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486 pero
Leopoldo Alas alias Clarín
Su único hijo

IntraText - Concordancias

era

1-500 | 501-637

    Capitulo
1 I | y desgraciada. Bonifacio era un hombre pacífico, suave, 2 I | que había en el pueblo. Era guapo a lo romántico, de 3 I | de papel, y su ortografía era extremadamente caprichosa 4 I | fantástica; es decir, no era ortografía. Escribía con 5 I | desapareció del pueblo, que era una melancólica y aburrida 6 I | un curador, su tío, que era como un mayordomo. Segura 7 I | el empeño de su orgullo era mostrarse inmaculada y obligar 8 I | esperaba y que entreveía, no era el adulterio, era... tal 9 I | entreveía, no era el adulterio, era... tal vez la muerte del 10 I | Valcárcel comprendió que no era aquel el Bonifacio que ella 11 I | Bonifacio que ella había soñado. Era, aunque muy pacífico, más 12 I | enamorada de un su abuelo, que era el símbolo de toda la vida 13 I | ella se figuraba a su modo, era digna pasión de una mujer 14 I | provocar escándalos, no era en ella alarde frío, pedantesca 15 I | por lecturas disparatadas; era espontánea perversión del 16 I | nuestra raza ha degenerado. Era él mucho más guapo y más 17 I | dentro, como él se decía, era un soñador, un soñador soñoliento, 18 I | vida, encontró una flauta. Era una flauta de ébano con 19 I | ilustre Colegio, a sus solas, era romántico también, aunque 20 I | tiempo que le ocupaban, que era la mayor parte del día. 21 I | visitas. Su Bonifacio no era más que una figura de adorno 22 I | por dentro no tenía nada, era un alma de cántaro; pero 23 I | aquello de la ropa lujosa no era en rigor gasto propio, sino 24 I | también, que por poco dinero era capaz de cortar no peor 25 I | dejaba vestir. Su resolución era pesar lo menos posible sobre 26 II | II -~     Emma era el jefe de la familia; era 27 II | era el jefe de la familia; era más, según ya se ha dicho, 28 II | La fecundidad de la raza era famosa en la provincia; 29 II | Ya se ha dicho que Emma era hija única, y, por tanto, 30 II | de D. Diego Valcárcel no era tan extremada como se creía; 31 II | organizadas, y él, visto que no le era posible conservarse en casta 32 II | miedo al escándalo, que era su gran virtud, según se 33 II | panal de la herencia; mas no era esto hacedero, porque el 34 II | exagerado a la capa, cuyo uso era excusado la mayor parte 35 II | raza se volvía a la horda; era aquel el atavismo de todo 36 II | abogado D. Diego Valcárcel, era, como él la hubiera llamado 37 II | recónditos motivos por que era acatada su indiscutible 38 II | aprensión o en el oído. Lo que era un dogma familiar, que tenía 39 II | tenía su fórmula invariable, era esto: que por Emma no pasaban 40 II | que lo del estómago no era nada, y que después de parir, 41 II | saltaba a la vista que no era así; pero lo aseguraban 42 II | familia, pero éste secreto, era que «la niña había labrado 43 II | que estaba arrepentido (y era hombre que se había jugado 44 III | Bonifacio 1 estuviese delante; era inútil que Emma y el mismo 45 III | presenciar por fuerza ese, no era nada; allí no se podía ver 46 III | que ni siquiera miraba. Si era una escena molesta, irritante 47 III | muy mal», para el marido era el tormento más insoportable. 48 III | encogido de Bonifacio: la una era una gran tristeza, la otra 49 III | elocuencia y facundia no era posible dudar. La disputa, 50 III | los presentes. El delito era flagrante: la flauta estaba 51 III | me consta que los hay. No era tal cosa; era un dolorcillo 52 III | los hay. No era tal cosa; era un dolorcillo reumático 53 III | Resultó, en fin, que no era nada; pero siempre sería 54 III | cuanto se levantaba, que no era tarde, tenía la obligación 55 III | aquellos manejos, su marido no era afeminado de figura ni de 56 III | de figura ni de gestos; era suave, algo felino, podría 57 III | alambicado, enfermizo, era lo único que, en presencia 58 III | cónyuge.~     Bonifacio no era cobarde; pero amaba la paz 59 III | bilioso-nerviosas de su mujer, era el ruido.~     «Si todo 60 III | la alcoba, para los que era irreemplazable el marido, 61 III | favor que podía hacerla era marcharse, y no volver hasta 62 IV | este último establecimiento era donde encontraba su espíritu 63 IV | despierta!... etc.