Capitulo

 1 VII |      mísero esclavo de su mujer. Caricias como las de la italiana-inglesa,
 2 VII |       respeto y mi amistad y mis caricias cuando las quisiera, y el
 3 VII | constante. Creía sentir aquellas caricias sin nombre (él a lo menos
 4 VII |          de un hijo. Las últimas caricias de aquellas horas de transportes
 5 VII |        transportes báquicos, las caricias que ella hacía soñolienta,
 6 VII |       contentarse con desabridas caricias; no sospecha que le estoy
 7 VIII|          vio en ella especies de caricias serafinescas; todo ello
 8 XI  |        de quien soy esclavo; sus caricias disparatadas, que son reflejos
 9 XI  |   frenético y desvergonzado; sus caricias, que son en ella inocentes,
10 XI  |          que tiene derecho a mis caricias; pero un derecho que no
11 XI  |         necesitada de cariño, de caricias castas (como habían acabado
12 XI  |        siempre, que sazonaba las caricias con absurdos, que eran remordimientos
13 XI  |          y al fin la llevó a las caricias. Mas fueron suaves; mezcladas
14 XI  |          Reyes, debieran ser las caricias de mi esposa». Serafina
15 XI  |         Aquella tarde, entre las caricias de un amor apacible y de
16 XIII|     quererle, ponían algo de las caricias de madre que todas ellas