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| Pius PP. XI Ad catholici sacerdotii IntraText - Concordancias (Hapax Legomena) |
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1 CON, 69(162)| Cf. CIC (1917) c.126.595.1001.1367.~
2 CON, 71(166)| Cf. Sal 103,30.~
3 III, 57(134)| Ep. 1,9,106: PL 70,1031.~
4 III, 57(134)| Ep. 1,9,106: PL 70,1031.~
5 II, 35(84) | carm.19 (edit. Bickel, p.112). ~
6 III, 58(136)| dic. 1930): AAS 23 (1931) 120.~
7 III, 60(139)| Conc. Later. IV, ann.1215, c.22.~
8 III, 55(126)| de Ligorio, Opere asc. 3 122 (Marietti 1847).~
9 II, 30(67) | CIC (1917) c.124.~
10 II, 28(64) | Sal 125,6.~
11 CON, 69(162)| Cf. CIC (1917) c.126.595.1001.1367.~
12 II, 45(118) | Cf. CIC (1917) c.129.~
13 II, 32(72) | CIC (1917) c.132, § 1.~
14 III, 52(125)| CIC (1917) tít.2l, c.1352-1371.~
15 III, 51(124)| CIC (1917) c.1366, § 2.~
16 CON, 69(162)| CIC (1917) c.126.595.1001.1367.~
17 III, 52(125)| CIC (1917) tít.2l, c.1352-1371.~
18 III, 57(131)| ad ordinandos (1 junio 1577); Homiliae (ed. bibl. Ambros.
19 III, 57(131)| ed. bibl. Ambros. Mediol. 1747) 4,270. ~
20 III, 60(141)| 69, n.21022 (año 1929) n.176, 29-30 julio.~
21 CON, 70(165)| Cf. Ep. 27, ad Ardut.: PL 182,131.~
22 III, 55(126)| Opere asc. 3 122 (Marietti 1847).~
23 III, 57(135)| II-II q.189, a.l ad 3.~
24 CON, 69(159)| Haerent animo (4 agosto 1908): ASS 41,555-575.~
25 II, 34(81) | Cartag.. 11 c.2 (Mansi 3,191).~
26 INT, 6 | nuper, del 6 de enero de 19335, se ha celebrado también
27 CON, 74 | Pedro, a 20 de diciembre de 1935, en el 56° aniversario de
28 III, 60(141)| Osservatore Romano, año 69, n.21022 (año 1929) n.176, 29-30
29 I, 13(22) | 1 Cor 11,23ss.~
30 INT, 5(4) | AAS 23, 241ss.~
31 III, 57(131)| Ambros. Mediol. 1747) 4,270. ~
32 III, 52(125)| CIC (1917) tít.2l, c.1352-1371.~
33 II, 39 | 39. No menos que por la pureza
34 II, 43 | 43. Pero de esta misma condición
35 INT, 2(3) | AAS 14, 449ss.~
36 II, 45 | 45. Es menester, por lo tanto,
37 II, 47 | 47. Es verdad que, en algún
38 III, 50 | 50. El seminario, por lo tanto,
39 III, 51 | 51. Y a fin de que los futuros
40 III, 52 | 52. Y si, como sucede, especialmente
41 III, 53 | 53. Todo este magnífico esfuerzo
42 III, 55 | 55. Piensen los rectores de
43 CON, 69(159)| 4 agosto 1908): ASS 41,555-575.~
44 III, 56 | 56. Pero la responsabilidad
45 CON, 74 | diciembre de 1935, en el 56° aniversario de nuestra ordenación
46 III, 57 | 57. Palabras severas, venerables
47 CON, 69(159)| agosto 1908): ASS 41,555-575.~
48 III, 58 | 58. Por lo demás, si se guardan
49 CON, 69(162)| Cf. CIC (1917) c.126.595.1001.1367.~
50 III, 60 | 60. Ni se dejen apartar, tanto
51 III, 61 | 61. Pero, aunque se deba tener
52 III, 63 | 63. Aquí nuestro pensamiento
53 III, 64 | 64. Pero el jardín primero
54 III, 56(129)| Ep. 12: PL 54,647. ~
55 III, 65 | 65. Preciso es confesar, por
56 III, 66 | 66. En verdad, si se mirasen
57 CON, 67 | 67. Y ahora queremos dirigir
58 CON, 69(160)| d.(20 dic. 1929): AAS 21,689-706.~
59 CON, 69(163)| Cf. AAS 21,705.~
60 CON, 69(160)| 20 dic. 1929): AAS 21,689-706.~
61 CON, 71 | 71. De ese tiempo de recogimiento
62 CON, 72 | 72. Antes de terminar, queremos,
63 CON, 73 | 73. Para terminar ya esta nuestra
64 III, 57(133)| mor. de Sacram. Ordin. n.803. ~
65 III, 59(137)| 1 dic. 1931): AAS 24,74-81.~
66 II, 26(52) | Decret, dist.88 can.6.~
67 III, 56(127)| CIC (1917) c.973,3. ~
68 III, 57(135)| II-II q.189, a.l ad 3.~
69 I, 22 | principalmente los sacerdotes, que, abanderados de la ley y de la caridad,
70 III, 60 | sabiduría y lucidez: «Dios nunca abandona de tal manera a su Iglesia
71 I, 19 | 19. En medio de las aberraciones del pensamiento humano,
72 II, 41 | corazones apostólicos, para abrasar toda la tierra100, esto
73 III, 54 | mal aconsejados, quisiere abrazar tal estado con miras de
74 II, 46 | que no hay hombre capaz de abrazarlo todo, y menos aún de sobresalir
75 III, 64 | natural donde deben germinar y abrirse como espontáneamente las
76 II, 47 | las leyes físicas, sin ser abrogadas, así estos hombres, verdaderos
77 II, 43 | singular la obediencia suya absolutísima al Eterno Padre; y por esto
78 II, 36 | cuidados de la familia, que absorberían gran parte de su actividad?~
79 III, 64 | la Iglesia sobre ayunos y abstinencias, pero aun conformarse con
80 I, 16 | labios infundan la vida, ha absuelto a un pecador siendo pecador
81 I, 16 | nombre de Dios le dice: Yo te absuelvo de tus pecados! Y el oírla