~ ~     Esta era la mejor y más sana parte 64 IV | imaginación de aquellos soñadores era mucho menos fuerte y constante 65 IV | hablar tanto de la realidad) era como un grado superior en 66 IV | De todas suertes, la vida era mucho más divertida entonces, 67 IV | muerto en la Habana, donde era el año cuarenta y seis magistrado 68 IV | que se llamaba Escandón, era gallego, muy buen poeta, 69 IV | caseras; la casa de Castrillo era uno de los focos del romanticismo 70 IV | romanticismo músico del pueblo. Era una tiple italiana que aquellos 71 IV | qué carnes! ¡Y qué trato! Era más alta que cualquiera 72 IV | tenía sus aficionados. Esta era delgada, flexible como un 73 IV | pensaba Bonifacio, qué era más que un esquinazo, una 74 IV | la historia en las óperas era una cosa muy divertida... 75 IV | con aquellas. La verdad era que ahora no se cantaban 76 IV | costumbre. Su costumbre era despreciar altamente todos 77 IV | el estilo. La Gorgheggi era un ruiseñor; y además, ¡ 78 IV | a los aplausos!». Sí que era guapa; era una inglesa traducida 79 IV | aplausos!». Sí que era guapa; era una inglesa traducida por 80 IV | el placer de estar allí era mayor, por lo mismo que 81 IV | mayor, por lo mismo que era un acto de rebeldía su presencia 82 IV | verdadero, el teatro por dentro, era el del ensayo; a Reyes no 83 IV | sala estrecha donde el aire era veneno; los tenores y tiples 84 IV | veía al artista tal como era, no como tenía que fingir 85 IV | como tenía que fingir que era. Por un instinto de buen 86 IV | representaciones públicas era la mala escuela de declamación, 87 IV | extraordinaria de forastero, era para Bonifacio muy recomendable; 88 IV | ventaja; ser de muy lejos era una maravilla... El mundo... 89 IV | hermoso! Lo que él conocía era tan feo, tan poca cosa, 90 IV | El verdadero extranjero era otro. Y de este venían los 91 IV | artista... ser músico, esto era miel sobre hojuelas y néctar 92 IV | el artista, el músico... era hembra, entonces el respeto 93 IV | el ensayo, en el ensayo era donde se conocía al artista...~      94 IV | de la tienda de Cascos; era el más bajo de los claros, 95 IV | el menor ruido. Para él era el teatro el templo del 96 IV | distinguido en sus modales; era el signor 5 Mochi, empresario 97 IV | pasar por estrellas: aunque era muy joven todavía cuando 98 IV | cosas. Lo que él no veía era el lado malo de los artistas. 99 IV | el tenor bajo y gordo, era como una ardilla y hablaba 100 V | de la Gorgheggi 7 que no era otra la dama - y muchas 101 V | disimulo de la orquesta, que era indígena y desafinaba como 102 V | reprimenda en italiano. No era que el lechuguino supiera 103 V | lo que más compadecía era la ausencia probable de 104 V | envidioso.~     La verdad era que la simpatía, y a los 105 V | pero llegar a ella, entrar, era más fácil que volver al 106 V | su pobreza absoluta! No era dueño ni de los pantalones 107 V | en su temeraria empresa era el piquillo de su pretensión, 108 V | tras de sí aquella mujer! Era un perfume espiritual, según 109 V | anduviera ciega.~     No era Bonifacio hombre capaz de 110 V | doncella de la Gorgheggi, que era partiquina, tuvo que presentarse 111 V | Bonifacio en aquel estado no era responsable de sus dichos 112 V | un escopetazo, y que este era el apelativo que le había 113 V | nuevo préstamo al tenor no era desairar a la tiple: un 114 V | Negarle ese dinero a él era negárselo a ella», se decía 115 V | llamaban el Mayor porque era el más antiguo o porque 116 V | el más antiguo o porque era el más rico. Prestaba dinero 117 V | personas distinguidas, no era muy tirano en materia de 118 V | pues usted ha firmado, como era necesario, todos los documentos 119 V | Juan, que, por las señas, era el que mandaba en casa.~      120 V | adulterino!~     ¡Aquello era felicidad! Él, un pobre 121 V | Gorgheggi y de Mochi, que era la misma, estaba lejos; 122 V | de enternecimiento; esa era la fija», pensaba él.