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95 padre
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92 marta
91 voz
90 mochi
89 iba
Leopoldo Alas alias Clarín
Su único hijo

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marta

   Capitulo
1 XI | conmigo y con la señorita Marta, con Marta Körner, la del 2 XI | con la señorita Marta, con Marta Körner, la del ingeniero, 3 XII | disimulándolo, idolatraba a su hija Marta, y venía a hacerse rico.~      4 XII | entraron, también del brazo, Marta Körner y Bonis; les seguía 5 XII | que semejaban pura plata. Marta Körner era una rubia de 6 XII | derecho de superficie.~     Marta disentía de su padre en 7 XII | sonatas clásicas, tocadas por Marta en un piano de cola, y a 8 XII | exuberantes, de su hija Marta, por la cual iban también 9 XII | eficazmente las carnes de Marta, que poseían una virtud 10 XII | Estaban en la escalera (porque Marta le había abierto la puerta), 11 XII | que su dulce tormento era Marta en persona; le dio a Sebastián 12 XII | de la divinidad, y... era Marta.~     Una semana después 13 XII | fuente. Margarita era su Marta, aquella señorita tan gruesa, 14 XII | pues supo que la misma Marta ayudaba a su padre a trazar 15 XII | entrever discretamente. Marta, en vez de repugnar la confesión 16 XII | la idea de corromper a Marta, después de casada con Nepomuceno. 17 XII | no podía calcular era que Marta le iba a entrar por el ojo 18 XII | literario ni romántico-tudesco. Marta, virgen, era una bacante 19 XII | contra los ataques del macho; Marta podría acompañar al varón 20 XII | desvaríos sentimentales. Emma y Marta se entendieron pronto, y 21 XII | la española y la tudesca. Marta hacía alarde de tener un 22 XII | encontraba en la dama española. Marta, entusiasta de El Genio 23 XII | padre. Lo que no confesaba Marta era que su afición más sincera, 24 XII | concedido a sus criaturas. Marta, aún muy joven, había sido 25 XII | constancia unipersonal. Como Marta leía muchos libros de literatura 26 XII | Minghetti. No se lo negó Marta, quien, confidencia por 27 XII | Körner acompañaban a Emma y a Marta, todos sentados en una de 28 XII | Bonis (vergüenza que ni a Marta se atrevía a confesarle). ¿ 29 XII | sin saberlo; antes de que Marta hubiese parecido por su 30 XII | aplaudiendo, sonaban como batanes; Marta aplaudía también, con gran 31 XII | los del sexo fuerte. Para Marta y Körner, la inglesa, por 32 XII | italiano y el español; y Marta estrechó la mano de la cantante, 33 XII | irregular y subversivo!~     Marta, aunque afectando cierta 34 XII | suprasensible de la que ella, Marta, se atribuía, era mucho 35 XII | susceptible de ser reconocida. Marta, que hacía alarde de sus 36 XII | la boca sin comprender; Marta, adivinando, ya sentía envidia; 37 XII | le atribuía la envidia de Marta, sintió el orgullo en la 38 XII | habían agregado ahora Mocchi, Marta, Minghetti y Nepomuceno, 39 XII | Nepomuceno se sentó junto a Marta, y Bonis muy cerca de su 40 XIII| alma viviente. En cuanto a Marta Körner, estaba demasiado 41 XIII| las cosas muy claras; y Marta, aun a riesgo de molestar 42 XIII| a la segunda negativa de Marta, acompañada de una mirada 43 XIII| y a la elocuencia.~     Marta hablaba del ideal, de todos 44 XIII| por Wolfgang, lo pintaba Marta con un calor sólo comparable 45 XIII| hablaban el lenguaje de las de Marta Körner, aunque sin colaboración 46 XIII| empresa de la ópera, porque Marta y su padre se lo pedían; 47 XIII| sayos a Emma, a Bonis y Marta, ahora callaban y hasta 48 XIII| aunque espirituales de Marta, y, especialmente, invitaciones 49 XIII| durante los entreactos. Marta y las de Ferraz también 50 XIII| apariencias condenaban a todos. Marta, que iba a casarse con el 51 XIV | señoritas y a los galanes; eran Marta Körner y Nepomuceno, que 52 XIV | la pasión de... marido de Marta. Iban absortos en su conversación, 53 XIV | levantaban a veces la voz, Marta singularmente; y Bonis, 54 XIV | Mire usted -decía el tío a Marta (pues el tú lo dejaba para 55 XIV | un módico interés.~     Marta oía a Nepo con más placer 56 XIV | nuestro propio capital... Marta, con el nuestro, ¿entiende 57 XIV | está en la pólvora...~     Marta apretó el brazo de Nepo, 58 XIV | en el gabinete de Emma, Marta y Körner junto al lecho, 59 XIV | Se está mudando -contestó Marta en voz baja, de esas que 60 XIV | discretamente, retrocedió un paso. Marta se colgó de la campanilla 61 XIV | sala al tío, a Körner, a Marta, a las de Ferraz, a la de 62 XIV | honor, como pudiera negarlo Marta si se viera en una por el 63 XIV | Silva. ¡Lo que sabía aquella Marta, que fue la que llevó la 64 XIV | asunto, que era bastante; y Marta tuvo tiempo para recoger 65 XIV | solterón; y todas las vírgenes, Marta inclusive, se ofrecieron 66 XIV | sorprendido: el de Nepomuceno con Marta. ¡Oh! ¿Sería sino de los 67 XV | era una exageración, decía Marta, pero era; allí estaba el 68 XV | coloquios maliciosos con Marta, el inopinado.~     La Valcárcel, 69 XV | amigos de la casa, hasta Marta y hasta las de Ferraz, cada 70 XV | Körner, el primo Sebastián, Marta, las de Ferraz, Minghetti, 71 XV | prevenido.~     Körner, Marta, Sebastián y el tío aconsejaron 72 XV | entender si no acudían Körner o Marta a traducirlas; italiano 73 XV | Nepo, por Sebastián, por Marta, por todos, y Bonis no tuvo 74 XV | pálido; y a los cinco minutos Marta, muy contrariada, porque 75 XV | eran para referirlas.~     Marta creyó que en el papel de 76 XV | diera con sordina.~     Marta miraba al italiano con curiosidad 77 XV | insistente y expresiva de Marta. Tomó el rábano por las 78 XV | estrepitoso.~     El grito de Marta se confundió con otro de 79 XVI | andaba por allí; Nepomuceno, Marta, Sebastián y hasta el campechano 80 XVI | Quién es Antonio? -preguntó Marta.~     -Pues, hija, el amo 81 XVI | característica de los labios.~     Marta, sin motivo legítimo, estaba 82 XVI | enseñanzas y excitaciones de Marta. Además, fiaba mucho de 83 XVI | familia.~     Una carcajada de Marta, seca, estridente, que quería 84 XVI | se miraron sorprendidos. Marta, con el rostro de culebra 85 XVI | que parecía una fortaleza. Marta, sin pensar en lo que hacía, 86 XVI | de ellos se fue Körner. Marta y Sebastián quedaron solos 87 XVI | estaban todavía esperándolos Marta y Sebastián, medio dormidos, 88 XVI | Raíces.~     Sebastián y Marta, cada vez que recordaban 89 XVI | desternillaban de risa.~     Según Marta, aquello era demasiado, 90 XVI | Sebastián fuese padrino y Marta madrina.~     Se habían 91 XVI | buenas ganas se les pasaba. Marta, madrina, presenciaba la 92 XVI | toca el órgano? -preguntó Marta por lo bajo a Sebastián.~     -


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