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Capitulo
1 I | y desgraciada. Bonifacio era un hombre pacífico, suave,
2 I | que había en el pueblo. Era guapo a lo romántico, de
3 I | de papel, y su ortografía era extremadamente caprichosa
4 I | fantástica; es decir, no era ortografía. Escribía con
5 I | desapareció del pueblo, que era una melancólica y aburrida
6 I | un curador, su tío, que era como un mayordomo. Segura
7 I | el empeño de su orgullo era mostrarse inmaculada y obligar
8 I | esperaba y que entreveía, no era el adulterio, era... tal
9 I | entreveía, no era el adulterio, era... tal vez la muerte del
10 I | Valcárcel comprendió que no era aquel el Bonifacio que ella
11 I | Bonifacio que ella había soñado. Era, aunque muy pacífico, más
12 I | enamorada de un su abuelo, que era el símbolo de toda la vida
13 I | ella se figuraba a su modo, era digna pasión de una mujer
14 I | provocar escándalos, no era en ella alarde frío, pedantesca
15 I | por lecturas disparatadas; era espontánea perversión del
16 I | nuestra raza ha degenerado. Era él mucho más guapo y más
17 I | dentro, como él se decía, era un soñador, un soñador soñoliento,
18 I | vida, encontró una flauta. Era una flauta de ébano con
19 I | ilustre Colegio, a sus solas, era romántico también, aunque
20 I | tiempo que le ocupaban, que era la mayor parte del día.
21 I | visitas. Su Bonifacio no era más que una figura de adorno
22 I | por dentro no tenía nada, era un alma de cántaro; pero
23 I | aquello de la ropa lujosa no era en rigor gasto propio, sino
24 I | también, que por poco dinero era capaz de cortar no peor
25 I | dejaba vestir. Su resolución era pesar lo menos posible sobre
26 II | II -~ Emma era el jefe de la familia; era
27 II | era el jefe de la familia; era más, según ya se ha dicho,
28 II | La fecundidad de la raza era famosa en la provincia;
29 II | Ya se ha dicho que Emma era hija única, y, por tanto,
30 II | de D. Diego Valcárcel no era tan extremada como se creía;
31 II | organizadas, y él, visto que no le era posible conservarse en casta
32 II | miedo al escándalo, que era su gran virtud, según se
33 II | panal de la herencia; mas no era esto hacedero, porque el
34 II | exagerado a la capa, cuyo uso era excusado la mayor parte
35 II | raza se volvía a la horda; era aquel el atavismo de todo
36 II | abogado D. Diego Valcárcel, era, como él la hubiera llamado
37 II | recónditos motivos por que era acatada su indiscutible
38 II | aprensión o en el oído. Lo que era un dogma familiar, que tenía
39 II | tenía su fórmula invariable, era esto: que por Emma no pasaban
40 II | que lo del estómago no era nada, y que después de parir,
41 II | saltaba a la vista que no era así; pero lo aseguraban
42 II | familia, pero éste secreto, era que «la niña había labrado
43 II | que estaba arrepentido (y era hombre que se había jugado
44 III | Bonifacio 1 estuviese delante; era inútil que Emma y el mismo
45 III | presenciar por fuerza ese, no era nada; allí no se podía ver
46 III | que ni siquiera miraba. Si era una escena molesta, irritante
47 III | muy mal», para el marido era el tormento más insoportable.
48 III | encogido de Bonifacio: la una era una gran tristeza, la otra
49 III | elocuencia y facundia no era posible dudar. La disputa,
50 III | los presentes. El delito era flagrante: la flauta estaba
51 III | me consta que los hay. No era tal cosa; era un dolorcillo
52 III | los hay. No era tal cosa; era un dolorcillo reumático
53 III | Resultó, en fin, que no era nada; pero siempre sería
54 III | cuanto se levantaba, que no era tarde, tenía la obligación
55 III | aquellos manejos, su marido no era afeminado de figura ni de
56 III | de figura ni de gestos; era suave, algo felino, podría
57 III | alambicado, enfermizo, era lo único que, en presencia
58 III | cónyuge.~ Bonifacio no era cobarde; pero amaba la paz
59 III | bilioso-nerviosas de su mujer, era el ruido.~ «Si todo
60 III | la alcoba, para los que era irreemplazable el marido,
61 III | favor que podía hacerla era marcharse, y no volver hasta
62 IV | este último establecimiento era donde encontraba su espíritu
63 IV | despierta!... etc.~ ~ Esta era la mejor y más sana parte