~      123 V | llamaradas rojizas. El sol era la linterna del sereno; 124 VI | decirse a su gabinete, pues era de uso común a todos los 125 VI | grande y muy grasiento. Era un pobre cura de aldea, 126 VI | Lo que usted quería era esto, ¿verdad? -dijo con 127 VI | con las cuentas de todo era D. Juan Nepomuceno; pero 128 VI | dicho ya que la cosa no era favorable a la memoria del 129 VI | Sí, señor; como que era mi suegro... quiero decir, 130 VI | existía, o, por lo menos, no era D. Diego el causante, y 131 VI | crédito de su mujer. Esto era inicuo... y lo que era peor, 132 VI | Esto era inicuo... y lo que era peor, muy expuesto a una 133 VI | Por fortuna aquello no era más que un cuadro imaginado... 134 VI | supiese. Es más, el secreto era allí lo principal. Y ¿cómo 135 VI | cuartos en su provecho, ¿no era robar a su mujer? Sí y no. 136 VI | del capital de Emma; más era; el mismo Bonifacio reconocía 137 VI | cuándo. Por este lado no era robar lo que quería hacer. 138 VI | hacer. Por otra parte, sí era robar; porque... porque 139 VI | porque... porque aquello era... un robo, un fraude o 140 VI | como se dijera, pero ello era robar.~     Satisfecho de 141 VI | caso, si lo que iba a hacer era un verdadero delito, su 142 VI | representada en el pueblo porque era de hombres solos, dio una 143 VI | debía quemárselos. La verdad era que la operación material 144 VI | por el gusto de amateur. Era indudable que el espectáculo 145 VI | presencia del dinero siempre era cosa muy seria.~     -Aquí 146 VI | honrándome con su confianza, era para los gastos primeros... 147 VI | metido en la cabeza que era para la fábrica. D. Juan... 148 VI | historia.~     ¡Aquella era la historia!, pensó Reyes 149 VI | ni disculpas. Su silencio era muy ridículo, es claro. ¿ 150 VI | seis mil reales! Esto, esto era lo terrible. ¿Volvería a 151 VII | subió al primer piso, que era donde se servía a los parroquianos. 152 VII | La guitarra, para Bonis, era a los instrumentos de música 153 VII | animales domésticos... El gato era el amigo más discreto, más 154 VII | los de su mujer.~     Sí, era preciso armarse de valor, 155 VII | desgraciado rey mártir. Para él era el suplicio la presencia 156 VII | porque aquello edificaba; era el himno del valor patrio. 157 VII | pasión, su gran pasión, era tan respetable y digna de 158 VII | interior del gabán... ¡lo que era el instinto! No recordaba 159 VII | discreto».~     La verdad era que si hasta la fecha no 160 VII | relaciones se formalizaban... Sí, era indispensable disponer de 161 VII | ideal (el bello ideal), era indudable que si seguían 162 VII | Él tenía una pasión, esto era evidente. Luego no era rana, 163 VII | esto era evidente. Luego no era rana, por lo menos tan rana 164 VII | el vestíbulo del teatro. Era hora de ensayo. Allí estaría 165 VII | cambio instintivo de rumbo. Era otra prueba de que estaba 166 VII | y lo que él necesitaba era estar bien seguro de que 167 VII | conocerse.~     Serafina era suya, y él, por supuesto, 168 VII | suya, y él, por supuesto, era de Serafina, hasta donde 169 VII | el amor de los artistas era así, extremoso, loco en 170 VII | sí, velaba!, y Serafina era la primera en mantener aquel 171 VII | una pieza?~     Lo cierto era que la Gorgheggi, corrompida 172 VII | pastosidad voluptuosa, que era lo que llamaba Bonis voz 173 VII | dulzura doméstica; pero... era poca voz para los grandes 174 VII | esbeltez... En fin, ello era que, a pesar de estar él 175 VII | Serafina para explotarla. ¿No era una gran artista? Pues era 176 VII | era una gran artista? Pues era mediana, y era además una 177 VII | artista? Pues era mediana, y era además una mujer muy hermosa, 178 VII | sabía todo y que el Duque era su mejor amigo y protector. 179 VII | maestro continuaría, y que era indispensable para tener 180 VII | sociedad. Lo que no hacía falta era explicarse directamente; 181 VII | repugnante, según el tenor, era un pacto explícito; no hacía 182 VII | menos. Pero lo principal era lo principal, y cuando se 183 VII | ante el nuevo galán no era ni más ni menos que para 184 VII | obedecerme».~     Lo cierto era que la Gorgheggi no amaba 185 VII | ella, y cuando advirtió que era cómplice de sus extravíos, 186 VII | llamaba ella su corazón, era la complicidad de Mochi. « 187 VII | rivales...».~     Y esto era lo que ella quería que él 188 VII | remachar los besos que vendía, era su venganza.