IV. EL PROGRAMA "CAMINAR DESDE CRISTO CON MARÍA" A LA LUZ DE LOS CONTENIDOS CRISTOLÓGICOS Y MARIANOS DEL RELATO DE LA ANUNCIACIÓN DE LUCAS 1, 26-38

1. Los protagonistas del relato

María es la destinataria de la misión confiada a un ángel por Dios (cfr Lc 1, 26). La estructura del relato pone en evidencia el gran respeto con el que Dios trata a María. Dios reconoce la dignidad femenina de María. No actúa en su seno sin un previo anunció, ni sin su consentimiento. Él propone un plan y pide la libre colaboración de María. La trata como una verdadera protagonista en la gran obra de la concepción de Jesús. La dignidad de la persona humana y, más concretamente, la dignidad de la mujer, llega el María a su máximo reconocimiento. En Ella la vocación humana al diálogo con Dios llega hasta la más alta realización. En Ella se encuentra, también, la máxima expresión de la capacidad y de la voluntad de la persona humana de colaborar con Dios.

Según los datos de la breve introducción (cfr Lc 1, 26-27), María es una mujer hebrea que habita en una ciudad de Galilea llamada Nazaret. María posee otra característica: es "virgen" (Lc 1, 27). Esta característica mira ciertamente al pasado y al presente de María: Ella no ha conocido nunca varón. Este vocabló, por sí solo, no basta para atribuirle un programa de virginidad para el futuro; sólo el contexto posterior podrá ayudar a comprender todo el contenido del título dado a María. María posee también la prerrogativa de ser “emnésteuméne” (Lc 1, 27) de José, personaje de la casa de David (cfr Lc 1, 27). Sin pararnos, por el momento, a examinar el sentido atribuido por Lucas a este participio griego, podemos ya desde ahora excluir que este término tenga simplemente el significado de la palabra "prometida" en la cultura actual. María estaba unida a José con un vínculo más fuerte.