64 IV | imaginación de aquellos soñadores era mucho menos fuerte y constante
65 IV | hablar tanto de la realidad) era como un grado superior en
66 IV | De todas suertes, la vida era mucho más divertida entonces,
67 IV | muerto en la Habana, donde era el año cuarenta y seis magistrado
68 IV | que se llamaba Escandón, era gallego, muy buen poeta,
69 IV | caseras; la casa de Castrillo era uno de los focos del romanticismo
70 IV | romanticismo músico del pueblo. Era una tiple italiana que aquellos
71 IV | qué carnes! ¡Y qué trato! Era más alta que cualquiera
72 IV | tenía sus aficionados. Esta era delgada, flexible como un
73 IV | pensaba Bonifacio, qué era más que un esquinazo, una
74 IV | la historia en las óperas era una cosa muy divertida...
75 IV | con aquellas. La verdad era que ahora no se cantaban
76 IV | costumbre. Su costumbre era despreciar altamente todos
77 IV | el estilo. La Gorgheggi era un ruiseñor; y además, ¡
78 IV | a los aplausos!». Sí que era guapa; era una inglesa traducida
79 IV | aplausos!». Sí que era guapa; era una inglesa traducida por
80 IV | el placer de estar allí era mayor, por lo mismo que
81 IV | mayor, por lo mismo que era un acto de rebeldía su presencia
82 IV | verdadero, el teatro por dentro, era el del ensayo; a Reyes no
83 IV | sala estrecha donde el aire era veneno; los tenores y tiples
84 IV | veía al artista tal como era, no como tenía que fingir
85 IV | como tenía que fingir que era. Por un instinto de buen
86 IV | representaciones públicas era la mala escuela de declamación,
87 IV | extraordinaria de forastero, era para Bonifacio muy recomendable;
88 IV | ventaja; ser de muy lejos era una maravilla... El mundo...
89 IV | hermoso! Lo que él conocía era tan feo, tan poca cosa,
90 IV | El verdadero extranjero era otro. Y de este venían los
91 IV | artista... ser músico, esto era miel sobre hojuelas y néctar
92 IV | el artista, el músico... era hembra, entonces el respeto
93 IV | el ensayo, en el ensayo era donde se conocía al artista...~
94 IV | de la tienda de Cascos; era el más bajo de los claros,
95 IV | el menor ruido. Para él era el teatro el templo del
96 IV | distinguido en sus modales; era el signor 5 Mochi, empresario
97 IV | pasar por estrellas: aunque era muy joven todavía cuando
98 IV | cosas. Lo que él no veía era el lado malo de los artistas.
99 IV | el tenor bajo y gordo, era como una ardilla y hablaba
100 V | de la Gorgheggi 7 que no era otra la dama - y muchas
101 V | disimulo de la orquesta, que era indígena y desafinaba como
102 V | reprimenda en italiano. No era que el lechuguino supiera
103 V | lo que más compadecía era la ausencia probable de
104 V | envidioso.~ La verdad era que la simpatía, y a los
105 V | pero llegar a ella, entrar, era más fácil que volver al
106 V | su pobreza absoluta! No era dueño ni de los pantalones
107 V | en su temeraria empresa era el piquillo de su pretensión,
108 V | tras de sí aquella mujer! Era un perfume espiritual, según
109 V | anduviera ciega.~ No era Bonifacio hombre capaz de
110 V | doncella de la Gorgheggi, que era partiquina, tuvo que presentarse
111 V | Bonifacio en aquel estado no era responsable de sus dichos
112 V | un escopetazo, y que este era el apelativo que le había
113 V | nuevo préstamo al tenor no era desairar a la tiple: un
114 V | Negarle ese dinero a él era negárselo a ella», se decía
115 V | llamaban el Mayor porque era el más antiguo o porque
116 V | el más antiguo o porque era el más rico. Prestaba dinero
117 V | personas distinguidas, no era muy tirano en materia de
118 V | pues usted ha firmado, como era necesario, todos los documentos
119 V | Juan, que, por las señas, era el que mandaba en casa.~
120 V | adulterino!~ ¡Aquello era felicidad! Él, un pobre
121 V | Gorgheggi y de Mochi, que era la misma, estaba lejos;
122 V | de enternecimiento; esa era la fija», pensaba él.~
123 V | llamaradas rojizas. El sol era la linterna del sereno;
124 VI | decirse a su gabinete, pues era de uso común a todos los
125 VI | grande y muy grasiento. Era un pobre cura de aldea,
126 VI | Lo que usted quería era esto, ¿verdad? -dijo con
127 VI | con las cuentas de todo era D. Juan Nepomuceno; pero
