Cap.,  Párrafo

 1  I,  16 |      la mano de Dios, por cuya virtud se obra el portento. De
 2  I,  18 |    Evangelio40, tiene en sí la virtud de echar raíces sólidas
 3  I,  22 | expansión de que por la divina virtud está dotada la Iglesia,
 4 II,  25 |       sacerdotes, insignes por virtud y por saber, por celo y
 5 II,  26 |      le es más agradable es la virtud. «Los mediadores entre Dios
 6 II,  27 |   igualmente encumbrados en la virtud a los ojos de Aquel que
 7 II      |        cuando la maestra es la virtud. Porque dice el adagio que «
 8 II,  30 |        ellos, para ejemplo, en virtud y buenas obras»67. Y puesto
 9 II,  33 |     cierta conexión entre esta virtud y el ministerio sacerdotal.
10 II,  34 |      celestial encanto de esta virtud privilegiada, aspirar a
11 II,  38 |     enaltecer en el Señor esta virtud, que tenemos por una de
12 II,  48 |       48. Esta necesidad de la virtud y del saber, y esta obligación,
13 II,  48 |        consolador que tiene la virtud de impulsar las almas hacia
14 III,  64|      de un padre lleno de fe y virtud varonil, de una madre casta
15 CON,  72|        la larga práctica de la virtud, para que luego el buen