Capitulo
1 I | ocurrió a la niña escapar de casa con su novio. En vano Bonifacio,
2 I | Valcárcel Merás, fundador de la casa de Valcárcel, famoso guerrero
3 I | salía en los negocios de la casa; no gastaba más que un pobre
4 I | lo menos posible sobre la casa de los Valcárcel, y callar
5 II | seducir a las criadas de casa y a las doncellas de su
6 II | perder, a empeñarse... y a casa.~ Por el camino de retroceso
7 II | cómodas. Ya se sabía que la casa del famoso y ya difunto
8 IV | en el piso segundo de la casa grande de Gumía habitaba
9 IV | tertulia y comedias caseras; la casa de Castrillo era uno de
10 IV | Suero».~ Al llegar a la casa número nueve el habilitado
11 IV | retirado, dueño de aquella casa de la plaza del teatro,
12 IV | tristísimo de las ruinas de la casa donde él había nacido; sí,
13 IV | negárselo a sí mismo. La casa había desaparecido; aquellas
14 IV | honrada, una voz de ama de su casa que canta muy bien: aquella
15 IV | vuelta. Se había escapado de casa. Y tenía que confesarse
16 IV | atrevería a escaparme de casa y a ir por esos mundos hasta
17 IV | de maniquí, y se fue a su casa... impregnado del ideal.
18 V | un periquete corría a su casa... que estaba muy cerca,
19 V | préstamo.~ En efecto, la casa de Emma no estaba lejos;
20 V | la inglesa, al volver a casa temblando por varios motivos,
21 V | Nepomuceno, y hasta entró en casa una noche con el propósito
22 V | cruces, viendo al jefe de la casa Valcárcel venir a pedirme
23 V | Yo no soy jefe de la casa Valcárcel.~ -Usted es
24 V | pito que tocaba Reyes en su casa; pero lo que acababa de
25 V | señas, era el que mandaba en casa.~ A Bonifacio aquel
26 V | escribiente, un trapo de fregar en casa de su mujer; el último ciudadano
27 V | Emma se escapó con él de casa. La Gorgheggi hablaba de
28 VI | uso común a todos los de casa. Atándose los cordones de
29 VI | como hombre que manda en su casa y que puede a su antojo
30 VI | libre! Ello será que la casa Valcárcel prestó este dinero
31 VI | que Bonifacio había dicho casa.~ -No, señor; no fue
32 VI | imaginación, la loca de la casa, le ponía delante el cuadro
33 VI | abierta al crédito de la casa Valcárcel. Ya se sabía que
34 VI | prisa que pudo y saliese de casa sin ser visto ni oído, con
35 VI | pensado. Llegó al portal de la casa del escribano. «¿Subiría?
36 VI | Bonifacio había oído en casa, a los parientes de su mujer,
37 VI | nos citamos para esta su casa a las diez de la noche,
38 VI | lo terrible. ¿Volvería a casa? ¿Se escaparía?~ Viéndole
39 VII | ofreció a acompañarle a su casa y salió, sacando fuerzas
40 VII | dejado aquellas onzas en casa del infame?... No... estaban
41 VII | y tomó el camino de su casa dispuesto a afrontar la
42 VII | en vez de entrar en su casa se encontró en el vestíbulo
43 VIII| como el Corán.~ Llegó a casa, abrió con su llavín, encendió
44 IX | los demás bestias de la casa, querrían sacarla de su
45 IX | el mejor día vendrían a casa unas cuentas que le dejarían
46 IX | Ninguno de esos tipos está en casa... Vamos a correrla todos...
47 X | reconocerla.~ Por fortuna, la casa del médico no estaba lejos
48 X | el drama conyugal de su casa, cuyo enredo llegaba a su
49 X | los tiempos de salud en casa participase del general
50 X | habitación en que estaba, la casa entera le parecían estrechas,
51 X | en libros que tenía él en casa. Después, como solía en
52 X | una revolución en aquella casa. Todos los Valcárcel de
53 X | había huésped pariente en casa por aquellos días; D. Juan
54 X | a las doce estaba él en casa de Serafina; todo aquello
55 X | farol, y los vio salir de casa, Emma del brazo de Bonis,
56 X | armas emplear; echar la casa por la ventana, gastar mucho
57 X | Valcárcel por lo poco amo de su casa que era Bonifacio; despidiose
58 XI | Oliva, piso tercero de la casa. Mochi y su protegida habían
59 XI | estaba cogiendo frío. Era en casa de su Serafina el mismo
60 XI | los ejemplos de su propia casa, las reminiscencias, de
61 XI | los artistas que no tienen casa, que acampan satisfechos
62 XI | todo: faltaba el hijo. Y en casa de Serafina, en casa de
63 XI | en casa de Serafina, en casa de la pasión... no había
64 XI | particular que, en saliendo de casa, empleara sus ocios en cultivar
65 XII | materiales, pues tenía buena casa, gajes y atenciones, al
66 XII | papel del hacendista en casa de su sobrina: vio claramente
67 XII | en interés de la ruinosa casa Valcárcel, que por lo visto
