232 VI,22 | con fidelidad, pues por la predicación y el bautismo engendra a
1233 II,3 | cumplimiento del misterio «preestablecido en Dios» (cf. Ef 1,9). El
1234 II,3 | busca una respuesta a las preguntas fundamentales y, a la vez,
1235 III,7 | relación al otro «yo». Esto es preludio de la definitiva autorrevelación
1236 VI,18 | especialmente en el período prenatal. La mujer es «la que paga»
1237 V,15 | mejor parte» respecto a la preocupación de Marta por las tareas
1238 IV,11 | Revelación, primero como preparación al Evangelio y después como
1239 VI,21 | priva a la mujer de sus prerrogativas. La maternidad espiritual
1240 II,5 | Pero la gracia no prescinde nunca de la naturaleza ni
1241 VI,20 | cuenta casarse» (Mt 19, 10). Prescindiendo del sentido que aquel «no
1242 V,12 | vigente en Israel: «Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla»(
1243 III,8 | del lenguaje bíblico~8. La presentación del hombre como «imagen
1244 VI,22 | precedió la Santísima Virgen, presentándose de forma eminente y singular
1245 I,1 | pública después de éste, presentará las propuestas de carácter
1246 VII,23 | con un solo esposo para presentaros cual casta virgen a Cristo» (
1247 V,14 | Evangelio de San Juan puede presentarse de nuevo en cada época histórica,
1248 VII,23 | virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo;
1249 V,14 | muy a menudo, sufriendo presiones de dicho tipo, incluidas
1250 II,5 | la Virgen de Nazaret, en previsión de que llegaría a ser «Theotókos»,
1251 VII,27 | en la vida de la Iglesia primitiva, en la edificación de la
1252 VI,22 | a quien Dios constituyó primogénito entre muchos hermanos (cf.
1253 VIII,28| matrimonio, como sacramento primordial, con la creación del hombre
1254 IV,10 | hombre y mujer, constituye el principal argumento contra todas las
1255 II,3 | relaciona entre sí los momentos principales que determinan de modo esencial
1256 VIII,29| femineidad— y ello decide principalmente su vocación.~Tomando pie
1257 VII,27 | Cencreas» (cf. Rom 16, 1), Prisca con su marido Aquila (cf.
1258 VI,21 | efecto, la virginidad no priva a la mujer de sus prerrogativas.
1259 II,5 | esta frase no se la puede privar ni disminuir de su sentido
1260 II,3 | nuestra existencia, del cual procedemos y hacia el cual nos dirigimos?».(
1261 IV,10 | efectiva de tales situaciones y proclaman al mismo tiempo la necesidad
1262 V,15 | aseguro: dondequiera que se proclame esta Buena Nueva, en el
1263 IV,9 | la que el hombre habrá de procurarse los medios para vivir (cf.
1264 II,5 | Siervo del Señor», según la profecía de Isaías (cf. 42, 1; 49,
1265 V,15 | 21-27).~Después de esta profesión de fe Jesús resucitó a Lázaro.
1266 IX,30 | las mujeres que trabajan profesionalmente, mujeres cargadas a veces
1267 V,16 | medida al hecho de que «profeticen vuestros hijos» al igual
1268 V,16 | profundamente personal y profético. Entendida así la vocación,
1269 VII,23 | muy clara en los textos proféticos— encuentra su afirmación
1270 VIII,28| pensar en una especie de «profetismo» particular de la mujer
1271 V,16 | igual que «vuestras hijas». «Profetizar» significa expresar con
1272 V,16 | Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán» (Jl 3, 1). Al cumplirse
1273 V,15 | acerca de las verdades más profundas de la revelación y de la
1274 I,1 | otras cosas, abogaron por la profundización de los fundamentos antropológicos
1275 VI,20 | Evangelio se ha desarrollado y profundizado el sentido de la virginidad