82 II, 43 | Eterno Padre; y por esto abundan los testimonios, tanto proféticos
83 III, 65 | serles tan queridas.~Este abuso lamentable, lo mismo que
84 I, 16 | con la mera indicación que acabamos de hacer; aquel poder que
85 I, 13 | pero como no se había de acabar su sacerdocio con la muerte21,
86 II, 39 | mismo espíritu haya podido acarrear a la Iglesia tantos males
87 II, 27 | preeminencia, en vez de mérito, les acarreará su condenación56.~
88 II, 39 | ir contra su vocación, se acarrearía el desprecio de sus mismos
89 INT, 4 | nuestro jubileo sacerdotal accedimos a que fuese festejado aquel
90 I, 23 | santo instinto, en cualquier accidente, en todos los peligros públicos
91 CON, 72 | del sacerdocio católico y acelerar la hora tan deseada en la
92 II, 26 | de hacerse cada vez más acepto a Dios por la santidad de
93 INT, 7(10) | Enc. Acerba animi (29 sept. 1932).~
94 I, 16 | provecho de los fieles, hay uno acerca del cual no podemos contentarnos
95 II, 26 | pone en la obligación de acercarse, en perfección, cuanto es
96 III, 65 | sociedad, parece que no aciertan a conformarse con la vocación
97 II | enseñar60; y si las turbas le aclamaban, no era tanto porque jamás
98 II, 31 | profundas que resisten a las acometidas y halagos de la tentación.~
99 II, 45 | países, y a todos ellos se acomoda; que bendice y fomenta todas
100 I, 15 | del cielo, el sacerdote acompaña su cuerpo a la sepultura
101 II | lo que con las palabras aconseja»59. Esto es lo que de nuestro
102 III, 54 | movido quizá por padres mal aconsejados, quisiere abrazar tal estado
103 I, 11 | irradiase su luz sobre todos los acontecimientos, leyes, dignidades, oficios;
104 II, 40 | los pobres, en los que, acordándose de las conmovedoras palabras
105 CON, 69 | recogimiento163, como han acostumbrado a hacerlo siempre los sacerdotes
106 II, 45 | las materias teológicas, acrecentando de día en día la suficiente
107 INT, 5 | el principal intento de acrecentar y levantar cada vez más
108 I, 15 | actitud de comunicarle o acrecentarle con la potestad recibida
109 I, 18(37) | Cf. Act 6,4.~
110 I, 15 | su lado al sacerdote en actitud de comunicarle o acrecentarle
111 III, 49 | siglos, ha mostrado tan activa solicitud y maternal desvelo
112 CON, 72 | de Dios y de Jesucristo, activo y vivificante, en el cual
113 INT, 6 | los ministros, nunca tan activos en hacer el bien como en
114 II, 25 | manera alguna invalida sus actos ministeriales: la indignidad
115 CON, 70 | Sean buenas en adelante tus actuaciones y tus aspiraciones, y sea
116 II, 33 | comentario: «Manda la ley que acudamos a los dioses con castidad,
117 I, 23 | peligros públicos y privados, acude con gran confianza a la
118 II, 48 | quien, naturalmente, no sólo acuden como a director, sino aun
119 III, 55 | retiren espontáneamente. Acuérdense los confesores de lo que
120 II | la virtud. Porque dice el adagio que «las palabras conmueven,
121 II, 45 | iniciativas sanas y no teme los adelantos, ni aun los más atrevidos,
122 II, 44 | conocimiento y con una firme adhesión; a los embates del error,
123 II, 26 | vez de eso, quien maneja y administra las cosas santas lleva vida
124 II | Santidad para administrar los sacramentos y la Palabra
125 II, 37 | para conmover y excitar admiración, aun repitiéndose con tanta
126 II, 38 | diferente, legítimamente admitida en la Iglesia oriental;
127 II, 43 | como dice el obispo en la admonición a los ordenandos, la «santa
128 II, 28 | día ofrece aquella Víctima adorable, no otra que el Verbo mismo
129 I, 23 | día este debido tributo de adoración, y cumple este tan necesario
130 II, 43 | Iglesia aparece rodeada, adornada y gobernada con variedad
131 II, 35 | lengua, lavadas las manos y adornado todo el cuerpo, sino que
132 II, 31 | están bien en él y más le adornan. La primera es la piedad,
133 II, 46 | estar en condiciones de adquirir, mejor dicho, deben de hecho
134 II, 28 | todas las razones por Nos aducidas antes para hacer ver la
135 CON, 69 | trabajáis con Nos por el advenimiento del reino de Cristo en la
136 II, 44 | amontonados por el odio de los adversarios. Al alma moderna, que con
137 II, 28 | hombre por amor nuestro. Advertid lo que hacéis, imitad lo
138 III, 59 | corresponde su fiel observancia, advertimos a todos los superiores generales
139 II, 39 | prácticamente, a sabiendas o sin advertirlo, hace causa común con los
140 III, 53 | error, tan pronto como se advirtiere, sin respetos humanos y
