Capitulo
1 XI | conmigo y con la señorita Marta, con Marta Körner, la del
2 XI | con la señorita Marta, con Marta Körner, la del ingeniero,
3 XII | disimulándolo, idolatraba a su hija Marta, y venía a hacerse rico.~
4 XII | entraron, también del brazo, Marta Körner y Bonis; les seguía
5 XII | que semejaban pura plata. Marta Körner era una rubia de
6 XII | derecho de superficie.~ Marta disentía de su padre en
7 XII | sonatas clásicas, tocadas por Marta en un piano de cola, y a
8 XII | exuberantes, de su hija Marta, por la cual iban también
9 XII | eficazmente las carnes de Marta, que poseían una virtud
10 XII | Estaban en la escalera (porque Marta le había abierto la puerta),
11 XII | que su dulce tormento era Marta en persona; le dio a Sebastián
12 XII | de la divinidad, y... era Marta.~ Una semana después
13 XII | fuente. Margarita era su Marta, aquella señorita tan gruesa,
14 XII | pues supo que la misma Marta ayudaba a su padre a trazar
15 XII | entrever discretamente. Marta, en vez de repugnar la confesión
16 XII | la idea de corromper a Marta, después de casada con Nepomuceno.
17 XII | no podía calcular era que Marta le iba a entrar por el ojo
18 XII | literario ni romántico-tudesco. Marta, virgen, era una bacante
19 XII | contra los ataques del macho; Marta podría acompañar al varón
20 XII | desvaríos sentimentales. Emma y Marta se entendieron pronto, y
21 XII | la española y la tudesca. Marta hacía alarde de tener un
22 XII | encontraba en la dama española. Marta, entusiasta de El Genio
23 XII | padre. Lo que no confesaba Marta era que su afición más sincera,
24 XII | concedido a sus criaturas. Marta, aún muy joven, había sido
25 XII | constancia unipersonal. Como Marta leía muchos libros de literatura
26 XII | Minghetti. No se lo negó Marta, quien, confidencia por
27 XII | Körner acompañaban a Emma y a Marta, todos sentados en una de
28 XII | Bonis (vergüenza que ni a Marta se atrevía a confesarle). ¿
29 XII | sin saberlo; antes de que Marta hubiese parecido por su
30 XII | aplaudiendo, sonaban como batanes; Marta aplaudía también, con gran
31 XII | los del sexo fuerte. Para Marta y Körner, la inglesa, por
32 XII | italiano y el español; y Marta estrechó la mano de la cantante,
33 XII | irregular y subversivo!~ Marta, aunque afectando cierta
34 XII | suprasensible de la que ella, Marta, se atribuía, era mucho
35 XII | susceptible de ser reconocida. Marta, que hacía alarde de sus
36 XII | la boca sin comprender; Marta, adivinando, ya sentía envidia;
37 XII | le atribuía la envidia de Marta, sintió el orgullo en la
38 XII | habían agregado ahora Mocchi, Marta, Minghetti y Nepomuceno,
39 XII | Nepomuceno se sentó junto a Marta, y Bonis muy cerca de su
40 XIII| alma viviente. En cuanto a Marta Körner, estaba demasiado
41 XIII| las cosas muy claras; y Marta, aun a riesgo de molestar
42 XIII| a la segunda negativa de Marta, acompañada de una mirada
43 XIII| y a la elocuencia.~ Marta hablaba del ideal, de todos
44 XIII| por Wolfgang, lo pintaba Marta con un calor sólo comparable
45 XIII| hablaban el lenguaje de las de Marta Körner, aunque sin colaboración
46 XIII| empresa de la ópera, porque Marta y su padre se lo pedían;
47 XIII| sayos a Emma, a Bonis y Marta, ahora callaban y hasta
48 XIII| aunque espirituales de Marta, y, especialmente, invitaciones
49 XIII| durante los entreactos. Marta y las de Ferraz también
50 XIII| apariencias condenaban a todos. Marta, que iba a casarse con el
51 XIV | señoritas y a los galanes; eran Marta Körner y Nepomuceno, que
52 XIV | la pasión de... marido de Marta. Iban absortos en su conversación,
53 XIV | levantaban a veces la voz, Marta singularmente; y Bonis,
54 XIV | Mire usted -decía el tío a Marta (pues el tú lo dejaba para
55 XIV | un módico interés.~ Marta oía a Nepo con más placer
56 XIV | nuestro propio capital... Marta, con el nuestro, ¿entiende
57 XIV | está en la pólvora...~ Marta apretó el brazo de Nepo,
58 XIV | en el gabinete de Emma, Marta y Körner junto al lecho,
59 XIV | Se está mudando -contestó Marta en voz baja, de esas que
60 XIV | discretamente, retrocedió un paso. Marta se colgó de la campanilla
61 XIV | sala al tío, a Körner, a Marta, a las de Ferraz, a la de
62 XIV | honor, como pudiera negarlo Marta si se viera en una por el
63 XIV | Silva. ¡Lo que sabía aquella Marta, que fue la que llevó la
64 XIV | asunto, que era bastante; y Marta tuvo tiempo para recoger
65 XIV | solterón; y todas las vírgenes, Marta inclusive, se ofrecieron
66 XIV | sorprendido: el de Nepomuceno con Marta. ¡Oh! ¿Sería sino de los
67 XV | era una exageración, decía Marta, pero era; allí estaba el
68 XV | coloquios maliciosos con Marta, el inopinado.~ La Valcárcel,
69 XV | amigos de la casa, hasta Marta y hasta las de Ferraz, cada
70 XV | Körner, el primo Sebastián, Marta, las de Ferraz, Minghetti,
71 XV | prevenido.~ Körner, Marta, Sebastián y el tío aconsejaron
72 XV | entender si no acudían Körner o Marta a traducirlas; italiano
73 XV | Nepo, por Sebastián, por Marta, por todos, y Bonis no tuvo
74 XV | pálido; y a los cinco minutos Marta, muy contrariada, porque
75 XV | eran para referirlas.~ Marta creyó que en el papel de
76 XV | diera con sordina.~ Marta miraba al italiano con curiosidad
77 XV | insistente y expresiva de Marta. Tomó el rábano por las
78 XV | estrepitoso.~ El grito de Marta se confundió con otro de
79 XVI | andaba por allí; Nepomuceno, Marta, Sebastián y hasta el campechano
80 XVI | Quién es Antonio? -preguntó Marta.~ -Pues, hija, el amo
81 XVI | característica de los labios.~ Marta, sin motivo legítimo, estaba
82 XVI | enseñanzas y excitaciones de Marta. Además, fiaba mucho de
83 XVI | familia.~ Una carcajada de Marta, seca, estridente, que quería
84 XVI | se miraron sorprendidos. Marta, con el rostro de culebra
85 XVI | que parecía una fortaleza. Marta, sin pensar en lo que hacía,
86 XVI | de ellos se fue Körner. Marta y Sebastián quedaron solos
87 XVI | estaban todavía esperándolos Marta y Sebastián, medio dormidos,
88 XVI | Raíces.~ Sebastián y Marta, cada vez que recordaban
89 XVI | desternillaban de risa.~ Según Marta, aquello era demasiado,
90 XVI | Sebastián fuese padrino y Marta madrina.~ Se habían
91 XVI | buenas ganas se les pasaba. Marta, madrina, presenciaba la
92 XVI | toca el órgano? -preguntó Marta por lo bajo a Sebastián.~ -
|