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EL INDIFERENTISMO RELIGIOSO Y EL ATEISMO
7. Muchos bautizados se han apartado de la religión de tal manera que llegan a profesar en cierto indiferentismo y disfrace que hasta el ateísmo. "Muchos son, sin embargo, los que hoy día se desentienden del ‘iodo de esta íntima y vital unión con Dios lo niegan en forma explícita. Es esto ateísmo uno de los fenómenos más graves de nuestro tiempo. Y debe ser examinado con toda atención" (GS. 19).
El Concilio Vaticano II ha examinado con detención este fenómeno (GS. 19,20), y ha procurado encontrarlé remedio. "El remedio del ateísmo hay que buscarlo en la exposición adecuada de la doctrina y en la integridad de vida de la Iglesia y de sus miembros. A la Iglesia toca hacer presentes y como visibles a DIOS Padre y a su Hijo encarnado, con la continua renovación y purificación propias bajo la dirección del Espíritu Santo. Esto se logra principalmente con el testimonio de una fe viva y adulta, educada para poder percibir con lucidez las dificultades y poderlas vencer" (GS. 21).
Se da también el caso de una fe cristiana mezclada con una especie de neopaganismo aunque quede un cierto sentido religioso y una cierta creencia en un ser supremo. La mentalidad religiosa puede andar lejos del influjo de la Palabra de Dios y de la vida sacramental y de buscar su alimento en prácticas supersticiosas y mágicas; y la vida moral, por su parte, puede regresar a una ética precristiana. Es posible a veces que en la religiosidad cristiana se introduzcan elementos de cultos naturistas y animistas, de prácticas adivinatorias con peligro de caer en formas sincretistas. Y pueden también difundirse sectas religiosas que mezclan los misterios cristianos con antiguas visiones míticas.
En estos casos principalmente se necesita que el ministerio de la Palabra, sobre todo la evangelización y la catequesis, sean renovadas según lo indicado en el Decreto Ad Gentes divinitus nn. 13, 14, 21 y 22.