141 CON, 69 | Pío X, en su piadosísima y afectuosísima Exhortación al Clero católico159 (
142 INT, 1 | nuestros más solícitos y afectuosos cuidados, entre los innumerables
143 II, 46 | miembros del clero que, por afición y con especial aptitud para
144 III, 63 | Sepan apreciar todos los afiliados a la Acción Católica el
145 II, 35 | Y San Juan Crisóstomo afirma que quien ejercita el ministerio
146 I, 23 | humanidad, hoy más que nunca afligida y más que nunca necesitada
147 II, 43 | católico, de ser milicia ágil y valerosa, procede la necesidad
148 INT, 7 | graves problemas de que se ve agitada la vida moderna, es nuestra
149 II, 44 | franqueza; a los vacilantes, agitados por la duda, ha de infundir
150 II, 45 | engolfado ya en las ocupaciones agobiadoras de su santo ministerio,
151 III, 63 | nuestro pensamiento se vuelve agradecido hacia esa Acción Católica,
152 CON, 67 | presente. Cuanto más van agravándose estas necesidades, tanto
153 III, 64 | el mismo lugar doméstico, agrupando en torno a sí a toda la
154 III, 58 | sobre esta materia 136, se ahorrarán muchas lágrimas a la Iglesia,
155 III, 63 | pueden crecer sin peligro de ajarse. Sepan apreciar todos los
156 | ajenas
157 II, 27 | inmolaban ovejas y bueyes, y alababan a Dios por beneficios temporales, ¿
158 II, 35 | Dios y el linaje humano. Alabado sea el que tal pureza ha
159 III, 62 | tantos jóvenes; por eso Nos alabamos y bendecimos y recomendamos
160 II, 38 | cuanto venimos diciendo en alabanza del celibato eclesiástico
161 III, 64 | sacerdotes santos, cuyas alabanzas pregona la Iglesia149, han
162 I, 23 | también el sacrificio de alabarnza47 por medio de la oración
163 II, 45 | Tomás de Aquino, de aquel Alberto Teutónico a quien ya sus
164 II, 46 | hablando en general, ha alcanzado la cultura moderna comparada
165 INT, 3 | que puedan más dignamente alcanzar su elevado intento.~
166 III, 52 | su espíritu apostólico, y alejados también del territorio que
167 I, 11 | misterio que obligó al vencedor Alejandro Magno a inclinarse reverente
168 III, 53 | deben, a tiempo, separar y alejar a los que juzgaren desprovistos
169 III, 55(126)| S. Alf. M. de Ligorio, Opere asc.
170 | algo
171 II, 39 | fin de agradar a quien le alistó para su servicio92, pero
172 II, 25 | 25. Altísima es, pues, venerables hermanos,
173 CON, 67 | queridos hijos, sacerdotes del Altísimo, de uno y otro clero, esparcidos
174 III, 52 | un seminario común, a la altura de su elevado objeto.~Las
175 I, 18 | que es «luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene
176 II, 30 | virtudes alumbró y sigue alumbrando al mundo.~
177 II, 30 | resplandor de sus virtudes alumbró y sigue alumbrando al mundo.~
178 III, 62 | que discurramos —decía el amable santo de la caridad, San
179 I, 18 | Nuestro Señor: «Id, pues, y amaestrad todas las gentes... enseñándoles
180 III, 54 | inclinado a la piedad, poco amante del trabajo y poco celoso
181 III, 64 | piadosa; cuando los ven amarse santamente en el Señor,
182 II, 35 | y conforme el sentir de ambas Iglesias, latina y oriental.
183 III, 57(131)| 1577); Homiliae (ed. bibl. Ambros. Mediol. 1747) 4,270. ~
184 I, 17 | Juan Crisóstomo, un San Ambrosio, un San Gregorio Magno,
185 II, 35 | poemas al obispo Abrahán, amigo suyo, le dice: «Bien te
186 II, 44 | errores y prejuicios en ellos amontonados por el odio de los adversarios.
187 II, 39 | predicar: «No tratéis de amontonar tesoros para vosotros en
188 III, 52 | hemos erigido, o mejorado, o ampliado varios de esos seminarios
189 INT, 3 | dispendio, de nuevos locales amplios o decorosos, o puesto en
190 II, 46 | más elevado y a la mayor amplitud que, hablando en general,
191 III, 59 | quisimos que se diesen normas análogas137, a la par que encarecemos
192 I, 15 | y apreciar el Pan de los Angeles, el sacerdote se lo da,
193 II, 35 | estuviera en el cielo entre las angélicas potestades86.~
194 INT, 7 | a la destrucción siempre anhelada y nunca conseguida de la
195 INT, 7(10) | Enc. Acerba animi (29 sept. 1932).~
196 CON, 69(159)| Haerent animo (4 agosto 1908): ASS 41,
197 III, 60(139)| Conc. Later. IV, ann.1215, c.22.~
198 INT, 7(8) | Enc. Quadragesimo anno (15 mayo 1931).~
199 II, 34 | que guardaron ya nuestros antecesores81.~
200 III, 57 | vuestro deber, exigís de antemano tales pruebas positivas
201 III, 58(136)| candidatorum instituendo antequam ad Ordines promoveantur (
202 III, 51 | nuestros tiempos exiigen, como anteriormente hemos declarado, es de suma
