Cap.,  Párrafo

 1  I,  15 |   místico. No tenemos necesidad, venerables hermanos, de extendernos
 2 II,  25 |           25. Altísima es, pues, venerables hermanos, la dignidad del
 3 II,  27 | regocíjense tus santos»54. Pues, venerables hermanos, si tanta justicia,
 4 II,  31 |          piedad de que tratamos, venerables hermanos, no es una piedad
 5 II,  45 |          menester, por lo tanto, venerables hermanos, que el sacerdote,
 6 III,  49|          exige, síguese de aquí, venerables hermanos, la imprescindible
 7 III,  50|         pupila de vuestros ojos, venerables hermanos, que compartís
 8 III,  54|          cual, como bien sabéis, venerables hermanos, más que en un
 9 III,  57|            57. Palabras severas, venerables hermanos; pero más terrible
10 III,  60|        cuenta tendremos que dar, venerables hermanos, al Príncipe de
11 CON,  73|          comunicaros a vosotros, venerables hermanos nuestros en el
12 CON,  73|         el nuestro y el vuestro, venerables hermanos, y el de todos
13 CON,  74|                74. No nos queda, venerables hermanos, sino dar a todos