128 VI | dicho ya que la cosa no era favorable a la memoria del
129 VI | Sí, señor; como que era mi suegro... quiero decir,
130 VI | existía, o, por lo menos, no era D. Diego el causante, y
131 VI | crédito de su mujer. Esto era inicuo... y lo que era peor,
132 VI | Esto era inicuo... y lo que era peor, muy expuesto a una
133 VI | Por fortuna aquello no era más que un cuadro imaginado...
134 VI | supiese. Es más, el secreto era allí lo principal. Y ¿cómo
135 VI | cuartos en su provecho, ¿no era robar a su mujer? Sí y no.
136 VI | del capital de Emma; más era; el mismo Bonifacio reconocía
137 VI | cuándo. Por este lado no era robar lo que quería hacer.
138 VI | hacer. Por otra parte, sí era robar; porque... porque
139 VI | porque... porque aquello era... un robo, un fraude o
140 VI | como se dijera, pero ello era robar.~ Satisfecho de
141 VI | caso, si lo que iba a hacer era un verdadero delito, su
142 VI | representada en el pueblo porque era de hombres solos, dio una
143 VI | debía quemárselos. La verdad era que la operación material
144 VI | por el gusto de amateur. Era indudable que el espectáculo
145 VI | presencia del dinero siempre era cosa muy seria.~ -Aquí
146 VI | honrándome con su confianza, era para los gastos primeros...
147 VI | metido en la cabeza que era para la fábrica. D. Juan...
148 VI | historia.~ ¡Aquella era la historia!, pensó Reyes
149 VI | ni disculpas. Su silencio era muy ridículo, es claro. ¿
150 VI | seis mil reales! Esto, esto era lo terrible. ¿Volvería a
151 VII | subió al primer piso, que era donde se servía a los parroquianos.
152 VII | La guitarra, para Bonis, era a los instrumentos de música
153 VII | animales domésticos... El gato era el amigo más discreto, más
154 VII | los de su mujer.~ Sí, era preciso armarse de valor,
155 VII | desgraciado rey mártir. Para él era el suplicio la presencia
156 VII | porque aquello edificaba; era el himno del valor patrio.
157 VII | pasión, su gran pasión, era tan respetable y digna de
158 VII | interior del gabán... ¡lo que era el instinto! No recordaba
159 VII | discreto».~ La verdad era que si hasta la fecha no
160 VII | relaciones se formalizaban... Sí, era indispensable disponer de
161 VII | ideal (el bello ideal), era indudable que si seguían
162 VII | Él tenía una pasión, esto era evidente. Luego no era rana,
163 VII | esto era evidente. Luego no era rana, por lo menos tan rana
164 VII | el vestíbulo del teatro. Era hora de ensayo. Allí estaría
165 VII | cambio instintivo de rumbo. Era otra prueba de que estaba
166 VII | y lo que él necesitaba era estar bien seguro de que
167 VII | conocerse.~ Serafina era suya, y él, por supuesto,
168 VII | suya, y él, por supuesto, era de Serafina, hasta donde
169 VII | el amor de los artistas era así, extremoso, loco en
170 VII | sí, velaba!, y Serafina era la primera en mantener aquel
171 VII | una pieza?~ Lo cierto era que la Gorgheggi, corrompida
172 VII | pastosidad voluptuosa, que era lo que llamaba Bonis voz
173 VII | dulzura doméstica; pero... era poca voz para los grandes
174 VII | esbeltez... En fin, ello era que, a pesar de estar él
175 VII | Serafina para explotarla. ¿No era una gran artista? Pues era
176 VII | era una gran artista? Pues era mediana, y era además una
177 VII | artista? Pues era mediana, y era además una mujer muy hermosa,
178 VII | sabía todo y que el Duque era su mejor amigo y protector.
179 VII | maestro continuaría, y que era indispensable para tener
180 VII | sociedad. Lo que no hacía falta era explicarse directamente;
181 VII | repugnante, según el tenor, era un pacto explícito; no hacía
182 VII | menos. Pero lo principal era lo principal, y cuando se
183 VII | ante el nuevo galán no era ni más ni menos que para
184 VII | obedecerme».~ Lo cierto era que la Gorgheggi no amaba
185 VII | ella, y cuando advirtió que era cómplice de sus extravíos,
186 VII | llamaba ella su corazón, era la complicidad de Mochi. «
187 VII | rivales...».~ Y esto era lo que ella quería que él
188 VII | remachar los besos que vendía, era su venganza.~ Eso hacía,
189 VII | el clavo de la felicidad, era el contraste de Serafina,
