Capitulo
1 II | su conciencia, ni la del cura que le confesó, que en vida
2 VI | grasiento. Era un pobre cura de aldea, de la montaña,
3 VI | Pero vamos, señor cura, sepamos de qué se trata -
4 VI | delicado del mensaje...~ El cura no sabía cómo concluir;
5 VI | opone...~ -Pero, señor cura, repare usted que yo no
6 VI | siete mil reales.~ Y el cura metió una mano en el bolsillo
7 VI | hacia el cucurucho.~ El cura se sonrió y entregó el paquete
8 VI | estaba pensando en lo que el cura de la montaña ni remotamente
9 VI | garantías... y ahora...~ El cura estaba diciendo que no con
10 VI | se moleste usted.~ Al cura empezaba a parecerle un
11 VI | con mucha propiedad por el cura, hizo dar un salto a Bonis,
12 VI | dado... inter vivos. (El cura daba gran importancia a
13 VI | concreto, como decía el cura, la lesión de honra no existía,
14 VI | infierno probablemente.~ El cura creyó suficientes sus explicaciones;
15 VI | sí.~ Y salió el señor cura de la montaña satisfecho
16 VI | parecérsele. Y aquel señor cura se le presentaba con siete
17 VI | Nepomuceno la caja? Ni el cura ni el que restituía, honrado
18 VI | quería secreto el señor cura? Pues ya verá qué secreto.
19 X | espíritu, y el espíritu no se cura con pócimas -prosiguió D.
20 X | los siete mil reales del cura de la montaña, le parecía
21 XVI| Después vio llegar a un cura rollizo, sonriente, cubierto
22 XVI| con ánimo de que el señor cura y su acompañamiento no dieran
23 XVI| Ferraz miraban al niño y al cura con la boca abierta, y como
24 XVI| más rojas; los dorados del cura y del baptisterio se hicieron
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