~     Eso hacía, 189 VII | el clavo de la felicidad, era el contraste de Serafina, 190 VII | creía que aquella vida no era para llegar a viejo; pero, 191 VII | hacerlas, y su existencia era tan novelesca como la primera. 192 VII | expresivas, que según él era lo único que le faltaba 193 VII | nunca dar expresión a lo que era capaz de sentir; mas ahora 194 VII | guerra».~     Lo cierto era que Bonis exageraba, lo 195 VII | la propia dignidad. ¿Qué era aquello? Lo que antes era 196 VII | era aquello? Lo que antes era para la esposa autocrática 197 VII | joven?~     Aquel joven era la tremenda ironía de la 198 VII | suyo mucho tiempo; el caso era ser exacto a las horas de 199 VII | Seguro estaba Bonis de que era aquel vivir suyo un rodar 200 VII | parar en bien todo aquello era claro; pero ya... preso 201 VII | libros románticos, a que era más aficionado cada día, 202 VII | toda la deuda del Estado era cosa suya, la debía él. ¡ 203 VII | gastado tanto dinero que no era suyo demostraba la intensidad, 204 VII | Pues adelante». Cierto era que quedaba el rabo por 205 VII | seco; sería que la mecha era más larga que él había pensado; 206 VII | el escenario. Aquel día era de los de sol allí dentro, 207 VII | el sol que vio allí Reyes era un sol moral (quería decirse 208 VIII| señalada para la tal cena era de las que su esposa le 209 VIII| sabía que a lo que él iba era a pagar. Esto lo supo después, 210 VIII| de la colonia; aquel olor era el rastro de su esclavitud 211 VIII| picante y complejo, que era una atmósfera casi espiritual 212 VIII| natural de la cantante, era lo que determinaba siempre 213 VIII| veces; y en tales trances era cuando se le soltaba la 214 VIII| chillasen, como solían. Esta era una de las fatalidades a 215 VIII| ópera de Rossini; sí, él era Otello y su mujer Desdémona... 216 VIII| principal, por lo pronto, era averiguar si dormía.~      217 VIII| desgracia, el silencio no era prueba del sueño; es más, 218 VIII| respondía a no ser ¡terrible era pensarlo!, pero ¿cómo negárselo 219 VIII| etcétera, etc.~     Todo esto era histórico; ya sabía Bonis 220 VIII| llegaba a marear. Verdad era que cuando le pegaba se 221 VIII| si el sueño de su esposa era real o fingido. Si pasaban 222 VIII| prestaban un fuego que no era fingido; fuese resto de 223 VIII| miel o lo que fuese, ello era que aquel panteísta de la 224 VIII| viceversa; en fin, ello era que, o los dedos se le antojaban 225 VIII| con una espontaneidad que era lo que más le remordía en 226 VIII| instinto pecaminoso; todo esto era una copia de la otra pasión, 227 VIII| serafinescas; todo ello era un contagio; le había pegado 228 VIII| conciencia que protestaba era la del marido, la del padre 229 VIII| descompuesto: por un lado era plomo que se le agolpaba 230 VIII| venir Eufemia.~     Eufemia era la doncella que debía traerla 231 IX | fuese idólatra (que no lo era), vería en aquello la mano 232 IX | mano de la Providencia. No era idólatra, pero creía en 233 IX | salir del lecho conyugal. No era lo mismo lo que había creído 234 IX | velados. En estas zonas era donde él había visto sorpresas, 235 IX | el más optimista. ¿Cómo era aquello? Bonis no se lo 236 IX | vida, importáranle o no, era de esos pensadores que tanto 237 IX | naturales o sociológicos, era tan romo como tantos y tantos 238 IX | cierto directamente. Cierto era, muy cierto, que Emma había 239 IX | aire libre; pero también era verdad que no faltaba fibra 240 IX | aquellos pálidos verdores, que era ella una delicada planta 241 IX | principal, pues otras tenía, era esta ahora: que tenía aquella 242 IX | te acompaño».~     Emma era una atea perfecta. Jamás 243 IX | todo estaba bien; ella no era aficionada a las novenas; 244 IX | qué? «Yo no soy beata». Y era atea perfecta, porque vivía 245 IX | seguro. Pero el morirse era horroroso, no por el infierno, 246 IX | alguna fuerza. Tal espíritu, era más compatible con aquel 247 IX | guardaba como un secreto; era una hipócrita de la salud; 248 IX | tenerlos. Eufemia, su doncella, era confidente parcial de sus 249 IX | causando el asombro de Eufemia, era género de delicia que se 250 IX | el capital de que gozaba era una fuente inagotable que 251 IX | se decía. La de Emmaera prodigalidad verdadera, 252 IX | no lo parecía. Para ella era como la sensación de un 253 IX | imaginación muy populares, era un héroe con quien hasta 254 IX | delitos de amor su lenidad era infinita; y si bien en los 255 IX | cencerrada, pues el tío era viudo, cencerrada en que 256 IX | al otro mundo; esto, esto era lo que no perdonaría... 