1276 VI,18 | es necesario una vez más profundizar en la verdad sobre la persona
1277 IV,11 | Protoevangelio en primer lugar, como progenitora de aquél que será el redentor
1278 VIII,29| marginación. De ese modo, este progreso unilateral puede llevar
1279 VI,22 | pura e íntegramente la fe prometida al Esposo».(46) Esto se
1280 I,1 | Cristianismo de un modo tan prominente que acaso no se hayan todavía
1281 I,1 | relación con la «efectiva promoción de la dignidad y de la responsabilidad
1282 V,12 | ante sus contemporáneos el promotor de la verdadera dignidad
1283 VI,19 | estas palabras fueron pronunciadas la víspera de la pasión); «
1284 II,4 | momento de la Anunciación, pronunciando su «fiat», María concibió
1285 III,6 | 2, 25).~El texto bíblico proporciona bases suficientes para reconocer
1286 I,1 | de éste, presentará las propuestas de carácter pastoral sobre
1287 V,12 | Cristo: «los publicanos y las prostitutas os precederán en el reino
1288 VI,20 | convertido en el principio y el prototipo de una nueva esperanza para
1289 VI,20 | maternidad que se realizó en ella provenía exclusivamente del «poder
1290 I,1 | tanto mujeres como hombres— provenientes de las Iglesias particulares
1291 V,12 | queda en vigor la ley que proviene de Dios mismo: «Lo que Dios
1292 IV,9 | Génesis (3, 1-5). El pecado provoca la ruptura de la unidad
1293 V,12 | esta dignidad. A veces esto provocaba estupor, sorpresa, incluso
1294 V,13 | ante Jesús. A la pregunta provocativa: «Moisés nos mandó en la
1295 III,7 | comunión. De este modo se proyecta también una nueva luz sobre
1296 V,13 | 13, 33), de las vírgenes prudentes y de las vírgenes necias (
1297 VIII,28| características espirituales, psíquicas y corporales, como, por
1298 VI,18 | proceso biofisiológico y psíquico que hoy día se conoce mejor
1299 VI,18 | también a la estructura psíquico-física de la mujer. Todo lo que
1300 VII,26 | Declaración Inter insigniores, publicada por disposición de Pablo
1301 V,12 | palabras de Cristo: «los publicanos y las prostitutas os precederán
1302 V,13 | como pecadoras: pecadoras públicas y adúlteras. A la Samaritana
1303 II,3 | sombra» sobre ella, María pudo aceptar lo que era «imposible
1304 IV,10 | Escritura confirman en diversos puntos la existencia efectiva de
1305 VI,18 | no es una interpretación puramente teórica o una definición
1306 VII,23 | ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua,
1307 IV,10 | de convertirse, es decir, purificarse del mal y librarse del pecado:
1308 IV,10 | es decir, la tendencia a quebrantar aquel orden moral que corresponde
1309 VII,23 | ni te sonrojes, que no quedarás confundida, pues la vergüenza
1310 VI,20 | compararse con el simple quedarse soltera o célibe, pues la
1311 V,13 | en la tierra que Dios ha querido por sí misma», cada una
1312 VI,19 | la muerte de sus seres queridos, la soledad de las madres
1313 V,14 | consigue olvidar el haber quitado la vida a su propio hijo,
1314 VI,19 | alegría nadie os la podrá quitar» (Jn 16, 22).~
1315 I,2 | Nuevo Testamento, ¿no puede quizá decir mucho a la Iglesia
1316 V,16 | vuelve y le dice en hebreo: "Rabbuní" —que quiere decir: "Maestro"—.
1317 III,7 | el terreno sobre el que radica la verdad sobre el hombre,
1318 VII,27 | Cristo. Una unión y libertad radicada así en Dios explica, por
1319 VI,20 | cristiano el camino de la radicalidad evangélica. Ya desde los
1320 VI,20 | así se expresa el llamado radicalismo del Evangelio: Dejarlo todo
