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Alfabética    [«  »]
bondad 3
bonifacio 152
bonifasio 1
bonis 356
bonita 1
bonitas 2
borbones 1
Frecuencia    [«  »]
430 para
363 sus
360 emma
356 bonis
352 sin
293 todo
280 ella
Leopoldo Alas alias Clarín
Su único hijo

IntraText - Concordancias

bonis

    Capitulo
1 III | orgullosa del físico de su Bonis, como llamaba a Reyes; y 2 III | Qué duda cabía que su Bonis había nacido para sufrirla 3 V | dijo que la siguiera. Pero Bonis no se atrevió a traducir 4 VI | cura, hizo dar un salto a Bonis, que estaba muy nervioso.~     - 5 VI | penitente, sabían que él, Bonis, allí no tocaba pito, ni 6 VI | Lo cual no impidió que Bonis se lavase y vistiera lo 7 VI | romántica y nada jurisperita de Bonis.~     El notario se acercó 8 VI | mío, pensaba sin querer Bonis, bien antiguos son estos 9 VI | bromista es usted! -dijo Bonis, que más estaba para recibir 10 VI | Rompió el silencio Bonis, diciendo con voz sepulcral:~     - 11 VI | Gracias.~     Esto lo decía Bonis con los ojos estúpidos clavados 12 VI | importaba en aquel momento a Bonis que se riera de él el mundo 13 VII | Luis XVI.~     Al principio Bonis saboreaba la zarzaparrilla 14 VII | guitarra». La guitarra, para Bonis, era a los instrumentos 15 VII | aragonesa.~     Se lo agradeció Bonis, porque aquello edificaba; 16 VII | seguía hablando al alma de Bonis, se inclinaba al partido 17 VII | Ocho días después Bonis no se conocía a sí mismo, 18 VII | había creído». No pensaría Bonis que el inofensivo flautista 19 VII | que era lo que llamaba Bonis voz de madre; sí, hablaba 20 VII | lágrimas de voluptuosidad de Bonis dejaban la corriente a otras 21 VII | morir entre delicias!~     Bonis también creía que aquella 22 VII | porque los desahogos de Bonis eran de uso interno, al 23 VII | Lo cierto era que Bonis exageraba, lo mismo que 24 VII | pues todo se sacrificaba. Bonis no tenía ni amor propio 25 VII | sola podía comprender.~     Bonis, sudando gotas como puños, 26 VII | semejante. Por todo lo cual, Bonis, a pesar de la estricta 27 VII | enloquecen?».~     Seguro estaba Bonis de que era aquel vivir suyo 28 VII | imaginación espantada de Bonis; sobre todo, las patillas 29 VII | puntas. ¡Rayo en ellas! Bonis, que amaba las letras, aborrecía 30 VII | Benito. Es claro que tampoco Bonis había abordado la cuestión; 31 VII | hubieran aguado.~     Llegó Bonis al ensayo oliendo a agua 32 VII | Qué corazón!, pensaba Bonis, que entraba en el palco 33 VIII| cuanto tuvo junto a sí a Bonis, le plantó un pie encima, 34 VIII| pantalón, con el pie descalzo. Bonis se ruborizó no por lo del 35 VIII| esperar respuesta, y antes que Bonis se moviese, ella, bruscamente, 36 VIII| que determinaba siempre en Bonis las más violentas crisis 37 VIII| admitís mi compañía y...~     Bonis estaba pálido, se le atragantaban 38 VIII| todos.~     -La hora de... Bonis miró a Serafina con ojos 39 VIII| grave; dejadle salir.~     Bonis besó con la melancólica 40 VIII| Todos convinieron en que Bonis pagaría todo el gasto que 41 VIII| los más inocentes objetos. Bonis se acercó al lecho a tientas, 42 VIII| era histórico; ya sabía Bonis que si algún día se le ocurría 43 VIII| caso, constaría que él, Bonis, había cumplido con su deber 44 VIII| cuatro minutos de espera y Bonis quiso, por lo excepcional 45 VIII| que horrorizaba siempre a Bonis:~     -Hueles a polvos de 46 VIII| espanto!».