203 II, 33 | despoje de su cuerpo. Ya los antiguos romanos habían vislumbrado
204 I, 11(15) | Cf. Fl. Jos., Antiq. 11,8,5.~
205 I, 19 | pasiones, se levanta serena y anuncia impávida la verdad e inculca
206 II | Dios, que legítimamente anunciaban, hubo de decir, censurándolos,
207 CON, 67 | de nuestra obligación de apacentar el rebaño de Cristo, llegue
208 I, 23 | nuestras oraciones allá, apaciguando al Señor irritado49.~
209 I, 16 | misericordioso, sino que lo hace aparecer más grande, descubriéndose
210 III, 50 | reparar en quitarlos de cargos aparentemente más importantes, pero que,
211 I, 23 | que la oración sacerdotal aparta de la humanidad prevaricadora
212 III, 52 | paternal del obispo ver apartados temporalmente del pastor
213 III, 60 | 60. Ni se dejen apartar, tanto los obispos como
214 II, 30 | 30. Aparte de eso, si a todos los cristianos
215 II, 39 | como lo expresa su mismo apelativo de clérigo, es decir, a
216 I, 14 | Majestad divina: Porque, aplacado el Señor con la oblación
217 III, 52 | continuaremos en adelante aplicándonos con el mayor celo a fomentar
218 I, 13 | fin de los siglos y nos aplicase sus frutos en la remisión
219 II, 44(117) | Apolog. c.l.~
220 II, 41 | comunicarse a corazones apostólicos, para abrasar toda la tierra100,
221 II, 26 | templos y altares, lo que más aprecia Dios y lo que le es más
222 CON, 67 | llamamiento, que aun conociendo y apreciando vuestro laudable celo, os
223 INT, 6 | sobre todo la reconozcan y aprecien los que son llamados a ella:
224 II, 48 | a ser tanto más cierta y apremiante cuanto que la Acción Católica,
225 II, 44 | ciencia, y de su boca se ha de aprender la ley, dice el Espíritu
226 INT, 2 | todo el orbe católico2, nos apresuramos, con las letras apostólicas
227 II, 42 | ovejas que no son de este aprisco, las cuades también debo
228 II, 43 | ofrenda; mas a mí me has apropiado un cuerpo... Entonces dije:
229 III, 57 | bosque las maderas que sean aptas para los edificios, pero
230 II, 45 | insuperable maestro Tomás de Aquino, de aquel Alberto Teutónico
231 I, 13 | Dios Padre muriendo en el ara de la cruz para obrar en
232 I, 18 | verdad, y hacerlas como árboles, firmes y robustos, que
233 I, 16 | ni a los ángeles ni a los arcángeles, como dice San Juan Crisóstomo29;
234 INT, 2(2) | Enc. Ubi arcano (23 dic. 1922).~
235 III, 61 | ésta, tan conforme a los ardientes deseos de aquel divino Corazón?
236 I, 17 | dignamente cumplir todos los arduos deberes del sublime estado
237 CON, 70(165)| Cf. Ep. 27, ad Ardut.: PL 182,131.~
238 III, 65 | se puede negar que esto arguye una lastimosa disminución
239 III, 50 | disciplina y el estudio, armando a tiempo y con prudencia
240 III, 51 | sino que les provee de armas eficaces contra los errores
241 INT, 7 | Carta Encíclica se enlaza armónicamente con las precedentes, por
242 II, 39 | turba de los mundanos, que arrancaron al Apóstol, y con él a la
243 II, 39 | evangelistas, Judas, fue arrastrado al abismo de la maldad precisamente
244 II | conmueven, pero los ejemplos arrastran».~Ha de pregonar la ley
245 I, 19 | aun la misma muerte, puede arrebatarnos, antes bien, la muerte nos
246 I, 16 | traspasado de remordimiento y arrepentido, oír la palabra del sacerdote
247 CON, 68 | en aquel humilde cura de Ars, San Juan María Vianney,
248 II, 46 | estudio de esta o aquella arte o ciencia, no indigna de
249 III, 60 | al imponente grupo de los arzobispos y obispos de Italia, dijimos
250 II, 39 | propia. No es el hombre asalariado que trabaja por una recompensa
251 III, 55(126)| Alf. M. de Ligorio, Opere asc. 3 122 (Marietti 1847).~
252 II, 39 | mira en su carrera, en sus ascensos; es el buen soldado de Cristo
253 CON, 71 | pertrechados contra las asechanzas del mundo; llenos de celo
254 I, 19 | antes bien, la muerte nos lo asegura para siempre.~
255 II | que dicen y no hacen, se asemejan a los escribas y fariseos,
256 III, 61 | vez el más eficaz y más asequible a todos (y que, por lo tanto,
257 INT, 7 | nuestro amado México10, asestan ante todo sus golpes para
258 CON, 69 | católico159 (cuya lectura asidua calurosamente os recomendamos),
259 II, 36 | espíritus purísimos que asisten ante el Señor88, ¿no ha
260 III, 63 | de esto resulta para su asociación, y persuádanse que los seglares
261 I, 16 | la Sangre del Testamento, asombrado cada vez de que las palabras
262 I, 16 | quedan retenidos»30. Poder asombroso, tan propio de Dios, que
