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LA NIÑEZ
79. Cuando el niño empieza a frecuentar la escuela, entra a formar parte de una sociedad más vasta que la familia, e inicia en una forma intensa, que absorbe una parte notable de sus energías y de sus intereses, la vida en la sociedad de los adultos. En la escuela hace él sus primeras experiencias de trabajo (Cf. GE. 5).
Primero la relación del muchacho con el Pueblo de Dios se realizaba por medio de la familia: ahora en cambio puede comenzar una participación directa en la vida de la Iglesia y puede ser admitido a los sacramentos.
El muchacho se desarrolla gradualmente en sus capacidades intelectuales y la catequesis se debe adaptar a este progreso mental. El busca una explicación de la vida religiosa de los adultos: y la vida genuinamente cristiana de la comunidad de los adultos se le ofrece de una manera verdaderamente didáctica, cuando la vida religiosa de los adultos y las actividades del Pueblo de Dios se explican a la luz de la Historia de la salvación.
La primera experiencia no debe considerarse como extraña a los fines de la catequesis. La alegría de hacer y de hacer bien, la cooperación con los otros, el sentido de la disciplina clara y razonable que de allí nace, deben considerarse como otras tantas experiencias útiles no sólo para la integración en la sociedad, sino también para la participación en la vida activa de la Iglesia.
Siguiendo estos criterios, la pedagogía catequística, sea cual sea el método que se siga, procurará suscitar la actividad del muchacho. Si esto no se logra, la catequesis no realizaría su tarea de enseñar al creyente a responder de una manera siempre más personal a la Palabra y al don de Dios.
Esta Pedagogía activa no se limitará a expresiones puramente exteriores, por útiles que estas sean, sino que procurará suscitar la respuesta interior y el gusto de la oración.
Esta educación de la interioridad se hace hoy más difícil, pero más necesaria por la índole de la actual civilización que favorece la dispersión.
La colaboración entre los catequistas y los padres (intercambio de ideas acerca del programa, los métodos, las dificultades) es necesaria para que la educación de los chicos tenga un proceso adecuado y concorde. Esta colaboración es útil tanto a los catequistas como a los padres, en el sentido de ayuda al ejercicio de sus responsabilidades específicas.