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Juan Pablo II Ecclesia in Asia IntraText CT - Texto |
Solidaridad entre las Iglesias
26. Esta comunión «ad intra» contribuye a la solidaridad entre las Iglesias particulares. La atención a las necesidades locales es legítima e indispensable, pero la comunión exige que las Iglesias particulares permanezcan abiertas unas con respecto a las otras y colaboren entre sí, para que en su diversidad conserven y manifiesten claramente el vínculo de comunión con la Iglesia universal. La comunión requiere mutua comprensión y coordinación de esfuerzos con vistas a la misión, sin perjuicio de la autonomía y los derechos de las Iglesias según las respectivas tradiciones teológicas, litúrgicas y espirituales. Sin embargo, la historia demuestra que a menudo las divisiones han herido la comunión de las Iglesias en Asia. A lo largo de los siglos, a veces las relaciones entre las Iglesias particulares de jurisdicciones eclesiásticas, tradiciones litúrgicas y métodos misioneros diferentes han sido tensas o difíciles. Los obispos presentes en el Sínodo reconocieron que, por desgracia, también hoy, en Asia, tanto en el interior de las Iglesias particulares, como entre sí, existen a veces divisiones vinculadas a menudo a diferencias rituales, lingüísticas, étnicas, ideológicas o de casta. Algunas heridas han cicatrizado, al menos en parte, pero todavía no están totalmente curadas.
Reconociendo que donde la comunión está debilitada suele sufrir el testimonio de la Iglesia y el trabajo misionero, los padres propusieron iniciativas concretas para fortalecer las relaciones entre las Iglesias particulares en Asia. Además de las necesarias expresiones espirituales de apoyo y aliento, sugirieron una distribución más equitativa de los sacerdotes, una solidaridad económica más eficaz, intercambios culturales y teológicos, y mayores oportunidades de hermanamiento entre diócesis135.
Asociaciones regionales y continentales de obispos, en particular el Consejo de los patriarcas católicos de Oriente Medio y la Federación de las Conferencias episcopales de Asia, han contribuido a promover la unidad entre las Iglesias particulares y han proporcionado un lugar de encuentro para la colaboración con el fin de resolver problemas pastorales. Del mismo modo, existen muchos centros de teología, de espiritualidad y de actividad pastoral en Asia que promueven la comunión y la colaboración práctica136. Todos tienen la responsabilidad de hacer que estas prometedoras iniciativas se desarrollen aún más para el bien de la Iglesia y de la sociedad en Asia.