1321 VI,18 | Todo lo que las diversas ramas de la ciencia dicen sobre
1322 III,6 | un ser racional (animal rationale).(23) Gracias a esta propiedad,
1323 VI,21 | Asociaciones; en todas estas realidades, la misma verdad sobre la
1324 VII,25 | expresado mediante la redención realizada por Cristo. Según la carta
1325 VI,20 | Israel». En efecto, para realizar un cambio tan profundo en
1326 II,3 | con la respuesta de María realmente «el Verbo se hace carne» (
1327 IV,11 | confrontación Eva - María reaparece constantemente en el curso
1328 IV,9 | En efecto, el pecado «rebaja» al hombre, como nos lo
1329 IV,9 | y, en cierto sentido, «rebajada». En efecto, el pecado «
1330 IV,11 | que ha sido esencialmente «rebajado» por el pecado y por su
1331 IV,9 | Cometiendo el pecado, el hombre rechaza este don y al mismo tiempo
1332 IV,11 | sobre el depósito de la fe recibida por la Revelación divina
1333 IV,10 | riqueza de la femineidad, que recibió el día de la creación y
1334 V,15 | el Padre tiene derecho a recibir en espíritu y en verdad (
1335 I,1 | virtualidades».(8)~Los Padres de la reciente Asamblea del Sínodo de los
1336 VII,24 | puede decir que aquí se recoge plenamente todo lo que constituye «
1337 VII,23 | pero con gran compasión te recogeré. En un arranque de furor
1338 V,14 | humanas. Jesús aparece sereno, recogido, pensativo. Su conocimiento
1339 II,3 | respuesta a los enigmas recónditos de la condición humana que,
1340 V,16 | guardián del jardín; lo reconoce solamente cuando él la llama
1341 V,12 | de Jesucristo, en quien reconocemos también lo que significa
1342 III,6 | así a la existencia, es reconocida inmediatamente por el hombre
1343 IX,30 | la Jerusalén eterna, sean reconocidas debidamente, valorizadas,
1344 V,13 | diálogo que precede a este reconocimiento es uno de los más bellos
1345 V,13 | los secretos de su vida, reconoció en Jesús al Mesías y corrió
1346 VII,23 | afrenta de tu viudez no recordarás jamás. Porque tu Esposo
1347 II,3 | aunque también es fácil recordarlo en la perspectiva de todos
1348 IV,11 | Génesis (3, 16) y volver a recorrer el camino hacia aquel «principio»
1349 VI,20 | No se puede comprender rectamente la virginidad, la consagración
1350 V,15 | este propósito, merecen un recuerdo especial las hermanas de
1351 VI,22 | confirmado que si no se recurre a la Madre de Dios no es
1352 VIII,28| cf. 1 Cor 13, 13).~Si no recurrimos a este orden y a este primado
1353 I,2 | indica también la Encíclica Redemptoris Mater.(9) Esta Encíclica
1354 IV,11 | la Alianza en la Sangre redentora de Cristo. Esta Alianza
1355 IV,11 | ella misma, como la primera redimida en la historia de la salvación,
1356 VII,25 | singularmente. En efecto, Cristo ha redimido a todos sin excepción, a
1357 IX,30 | debidamente, valorizadas, para que redunden en común beneficio de la
1358 I,1 | para resolver los problemas referentes al significado y dignidad
1359 V,12 | y, consiguientemente, se refería también al derecho de la
1360 VI,19 | sentido de la maternidad referida al cuerpo; pero al mismo
1361 IV,11 | contenido en estas palabras, se refiera a «la mujer», la cual es
1362 I,1 | Magisterio de la Iglesia, reflejadas en varios documentos del
1363 III,7 | de amor y, de este modo, reflejar en el mundo la comunión
1364 V,13 | no se encuentra nada que refleje la habitual descriminación
1365 III,8 | como niño destetado en el regazo de su madre. ¡Como niño