263 III, 54 | rectitud de intención del aspirante al sacerdocio, unida a aquel
264 III, 53 | por la educación de los aspirantes a ministros del santuario
265 CON, 69(159)| Haerent animo (4 agosto 1908): ASS 41,555-575.~
266 III, 61 | entre los que brillan como astros de primera magnitud aquellos
267 II | Mayor santidad que en el AT~
268 INT, 2 | necesidades de la Iglesia, nuestra atención se fija, antes que en ninguna
269 II, 36 | Quien sin cesar ha de atender solícito a la eterna salvación
270 III, 57 | muy grandes pecados»131. Ateneos, por lo tanto, al consejo
271 III, 55 | cuando están aún a tiempo, ateniéndose en este particular a la
272 CON, 72 | formación, por cuidadosa y atenta que sea, nunca será demasiada,
273 INT, 7 | indisolubilidad contra los atentados y extravíos que sugieren
274 II, 39 | desentierran y roban; sino atesoraos tesoros en el cielo»97.
275 II, 35 | y oriental. San Epifanio atestigua a fines del mismo siglo
276 III, 58 | prescripciones canónicas, si todos se atienen a las prudentes normas que,
277 I, 17 | aun a los más vigorosos atletas del sacerdocio cristiano,
278 III, 54 | corazón, o en una sensible atracción, que a veces puede faltar
279 III, 54 | vez más dificil el volver atrás, y quizá les mueva a atravesarlos
280 III, 54 | atrás, y quizá les mueva a atravesarlos por respeto humano, sin
281 II, 45 | adelantos, ni aun los más atrevidos, de la ciencia, con tal
282 III, 63 | Príncipe de los Apóstoles atribuye a todo el pueblo cristiano148,
283 II, 31 | más santos, los ritos más augustos del sagrado ministerio,
284 II | religiosa nunca se enseña tan autorizada y eficazmente como cuando
285 I, 17 | con derecho a especiales auxilios, con los cuales, si fielmente
286 II, 33 | que quiere decir es que, aventajándose tanto el alma al cuerpo,
287 III, 56 | bien claramente el eco del aviso del Apóstol a Timoteo: «
288 CON, 67 | que tan eficazmente nos ayudáis a Nos y a nuestros hermanos
289 CON, 69 | entre las cosas que más ayudan a conservar y aumentar la
290 II, 46 | conviene con prudencia animar y ayudar a los miembros del clero
291 I, 15 | puertas de la eternidad, para ayudarla con cristianos sufragios,
292 CON, 70 | del Orden, no dejará de ayudarle, si con sinceridad lo desea,
293 I, 20 | como enemigos, en vez de ayudarse unas a otras en mutua colaboración.
294 III, 52 | obispos de aquella región se ayuden fraternalmente y unan sus
295 III, 64 | leyes de la Iglesia sobre ayunos y abstinencias, pero aun
296 I, 15 | alimento vivo y vivificante bajado del cielo; caído, el sacerdote
297 I, 11 | sentir su ira al impío rey Baltasar por haber profanado en sus
298 I, 11 | por haber profanado en sus banquetes los vasos sagrados del templo16.~
299 I, 20 | comprende a todos, no conoce barreras ni confines de naciones
300 II, 46 | contentar con lo que tal vez bastaba en otros tiempos, mas han
301 III, 54 | ser capaz de seguir con bastante satisfacción los cursos
302 II, 25 | tales flaquezas no deben bastar para que se condenen al
303 I, 21 | católico. Un pasado como éste bastaría, sólo él, cual prenda segura
304 II, 43 | como ejército en orden de batalla107. La obediencia modere
305 II, 42 | las pacíficas pero duras batallas entre la verdad y el error,
306 II, 34 | como los dos Juanes, el Bautista y el Evangelista; el oír,
307 CON, 69 | la susodicha encíclica a beber con más abundancia el agua
308 II, 27 | diremos con San Roberto Belarmino— se exigía a aquellos sacerdotes,
309 CON, 68 | vuestra acción sea de veras bendecida por Dios y produzca fruto
310 III, 62 | por eso Nos alabamos y bendecimos y recomendamos con toda
311 I, 15 | allí está el sacerdote para bendecir sus bodas y su casto amor;
312 I, 15 | distribuidor de gracias y bendiciones.~
313 III, 64 | numerosa descendencia que bendiga el nombre del Señor por
314 I, 23 | y el humano linaje: los benefcios que de allá nos uienen,
315 I, 20 | de ver cuán grande y cuán benéfico ha de ser el influjo del
316 I, 19 | difundir profusamente sus benéficos rayos! Bien vemos con nuestros
317 III, 55 | y al revés, cuanto más benigno se muestre, tanto más cruel
318 III, 55 | estos confesores demasiado benignos despiadadamente piadosos,
319 III, 61 | María Vianney, San José Benito Cottolengo y San Juan Bosco.~
320 CON, 70 | seguir el consejo de San Bernardo: «Sean buenas en adelante
321 III, 57(131)| junio 1577); Homiliae (ed. bibl. Ambros. Mediol. 1747) 4,
322 II, 35(84) | Nisibaena, carm.19 (edit. Bickel, p.112). ~
