Capitulo
1 III | ella se quejaba; estaba seguro de que tenían cierta gravedad
2 V | abono daría un resultado seguro y... eran habas contadas.
3 VII | necesitaba era estar bien seguro de que experimentaba una
4 VII | Serafina me ama, me ama; estoy seguro; llora de placer en mis
5 VII | que, a pesar de estar él seguro de que allí había un corazón
6 VII | pero que enloquecen?».~ Seguro estaba Bonis de que era
7 VII | gran mina, que él estaba seguro de que el fuego había prendido
8 VIII| saben que no hay dinero más seguro que el del Sr. Reyes. Si
9 VIII| aliviando la borrachera. Estaba seguro de que aquella buena acción
10 VIII| etcétera, etc.; pero él estaba seguro de que se quejaba sin razón,
11 IX | Además, no se sabía nada de seguro. Pero el morirse era horroroso,
12 X | cuál sería el daño, casi seguro, que a él, a Reyes, le había
13 X | y lo que tenía por más seguro, era la envidia. La envidiaban,
14 X | Pero ¿no lo sabes de seguro?~ -Puede que la confunda
15 X | Gorgheggi.~ -Ahora estás seguro, ¿eh?~ -Sí, seguro.
16 X | estás seguro, ¿eh?~ -Sí, seguro. Bonis se admiraba a sí
17 X | que él tuviera, y estaba seguro de que lo tenía, aquello
18 X | si él me la pega... si de seguro me la pega...». Aquí Emma
19 XIII| de malas compañías, y pan seguro ganado sin industrias prohibidas;
20 XIII| arrepentido? No. Estaba seguro, porque se lo decía la conciencia,
21 XIV | con la pobreza, acaso, de seguro... ¡Qué horror!... ¡Oh!
22 XIV | la última palabra, parto seguro.~ Como no había por
23 XV | directamente. Aunque era seguro que Emma había llegado a
24 XV | Nepomuceno y de Emma, porque de seguro no se le respetaría la correspondencia,
25 XV | necesitaba leer nada. Estaba seguro; era de Serafina. En efecto;
26 XVI | semejanza; pero él estaba seguro de ella, como de una contraseña.
27 XVI | y oscuros, en que estaba seguro de encontrar asechanzas
28 XVI | Océano, sin gran prisa, seguro de llegar antes de la noche;
29 XVI | Reyes, volviendo grupas, seguro de su soledad, inmóvil en
30 XVI | bien. Por más que estaba seguro de que su Antonio, aquel
31 XVI | fe no podría vivir. Estoy seguro, Serafina; mi hijo... es
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