1366 VI,21 | viven según el carisma y las reglas de los diferentes Institutos
1367 V,15 | se sienten «liberadas», reintegradas en su propio ser; se sienten
1368 VI,20 | entienda». Estas palabras son reiteración de lo que había dicho al
1369 VI,19 | Este gozo también está relacionado con el misterio pascual,
1370 V,14 | la existencia humana, se relacionan íntimamente con la «unidad
1371 VIII | seguir al asumir las tareas relativas a la dignidad de la mujer
1372 IV,11 | palabras del Protoevangelio, releídas a la luz del Nuevo Testamento,
1373 I,1 | más que en cualquier otra religión, la mujer tiene desde los
1374 VI,21 | verifica en las Comunidades religiosas de vida apostólica de modo
1375 VI,20 | sacerdotal o en el estado religioso.~La natural disposición
1376 V,15 | explicar la verdad sobre la remisión de los pecados: «Quedan
1377 VII,24 | del amor esponsal que se remonta a la institución divina
1378 VII,27 | Concilio Vaticano II ha renovado en la Iglesia la conciencia
1379 VII,23 | esposa le haya sido infiel repetidamente.~Esta imagen del amor esponsal
1380 VII,25 | este símbolo masculino está representado el carácter humano del amor
1381 V,13 | 3-11).~Estos episodios representan un cuadro de gran transparencia.
1382 II,4 | vista, la «mujer» es la representante y arquetipo de todo el género
1383 V,15 | palabras, es un coherente reproche a cuanto ofende la dignidad
1384 VII,23 | mujer de la juventud ¿es repudiada? dice tu Dios. Por un breve
1385 V,12 | prescribió dar acta de divorcio y repudiarla»(Mt 19, 7). A lo cual Jesús
1386 VII,26 | sacrificio de la Cruz, hace resaltar de manera definitiva el
1387 I,1 | teológicos necesarios para resolver los problemas referentes
1388 II,4 | historia de los hombres respeta siempre la voluntad libre
1389 VII,27 | unida de tal manera que responda con un «don sincero» de
1390 V,14 | necesario que ambos se sientan responsables del don. Esta medida está
1391 IV,11 | redención, en cierto sentido, restituye en su misma raíz el bien
1392 V,15 | esta profesión de fe Jesús resucitó a Lázaro. También el coloquio
1393 V,13 | dominantes entonces.~Todo esto resulta aún más explícito referido
1394 VIII | diverso de actuar conduciría a resultados dudosos, por no decir erróneos
1395 IV,10 | dignidad y vocación que resultan de la diversidad específica
1396 IV,10 | mientras que sólo la igualdad, resultante de la dignidad de ambos
1397 I,1 | palabras de este Mensaje resumen lo que ya se había expresado
1398 VII,26 | perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (
1399 VII,26 | los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 23).~Nos encontramos
1400 V,13 | tan grande que «se iban retirando uno tras otro comenzando
1401 II,3 | muerte, el juicio y cuál la retribución después de la muerte? ¿Cuál
1402 II,3 | trata solamente de palabras reveladas por Dios a través de los
1403 VII,25 | conjunto debe servir para revelar «el gran misterio». Se trata
1404 II,3 | con su bondad y sabiduría revelarse a Sí mismo y manifestar
1405 VII,25 | hombre —hijo de Israel— reveló la dignidad de las «hijas
1406 VIII | hombre de nuestra época, tan rica de múltiples transformaciones.
1407 VII,23 | mujer. Leyendo este pasaje rico y complejo, que en su conjunto
1408 V,13 | la viuda. Mientras «los ricos (...) echaban sus donativos
1409 III,8 | los Efesios: «Doblo mis rodillas ante el Padre, de quien
1410 IX,30 | Bendición Apostólica.~Dado en Roma, junto a San Pedro, el día
