Capítulo,Párrafo

 1  0,4    |  Occidente, llega el grito de los hombres de hoy que quieren encontrar
 2  0,4    |         14, 8). Las mujeres y los hombres de hoy nos piden que les
 3  0,4    |         la que reconciliaba a los hombres con el Padre y consigo mismos,
 4  0,4    |           del Evangelio entre los hombres de nuestro tiempo.~
 5  I,5    |           las expectativas de los hombres y las mujeres de hoy. En
 6  I,6(15)|        Injertados en Cristo, "los hombres se convierten en dioses
 7  I,8    | precisamente para que hable a los hombres de todo tiempo. Y de la
 8  I,8    |   defrauda.~Debemos mostrar a los hombres la belleza de la memoria,
 9  I,10   |        anticipa la pertenencia de hombres y cosas a la Jerusalén celestial.
10  I,12   |           y en la historia de los hombres, también ella comprendida
11  I,14   |          de Dios, el amigo de los hombres que no ha dudado en entregar
12 II,17   |      Obispo de Roma, para que los hombres de buena voluntad escucharan
13 II,17   |         veces no sin culpa de los hombres por ambas partes"(36), ha
14 II,18   |        disminuye la obra santa de hombres y mujeres que, reconociendo
15 II,23   |           otra y juntas hacia los hombres que se encuentran en necesidad,
16 II,25   |       especial, en el recuerdo de hombres y mujeres que en todo tiempo
17 II,28   |          Monjes y las Monjas, los hombres y las mujeres de las Iglesias
18 II,28   |    nuestras Sedes el grito de los hombres, oprimidos por el peso de
19 II,28   |       amor querida por Dios. Esos hombres sientes que un rayo de luz,
20 II,28   |    Salvador (cfr. Mt 24, 27).~Los hombres y las mujeres de Oriente
21 II,28   |       juntos la invocación de los hombres que quieren oír entera la
22 II,28   |           la reconciliación y los hombres del mundo tendrán otra sólida