Capitulo
1 IX | ingeniero industrial, M. Körner, químico notable que había
2 XI | señorita Marta, con Marta Körner, la del ingeniero, ya sabes,
3 XI | supimos por la señorita de Körner, ¿verdad, tío? Y yo hasta
4 XII | del alemán, del ingeniero Körner, un hombre gordo, alto,
5 XII | también del brazo, Marta Körner y Bonis; les seguía de cerca,
6 XII | semejaban pura plata. Marta Körner era una rubia de veintiocho
7 XII | o media, a más no poder. Körner había venido directamente
8 XII | fue quien presentó al Sr. Körner a Nepomuceno. Al principio,
9 XII | despreciar, sino en deslumbrar. Körner quiso lucirse entre montañeses
10 XII | huevos fritos, mientras él, Körner, llegaba a tragarse las
11 XII | del Gran Federico, de que Körner se envanecía como si fuera
12 XII | pretexto de su servicio, Körner menudeó sus visitas a la
13 XII | caza y pesca, etc., etc. Körner comenzó a marear a Nepomuceno
14 XII | Hacienda. En conciencia, según Körner, estaba Nepomuceno obligado
15 XII | subsuelo; en concepto de Körner, tenían la culpa la Inquisición
16 XII | tesoros de la tierra. No sabía Körner que Nepomuceno ignoraba
17 XII | primera visita que hizo a Körner, con motivo de enseñarle
18 XII | criada. Subió, saludó a Körner, y a los pocos minutos,
19 XII | quitarle aquella doméstica a Körner y ponerle casa...; y aunque
20 XII | semana después la hija de Körner cantaba al piano una sentimental
21 XII | en dejar adivinar a los Körner que no en vano ni de balde
22 XII | de planos y presupuestos. Körner colocaba en su despacho (
23 XII | coro del Escorial, extendía Körner sus planos pintados primorosamente
24 XII | señas, comprendieron los Körner la conveniencia de tratar,
25 XII | estrechar relaciones con los Körner; lo que no podía calcular
26 XII | relaciones con la señorita Körner, jamás podría saber el fondo
27 XII | los hombres, a Nepomuceno, Körner y Bonis, después de estas
28 XII | gabinete cercano. Nepomuceno y Körner acompañaban a Emma y a Marta,
29 XII | adelante, hacia el piano.~ Körner se había puesto en pie,
30 XII | sexo fuerte. Para Marta y Körner, la inglesa, por extranjera,
31 XII | preocupaciones seculares. Körner se acercó al piano y habló
32 XII | la habilidad políglota de Körner, pronto hablaron todos juntos,
33 XII | costumbres, como dice la de Körner: todo es convencional».~ -«
34 XIII| viviente. En cuanto a Marta Körner, estaba demasiado ocupada
35 XIII| fábrica de productos químicos. Körner, aunque muy metido en conversación
36 XIII| tenía muy preocupada a la de Körner desde muchos años atrás.
37 XIII| lenguaje de las de Marta Körner, aunque sin colaboración
38 XIII| raíces más hondas, la familia Körner, que quería fincar en aquella
39 XIII| materiales de la localidad. Körner hizo un viaje a Alemania
40 XIII| químico-industriales, como diría Körner, que Nepomuceno, autor de
41 XIII| rueda de la fortuna; además, Körner, que se había hecho muy
42 XIII| de duros, y el corazón y Körner y Minghetti le decían que
43 XIII| mutuamente. Los de la fábrica, Körner e hija, ayudaban a los del
44 XIV | los galanes; eran Marta Körner y Nepomuceno, que se habían
45 XIV | gabinete de Emma, Marta y Körner junto al lecho, parecían
46 XIV | mujer.~ -Duerme -dijo Körner.~ -¡Dios lo sabe! -pensó
47 XIV | estaba secando el tío.~ Körner, discretamente, retrocedió
48 XIV | vio en la sala al tío, a Körner, a Marta, a las de Ferraz,
49 XIV | usted puede entrar -dijo Körner -; al fin es el marido.~
50 XIV | otros mucho más extremados. Körner demostró gran erudición
51 XIV | notaban en él un aire que Körner, hablando bajo con Sebastián,
52 XIV | tales y cuales precauciones Körner, y aun Sebastián, que tenía
53 XIV | fue a acompañar a los de Körner hasta su casa. Nepomuceno
54 XIV | de su prometido, aunque Körner fuera con ellos. Aseguraba
55 XV | Pero Nepomuceno, Körner, el primo Sebastián, Marta,
56 XV | se atrevió a proponer a Körner y al tío que le llevaran
57 XV | pruebas que le servían a Körner para ensayar las novedades
58 XV | entonces en la provincia. Körner la dirigía como ingeniero,
59 XV | nefas siempre figuraban Körner y Nepomuceno manejándolo
60 XV | como la de la pólvora.~ Körner y el primo Sebastián, de
61 XV | que quiere enterarse -dijo Körner.~ -Sí, eso he notado.
62 XV | que vivir prevenido.~ Körner, Marta, Sebastián y el tío
63 XV | sin entender si no acudían Körner o Marta a traducirlas; italiano
64 XV | La visitaban Minghetti, Körner, Sebastián y otros amigos
65 XVI | aquellos Valcárcel y los Körner, Bonifacio, con voz temblorosa,
66 XVI | y sus futuros afines los Körner se lo comerían de buen grado.
67 XVI | el respetable y mofletudo Körner, que se creía en el caso
68 XVI | y detrás de ellos se fue Körner. Marta y Sebastián quedaron
69 XVI | solos en el comedor.~ Körner, siempre fiel a su papel
70 XVI | algo por cuenta propia; Körner le ayudaba para poner más
71 XVI | Al llegar a los números, Körner se escandalizó sinceramente.
72 XVI | tres de la madrugada cuando Körner y Nepo, heridos en lo más
73 XVI | ocupar la atención de Nepo y Körner, a los argumentos de Körner
74 XVI | Körner, a los argumentos de Körner y Nepo; y perseguido por
75 XVI | comprendió por qué Nepo, los Körner, Sebastián, las de Ferraz,
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