190 VII | creía que aquella vida no era para llegar a viejo; pero,
191 VII | hacerlas, y su existencia era tan novelesca como la primera.
192 VII | expresivas, que según él era lo único que le faltaba
193 VII | nunca dar expresión a lo que era capaz de sentir; mas ahora
194 VII | guerra».~ Lo cierto era que Bonis exageraba, lo
195 VII | la propia dignidad. ¿Qué era aquello? Lo que antes era
196 VII | era aquello? Lo que antes era para la esposa autocrática
197 VII | joven?~ Aquel joven era la tremenda ironía de la
198 VII | suyo mucho tiempo; el caso era ser exacto a las horas de
199 VII | Seguro estaba Bonis de que era aquel vivir suyo un rodar
200 VII | parar en bien todo aquello era claro; pero ya... preso
201 VII | libros románticos, a que era más aficionado cada día,
202 VII | toda la deuda del Estado era cosa suya, la debía él. ¡
203 VII | gastado tanto dinero que no era suyo demostraba la intensidad,
204 VII | Pues adelante». Cierto era que quedaba el rabo por
205 VII | seco; sería que la mecha era más larga que él había pensado;
206 VII | el escenario. Aquel día era de los de sol allí dentro,
207 VII | el sol que vio allí Reyes era un sol moral (quería decirse
208 VIII| señalada para la tal cena era de las que su esposa le
209 VIII| sabía que a lo que él iba era a pagar. Esto lo supo después,
210 VIII| de la colonia; aquel olor era el rastro de su esclavitud
211 VIII| picante y complejo, que era una atmósfera casi espiritual
212 VIII| natural de la cantante, era lo que determinaba siempre
213 VIII| veces; y en tales trances era cuando se le soltaba la
214 VIII| chillasen, como solían. Esta era una de las fatalidades a
215 VIII| ópera de Rossini; sí, él era Otello y su mujer Desdémona...
216 VIII| principal, por lo pronto, era averiguar si dormía.~
217 VIII| desgracia, el silencio no era prueba del sueño; es más,
218 VIII| respondía a no ser ¡terrible era pensarlo!, pero ¿cómo negárselo
219 VIII| etcétera, etc.~ Todo esto era histórico; ya sabía Bonis
220 VIII| llegaba a marear. Verdad era que cuando le pegaba se
221 VIII| si el sueño de su esposa era real o fingido. Si pasaban
222 VIII| prestaban un fuego que no era fingido; fuese resto de
223 VIII| miel o lo que fuese, ello era que aquel panteísta de la
224 VIII| viceversa; en fin, ello era que, o los dedos se le antojaban
225 VIII| con una espontaneidad que era lo que más le remordía en
226 VIII| instinto pecaminoso; todo esto era una copia de la otra pasión,
227 VIII| serafinescas; todo ello era un contagio; le había pegado
228 VIII| conciencia que protestaba era la del marido, la del padre
229 VIII| descompuesto: por un lado era plomo que se le agolpaba
230 VIII| venir Eufemia.~ Eufemia era la doncella que debía traerla
231 IX | fuese idólatra (que no lo era), vería en aquello la mano
232 IX | mano de la Providencia. No era idólatra, pero creía en
233 IX | salir del lecho conyugal. No era lo mismo lo que había creído
234 IX | velados. En estas zonas era donde él había visto sorpresas,
235 IX | el más optimista. ¿Cómo era aquello? Bonis no se lo
236 IX | vida, importáranle o no, era de esos pensadores que tanto
237 IX | naturales o sociológicos, era tan romo como tantos y tantos
238 IX | cierto directamente. Cierto era, muy cierto, que Emma había
239 IX | aire libre; pero también era verdad que no faltaba fibra
240 IX | aquellos pálidos verdores, que era ella una delicada planta
241 IX | principal, pues otras tenía, era esta ahora: que tenía aquella
242 IX | te acompaño».~ Emma era una atea perfecta. Jamás
243 IX | todo estaba bien; ella no era aficionada a las novenas;
244 IX | qué? «Yo no soy beata». Y era atea perfecta, porque vivía
245 IX | seguro. Pero el morirse era horroroso, no por el infierno,
246 IX | alguna fuerza. Tal espíritu, era más compatible con aquel
247 IX | guardaba como un secreto; era una hipócrita de la salud;
248 IX | tenerlos. Eufemia, su doncella, era confidente parcial de sus
249 IX | causando el asombro de Eufemia, era género de delicia que se
250 IX | el capital de que gozaba era una fuente inagotable que
251 IX | se decía. La de Emma sí era prodigalidad verdadera,
252 IX | no lo parecía. Para ella era como la sensación de un