323 II, 42 | campos con las mieses ya blancas y a punto de segarse»103,
324 INT, 7 | buenos para reparar las blasfemias, deshonestidades y crímenes
325 I, 15 | sacerdote para bendecir sus bodas y su casto amor; y cuando
326 I, 17 | fragilidad, no podrá jamás borrar de su alma. Pero juntamente
327 III, 57 | obispo de Milán San Carlos Borromeo: «En este punto, aun una
328 III, 61 | Benito Cottolengo y San Juan Bosco.~
329 II, 36 | cristiano, aquí por Nos brevemente declarada, prueba la suma
330 III, 57 | con las palabras claras y breves del Angélico Doctor, «las
331 III, 57 | de que es positiUamente bueno»133. Así que no temáis parecer
332 II, 27 | que inmolaban ovejas y bueyes, y alababan a Dios por beneficios
333 I, 10 | objeto de desprecio y de burla, y hasta pueden a veces
334 III, 50 | capital e insustituible; buscadlos en otra parte, si fuere
335 II, 39 | Iglesia, aquel lamento: Todos buscan sus intereses y no los de
336 III, 57 | bosque, sino después que al cabo de mucho tiempo esté bien
337 I, 20 | de la vida presente, lo caduco de los bienes terrenos,
338 I, 17 | desórdenes en que puede caer por la humana fragilidad,
339 I, 15 | vivificante bajado del cielo; caído, el sacerdote lo levanta
340 III, 62 | puras de un joven levita el cáliz sagrado con la purpúrea
341 CON, 67 | ánimo el peso del día y del calor155, que tan eficazmente
342 CON, 69 | cuya lectura asidua calurosamente os recomendamos), pone en
343 CON, 68 | ordenación y estimularos a caminar de un modo digno del llamamiento
344 II, 26(52) | Decret, dist.88 can.6.~
345 I, 15 | sacramentos, que son los canales por donde corre en beneficio
346 III, 58(136)| Instructio super scrutinio candidatorum instituendo antequam ad
347 INT, 6 | año, que en Lourdes, a los cándidos destellos de la Inmaculada
348 II, 35 | guardan fielmente los sagrados cánones»82. Pero quien está elocuente
349 III, 56 | ninguno de cuya aptitud canónica no tenga certeza moral fundada
350 III, 58 | todas las prescripciones canónicas, si todos se atienen a las
351 III, 52 | leyes del Código de Derecho Canónico125 y las demás prescripciones
352 II, 43(107) | Cf. Cant. 6,3,9.~
353 I, 11 | la vez un poema sublime cantado en honor de aquel sacrificio
354 II, 27 | sapientísimo Salomón, en el cántico de la dedicación del templo,
355 I, 23 | con los salmos, preces y cánticos, tomados en gran parte de
356 I, 12 | como El en dar, conforme al canto angélico, «gloria a Dios
357 I, 11(14) | Cf. Heb cap. l l.~
358 III, 50 | en parangón con esa obra capital e insustituible; buscadlos
359 INT, 2 | a nuestro amado hijo el cardenal prefecto de la Sagrada Congregación
360 III, 51 | a la de muchos otros que carezcan de esta formación filosófica,
361 III, 57 | peso de las órdenes debe cargar sobre las paredes que la
362 III, 50 | reparar en quitarlos de cargos aparentemente más importantes,
363 INT, 7(9) | Enc. Caritate Christi (3 mayo 1932).~
364 II, 35(84) | Carmina Nisibaena, carm.19 (edit.
365 I, 15 | persona del Verbo hecho carne como unida con todos sus
366 II, 34(81) | Conc. Cartag.. 11 c.2 (Mansi 3,191).~
367 II, 34 | el concilio segundo de Cartago exhorta a que guardemos
368 CON, 72 | y ejemplo edifiquéis la casa, es decir, la familia de
369 II, 34 | servicio de Dios: «El no casado se cuida de las cosas del
370 III, 64 | virtud varonil, de una madre casta y piadosa, de una familia
371 INT, 7(7) | Enc. Casti connubii (31 dic. 1930).~
372 II, 29 | Gentes temía de sí mismo: «Castigo mi cuerpo y lo esclavizo,
373 I, 23 | Quién puede decir los castigos que la oración sacerdotal
374 I, 15 | bendecir sus bodas y su casto amor; y cuando el cristiano,
375 II | que le escuchaba: «En la cátedra de Moisés se sentaron los
376 I, 16(34) | Osservazioni sulla morale cattolica, c.18.~
377 II, 25 | salvación [los sacramentos] causan su efecto, como se dice
378 INT, 4 | considerábamos aquella celebración como una merecida exaltación
379 INT, 6 | de enero de 19335, se ha celebrado también el XIX centenario
380 III, 54 | amante del trabajo y poco celoso del bien de las almas; especialmente
381 CON, 69 | siempre los sacerdotes más celosos.~
382 III, 61 | hemos tenido el consuelo de ceñir la aureola de los Santos:
383 II, 26 | cosas santas lleva vida censurable, las profana y comete sacrilegio: «
384 II | anunciaban, hubo de decir, censurándolos, al pueblo que le escuchaba: «
385 INT, 6 | celebrado también el XIX centenario de la institución del sacerdocio.~
