Capitulo
1 V | cara y el pelo de polvos de arroz, sin que ni uno ni otro
2 VII | tienda de su pueblo polvos de arroz de los más finos, ligas
3 VIII| mezcladas con los polvos de arroz que no ha limpiado bien
4 VIII| Hueles a polvos de arroz.~ En las novelas románticas
5 VIII| Hueles a polvos de arroz -repitió Emma.~ Tampoco
6 VIII| habré olido a polvos de arroz, y nada... y hoy... hoy
7 VIII| mojado, le olían a polvos de arroz. «¡Malditísimo marica! -
8 VIII| Mira, sí, huelo a polvos de arroz, pero es porque... me abrazó
9 VIII| Hueles a polvos de arroz -dijo por tercera vez la
10 IX | anterior. Hueles a polvos de arroz», había dicho la engañada
11 X | flagrante olor de polvos de arroz (aunque, en aquel trance,
12 X | podían salir los polvos de arroz por cualquier lado. Se volvió
13 X | asunto de los polvos de arroz. Tampoco aludía jamás a
14 X | cara llena de polvos de arroz; el peinado de mano de peinadora,
15 X | Allí estaban los polvos de arroz... Ahora lo comprendía todo;
16 X | llamaba «lo de los polvos de arroz».~ Terminada la ópera,
17 X | aquella noche de los polvos de arroz; leyó en el rostro de su
18 XII | siéndolo; no, no eran polvos de arroz; era blancura sana, cutis
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