~     Sin querer, Bonis se dijo a sí mismo muy para 47 VIII| Tampoco ahora contestó Bonis en voz alta. Pensó lo siguiente: « 48 VIII| suavemente rodeó la cabeza de Bonis y la oprimió sin ira. Emma 49 VIII| las intimidades no tenía Bonis mando superior al que le 50 VIII| es infidelidad -pensaba Bonis -, esto es un 'sálvese el 51 VIII| más nublados del turbado Bonis, que entre el sueño y la 52 VIII| de aquella misma noche, Bonis oyó a su mujer en el delirio 53 VIII| Entre los brazos de Emma, Bonis oía de cuando en cuando 54 VIII| espinilla, diciendo:~     -Bonis, levántate, que va a venir 55 VIII| aquella manera.~     Cuando Bonis abrió los ojos a la realidad, 56 VIII| hueso de la pierna derecha, Bonis tradujo su exclamación, 57 VIII| hecho pensar mil veces a Bonis que su mujer hubiera sido 58 IX | Indudablemente su situación, la de Bonis, se había complicado desde 59 IX | topografía anatómica y poética de Bonis, correspondían a las varias 60 IX | optimista. ¿Cómo era aquello? Bonis no se lo explicaba; porque 61 IX | carne falsa... En fin, Bonis se perdía en conjeturas 62 IX | No hay para qué seguir a Bonis en sus demás conjeturas, 63 IX | Ni el tío Nepomuceno, ni Bonis, ni Sebastián, sospechaban 64 IX | parientes, en particular a Bonis y a su tío.~     -D. Nepo - 65 IX | la misma conducta que con Bonis desde que cada cual por 66 IX | las picardías, la mujer de Bonis se reservaba vagamente el 67 IX | conducta con el tío y con Bonis, hay que añadir a este examen 68 IX | que el tío ni de lo que Bonis pudieran hacer en contra 69 X | Al médico? -gritó Bonis, sentándose de un brinco 70 X | estaciones templadas. Temblaba Bonis, más que por el fresco de 71 X | tráeme a D. Basilio.~     Bonis no discutió. Peor era meneallo; 72 X | complicación, o poco entendía Bonis de teatro casero y de las 73 X | siempre por el apellido. Bonis, siempre D. Basilio; a pesar 74 X | muy temprano sus visitas. Bonis le encontró vestido y acicalado, 75 X | abrochaba los guantes, oía a Bonis su tartajosa explicación, 76 X | la acera; venció al fin Bonis, que insistió más, y cuya 77 X | lo creyó de su deber, y Bonis siguió diciendo nada entre 78 X | aprensiones, total flato.~     Bonis admiraba en general la ciencia, 79 X | era toda una magia para Bonis, y la idea del veneno y 80 X | paredes, etc., etc».~     Para Bonis nada de esto ofrecía novedad, 81 X | Emma.~     -Uno -advirtió Bonis, luciendo sus conocimientos 82 X | interrumpió con ingenuidad Bonis -. Dispense usted, D. Basilio; 83 X | esto lo dijo volviéndose a Bonis, para deslumbrarle y vengarse) 84 X | volviéndose otra vez a Bonis) post hoc, ergo propter 85 X | de borla amarilla.~     Bonis se puso a traducir para 86 X | que hacerle ropa nueva a Bonis, pues su mujer sólo en este 87 X | descuidada, pero Dios sabía... Bonis, con la espalda abierta, 88 X | vivía con los sobrinos. Bonis al principio no comprendió 89 X | mayores aspavientos.~     Bonis se fijó bien; primero señalaba 90 X | algo serio; ¿pero qué?~     Bonis miró angustiado a Nepomuceno 91 X | tampoco lo intentaba.