257 IX | chiquitines de Sebastián, era un decir) había pasado, 258 IX | que sintió en un hombro; era la mano de Emma, que la 259 IX | como nunca, su respiración era anhelante, las narices se 260 X | Dios sabía qué capricho era aquel, para qué se quería 261 X | diablo, que no de Dios, era aquella que le estaba dando, 262 X | Bonis no discutió. Peor era meneallo; podían salir los 263 X | El inopinado personaje era un hombre como de cuarenta 264 X | de anchas alas; su rostro era blanco, anémico; los ojos 265 X | pequeño y bien calzado; era homeópata, y muy sentimental; 266 X | para el vulgo de las damas, era especialista en partos y 267 X | vencía la costumbre, que era en todo el pueblo llamar 268 X | ausencia. Lo de D. Basilio era símbolo de su mal sino, 269 X | no son del momento.~     Era el homeópata madrugador 270 X | a un embajador, que así era como él siempre se vestía 271 X | lo que decía. La verdad era que Reyes no tenía nada 272 X | insistió más, y cuya humildad era muchísimo más cierta que 273 X | memoria a doña Emma Valcárcel. Era su médico predilecto, a 274 X | ministerio de doctores. Aguado era de los que más tiempo ocupaban 275 X | por Providencia; en vano era que en los tiempos de salud 276 X | se fuera sintiendo viejo (era su plan para la vejez solitaria, 277 X | medicamentos a las enfermedades era toda una magia para Bonis, 278 X | dieta. ¡Malo! D. Venancio era un grandísimo tragaldabas, 279 X | sin necesidad de comer, era enemigo de la dieta tratándose 280 X | todo, lo que necesitaba era no ahogarse, no estar oprimida 281 X | previsto su sabiduría y era cosa que andaba escrita 282 X | muy originales. También era él espiritualista, ¡ya lo 283 X | en el Diccionario. Ello era una preposición. Bonifacio 284 X | un tema que en el pueblo era por aquel tiempo casi inaudito, 285 X | dignidad de un marido. Él era el que la había de acompañar 286 X | género. Lo que sí hacía era hablar mucho del teatro, 287 X | acordó de la Norma, que era su mujer; y de Adalgisa, 288 X | mujer; y de Adalgisa, que era la tiple; y de Polión, que 289 X | tiple; y de Polión, que era él; y del sacerdote, que 290 X | él; y del sacerdote, que era Nepomuceno, encargado sin 291 X | de Serafina; todo aquello era mentira; ni la tiple había 292 X | de lo dicho. Todo ello 13 era una miserable especulación 293 X | Imposible!». «No, la mentira no era del zapatero; era de Emma; ¡ 294 X | mentira no era del zapatero; era de Emma; ¡pero entonces 295 X | estupefactos, porque el caso no era para menos. Emma venía vestida 296 X | de perlas.~     -También era presentable el tío mayordomo 297 X | de artesanas.~     Esto era lo que ignoraba Bonis; esto, 298 X | fijó antes de llegar en que era distinto entrar en un palco 299 X | dispuesta a gozar mucho; pero no era del público precisamente 300 X | iban las memorias. Su plan era su plan, y todo se andaría.~      301 X | abogado Valcárcel que no era su hermosura lo que tanto 302 X | llamaba la atención; que era, principalmente, su aderezo, 303 X | en el mundo, si aquello era mundo, ofrecía una novedad 304 X | estupefacción; pero el resultado era que se la miraba y contemplaba, 305 X | que tenía por más seguro, era la envidia. La envidiaban, 306 X | sensación presente; y el hecho era que allí, en el teatro, 307 X | ricamente vestida y alhajada era ella, Emma; y el público 308 X | envidiaba a la de Valcárcel era la mujer del americano Sariegos, 309 X | veía además, que Emma ya no era una muchacha; pero no importaba; 310 X | admiraba a sí mismo. ¡Aquello era crecerse ante el peligro! 