386 I, 11 | pueblo hebreo una gran idea central que en la historia del pueblo
387 CON, 69 | espirituales. Y así como, al cerrarse nuestro jubileo sacerdotal,
388 III, 56 | aptitud canónica no tenga certeza moral fundada en razones
389 INT, 7(9) | Enc. Caritate Christi (3 mayo 1932).~
390 II, 33(74) | Cicerón, De leg. 2 8 y 10.~
391 II, 31 | Ejercítate en la piedad»70. Ciertamente, siendo tan íntimo, tan
392 | ciertos
393 I, 19 | infalibles sobre que está cimentado, pero si se le impidiera
394 III, 60 | recomendamos en una solemne circunstancia, cuando con ocasión de la
395 II, 33 | más insigne que tuvieron cita una de sus leyes, cuya expresión
396 CON, 69 | expuestas por Nos en la citada encíclica, recogiéndoos
397 III, 57 | tanto, al consejo del antes citado Crisóstomo: «No es después
398 CON, 68 | maravillas, como se verificó (por citar sólo algunos ejemplos) en
399 II, 35 | Sirio, con razón llamado cítara del Espíritu Santo83. Dirigiéndose
400 III, 65 | sobre todo en las grandes ciudades, excitan prematuramente
401 III, 57 | decirlo con las palabras claras y breves del Angélico Doctor, «
402 III, 51 | tengan que hacer les dará una claridad de vista intelectual que
403 I, 14 | ofrecerse»26.~Por donde se ve clarísimamente la inefable grandeza del
404 III, 55 | alguna vez no viesen tan claro que deben imponer obligación,
405 III, 51 | formación en los estudios clásicos, se instruyan y ejerciten
406 III, 59(137)| Moderatores de formatione clericali, etc. (1 dic. 1931): AAS
407 II, 43 | estimule la tibieza o la cobardía de los otros; señale a cada
408 II, 39 | promesas, comenzara a mostrarse codicioso de sórdida ganancia95 y
409 III, 52 | los clérigos, sus futuros colaboradores, en los que quisiera transfundir
410 I, 15 | a formar una familia y a colaborar con El en la transmisión
411 II, 27 | pero mayor es su carga; colocados en alto puesto, han de estar
412 II, 45 | mundo un ejemplo luminoso, colocando el nimbo de los Santos y
413 I, 10 | hasta pueden a veces ser combatidas con malicia y furor diabólico,
414 III, 65 | y no tienen escrúpulo de combatir la divina vocación con toda
415 I, 20 | clases de la sociedad a combatirse como enemigos, en vez de
416 II, 33 | y hace sobre ella este comentario: «Manda la ley que acudamos
417 CON, 74 | para el año nuevo que va a comenzar.~Dado en Roma, junto a San
418 II, 39 | de tan divinas promesas, comenzara a mostrarse codicioso de
419 I, 14 | sucesores en el sacerdocio comenzaron a elevar al cielo la ofrenda
420 II, 26 | censurable, las profana y comete sacrilegio: «Los que no
421 I, 13 | los pecados que cada día cometemos; en la última Cena, aquella
422 I, 16 | bien seguros de no haber cometido una vileza... Hemos estado
423 II, 43 | Dios, tu voluntad»109. Mi comida es hacer la voluntad del
424 III, 64 | cuando observan que se compadecen de las miserias ajenas y
425 I, 9 | de una dignidad mayor sin comparación, de la cual es lejano presagio
426 II, 46 | alcanzado la cultura moderna comparada con la de los siglos pasados.~
427 III, 50 | venerables hermanos, que compartís con Nos el formidable peso
428 II, 39 | trabajo, sus afanes, no tienen compensación adecuada en los tesoros
429 III, 52 | ventajas de tal concentración compensarán abundantemente los sacrificios
430 I, 16 | materias sagradas trata con competencia rara vez vista en un seglar—, «
431 CON, 73 | esta nuestra carta, nos complacemos en comunicaros a vosotros,
432 INT, 4 | aniversario, y con paterna complacencia secundamos las manifestaciones
433 II, 35 | tiene el sacerdocio sus complacencias...!; rebosó el vaso, fuiste
434 INT, 7 | solemnes enseñanzas nuestras un complemento oportuno.~El sacerdote es,
435 II, 46 | cultura general más extensa y completa, correspondiente al nivel
436 II, 45 | desaparecieron casi por completo, ha hecho ver en sus más
437 II, 39 | todo se vende y todo se compra, ha de mantenerse limpio
438 I, 16 | soberbia humana no podía comprender que fuese posible comunicarse
439 I, 12 | El Apóstol de las Gentes comprendía en frase lapidaria cuanto
440 CON, 71 | de este Espíritu Santo, comunicaréis este amor de Dios, como
441 I, 15 | sacerdote en actitud de comunicarle o acrecentarle con la potestad
442 CON, 73 | carta, nos complacemos en comunicaros a vosotros, venerables hermanos
443 I, 14 | oblación de este sacrificio, concede su gracia y el don de la