253 IX | imaginación muy populares, era un héroe con quien hasta
254 IX | delitos de amor su lenidad era infinita; y si bien en los
255 IX | cencerrada, pues el tío era viudo, cencerrada en que
256 IX | al otro mundo; esto, esto era lo que no perdonaría...
257 IX | chiquitines de Sebastián, era un decir) había pasado,
258 IX | que sintió en un hombro; era la mano de Emma, que la
259 IX | como nunca, su respiración era anhelante, las narices se
260 X | Dios sabía qué capricho era aquel, para qué se quería
261 X | diablo, que no de Dios, era aquella que le estaba dando,
262 X | Bonis no discutió. Peor era meneallo; podían salir los
263 X | El inopinado personaje era un hombre como de cuarenta
264 X | de anchas alas; su rostro era blanco, anémico; los ojos
265 X | pequeño y bien calzado; era homeópata, y muy sentimental;
266 X | para el vulgo de las damas, era especialista en partos y
267 X | vencía la costumbre, que era en todo el pueblo llamar
268 X | ausencia. Lo de D. Basilio era símbolo de su mal sino,
269 X | no son del momento.~ Era el homeópata madrugador
270 X | a un embajador, que así era como él siempre se vestía
271 X | lo que decía. La verdad era que Reyes no tenía nada
272 X | insistió más, y cuya humildad era muchísimo más cierta que
273 X | memoria a doña Emma Valcárcel. Era su médico predilecto, a
274 X | ministerio de doctores. Aguado era de los que más tiempo ocupaban
275 X | por Providencia; en vano era que en los tiempos de salud
276 X | se fuera sintiendo viejo (era su plan para la vejez solitaria,
277 X | medicamentos a las enfermedades era toda una magia para Bonis,
278 X | dieta. ¡Malo! D. Venancio era un grandísimo tragaldabas,
279 X | sin necesidad de comer, era enemigo de la dieta tratándose
280 X | todo, lo que necesitaba era no ahogarse, no estar oprimida
281 X | previsto su sabiduría y era cosa que andaba escrita
282 X | muy originales. También era él espiritualista, ¡ya lo
283 X | en el Diccionario. Ello era una preposición. Bonifacio
284 X | un tema que en el pueblo era por aquel tiempo casi inaudito,
285 X | dignidad de un marido. Él era el que la había de acompañar
286 X | género. Lo que sí hacía era hablar mucho del teatro,
287 X | acordó de la Norma, que era su mujer; y de Adalgisa,
288 X | mujer; y de Adalgisa, que era la tiple; y de Polión, que
289 X | tiple; y de Polión, que era él; y del sacerdote, que
290 X | él; y del sacerdote, que era Nepomuceno, encargado sin
291 X | de Serafina; todo aquello era mentira; ni la tiple había
292 X | de lo dicho. Todo ello 13 era una miserable especulación
293 X | Imposible!». «No, la mentira no era del zapatero; era de Emma; ¡
294 X | mentira no era del zapatero; era de Emma; ¡pero entonces
295 X | estupefactos, porque el caso no era para menos. Emma venía vestida
296 X | de perlas.~ -También era presentable el tío mayordomo
297 X | de artesanas.~ Esto era lo que ignoraba Bonis; esto,
298 X | fijó antes de llegar en que era distinto entrar en un palco
299 X | dispuesta a gozar mucho; pero no era del público precisamente
300 X | iban las memorias. Su plan era su plan, y todo se andaría.~
301 X | abogado Valcárcel que no era su hermosura lo que tanto
302 X | llamaba la atención; que era, principalmente, su aderezo,
303 X | en el mundo, si aquello era mundo, ofrecía una novedad
304 X | estupefacción; pero el resultado era que se la miraba y contemplaba,
305 X | que tenía por más seguro, era la envidia. La envidiaban,
306 X | sensación presente; y el hecho era que allí, en el teatro,
307 X | ricamente vestida y alhajada era ella, Emma; y el público
308 X | envidiaba a la de Valcárcel era la mujer del americano Sariegos,
309 X | veía además, que Emma ya no era una muchacha; pero no importaba;
310 X | admiraba a sí mismo. ¡Aquello era crecerse ante el peligro!
311 X | ida inopinada al teatro era un careo... sí, un careo
312 X | los criminales. Porque él era un criminal, claro. No importaba;
313 X | costumbre en casos tales (si era que jamás se había visto
314 X | mentir como un héroe, si era preciso, ya que el Señor
315 X | tablas Serafina, ahora Emma era la que tomaba el color de
