Cap.,  Párrafo

 1 INT,  7 |              complemento oportuno.~El sacerdote es, en efecto, por vocación
 2 INT,  7 |         cristiana de la juventud6; el sacerdote bendice en nombre de Dios
 3 INT,  7 |         codicia y la sensualidad7; el sacerdote contribuye del modo más
 4 INT,  7 |            pueden y deben aspirar; el sacerdote es, finalmente, el más eficaz
 5  I,  9  |               la revelación divina el sacerdote aparece revestido de una
 6  I,  9  |              figura de Melquisedec11, sacerdote y rey, que San Pablo evoca
 7  I,  10 |                                10. El sacerdote, según la magnífica definición
 8  I,  11 |             hierática figura del Sumo Sacerdote15, y Dios mismo hizo sentir
 9  I,  12 |            los misterios de Dios».~El sacerdote es ministro de Jesucristo;
10  I,  12 |      transformó el mundo; más aún, el sacerdote, como suele decirse con
11  I,  13 |        declarándose estar constituido sacerdote eterno según el orden de
12  I,  14 |              la inefable grandeza del sacerdote católico que tiene potestad
13  I,  15 |             cuerpo real de Cristo, el sacerdote ha recibido otros poderes
14  I,  15 |              miembros. Ahora bien: el sacerdote está constituido dispensador
15  I,  15 |                encuentra a su lado al sacerdote en actitud de comunicarle
16  I,  15 |           nace a la vida temporal, el sacerdote lo purifica y renueva en
17  I,  15 |               luchas espirituales, un sacerdote revestido de especial dignidad
18  I,  15 |             el Pan de los Angeles, el sacerdote se lo da, como alimento
19  I,  15 |           bajado del cielo; caído, el sacerdote lo levanta en nombre de
20  I,  15 |             en el cielo, allí está el sacerdote para bendecir sus bodas
21  I,  15 |          tribunal del divino Juez, el sacerdote se inclina sobre los miembros
22  I,  15 |             las puertas del cielo, el sacerdote acompaña su cuerpo a la
23  I,  15 |               aún, hasta el cielo, el sacerdote está al lado de los fieles,
24  I,  16 |            estos poderes que tiene el sacerdote sobre el Cuerpo místico
25  I,  16 |       arrepentido, oír la palabra del sacerdote que en nombre de Dios le
26  I,  16 |             de pedirla para sí a otro sacerdote no sólo no rebaja el don
27  I,  16 |             en un seglar—, «cuando el sacerdote, temblorosa el alma a la
28  I,  17 |        excelsos poderes conferidos al sacerdote por un sacramento especialmente
29  I,  17 |              cual ha sido constituido sacerdote para siempre35 a semejanza
30  I,  17 |            partícipe. Carácter que el sacerdote, aun en medio de los más
31  I,  17 |               y con estos poderes, el sacerdote, por medio del sacramento
32  I,  18 |                           18. Pero el sacerdote católico es, además, ministro
33  I,  19 |          civilización.~La palabra del sacerdote penetra en las almas y les
34  I,  19 |               aliento; la palabra del sacerdote, aun en medio del torbellino
35  I,  20 |            las verdades mismas que el sacerdote debe inculcar con más frecuencia,
36  I,  20 |              ha de ser el influjo del sacerdote para la elevación moral,
37  I,  23 |                    23. Finalmente, eI sacerdote, continuando también en
38  I,  23 |            confianza a la oración del sacerdote. A ella piden remedios los
39  I,  23 |         destierro. Verdaderamente, el sacerdote está interpuesto entre Dios
40 II,  25 |             hermanos, la dignidad del sacerdote, sin que puedan empañar
41 II,  25 | independientemente de la santidad del sacerdote; pues aquellos instrumentos
42 II,  26 |              él, como hemos dicho, el sacerdote queda constituido medianero
43 II,  28 |        particularmente requiere en el sacerdote vida santa y sin mancilla,
44 II      |             Palabra divina~Además, el sacerdote es el dispensador de la
45 II,  29 |             peligrosísimo yerro si el sacerdote, dejándose llevar de falso
46 II,  30 |             obras»67. Y puesto que el sacerdote es embajador en nombre de
47 II,  31 |              florecer en el alma del  sacerdote, hay, sin embargo, algunas
48 II,  31 |              y frecuente el trato del sacerdote con Dios, no hay duda que
49 II,  31 |            ser tanto más tierna en el sacerdote que en los simples fieles
50 II,  31 |              entre las relaciones del sacerdote con Cristo y las de María
51 II,  32 |           otra preciosísima perla del sacerdote católico, la castidad, de
52 II,  35 |              otra parte: «No basta al sacerdote y a lo que pide su nombre
53 II,  39 |           pureza debe distinguirse el sacerdote católico por el desinterés.
54 II,  39 |             de los cielos»94. ¡Ay del sacerdote que, olvidado de tan divinas
55 II,  39 |         enseñada por Cristo, y que el sacerdote debe predicar: «No tratéis
56 II,  39 |          cuando a tanto no llegue, un sacerdote tocado de este vicio, prácticamente,
57 II,  40 |       desinterés sincero gana para el sacerdote las voluntades de todos,
58 II,  40 |        desgraciados, la cual hace del sacerdote un verdadero padre de los
59 II,  41 |                      41. Libre así el sacerdote católico de los dos principales
60 II,  41 |              Escritura101, devorar al sacerdote, hacerle olvidarse de sí
61 II,  42 |                    42. ¿Cómo podrá un sacerdote meditar el Evangelio, oír
62 II,  42 |           infatigable? ¿Cómo podrá un sacerdote contemplar tantas infelices
63 II,  42 |              brillan en la frente del sacerdote católico; y Nos, lleno el
64 II,  43 |              efecto, el divino y Sumo Sacerdote quiso que nos fuese manifiesta
65 II,  44 |              incompleta la imagen del sacerdote católico, que Nos tratamos
66 II,  44 |           exige de él: la ciencia. El sacerdote católico está constituido
67 II,  44 |               sabe? En los labios del sacerdote ha de estar el depósito
68 II,  44 |         ejerzas mi sacerdocio»116. El sacerdote debe tener pleno conocimiento
69 II,  44 |                  Es también deber del sacerdote despejar los entendimientos
70 II,  45 |           venerables hermanos, que el sacerdote, aun engolfado ya en las
71 II,  48 |              olor de Cristo121 que el sacerdote debe en todas partes difundir
72 II,  48 |        colaboración más íntima con el sacerdote, a quien, naturalmente,
73 III,  49|     sacerdocio, el porvenir mismo del sacerdote depende de la formación
74 III,  60|               dijimos que vale más un sacerdote bien formado que muchos
75 III,  62|             que el don precioso de un sacerdote santo. Y consiguientemente,
76 CON,  68|               más importante dote del sacerdote católico; sin ésta, las
77 CON,  73|             Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote, que tenemos el gusto y