Capitulo
1 II | muchos adulterinos. Ni su conciencia, ni la del cura que le confesó,
2 III | feroces remordimientos la conciencia del mísero Bonifacio. «¿
3 III | declaró, con la mano sobre la conciencia, que en aquella ocasión ¡
4 V | proporcionaba siempre la conciencia de una resolución irrevocable,
5 VI | para tranquilidad de mi conciencia. He consultado al chico
6 VI | cuartos sin escrúpulos de conciencia... Sí, usted, el marido,
7 VI | otro mundo con el cargo de conciencia de esa cantidad... que debía...
8 VI | reparo esta cantidad, con la conciencia tranquila de quien toma
9 VI | una lucha terrible con su conciencia.~ -Figurémonos que usted
10 VI | gracias a la asustadiza conciencia del jurisconsulto, siempre
11 VI | Imposible. Por este lado la conciencia le decía: «Haz de tu capa
12 VII | sobre todo le animaba la conciencia de un valor cívico que nacía
13 VII | Mochi, llegó al cabo a la conciencia de Serafina; mas fue el
14 VIII| benedictino después, y ya, sin conciencia despierta para reprobar
15 VIII| sálvese el que pueda'». Su conciencia de amante, la falsa conciencia
16 VIII| conciencia de amante, la falsa conciencia del romántico apasionado
17 VIII| mezquina. La torcida y dañada conciencia del fiel amante y del marido
18 VIII| le remordía en la citada conciencia de amante. Originalidad
19 VIII| una lepra; y de esto, la conciencia que protestaba era la del
20 IX | por principal alguacil la conciencia. Indudablemente su situación,
21 IX | en la contradicción de su conciencia íntima con el dogma del
22 IX | íntima convicción, con la conciencia de su propio espanto, el
23 IX | postrada que sintió como la conciencia física de un agotamiento
24 IX | esperanza de ser feliz, con la conciencia de estos aplazados desquites,
25 X | humano con una especie de conciencia en cada dedo y en cada víscera
26 X | aclararon como un relámpago la conciencia de Emma, que vio de repente
27 X | vuelo, confusamente; tuvo la conciencia súbita de cierta superioridad
28 XI | directiva, que tenía la conciencia de sus deberes, prometió
29 XII | Administración y de la Hacienda. En conciencia, según Körner, estaba Nepomuceno
30 XII | mesurado, suave, amigo de la conciencia satisfecha, amando el amor
31 XII | alarmó en el pecho, en la conciencia; le entró vivísimo deseo
32 XIII| desafuero, se creyó obligado en conciencia, en la poca y mala conciencia
33 XIII| conciencia, en la poca y mala conciencia que le quedaba, a exponer
34 XIII| gusto al hacer examen de conciencia. Ahora veía con claridad
35 XIII| por qué? Tal vez porque su conciencia de culpable le cerraba los
36 XIII| contento de sí mismo ante la conciencia clara, evidente, de que
37 XIII| seguro, porque se lo decía la conciencia, de que pocas horas más
38 XIII| puesto en razón; mas ¡ay!, la conciencia le decía que no se atrevería
39 XIV | delante, por una voz de la conciencia que le gritó en el cerebro: «
40 XV | Buen Parto». Hizo examen de conciencia, y no encontró más pecado
41 XV | desorientado dentro de la conciencia, la brújula del deber le
42 XV | de un mismo mandato de la conciencia; Emma soltó el cuello y
43 XV | falta de ciencia, tenía conciencia, y de camino ayudaba a la
44 XVI | amor a los hijos.~ La conciencia le decía a Bonis: «Ya no
45 XVI | pero que satisfacía la conciencia y daba sanción absoluta
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