Capitulo
1 II | entregaba indefenso, atado de pies y manos, a cuantos parientes
2 II | teniendo que hablar de los pies de un hórreo o de una panera,
3 VI | pensaba Bonifacio temblando de pies a cabeza. Por fortuna aquello
4 VII | al pie del cañón, a los pies de su tiple, sobre los escombros
5 VII | fantásticas; se figuraba que a sus pies había una gran mina, que
6 VIII| apretón de manos y otro de pies más enérgico.~ Mochi
7 VIII| estaba quieto, porque sus pies habían tropezado con los
8 VIII| que hubiera caído a sus pies no le hubiera causado mayor
9 VIII| que hubiera caído a mis pies, etc.», y por una asociación
10 VIII| que hubiera caído a sus pies... y de repente se hubiese
11 X | no se le han visto los pies. Acaso cuando se baje...~
12 XI | la lumbre, mientras a sus pies, un gato, sobre mullida
13 XII | cosquillas, en las plantas de los pies particularmente. Debajo
14 XII | cuanto a las plantas de los pies, es claro que sólo de tarde
15 XII | que yo no tengo, a cuyos pies no velo, de un regazo que
16 XIII| manos, cabeza abajo y los pies al aire; y se untaba de
17 XIV | aproximó más a la cama; a los pies estaba amontonada ropa blanca,
18 XIV | felicidad completa si los pies no descansaban en la suavidad
19 XV | estocada, y arrojándole a los pies un bolsillo de malla, como
20 XVI | se afirmó bien sobre los pies; sonrió como estaba sonriendo
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