68 XII | doméstica a Körner y ponerle casa...; y aunque fuera casarse
69 XII | ministro de Hacienda en casa de los Valcárcel años y
70 XII | químicos, le fue metiendo en casa. Nepomuceno ya no podía
71 XII | interinamente en la ciudad, tenían casa puesta, pero casa que era
72 XII | tenían casa puesta, pero casa que era de la Empresa de
73 XII | veces la señorita de la casa asistía a las conferencias
74 XII | las criadas, correr por la casa y volverse al calor del
75 XII | permiso... y saliendo de casa a deshora por lo visto,
76 XII | hubiese parecido por su casa, ya ella tenía el prurito
77 XIII| autor de sus días salió de casa para no volver, porque en
78 XIII| comían juntos muy a menudo en casa de Emma y se reunían todas
79 XIII| a puerta cerrada. En la casa de la Valcárcel, donde un
80 XIII| del arte, como llamaban en casa a los trotes en que se habían
81 XIII| Aquello iba mal, muy mal; su casa, la de su mujer, antes era
82 XIII| que su querida entrase en casa de su mujer, y fueran amigas
83 XIII| manchaba el honor de su casa con un adulterio del género
84 XIII| alemanes y gente de su casa, su Emma, el tío, él mismo;
85 XIII| embeleso a su querida en la casa, a la mesa de su esposa,
86 XIII| que se le había metido en casa. Vendría Serafina, y mientras
87 XIII| a ratos andaba loco por casa, por calles y paseos solitarios,
88 XIV | Usted lo ha visto: aquella casa es un hospicio; los cómicos
89 XIV | atrás; entró el último en su casa, adonde volvieron muchos
90 XIV | había ido al coche desde la casa de Emma, porque ésta no
91 XIV | Los Reyes se arruinan; la casa Valcárcel truena... y el
92 XIV | viciosos que he metido yo en casa!».~ «¡Empezó él!, decía
93 XIV | a subir. Le daba asco su casa con aquella chusma dentro.
94 XIV | que debía ser amo de la casa.~ -¡Arriba, hombre,
95 XIV | Usted, al Casino; yo, a su casa -dijo Sebastián -; y cada
96 XIV | todo era confusión en la casa. Las de Ferraz y una de
97 XIV | sola, para correr por la casa y refrescar y tocar el piano
98 XIV | quedaron por dueños de la casa, pues D. Juan Nepomuceno
99 XIV | a los de Körner hasta su casa. Nepomuceno había tenido
100 XIV | preguntaban los amigos de la casa al separarse. ¿Dónde se
101 XIV | color, usada, de andar por casa... las zapatillas gastadas...
102 XIV | parte de las desdichas de su casa, la corrupción al por mayor
103 XIV | mundo iba a la fuerza. Su casa le hablaba, en silencio,
104 XIV | su padre hablaba a los de casa de lo que aguardaba fuera,
105 XIV | que poner puntales a la casa, y esto no admitía espera...~ «
106 XV | todo. Los amigos de la casa, hasta Marta y hasta las
107 XV | de tomar el mando de la casa y ser el marido de su mujer
108 XV | ellos? ¿Por qué no echaba de casa a los parásitos? ¿Por qué
109 XV | tío y con los amigos de la casa?». El viaje a la costa vino
110 XV | qué no me lo han dicho en casa?~ -Pero, mujer, ¿no
111 XV | coche, junto al portal de su casa, Emma exigió que la ayudasen
112 XV | daban órdenes para subir a casa el equipaje, ella emprendió
113 XV | encontró en el portal de su casa, al salir, con el cartero.
114 XV | Quiero ser burguesa. En tu casa, a tu lado, aprendí a serlo,
115 XV | Yo no puedo vivir en tu casa; pero puedo vivir en tu
116 XV | Voy a ser padre, y en la casa en que nazca mi hijo no
117 XV | veía más que en su propia casa, es decir, en casa de su
118 XV | propia casa, es decir, en casa de su mujer. Ella no se
119 XV | que no había parecido por casa de Emma hacía tres o cuatro
120 XVI | correr en calzoncillos por la casa adelante. Pero no; se vistió
121 XVI | Pues, hija, el amo de la casa: mi hijo. Se llama Antonio,
122 XVI | Merás, fundador de la noble casa de los Valcárcel.~ -
123 XVI | positivamente enérgica, el amo de la casa, poniéndose en pie, pero
124 XVI | cosas que sabían todos en casa, menos él, todo aquel barullo
125 XVI | carrera, Reyes salió de casa, con sus papeles en un saco
126 XVI | pedrada, que llegó a su casa sin sentido, agarrado a
127 XVI | necesitaba, nodriza para casa de los padres, y natural
128 XVI | restaurase en Raíces la casa de los Reyes...; y él, Bonis,
129 XVI | sus lares, se encontró la casa llena de gente, criados
130 XVI | dispuesto a arrojar de su casa?~ La comitiva se puso
131 XVI | atravesar el umbral de la casa de Dios, y detenerse entre
132 XVI | aquí... por no estar en casa; por huir del amo de la
133 XVI | contestáis... No sé dónde ir; en casa me espía mi acreedor, que
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