Parte, n.

 1 INT     |         piedad de la Iglesia. En efecto, por íntima necesidad la
 2   I,  1 |       sagrada Liturgia; ella, en efecto, además de un rico contenido
 3   I,  1 |        libros de Rito romano: en efecto, sólo éste ha sido objeto,
 4   I,  11|          Cristo y la Iglesia. En efecto, dichos textos, en la Concepción
 5   I,  12|         intrínseco: se trata, en efecto, de textos que contienen
 6   I,  15|        podía ser otra manera. En efecto, recorriendo la historia
 7   I,  17|       dio a luz creyendo" 45; en efecto, cuando recibió del Ángel
 8   I,  18| engrandece al Señor..." " 49. En efecto, el cántico de la Virgen,
 9   I,  18|      temporal, obtiene además un efecto de la gracia: que Jesús,
10   I,  19|        lo que dio a la Madre; en efecto, la virtud del Altísimo
11  II,  25|        intrínseca y esencial. En efecto, el culto cristiano es por
12  II,  26|       Liturgia han subrayado, en efecto, cómo la intervención santificadora
13  II,  28|      perspectivas eclesiales.~En efecto, el recurso a los conceptos
14  II,  28|        la solicitud de María: en efecto, el amor operante de María
15  II,  30|          mucho más; requiere, en efecto, que de la Biblia tomen
16  II,  33|        Cristo. Nos alegramos, en efecto, de comprobar que una mejor
17  II,  34|   nuestro tiempo. Se observa, en efecto, que es difícil encuadrar
18  II,  39|          hijos de la Iglesia, en efecto, cuando uniendo sus voces
19 III,  45|        la redención: en ella, en efecto, el Rosario considera en
20 III,  46|   profundamente cristológica. En efecto, su elemento más característico —
21 III,  48|          la Sagrada Liturgia. En efecto, como la Liturgia tiene
22 III,  48|          traspasar su umbral. En efecto, la meditación de los misterios
23 CON,  56|         en hechura tuya" 120; en efecto, María es de nuestra estirpe,
24 CON,  57|         se intuye fácilmente. En efecto, la múltiple misión de María