Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText
Ángel Pardilla, CMF
"Caminar desde Cristo con María"…

IntraText CT - Texto

Anterior - Siguiente

Pulse aquí para desactivar los vínculos a las concordancias

3. Las indicaciones de la Instrucción Caminar desde Cristo. Un renovado compromiso de la vida consagrada en el nuevo milenio (19 mayo 2002)

 

La Instrucción Caminar desde Cristo, firmada el 19 mayo, ha sido hecha pública por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica el día 15 de junio del 2002.

El documento consta de una introducción (números 1-4) y cuatro partes: Primera parte: "La vida consagrada presencia de la caridad de Cristo en medio de la humanidad" (números 5-10); Segunda parte: "El coraje de afrontar las pruebas y los retos" (números 11-19); Tercera parte: "La vida espiritual en primer lugar" (números 20-32); Cuarta parte: "Testigos del amor".

La Congregación ha declarado explícitamente que, incluso después de la publicación de la Instrucción, la Exhortación Apostólica post-sinodal Vita Consecrata es y debe seguir siendo el "documento programático" más importante ( 3), y "el punto de referencia más significativo y necesario" ( 3).

 

Tanto por la relación metodológica como por la valoración de los contenidos de los dos documentos, tiene que quedar bien claro que la intención de la Congregación al elaborar la nueva Instrucción "no es tanto ofrecer otro documento doctrinal, sino sobre todo ayudar a la vida consagrada a entrar en las grandes indicaciones pastorales del Santo Padre" ( 4). Sobre la doctrina y sobre la renovación de la vida consagrada el "fundamental Documento del magisterio eclesial" ( 3) era y permanece siendo la Exhortación Vita Consecrata. Para la Iglesia del nuevo milenio, está Exhortación debe seguir siendo el texto por excelencia sobre la vida consagrada y el punto de referencia irrenunciable.

Mi tarea en esta ocasión no es hacer un análisis completo o una valoración de conjunto de la Instrucción. Quede claro, también, que no quiero quitarle ningún mérito. Hoy debo y quiero limitarme a examinar y a expresar un parecer solamente sobre el modo en el que os he presentado el programa "caminar desde Cristo con María".

 

Leyendo el título y el subtítulo de la Instrucción, uno se siente impulsado a pensar que "caminar desde Cristo" es el tema central del documento, el punto de irradiación de su estructura, el hilo conductor y el motivo-guía que determina la articulación de todas sus partes y de las diversas secciones. Un esmerado examen de los contenidos concretos de la Instrucción lleva a descubrir, por el contrario, que la realidad es distinta y esto engendra en el lector un cierto sentido de desilusión. En efecto, ninguna de las cuatro partes del documento lleva como título "caminar desde Cristo". El título solamente se da a una sección de la tercera parte, es decir a los números 21-22, aunque su eco se escucha también en los números posteriores (números 23-27) y esporádicamente en otros números.

Leyendo igualmente el título y el subtítulo del documento y el nombre del Dicasterio que lo ha publicado, el lector se siente impulsado de partida a pensar que la Instrucción tiene el único, o muy prioritario, objetivo de aplicar a la vida consagrada el programa y el dinamismo de la Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte. La confrontación, sin embargo, entre el esquema de la Carta y el de la Instrucción hace descubrir que la realidad es distinta.

 

Como hemos visto, el índice de la Carta comprende estos cuatro capítulos: Capítulo I: "El encuentro con Cristo, herencia del Gran Jubileo"; Capítulo II: "Un rostro para contemplar"; Capítulo III: "Caminar desde Cristo"; Capítulo IV: "Testigos del Amor". El Capítulo II de la Carta es un capítulo determinante en la estructura del documento. Éste, en efecto, sobre la base de los textos de la Sagrada Escritura y, sobre todo, sobre el testimonio de los Evangelios, traza el rostro para contemplar y desde el que caminar.

En la Instrucción, por el contrario, no existe un capítulo con un papel semejante, es decir no existe un capítulo dedicado a diseñar con textos tomados, sobre todo, de los Evangelios, los rasgos más sobresalientes del rostro de Cristo que deben contemplar y hacer visible específicamente las personas consagradas. No existe un diseño bíblico del Cristo de los consejos evangélicos. No existe una esmerada presentación de los rasgos del rostro del Cristo consagrado, obediente, casto, pobre, orante y misionero. Se hablan de "caminar desde Cristo" sin haber propuesto antes adecuadamente la contemplación del Cristo evangélico desde el cual deben comenzar las personas consagradas en el nuevo milenio.