311 X | ida inopinada al teatro era un careo... sí, un careo 312 X | los criminales. Porque él era un criminal, claro. No importaba; 313 X | costumbre en casos tales (si era que jamás se había visto 314 X | mentir como un héroe, si era preciso, ya que el Señor 315 X | tablas Serafina, ahora Emma era la que tomaba el color de 316 X | vencedor de los infieles era el barítono Minghetti, que 317 X | rigurosamente fiel a su esposa; más era, tal ente de razón la parecía 318 X | conyugal descubierta, ya era distinto; también había 319 X | analogía, cuando el esposo era tan bruto que daba a la 320 X | él, se la pegaba». Esto era evidente. «Y si él me la 321 X | época y pueblo, porque ella era original por su temperamento 322 X | pasión que todo lo santifica, era una de esas pestes. Por 323 X | hubiera pensado Bonis, esto era corriente, el sentido íntimo 324 X | violentarse mucho. Lo cierto era que su carne estaba tranquila, 325 X | lo que es como buen mozo era buen mozo, y estaba satisfecha 326 X | poco amo de su casa que era Bonifacio; despidiose del 327 X | gran pasión pretendida no era tan grande, y, en otro tanto, 328 X | grande, y, en otro tanto, era menos disculpable. Fuese 329 XI | XI -~     Bonifacio Reyes era admirador del arte en todas 330 XI | decía; y aunque la música era la manifestación predilecta, 331 XI | aunque la susodicha música era el arte que él mejor poseía, 332 XI | de artista, que al fin no era muy grande; después de todo, 333 XI | agradables; el arabesco era su dibujo favorito, porque 334 XI | cual en aquel pueblo sólo era mudar de dolor; pero en 335 XI | llenaban su rostro, el cual era, visto de perfil, el del 336 XI | pluma, estaba bien clara, era la síntesis de su vida presente. 337 XI | donde estaba cogiendo frío. Era en casa de su Serafina el 338 XI | del cuarto de Mochi. Él era quien les había buscado 339 XI | hogar, que al fin hogar era, aunque no pudiese servir 340 XI | resignados. El ideal de Bonis era soñar mucho y tener grandes 341 XI | un laúd y un galán, que era él, que robaba a la virgen 342 XI | climas sin las babuchas. Y era claro que las babuchas eran 343 XI | sin disturbios ni mezclas, era también su encanto! ¿Sería 344 XI | bellos ideales. La familia no era familia de verdad para él; 345 XI | había querido. Su mujer era su tirano, y en sus veleidades 346 XI | por él mismo, sin saberlo, era una concubina, una odalisca 347 XI | odalisca loca; y, lo que era peor que todo: faltaba el 348 XI | Eran judíos errantes; ya era un milagro que entre abonos 349 XI | en aquellos tratos, que era el alma de la proyectada 350 XI | preparaba, y que su Bonis era factor del holgorio, que 351 XI | sus amores con Serafina; era, por el contrario, indispensable, 352 XI | cantantes, nada más fácil. ¿No era él músico también? ¿Y qué 353 XI | más que solía; él también era pintor, esto es, músico; 354 XII | los sordos, reconocía que era maravilloso lo que hacía 355 XII | camino de la celebridad. Todo era igual: no haber subido al 356 XII | bueno para la matanza, y era un hombre muy espiritual, 357 XII | y giros cuasi alemanes. Era un soñador, pero capaz de 358 XII | pura plata. Marta Körner era una rubia de veintiocho 359 XII | llevándose la mano, que era un prodigio, al palpitante 360 XII | al palpitante seno, que era toda una obra de fábrica 361 XII | lo que estaban de acuerdo era en la necesidad imprescindible 362 XII | traer de Alemania, ello era que el medio ambiente les 363 XII | engulléndose dos besugos. Esto era otra cosa; y los que habían 364 XII | Nepomuceno. El alemán, que era sagaz y hombre de mundo, 365 XII | comprendió pronto cuál era el papel del hacendista 366 XII | corriente de aquel río de plata era, o él no entendía de corrientes, 367 XII | verdadero talento de contable, era un Necker... oscurecido, 368 XII | suma, estaba limitado. Más era: en interés de la ruinosa 369 XII | constitucional, que ya de por sí no era bueno. Con este motivo, 370 XII | Nepomuceno que su dulce tormento era Marta en persona; le dio 371 XII | señas de la divinidad, y... era Marta.~     Una semana después 372 XII | no me olvides», que no era el de Goëthe, sino mucho 373 XII | ocasión de enterarse de quién era Fausto, y del pacto que 374 XII | de la fuente. Margarita era su Marta, aquella señorita 375 XII | no en vano ni de balde se era ministro de Hacienda en 376 XII | casa puesta, pero casa que era de la Empresa de la Montaña); 377 XII | fin, que lo que faltaba era dinero; la fábrica y la 378 XII | pareciese el capital que era necesario para su movimiento. 