316 X | vencedor de los infieles era el barítono Minghetti, que
317 X | rigurosamente fiel a su esposa; más era, tal ente de razón la parecía
318 X | conyugal descubierta, ya era distinto; también había
319 X | analogía, cuando el esposo era tan bruto que daba a la
320 X | él, se la pegaba». Esto era evidente. «Y si él me la
321 X | época y pueblo, porque ella era original por su temperamento
322 X | pasión que todo lo santifica, era una de esas pestes. Por
323 X | hubiera pensado Bonis, esto era corriente, el sentido íntimo
324 X | violentarse mucho. Lo cierto era que su carne estaba tranquila,
325 X | lo que es como buen mozo era buen mozo, y estaba satisfecha
326 X | poco amo de su casa que era Bonifacio; despidiose del
327 X | gran pasión pretendida no era tan grande, y, en otro tanto,
328 X | grande, y, en otro tanto, era menos disculpable. Fuese
329 XI | XI -~ Bonifacio Reyes era admirador del arte en todas
330 XI | decía; y aunque la música era la manifestación predilecta,
331 XI | aunque la susodicha música era el arte que él mejor poseía,
332 XI | de artista, que al fin no era muy grande; después de todo,
333 XI | agradables; el arabesco era su dibujo favorito, porque
334 XI | cual en aquel pueblo sólo era mudar de dolor; pero en
335 XI | llenaban su rostro, el cual era, visto de perfil, el del
336 XI | pluma, estaba bien clara, era la síntesis de su vida presente.
337 XI | donde estaba cogiendo frío. Era en casa de su Serafina el
338 XI | del cuarto de Mochi. Él era quien les había buscado
339 XI | hogar, que al fin hogar era, aunque no pudiese servir
340 XI | resignados. El ideal de Bonis era soñar mucho y tener grandes
341 XI | un laúd y un galán, que era él, que robaba a la virgen
342 XI | climas sin las babuchas. Y era claro que las babuchas eran
343 XI | sin disturbios ni mezclas, era también su encanto! ¿Sería
344 XI | bellos ideales. La familia no era familia de verdad para él;
345 XI | había querido. Su mujer era su tirano, y en sus veleidades
346 XI | por él mismo, sin saberlo, era una concubina, una odalisca
347 XI | odalisca loca; y, lo que era peor que todo: faltaba el
348 XI | Eran judíos errantes; ya era un milagro que entre abonos
349 XI | en aquellos tratos, que era el alma de la proyectada
350 XI | preparaba, y que su Bonis era factor del holgorio, que
351 XI | sus amores con Serafina; era, por el contrario, indispensable,
352 XI | cantantes, nada más fácil. ¿No era él músico también? ¿Y qué
353 XI | más que solía; él también era pintor, esto es, músico;
354 XII | los sordos, reconocía que era maravilloso lo que hacía
355 XII | camino de la celebridad. Todo era igual: no haber subido al
356 XII | bueno para la matanza, y era un hombre muy espiritual,
357 XII | y giros cuasi alemanes. Era un soñador, pero capaz de
358 XII | pura plata. Marta Körner era una rubia de veintiocho
359 XII | llevándose la mano, que era un prodigio, al palpitante
360 XII | al palpitante seno, que era toda una obra de fábrica
361 XII | lo que estaban de acuerdo era en la necesidad imprescindible
362 XII | traer de Alemania, ello era que el medio ambiente les
363 XII | engulléndose dos besugos. Esto era otra cosa; y los que habían
364 XII | Nepomuceno. El alemán, que era sagaz y hombre de mundo,
365 XII | comprendió pronto cuál era el papel del hacendista
366 XII | corriente de aquel río de plata era, o él no entendía de corrientes,
367 XII | verdadero talento de contable, era un Necker... oscurecido,
368 XII | suma, estaba limitado. Más era: en interés de la ruinosa
369 XII | constitucional, que ya de por sí no era bueno. Con este motivo,
370 XII | Nepomuceno que su dulce tormento era Marta en persona; le dio
371 XII | señas de la divinidad, y... era Marta.~ Una semana después
372 XII | no me olvides», que no era el de Goëthe, sino mucho
373 XII | ocasión de enterarse de quién era Fausto, y del pacto que
374 XII | de la fuente. Margarita era su Marta, aquella señorita
375 XII | no en vano ni de balde se era ministro de Hacienda en
376 XII | casa puesta, pero casa que era de la Empresa de la Montaña);
377 XII | fin, que lo que faltaba era dinero; la fábrica y la
378 XII | pareciese el capital que era necesario para su movimiento.