~     Bonis buscó, por instinto, un 92 X | con voz bastante repuesta Bonis, que también se levantó 93 X | siendo Fuejos su amigo, de Bonis, y excelente persona, se 94 X | que ha habido.~     Pero Bonis proponía y Emma disponía. 95 X | Entre el tío y él había para Bonis un abismo... mejor, un océano 96 X | ponerse de tiros largos; y tú, Bonis, ven acá, te visto en un 97 X | todo el mundo. Así pensaba Bonis, equivocándose en algún 98 X | todos.~     El tocado de Bonis fue obra más complicada, 99 X | casa, Emma del brazo de Bonis, D. Juan detrás, como si 100 X | Esto era lo que ignoraba Bonis; esto, y lo que había visto, 101 X | tertulia de Cascos saludaron a Bonis y a su señora; el brigadier 102 X | mujer, volviéndose a mirar a Bonis, que estaba detrás de ella 103 X | Las traerá puestas?~     Bonis calló.~     -Di, hombre, ¿ 104 X | eh?~     -Sí, seguro. Bonis se admiraba a sí mismo. ¡ 105 X | celarme, marido infiel?~     Bonis calló. Por mucho valor que 106 X | hacia el fondo del palco, Bonis no pudo notar por qué Emma 107 X | personilla. En cuanto a Bonis... ni en rigor le quería 108 X | esposa trato de cuerda... «Si Bonis me pegase como yo le pego 109 X | ideas, como hubiera pensado Bonis, esto era corriente, el 110 X | no llegaría a faltar a su Bonis, como no se la apurase mucho, 111 X | y que al fin y al cabo, Bonis, lo que es como buen mozo 112 X | Francia de la otra.~     Bonis no volvía de su asombro 113 X | prerrogativa.~     -Mira, Bonis, yo no tengo sueño; el ruido 114 X | otros signos le parecieron a Bonis atractivos románticos de 115 X | disculpaba a los ojos de Bonis aquellas relaciones ilícitas 116 X | como fuese, sucedió que Bonis empezó a despojarse de su 117 X | color de leche de su marido. Bonis se sintió apetecido; se 118 X | boca al nivel de la boca de Bonis; con ambas manos le agarró 119 X | del dolor del cuello de Bonis doblado hacia atrás. Emma 120 X | mímala; Minghetti de mi vida, Bonis, Minghetti de mis entrañas...~     « 121 XI | palabra principal, se decía Bonis mordiéndose las uñas, es, 122 XI | que empleo a las manos, Bonis, arrimado al velador de 123 XI | poco a poco fue sintiendo Bonis que la música del alma se 124 XI | de formas disparatadas, Bonis dibujó rayas simétricas 125 XI | un pobre diablo! -pensaba Bonis.~     La alegoría, que le 126 XI | inesperados y como desesperados. Bonis se levantó, y contempló 127 XI | que ha habido que emplear Bonis ni siquiera las conocía. 128 XI | ultratelúrico. ¿Qué sabía Bonis lo que significa ultratelúrico? 129 XI | existencia. En tiempo de Bonis, en esta época de su vida, 130 XI | resignados. El ideal de Bonis era soñar mucho y tener 131 XI | pueblo. El día menos pensado Bonis se encontraría en el cuarto 132 XI | de muelas; agradeció a su Bonis que velara su sueño como 133 XI | un gran disgusto porque Bonis no consiguió que se la invitara 134 XI | la iniciativa. Nadie como Bonis. Serafina se encargó de 135 XI | concierto se preparaba, y que su Bonis era factor del holgorio, 136 XI | ha parecido mal saber que Bonis trata a los cómicos mucho, 137 XI | jarana y alegría honesta que Bonis les puso ante la fantasía 138 XI | Ciertamente -dijo Bonis encantado.~     Y refirió 139 XI | tocas en la flauta.