Capitulo
1 I | afición favorita, en cuerpo y alma. Se reconoció aptitudes
2 I | dentro no tenía nada, era un alma de cántaro; pero la figura
3 I | derecho de tenerle por un alma de Dios. Él parecía, en
4 III | injurias. En el fondo del alma, y a pesar de los elegantes
5 III | eran los que le llegaban al alma, no los conceptos, como
6 IV | llegaba verdaderamente al alma de las cosas. Lo que él
7 V | groseras narices, sino con el alma.~ Aquella noche, la
8 V | juraba que Reyes tenía el alma de artista, que si le vicende
9 V | capaz de comprender el alma de una artista, allá, en
10 V | suave, porque me acaricia el alma; y ya le he dicho a usted
11 V | pero no se meterán por el alma mía como esa; otros dicen
12 V | quiera. ¡Ay, Serafina de mi alma, quiérame usted por Dios,
13 VI | contemplaba la rectitud de su alma, que rechazaba sofismas
14 VI | supersticioso infundía en el alma romántica y nada jurisperita
15 VI | acto, cuando están con el alma en la boca y un puñal en
16 VII | albergue amigo le penetró el alma. Entró, subió al primer
17 VII | guitarra le acariciaba el alma con la suavidad de la piel
18 VII | que seguía hablando al alma de Bonis, se inclinaba al
19 VII | ricamente. Y, sin embargo, el alma, el espíritu puro, velaba, ¡
20 VIII| infalibles, que levantaban en el alma nubes melancólicas de recuerdos
21 IX | comparar el fondo de su alma mezquina con el fondo de
22 X | acerca de la realidad del alma ideas muy arriesgadas y
23 X | relaciones misteriosas entre el alma y el cuerpo, y yo no soy
24 X | Te lo juro, Mina de mi alma, rica mía, mi Mina; te lo
25 X | a los de más adentro del alma... te juro, te retejuro
26 X | Gorgoritos... Minghetti de mi alma, aquí tienes a tu reina
27 XI | porque le llegaba más al alma, con una vaguedad que le
28 XI | más fantástico. Sentía el alma, después del cambiazo que
29 XI | Bonis que la música del alma se le bajaba a los dedos;
30 XI | cosas pueden pasarle por el alma a un pobre diablo! -pensaba
31 XI | disparatada y caótica; el alma ya se había sobrepuesto
32 XI | derecho... y el mío. El de mi alma cansada.~ Y vuelta a
33 XI | tenían el terreno en el alma de Emma; del propio modo
34 XI | el único refugio de su alma dolorida, necesitada de
35 XI | aquellos tratos, que era el alma de la proyectada fiesta;
36 XII | rejuvenecerse, sin vender el alma al diablo, no por nada,
37 XII | de lune que llevaba en el alma. Bueno, peor para los necios
38 XII | había soñado, como si su alma hubiese sido española en
39 XII | excitaba en balde. En el alma fue donde se dejó hacer
40 XII | El toque estaba en ser alma escogida, superior; en siéndolo, ¡
41 XII | que era el fondo de su alma, hallaba un sabor superior
42 XII | cuerpo, y le escudriñaba el alma; quería apreciar por la
43 XII | otro costal, y no había alma superior que valiera; Bonis
44 XII | que valiera; Bonis no era alma superior, y tenía que salirle
45 XII | pensó Bonis -, la paz del alma! En otro tiempo, no hace
46 XII | Pero la paz... la paz del alma, también tiene su poesía. ¡
47 XII | pero, ¡cómo llenaba el alma! Más que el amor mismo,
48 XII | diferentes, se le llenaba el alma del amor de su Isaac...
49 XIII| retirarse mientras quedase allí alma viviente. En cuanto a Marta
50 XIII| había entregado en cuerpo y alma, que ya ni veía ni oía lo
51 XIII| la alemana enseñándole el alma, y un poco, bastante, de
52 XIII| hasta las facultades del alma, se llegó a figurar que
53 XIII| a mí perfectamente! Otra alma que entrara en mi cuerpo;
54 XIII| Un hijo, un hijo de mi alma! Ese es el avatar que yo
55 XIV | robusto infante.~ -¡Alma mía! -exclamó Reyes comprendiendo
56 XIV | padre».~ -¡Padre del alma! ¡Madre mía! -sollozó, ocultando
57 XIV | valor absoluto. -¡Padre del alma! ¡Cuánto me habrás querido!» -
58 XIV | Y ahora le gritaba el alma: «¡Un ser vulgar!». ¿Por
59 XIV | quien esto habría llegado al alma, había muerto poco después:
60 XIV | sabe si la inmortalidad del alma es una cosa así, se explica
61 XV | aquella prosa le llegó al alma. Se quejaba de su largo
62 XV | manera. Aquella paz del alma de que me hablabas tantas
63 XV | fatiga, quiere descanso y el alma pide paz y vivir de recuerdos.
64 XV | eso se me ha metido por el alma. Algunas veces te oí decir
65 XV | imperaban siempre en el alma de Reyes. Desde que llegó
66 XVI | él y de su madre.~ -¡Alma de mi alma! -gritó Bonis,
67 XVI | madre.~ -¡Alma de mi alma! -gritó Bonis, echándose
68 XVI | Bonis se lo agradecía en el alma, mientras se ponía los pantalones
69 XVI | haberse salvado, con el alma llena de un sentimiento
70 XVI | hacen invisibles para el alma misma, desde el momento
71 XVI | ternura infinita le invadió el alma. Hasta el caballo, meditabundo,
72 XVI | Cómo se le metía por el alma, a borbotones, como lágrimas
73 XVI | compadecido hasta el fondo del alma, y, por otra parte, dispuesto
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