379 XII | lo que no podía calcular era que Marta le iba a entrar
380 XII | romántico-tudesco. Marta, virgen, era una bacante de pensamiento,
381 XII | estas contradicciones». Era católica, como su padre,
382 XII | Lo que no confesaba Marta era que su afición más sincera,
383 XII | sentimental, poética y dilettante, era el premio del artista, y
384 XII | inconveniente en casarse. Porque era necesario ser rica; no por
385 XII | hay, etc., etc. Su ideal era casarse con un hombre ordinario
386 XII | de estos, porque también era una vulgaridad la constancia
387 XII | hacer la mujer superior era sacarle el jugo crematístico
388 XII | sutil y retorcida, que era el fondo de su alma, hallaba
389 XII | artimañas. Engañar por engañar era lo mejor. Sin embargo, reconocía
390 XII | aparte el de las cosquillas, era escribir cartas entusiásticas
391 XII | cuerpo. Por lo que veía, era muy blanca, y debía de seguir
392 XII | no eran polvos de arroz; era blancura sana, cutis inglés,
393 XII | es la lozanía del cuerpo era bien briosa y bien sólida;
394 XII | sabía tiempo atrás, de que era Bonis mismo el que se las
395 XII | princesa rusa... no, no era así; era otra cosa... muy
396 XII | rusa... no, no era así; era otra cosa... muy especial.
397 XII | aquello de que el matrimonio era convencional y los celos
398 XII | superior, y sí quería, porque era muy divertido, tenía que
399 XII | cabeza por eso; lo que hacían era tener queridos también.
400 XII | fuese verdad o no; eso era harina de otro costal, y
401 XII | superior que valiera; Bonis no era alma superior, y tenía que
402 XII | había sido toda la vida; lo era sin saberlo; antes de que
403 XII | que habían corrido de que era protestante. La verdad es
404 XII | notable ni muy original, era música buena para aficionados,
405 XII | quién me la diera! Así era, como aquella música: dulce,
406 XII | eso... madre! La verdad era que las entrañas se le abrían;
407 XII | loco! Sí, sí, disparatado era todo aquel pensar; pero, ¡
408 XII | Indudablemente el tigre era su mujer. La cual estaba
409 XII | enamorarse. La Gorgheggi era mucho más alta que Emma,
410 XII | tal vez mayor para ella, era en Serafina la mujer de
411 XII | cursi del pueblo una que era sonada, algo del todo nuevo,
412 XII | superioridad real que, si no era del género suprasensible
413 XII | ella, Marta, se atribuía, era mucho más efectiva y susceptible
414 XII | continuó explicando que era la Parini una ilustre artista
415 XII | quedó pensando Bonis -, era un disparate, sí... y con
416 XII | estallido en el cerebro... Emma era Sara...; Serafina, Agar...
417 XII | Faltaban Ismael, que era inverosímil, dadas las costumbres
418 XII | No importa...; más vieja era Sara.
419 XIII| de la madrugada, y como era costumbre en el pueblo,
420 XIII| obligada a dar; a saber: que era más importante para ella
421 XIII| casarse nunca, porque nadie era digno de la que había sido
422 XIII| compañeros. A Minghetti, que era un bohemio, sin saber de
423 XIII| este elemento de seducción era de los que producían más
424 XIII| sentido moral no le decía que era aquello repugnante e indigno;
425 XIII| fortuna.~ Lo cierto era que la historia del barítono,
426 XIII| Cayetano Domínguez era natural de Valencia; había
427 XIII| de matarse de hambre, que era el mayor crimen.~ De
428 XIII| impericia, pues en el trabajo era asiduo, y su destreza en
429 XIII| la voz se le mudaba, que era para el caso como perderla;
430 XIII| quedaba entre las uñas, era apenas la necesaria retribución
431 XIII| persuadido de que su vocación era la música y su fuerte la
432 XIII| gracia, amabilidad y chiste. Era un Tenorio aniñado, un niño
433 XIII| Lo que iba viento en popa era lo de la fábrica de Productos
434 XIII| local. En cuanto a Serafina, era la gala de los paseos, y
435 XIII| en un baño de delicias. Era tan feliz en aquella corrupción,
436 XIII| decían que lo iba a ser. Ello era una especie de milagro de
437 XIII| repugnante y mal oliente como era el ocle (las algas), que
438 XIII| mucho, y de que su otoño era muy interesante, y su jamón
439 XIII| suculento y en dulce, al fin él era mucho más joven, y ella...