444 III, 61 | el Señor, sin duda, los concederá a su Iglesia, como siempre
445 III, 61 | Iglesia, como siempre los ha concedido en el transcurso de los
446 CON, 74 | por todos los beneficios concedidos por la Divina Bondad en
447 III, 52 | grandes ventajas de tal concentración compensarán abundantemente
448 III, 52 | fraternalmente y unan sus fuerzas, concentrándolas en un seminario común, a
449 CON | CONCLUSIÓN~
450 III, 62 | purpúrea Sangre del Redentor y concurre con él a elevar al cielo
451 III, 53 | A esta selección deben concurrir todos cuantos están encargados
452 I, 19 | luminoso la Iglesia, que condena toda desviación —a la diestra
453 II, 27 | mérito, les acarreará su condenación56.~
454 II, 38 | vituperar, y poco menos que condenar, otra disciplina diferente,
455 II, 44 | algunas veces, el que no se la condene sin ser conocida»117. Es
456 II, 25 | deben bastar para que se condenen al olvido los méritos de
457 I, 19 | propios ojos a dónde ha conducido al mundo el haber rechazado,
458 II, 42 | en su corazón el ansia de conducir estas almas al corazón del
459 II, 39 | lastimosa contradicción entre su conducta y la doctrina evangélica,
460 II | la gracia divina, cuyos conductos son los sacramentos. Sería,
461 II, 33 | razón se entrevé cierta conexión entre esta virtud y el ministerio
462 III, 56 | como futuros, por haberle conferido la dignidad»130.~
463 I, 17 | Y tan excelsos poderes conferidos al sacerdote por un sacramento
464 III, 65 | 65. Preciso es confesar, por desgracia, que con
465 III, 55 | cuanto mayor rigor use el confesor con el penitente, tanto
466 II, 43 | misión que el Padre le habia confiado, hasta aquel último, tan
467 III, 54 | los jóvenes que le están confiados y sus inclinaciones, no
468 I, 20 | todos, no conoce barreras ni confines de naciones o pueblos, no
469 I, 15 | Cristo en el sacramento de la confirmación; apenas es capaz de discernir
470 I, 11 | Testamento Nuevo y eterno, confirmado con la sangre del Redentor
471 II | predicador que no trate de confirmar con su ejemplo la verdad
472 III, 64 | son raras y no hacen sino confirmarla.~Cuando en una familia los
473 INT, 7 | a la mitigación de los conflictos sociales8, predicando la
474 I, 16 | manos consagradas, cuando, confundido de verse hecho dispensador
475 II, 39 | sórdida ganancia95 y se confundiese con la turba de los mundanos,
476 II, 47 | necios según el mundo para confundir a los sabios..., a fin de
477 III, 54 | sacerdocio, unida a aquel conjunto de dotes físicas, intelectuales
478 II, 40 | que, acordándose de las conmovedoras palabras de su Señor: «Lo
479 II, 37 | Espectáculo es, por cierto, para conmover y excitar admiración, aun
480 II, 42 | compasión que tantas veces conmovió al corazón del Hijo de Dios?105.
481 II, 31 | alimento; que suavemente conmueve, pero no santifica. Nos
482 II | adagio que «las palabras conmueven, pero los ejemplos arrastran».~
483 INT, 7(7) | Enc. Casti connubii (31 dic. 1930).~
484 I, 20 | que comprende a todos, no conoce barreras ni confines de
485 II, 44 | no se la condene sin ser conocida»117. Es también deber del
486 I, 8 | usos y costumbres nos son conocidos, como no se hayan visto
487 CON, 67 | sentido llamamiento, que aun conociendo y apreciando vuestro laudable
488 II, 33 | que la persona dedicada y consagrada a su servicio en cierta
489 I, 16 | nuestra cabeza sus manos consagradas, cuando, confundido de verse
490 CON, 69 | de cada mes un día para consagrarlo a más fervorosa oración
491 III, 49 | una formación adecuada. Consciente la Iglesia de esta necesidad,
492 INT, 7 | siempre anhelada y nunca conseguida de la Iglesia misma.~
493 III, 52 | sacrificios hechos para conseguirlas. Aun lo doloroso que es
494 II, 45 | misma, después de haber conservado y salvado los tesoros de
495 II | aprecio y se descuidara en conservarla. A él toca también enseñar
496 INT, 4 | obsequio a nuestra persona, considerábamos aquella celebración como
497 CON, 68 | Apóstol de las Gentes—, considerad vuestra vocación157, que
498 I, 20 | 20. Si se consideran además, una por una, las
499 CON, 68 | vuestra vocación157, que el considerarla no podrá menos de haceros
500 I, 12 | estas palabras: «Así nos considere el hombre cual ministros
501 II, 34 | eclesiástico, cuyo primer rastro consignado por escrito, lo cual supone
502 CON, 72 | eterna168. Procurad, por consiguiente, con la piedad, con la pureza,
503 CON, 72 | vivificante, en el cual consiste la vida eterna168. Procurad,