379 XII | lo que no podía calcular era que Marta le iba a entrar 380 XII | romántico-tudesco. Marta, virgen, era una bacante de pensamiento, 381 XII | estas contradicciones». Era católica, como su padre, 382 XII | Lo que no confesaba Marta era que su afición más sincera, 383 XII | sentimental, poética y dilettante, era el premio del artista, y 384 XII | inconveniente en casarse. Porque era necesario ser rica; no por 385 XII | hay, etc., etc. Su ideal era casarse con un hombre ordinario 386 XII | de estos, porque también era una vulgaridad la constancia 387 XII | hacer la mujer superior era sacarle el jugo crematístico 388 XII | sutil y retorcida, que era el fondo de su alma, hallaba 389 XII | artimañas. Engañar por engañar era lo mejor. Sin embargo, reconocía 390 XII | aparte el de las cosquillas, era escribir cartas entusiásticas 391 XII | cuerpo. Por lo que veía, era muy blanca, y debía de seguir 392 XII | no eran polvos de arroz; era blancura sana, cutis inglés, 393 XII | es la lozanía del cuerpo era bien briosa y bien sólida; 394 XII | sabía tiempo atrás, de que era Bonis mismo el que se las 395 XII | princesa rusa... no, no era así; era otra cosa... muy 396 XII | rusa... no, no era así; era otra cosa... muy especial. 397 XII | aquello de que el matrimonio era convencional y los celos 398 XII | superior, y sí quería, porque era muy divertido, tenía que 399 XII | cabeza por eso; lo que hacían era tener queridos también. 400 XII | fuese verdad o no; eso era harina de otro costal, y 401 XII | superior que valiera; Bonis no era alma superior, y tenía que 402 XII | había sido toda la vida; lo era sin saberlo; antes de que 403 XII | que habían corrido de que era protestante. La verdad es 404 XII | notable ni muy original, era música buena para aficionados, 405 XII | quién me la diera! Así era, como aquella música: dulce, 406 XII | eso... madre! La verdad era que las entrañas se le abrían; 407 XII | loco! Sí, sí, disparatado era todo aquel pensar; pero, ¡ 408 XII | Indudablemente el tigre era su mujer. La cual estaba 409 XII | enamorarse. La Gorgheggi era mucho más alta que Emma, 410 XII | tal vez mayor para ella, era en Serafina la mujer de 411 XII | cursi del pueblo una que era sonada, algo del todo nuevo, 412 XII | superioridad real que, si no era del género suprasensible 413 XII | ella, Marta, se atribuía, era mucho más efectiva y susceptible 414 XII | continuó explicando que era la Parini una ilustre artista 415 XII | quedó pensando Bonis -, era un disparate, sí... y con 416 XII | estallido en el cerebro... Emma era Sara...; Serafina, Agar... 417 XII | Faltaban Ismael, que era inverosímil, dadas las costumbres 418 XII | No importa...; más vieja era Sara. 419 XIII| de la madrugada, y como era costumbre en el pueblo, 420 XIII| obligada a dar; a saber: que era más importante para ella 421 XIII| casarse nunca, porque nadie era digno de la que había sido 422 XIII| compañeros. A Minghetti, que era un bohemio, sin saber de 423 XIII| este elemento de seducción era de los que producían más 424 XIII| sentido moral no le decía que era aquello repugnante e indigno; 425 XIII| fortuna.~     Lo cierto era que la historia del barítono, 426 XIII| Cayetano Domínguez era natural de Valencia; había 427 XIII| de matarse de hambre, que era el mayor crimen.~     De 428 XIII| impericia, pues en el trabajo era asiduo, y su destreza en 429 XIII| la voz se le mudaba, que era para el caso como perderla; 430 XIII| quedaba entre las uñas, era apenas la necesaria retribución 431 XIII| persuadido de que su vocación era la música y su fuerte la 432 XIII| gracia, amabilidad y chiste. Era un Tenorio aniñado, un niño 433 XIII| Lo que iba viento en popa era lo de la fábrica de Productos 434 XIII| local. En cuanto a Serafina, era la gala de los paseos, y 435 XIII| en un baño de delicias. Era tan feliz en aquella corrupción, 436 XIII| decían que lo iba a ser. Ello era una especie de milagro de 437 XIII| repugnante y mal oliente como era el ocle (las algas), que 438 XIII| mucho, y de que su otoño era muy interesante, y su jamón 439 XIII| suculento y en dulce, al fin él era mucho más joven, y ella... 440 XIII| la capital. Una de ellas era la de un magistrado andaluz, 441 XIII| acuarelas de pandereta; el padre era unas castañuelas de la sala 442 XIII| compañía. El magistrado, que era, además, muy embustero, 443 XIII| Hacían de un vestido siete, y era un prodigio el verlas volverlo 444 XIII| mar. El pariente difunto era un tío segundo; pero era 445 XIII| era un tío segundo; pero era marqués. Si hubiera sido 446 XIII| que valía.