440 XIII| la capital. Una de ellas era la de un magistrado andaluz,
441 XIII| acuarelas de pandereta; el padre era unas castañuelas de la sala
442 XIII| compañía. El magistrado, que era, además, muy embustero,
443 XIII| Hacían de un vestido siete, y era un prodigio el verlas volverlo
444 XIII| mar. El pariente difunto era un tío segundo; pero era
445 XIII| era un tío segundo; pero era marqués. Si hubiera sido
446 XIII| que valía.~ «Sí, ella era feliz, pensaba; más valía
447 XIII| serse bueno, y nadie lo era. En el mundo ya no había
448 XIII| completamente honrada, y era una lástima. No había con
449 XIII| en resumidas cuentas, él era una mala persona. Pero ¿
450 XIII| casa, la de su mujer, antes era aburrida, inaguantable,
451 XIII| calabozo, una tiranía; pero ya era peor que todo esto, era
452 XIII| era peor que todo esto, era un... burdel, sí, burdel;
453 XIII| soliloquios de Bonis. Amontonados era... una mezcla de amores
454 XIII| los cómicos, y su mujer, era algo parecida a la cama
455 XIII| torpeza y desorden, lo que era bueno y malo; decoro, honor,
456 XIII| los sentidos locos, que era más repugnante por tener
457 XIII| de sí, y que su pasión no era tan grande como había creído,
458 XIII| que, por consiguiente, no era legítima. Además... y ¡oh
459 XIII| más y sus menos, y allí no era arte todo lo que relucía.
460 XIII| tiempo a sí mismo; aquello era un burdel, y él uno de tantos
461 XIII| tanto tiempo hacía. Aún no era viejo, y le parecía haber
462 XIII| gustaban siquiera. El milagro era un absurdo, algo contra
463 XIII| sin excepción. El milagro era romántico, revolucionario,
464 XIII| más que el apasionado. Más era: había amor sublime que
465 XIII| había amor sublime que no era el amor sensual, por alambicado
466 XIII| Amar a la mujer... siempre era amar a la mujer. No, otra
467 XIII| recuerdo intenso. Siempre era el hijo; varón y uno solo;
468 XIII| politeísmo. Muchos hijos era como muchos dioses. No,
469 XIII| No cabía duda; la ley era la ley, el orden el orden;
470 XIII| excepcional, privilegiada. ¡Y él era el mismo que había sentido,
471 XIII| latitudes... y longitudes». Más era: en aquel instante en que
472 XIII| la gracia.~ Sí, eso era; se podía ser un santo sencillo,
473 XIII| intelectual de negaciones. No era creyente... ni dejaba de
474 XIII| coger su cruz, porque no era un simple como los de la
475 XIII| pero lo que no le faltaba era el sincero anhelo de sacrificio,
476 XIII| inmortalizados. Él, Bonis, no era poeta, pero con la flauta
477 XIV | los verdaderos, y que él era un místico de pega, y un
478 XIV | tiempo a aquella parte, era un dolor verdadero, de aquellos
479 XIV | daban la pereza de padecer. ¡Era tan molesto tener el ánimo
480 XIV | compañía de ópera más tiempo, era absurdo. Ya todos los expedientes
481 XIV | huelga. Lo que se había visto era tal cual corista que se
482 XIV | Serafina, Julio y Gaetano, era tan admirable como si las
483 XIV | señores socios al barítono no era gran cosa; pero él se dio
484 XIV | llegado casi a olvidar que era una actriz y una aventurera,
485 XIV | tenía algo de fraternal, que era a ratos lujuria y que se
486 XIV | Bonis, la del hijo; y esto era lo que en realidad le apartaba
487 XIV | cogidos del brazo, según era permitido en aquella época
488 XIV | Hablarle a ella de hipotecas, era hablarle en griego. «Pues
489 XIV | tratado de arqueología; era del repertorio de las antigüedades
490 XIV | ideal, en el arte...; todo era un engaño, tentación del
491 XIV | pasillo adelante; todo era confusión en la casa. Las
492 XIV | pedir socorro, porque no era ella hembra que descendiese
493 XIV | esperanza de que aquello era imposible.~ Aguado,
494 XIV | a no parir, que aquello era una sentencia de muerte
495 XIV | galicismo -dijo Aguado, que era purista en lo que se le
496 XIV | protestando; se sentía mejor, era verdad, después de haber
497 XIV | estado interesante, y esto era horroroso. Y como no le
498 XIV | respecto del asunto, que era bastante; y Marta tuvo tiempo
499 XIV | estaban todos conformes era en lo que ya había afirmado
500 XIV | el furor de la Valcárcel era fingido, que bien satisfecha
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