4. Las indicaciones en el documento “Las personas consagradas y su misión en la escuela”. Reflexiones y orientaciones (28 octubre 2002)

Con ocasión del XXXVII aniversario de la promulgación de la declaración Gravissimum Educationis del Concilio Vaticano II, la Congregación para la Educación Católica consideró oportuno publicaron el documento "Las personas consagradas y su misión en la escuela". El documento consta de una introducción (números 1-6), una conclusión (números 81-84) y dos partes de distinta amplitud. La primera se titula "Perfil de las personas consagradas" (números 7-28) y la segunda "La misión educativa de las personas consagradas hoy" (números 29-80). La primera está articulada en estas cuatro secciones: "En la escuela de Cristo maestro" (números 7-11); "Respuesta radical" (números 12-14); "En la Iglesia comunión" (números 15-21); "Frente al mundo" (números 22-28).

El documento, que ha tenido una larga gestación, se terminó después de la Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte y después de la Instrucción Caminar desde Cristo. En efecto, estos documentos son citados y utilizados. El documento se terminó, por el contrario, antes de la publicación de la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae.

Ahora no es el momento de examinar todos los puntos del documento y de valorar todo su contenido. No pretendo negar ninguno de sus méritos. Mi tarea hoy es examinar y valorar la presencia de los elementos del programa "caminar desde Cristo con María" en el documento.

La fórmula concreta "caminar desde Cristo" no es utilizada nunca en la primera parte. En el centro del contenido de esta parte, sin embargo, se encuentra Cristo maestro, del cual deben partir las personas concretas para ejercitar adecuadamente su misión educativa en la escuela durante el nuevo milenio. En la primera parte, en efecto, se diseña el perfil de las personas consagradas sobre todo bajo una perspectiva cristológica. Se comienza a trazarlo con una larga citación del comienzo de la Exhortación Vita Consecrata. Se prosigue después en este trabajo proponiendo nuevamente y utilizando expresiones cristológicas determinantes de los números 5, 18 y 22 de la misma Exhortación. El documento presenta, pues, una carta de identidad de las personas consagradas altamente cristológica: "Por fuerza de su identidad, las personas consagradas constituyen "el recuerdo viviente del modo de ser y de actuar de Jesús como Verbo encarnado frente al Padre y frente a los hermanos" (VC 22)" (nº 25). Sobre el modo de presentar este punto, que es el punto central, el documento merece ser alabado.

La fórmula "caminar desde Cristo" aparece sólo en la conclusión del documento, y se concretiza y comenta en los siguientes términos: "Se trata de redescubrir y renovar la consciencia de la propia identidad, encontrando nuevamente los núcleos inspiradores de una cualificada profesionalidad educativa para redescubrir un modo de ser que configura una auténtica vocación. La raíz de esta renovada consciencia es Cristo. Desde Él las personas consagradas que trabajan en la escuela deben con fimeza partir nuevamente para encontrar la fuente que motiva su misión. Caminar desde Cristo quiere decir contemplar su rostro, permanecer con Él largo tiempo en la oración para poderlo mostrar después a los demás. Esto es lo que la Iglesia está llamada a poner en práctica al comienzo del nuevo milenio, consciente de que sólo la fe puede trasmitir el ministerio de aquel rostro (cfr. NMI 19). Caminar desde Cristo es, pues, también para los consagradas y las consagradas, partir nuevamente de la fe nutrida de los sacramentos y sostenida por una esperanza que no desilusiona: "Yo estoy con vosotros todos los días"(Mt 28, 20)" (n. 82).

El aspecto mariano de la vida consagrada no está propuesto en el documento adecuadamente. Solamente se dedican a esto las 11 líneas del último número de la primera parte. He aquí el texto de las primeras dos líneas que son las mejores: "Las personas consagradas encuentran en María el modelo en el que inspirarse en la relación con Dios y en el vivir la historia humana" (nº 28). La descripción de la vida mariana de la vida consagrada en el nº 28 es ciertamente incompleta. En ella está totalmente ausente, por ejemplo, la categoría de "Madre". María no aparece nunca presentada como Madre de Dios, Madre de Cristo, Madre de los cristianos o Madre de manera particular de las personas consagradas. En un documento de este género, habrían sido además muy apropiadas, por ejemplo, algunas pinceladas sobre María, "educadora de Cristo" y "maestra" de la forma de vida de las personas consagradas.

El lector encuentra un cierto sentido de desilusión al constatar que en toda la segunda parte no hay ninguna alusión a la oportunidad de educar, al menos en la escuela católica, también hacia una vida cristianamente mariana. El nombre de María aparece en uno solo de los 84 números del documento, es decir es comentado nº 28.

En conclusión, este documento ofrece a las personas consagradas buenas orientaciones para "caminar desde Cristo" al comienzo del nuevo milenio en el ejercicio de su misión educativa en la escuela. Las orientaciones, por el contrario, para hacerlo "con María" son insuficientes. Por tanto, también después de la publicación de este documento, la descripción más solida y más completa del programa "caminar desde Cristo con María" como personas consagradas se encuentra en la Exhortación Vita Consecrata.