~     «Sí, ella era feliz, pensaba; más valía 447 XIII| serse bueno, y nadie lo era. En el mundo ya no había 448 XIII| completamente honrada, y era una lástima. No había con 449 XIII| en resumidas cuentas, él era una mala persona. Pero ¿ 450 XIII| casa, la de su mujer, antes era aburrida, inaguantable, 451 XIII| calabozo, una tiranía; pero ya era peor que todo esto, era 452 XIII| era peor que todo esto, era un... burdel, sí, burdel; 453 XIII| soliloquios de Bonis. Amontonados era... una mezcla de amores 454 XIII| los cómicos, y su mujer, era algo parecida a la cama 455 XIII| torpeza y desorden, lo que era bueno y malo; decoro, honor, 456 XIII| los sentidos locos, que era más repugnante por tener 457 XIII| de sí, y que su pasión no era tan grande como había creído, 458 XIII| que, por consiguiente, no era legítima. Además... y ¡oh 459 XIII| más y sus menos, y allí no era arte todo lo que relucía. 460 XIII| tiempo a sí mismo; aquello era un burdel, y él uno de tantos 461 XIII| tanto tiempo hacía. Aún no era viejo, y le parecía haber 462 XIII| gustaban siquiera. El milagro era un absurdo, algo contra 463 XIII| sin excepción. El milagro era romántico, revolucionario, 464 XIII| más que el apasionado. Más era: había amor sublime que 465 XIII| había amor sublime que no era el amor sensual, por alambicado 466 XIII| Amar a la mujer... siempre era amar a la mujer. No, otra 467 XIII| recuerdo intenso. Siempre era el hijo; varón y uno solo; 468 XIII| politeísmo. Muchos hijos era como muchos dioses. No, 469 XIII| No cabía duda; la ley era la ley, el orden el orden; 470 XIII| excepcional, privilegiada. ¡Y él era el mismo que había sentido, 471 XIII| latitudes... y longitudes». Más era: en aquel instante en que 472 XIII| la gracia.~     Sí, eso era; se podía ser un santo sencillo, 473 XIII| intelectual de negaciones. No era creyente... ni dejaba de 474 XIII| coger su cruz, porque no era un simple como los de la 475 XIII| pero lo que no le faltaba era el sincero anhelo de sacrificio, 476 XIII| inmortalizados. Él, Bonis, no era poeta, pero con la flauta 477 XIV | los verdaderos, y que él era un místico de pega, y un 478 XIV | tiempo a aquella parte, era un dolor verdadero, de aquellos 479 XIV | daban la pereza de padecer. ¡Era tan molesto tener el ánimo 480 XIV | compañía de ópera más tiempo, era absurdo. Ya todos los expedientes 481 XIV | huelga. Lo que se había visto era tal cual corista que se 482 XIV | Serafina, Julio y Gaetano, era tan admirable como si las 483 XIV | señores socios al barítono no era gran cosa; pero él se dio 484 XIV | llegado casi a olvidar que era una actriz y una aventurera, 485 XIV | tenía algo de fraternal, que era a ratos lujuria y que se 486 XIV | Bonis, la del hijo; y esto era lo que en realidad le apartaba 487 XIV | cogidos del brazo, según era permitido en aquella época 488 XIV | Hablarle a ella de hipotecas, era hablarle en griego. «Pues 489 XIV | tratado de arqueología; era del repertorio de las antigüedades 490 XIV | ideal, en el arte...; todo era un engaño, tentación del 491 XIV | pasillo adelante; todo era confusión en la casa. Las 492 XIV | pedir socorro, porque no era ella hembra que descendiese 493 XIV | esperanza de que aquello era imposible.~     Aguado, 494 XIV | a no parir, que aquello era una sentencia de muerte 495 XIV | galicismo -dijo Aguado, que era purista en lo que se le 496 XIV | protestando; se sentía mejor, era verdad, después de haber 497 XIV | estado interesante, y esto era horroroso. Y como no le 498 XIV | respecto del asunto, que era bastante; y Marta tuvo tiempo 499 XIV | estaban todos conformes era en lo que ya había afirmado 500 XIV | el furor de la Valcárcel era fingido, que bien satisfecha


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