1411 VII,27 | de Suecia, Juana de Arco, Rosa de Lima, Elizabeth Seton
1412 VII,23 | arranque de furor te oculté mi rostro por un instante, pero con
1413 III,7 | leemos: «El Señor, cuando ruega al Padre que "todos sean
1414 IV,9 | por ejemplo, la Carta de S. Pablo a Timoteo: «Porque
1415 VII,26 | obrar de Cristo. «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas
1416 V,13 | Ella, sintiendo que él sabía los secretos de su vida,
1417 II,3 | Quiso Dios con su bondad y sabiduría revelarse a Sí mismo y manifestar
1418 V,12 | sí: Si éste fuera profeta sabría quién y qué clase de mujer
1419 II,5 | de su sentido profundo, sacándola artificialmente del contexto
1420 VII,27 | constituyan «un reino de sacerdotes» (Ap 5, 10; cf. 1 Ped 2,
1421 VII,23 | sacramento»— determina la sacramentalidad del matrimonio como alianza
1422 VII,23 | totalidad del «gran misterio» («sacramentum magnum»). La alianza propia
1423 VII,24 | y de explicar los textos sagrados, como por ejemplo el del
1424 II,3 | mediante la cual Dios mismo sale al encuentro de las inquietudes
1425 IX,30 | Por todas ellas, tal como salieron del corazón de Dios en toda
1426 III,8 | 66, 13). También en los Salmos Dios es parangonado a una
1427 VII,23 | Efesios (5, 23-32). Cristo es saludado como esposo por Juan el
1428 II,5 | entre el ángel y María en el saludo: «llena de gracia».(19)
1429 V,13 | su gran fe: «Tu fe te ha salvado» (Mc 5, 34). Encontramos
1430 IV,11 | anuncio del redentor, del salvador del mundo, contenido en
1431 II,5 | mundo, para que el mundo se salve por él» (cf. Jn 3, 17),
1432 V,16 | igualmente sus «visitas» salvíficas y santificantes.~El hecho
1433 V,15 | Cristo a los habitantes de Samaria, de modo que también ellos
1434 IV,11 | por ejemplo, a la madre de Samuel y de Sansón; pero para estipular
1435 IV,11 | la madre de Samuel y de Sansón; pero para estipular su
1436 V,16 | sus «visitas» salvíficas y santificantes.~El hecho de ser hombre
1437 VII,23 | sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante
1438 V,12 | causar en quienes escuchaban, satisfechos de sí mismos, aquellas palabras
1439 V,15 | hermano resucitará».~— «Ya sé que resucitará en la resurrección,
1440 VII,23 | Esposo es tu hacedor, Yahveh Sebaot es su nombre; y el que te
1441 V,13 | sintiendo que él sabía los secretos de su vida, reconoció en
1442 VI,21 | ejemplo, los Institutos Seculares, o las Comunidades de consagrados
1443 VII,27 | de la «sequela Christi» —seguimiento de Cristo—, un ejemplo de
1444 VI,20 | Jesucristo mismo. Quien desee seguirlo de modo radical opta por
1445 III,7 | ambos —hombre y mujer— son semejantes a Dios. En efecto, cada
1446 V,13 | mujeres que la opinión común señalaba despectivamente como pecadoras:
1447 V,14 | sola con su pecado y es señalada ante la opinión pública,
1448 VIII,29| presente reflexión hemos señalado el puesto singular de la «
1449 VII,27 | en efecto, donde la «fe sencilla» pasa de la madre a los
1450 V,12 | mujeres, que es sumamente sencillo y, precisamente por esto,
1451 III,6 | incluso los dotados de sentidos (animalia)— sea también
1452 IV,10 | aguijón del pecado», se dejará sentir en la relación recíproca
1453 VII,23 | merecerá un análisis por separado. Citemos al menos un texto.
1454 II,5 | de la mujer, no se deben separar de esta perspectiva el pensamiento,
1455 V,12 | Lo que Dios unió no lo separe el hombre» (Mt 19, 6).~El
1456 V,16 | las primeras en llegar al sepulcro. Son las primeras que lo