¿Por qué se ha dado esta carencia? Tal vez porque se ha considerado que este rostro ya había estado diseñando en la Exhortación Vita Consecrata. Es necesario conocer que esta Exhortación es el documento del Magisterio que ofrece los mejores elementos específicos para diseñar el rostro bíblico del Cristo para ofrecer a la contemplación de las personas consagradas y que, en este sentido, es la mejor concretización para la vida consagrada del dinamismo cristológico propuesto en el capítulo II de la Carta Novo Millennio Ineunte.

 

En esta Carta, "Una espiritualidad de la comunión" (números 43-45) estaba el contenido de la primera y más determinante sección del capítulo IV, titulado "Testigos del Amor". La Instrucción, por el contrario, "La espiritualidad de comunión" (números 28 y 29) ha sido colocada antes de la parte cuarta, titulada también ésta "Testigos del amor". No se trata de valorar negativamente el cambio. Se trata de hacer ver que los motivos de la estructuración de la Instrucción no coinciden con los motivos de la estructuración de la Carta.

 

"Caminar desde Cristo" es el subtítulo de los números 21-22 de la Instrucción. Al comienzo del número 22 se encuentra lo mejor de todo lo que ofrece la Instrucción al respecto: "Caminar desde Cristo significa proclamar que la vida consagrada y el especial seguimiento de Cristo, "es memoria viviente del modo de existir y de actuar de Jesús como Verbo encarnado ante el Padre y ante los hermanos" (VC 22). Esto comporta una particular comunión de amor con Él, convertido en el centro de la vida y la fuente continua de toda iniciativa. Es, como recuerda la Exhortación Apostólica Vita Consecrata, experiencia de participación, especial gracia de intimidad (VC 16); a "identificarse con Él, asumiendo sus sentimientos y su forma de vida" (VC 18); es una vida "aferrada a Cristo" (VC 25), "tocada por la mano de Cristo, alcanzada por su voz, y sostenida por su gracia" ( 22).

 

En el último número de la Instrucción encontramos otra hermosa síntesis de la identidad cristológica del miembro de un Instituto de vida consagrada: "Tenemos verdaderamente necesidad de jóvenes valientes que, dejándose configurar por el Padre con la fuerza del Espíritu y llegando a ser "personas cristiformes" (VC 19), ofrezcan a todos un límpido y alegre testimonio de su "específica acogida del ministerio de Cristo" (VC 16) y de la peculiar espiritualidad del propio Instituto (cfr. VC 93)" (n. 46).

Como se puede constatar, las descripciones son una serie de compendios de algunas de las fórmulas más bellas de la Exhortación Vita Consecrata sobre la identidad cristológica de la vida consagrada. Para obtener, sin embargo, una explicación de estas fórmulas, es necesario retomar y meditar con docilidad los ricos contenidos cristológicos de esta Exhortación.

 

Como conclusión, se debe afirmar que, aún después de la publicación de la Instrucción, la Exhortación Vita Consecrata es el documento que mejor explican a las personas consagradas las características bíblicas, teológicas espirituales del Cristo evangélico para contemplar y desde el que partir, con renovado impulso, hacia el nuevo milenio.

Pasando al examen del elemento mariano, debemos preguntarnos: ¿Encontramos en la Instrucción la concretización y las adecuadas explicaciones para vivir la dimensión mariana del programa "caminar desde Cristo con María"? Los resultados del análisis son, por desgracia, desilusionantes. La Virgen María ocupa en el documento un puesto marginal. Se dedica a María unas 15 líneas (cfr. números 8; 10; 46). Su nombre no aparece en ninguno de los títulos de las cuatro partes y en ninguno de los subtítulos de las 32 secciones de la Instrucción.

 

Pongamos un ejemplo muy significativo. Según la introducción, la parte más importantes de la Instrucción es la tercera parte: "La llamada más importante es la de un renovado compromiso en la vida espiritual" ( 4). Ahora bien, en toda esta parte, el nombre de Maria no aparece ni siquiera una sola vez. En ninguno de sus 13 números hay ni una manifestación sobre la necesidad de cultivar con renovado impulso, para el nuevo milenio, una vida espiritual mariana. No se dedica el mínimo espacio a la descripción de la importancia fundamental que tiene para el armónico desarrollo espiritual de toda persona consagrada y de toda comunidad el compromiso por vivir una sólida y profunda espiritualidad de comunión con María y en María.

En suma, las personas consagradas que buscan la importancia, la belleza y la positividad del carácter mariano de la vida consagrada, deben dirigirse a la Exhortación Vita Consecrata. En la Exhortación, y no en la Instrucción, encontramos el dinamismo mariano adecuado para "caminar desde Cristo con María".

 




Anterior - Siguiente

Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText

Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (V89) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2007. Content in this page is licensed under a Creative Commons License