Capitulo
1 V | llenaba la cara y el pelo de polvos de arroz, sin que ni uno
2 VII | una tienda de su pueblo polvos de arroz de los más finos,
3 VIII| Mochi, mezcladas con los polvos de arroz que no ha limpiado
4 VIII| a Bonis:~ -Hueles a polvos de arroz.~ En las novelas
5 VIII| suerte!».~ -Hueles a polvos de arroz -repitió Emma.~
6 VIII| cien veces habré olido a polvos de arroz, y nada... y hoy...
7 VIII| había mojado, le olían a polvos de arroz. «¡Malditísimo
8 VIII| esta... 'Mira, sí, huelo a polvos de arroz, pero es porque...
9 VIII| italiana!'?».~ -Hueles a polvos de arroz -dijo por tercera
10 IX | noche anterior. Hueles a polvos de arroz», había dicho la
11 X | cogido en flagrante olor de polvos de arroz (aunque, en aquel
12 X | meneallo; podían salir los polvos de arroz por cualquier lado.
13 X | volvía sobre el asunto de los polvos de arroz. Tampoco aludía
14 X | traía la cara llena de polvos de arroz; el peinado de
15 X | peligro! Allí estaban los polvos de arroz... Ahora lo comprendía
16 X | que él llamaba «lo de los polvos de arroz».~ Terminada
17 X | de aquella noche de los polvos de arroz; leyó en el rostro
18 XII | seguir siéndolo; no, no eran polvos de arroz; era blancura sana,
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