1457 V,15 | mi cuerpo, en vista de mi sepultura lo ha hecho. Yo os aseguro:
1458 VII,27 | cristianos, un modelo de la «sequela Christi» —seguimiento de
1459 III,8 | consolaré (y por Jerusalén seréis consolados)» (Is 66, 13).
1460 V,14 | conciencias humanas. Jesús aparece sereno, recogido, pensativo. Su
1461 II,3 | que el Mesías prometido sería el «Hijo del Altísimo»?
1462 V,14 | Por esto Jesús dirá en el Sermón de la Montaña: «Todo el
1463 II,5 | hombre no ha venido a ser servido, sino a servir» (Mc 10,
1464 V,15 | Jesús desde Galilea para servirle» (Mt 27, 55). Como podemos
1465 VII,27 | Rosa de Lima, Elizabeth Seton y Mary Ward.~El testimonio
1466 VI,20 | diferencia en razón del sexo.~En este contexto más amplio
1467 V,14 | es necesario que ambos se sientan responsables del don. Esta
1468 VII,27 | repite en el curso de los siglos, generación tras generación,
1469 IV,11 | Dios; pero a la vez pueden significar el descubrimiento de la
1470 VII,27 | cristianas han incidido significativamente tanto en la vida de la Iglesia
1471 VIII | trasfondo de los cambios significativos de nuestra época. Podemos
1472 VI,18 | acompañados por las palabras siguientes de la mujer-madre: «He adquirido
1473 VII,27 | de Toscana, Eduvigis de Silesia y Eduvigis de Cracovia,
1474 VII,23 | de lo que, con lenguaje simbólico, expresa el «gran misterio»
1475 I,1 | seglares.(3)~Tomas de posición similares se habían manifestado ya
1476 III,8 | precisamente basándose en esta similitud, puede llegar a ser conocido
1477 VI,20 | puede compararse con el simple quedarse soltera o célibe,
1478 III,7 | uno al lado del otro», o simplemente «juntos», sino que son llamados
1479 VII,25 | ha amado a cada persona singularmente. En efecto, Cristo ha redimido
1480 I,1 | sobre las que los Padres sinodales han hecho importantes consideraciones,
1481 III,7 | texto conciliar presenta sintéticamente el conjunto de la verdad
1482 V,13 | no es marido tuyo». Ella, sintiendo que él sabía los secretos
1483 VII,27 | 2 Tim 4, 19), Evodia y Síntique (cf. Fil 4, 2), María, Trifena,
1484 V,15 | se trata de una auténtica sintonía de mente y de corazón, una
1485 III,8 | profeta Isaías: «Pero dice Sión: "Yahveh me ha abandonado,
1486 V,15 | Samaritana en el pozo de Siquem. Jesús —que sabe en efecto
1487 VI,20 | de venir, al mismo tiempo sirve para dedicar a este Reino
1488 VII,23 | sí por boca del profeta, sirviéndose de un lenguaje que es humano
1489 V,13 | la defiende, pues en el sistema socio-jurídico de entonces
1490 I,2 | presente Documento, que se sitúa en el más amplio contexto
1491 IV,11 | del Protoevangelio está situada en la perspectiva de la
1492 II,5 | comprendemos plenamente si no situamos toda la conversación entre
1493 III,6 | del Génesis~6. Hemos de situarnos en el contexto de aquel «
1494 III,8 | y consubstancial—, y que situó esta verdad en el centro
1495 VII,26 | modo totalmente libre y soberano. Y lo hizo con la misma
1496 IV,10 | concupiscencia de la carne y soberbia de la vida (cf. 1 Jn 2,
1497 III,8 | este sentido ultracorporal, sobrehumano, totalmente divino. Hablaba
1498 VI,19 | mujeres que luchan solas para sobrevivir y los de las mujeres que
1499 V,13 | defiende, pues en el sistema socio-jurídico de entonces las viudas eran
1500 IV,11 | cierto sentido la había sofocado, como indican las palabras
1501 VIII,29| una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies,
1502 VI,19 | de las mujeres que luchan solas para sobrevivir y los de