~     A Bonis le pareció muy laudable 140 XI | Noche solemne para Bonis! ¡Noche solemne para Emma! ¡ 141 XII | del brazo, Marta Körner y Bonis; les seguía de cerca, solo, 142 XII | a Nepomuceno, Körner y Bonis, después de estas alegres 143 XII | aquellas octavas adelante.~     Bonis había desaparecido; poco 144 XII | pesadillas, a su bobalicón de Bonis (vergüenza que ni a Marta 145 XII | picarona lo que ella le decía a Bonis? Emma se acordó -por primera 146 XII | tiempo atrás, de que era Bonis mismo el que se las había 147 XII | cómica a sus queridos? ¿Sería Bonis uno de tantos? ¿Sería verdad 148 XII | Parecía imposible! Siendo Bonis tan majadero, y no disponiendo 149 XII | emperador de la China; o como si Bonis fuese hermano suyo y se 150 XII | tener queridos también. Pero Bonis, el bobalicón de Bonis, ¿ 151 XII | Pero Bonis, el bobalicón de Bonis, ¿se había atrevido, sin 152 XII | alma superior que valiera; Bonis no era alma superior, y 153 XII | querer aquella perdida a Bonis... en cuanto buen mozo, 154 XII | el ensueño poético.~     Bonis, en cuanto oyó la voz de 155 XII | y sugestivo. «¡Ay -pensó Bonis -, la paz del alma! En otro 156 XII | pensaba así, o por el estilo, Bonis, de repente, creyó entender 157 XII | no se le antojaba a él, a Bonis, que aquella voz le anunciaba 158 XII | de nacer; todo suyo, de Bonis, de su raza, de los suyos... 159 XII | como estaba en el orden. Bonis tenía miedo de ponerse malo 160 XII | estallaron los aplausos, y Bonis cambió de súbito de ideas 161 XII | sazón llegaban Mocchi y Bonis del brazo junto a la plataforma, 162 XII | de Mocchi con respecto a Bonis y todos los suyos, y a la 163 XII | gentileza que pasmaron a Bonis, oprimió con fuerza y efusión 164 XII | sonrisas; las vio de lejos Bonis, pasó cerca de ellas, y 165 XII | pienso esta noche! -se decía Bonis -; y se puso a figurarse 166 XII | hipotético -se quedó pensando Bonis -, era un disparate, sí... 167 XII | envolvía al grupo, dijo Bonis con una energía en el acento 168 XII | una mirada de fuego.~     Bonis tembló un poco por dentro 169 XII | se sentó junto a Marta, y Bonis muy cerca de su mujer, que 170 XII | la tiple y al barítono, Bonis paseaba la mirada triste, 171 XIII| tonto.~     La mujer de Bonis escuchaba encantada aquella 172 XIII| vals que la entusiasmaba. Bonis nada podía oponer, porque 173 XIII| económica del negocio, y por Bonis en lo tocante a entenderse 174 XIII| con músicos y cantantes. Bonis a su vez delegaba en Mochi 175 XIII| trabajaban en el espíritu de Bonis para que este no quitase 176 XIII| cortado sayos a Emma, a Bonis y Marta, ahora callaban 177 XIII| y también instigada por Bonis, que empezaba a hacerse 178 XIII| terrible en los soliloquios de Bonis. Amontonados era... una 179 XIII| mismas ideas!~     Y el pobre Bonis se frotaba la frente y toda 180 XIII| nuevas.~     Un día encontró Bonis en un libro la palabra avatar 181 XIII| sangre de mi sangre!~     Y Bonis, llorando al pensar esto, 182 XIII| varios hijos le parecía a Bonis una infidelidad respecto 183 XIII| necesitaba esto.~     Y el pobre Bonis, que a ratos andaba loco 184 XIII| chiquillos le corrieran... Bonis lloraba de ternura leyendo 185 XIII| después inmortalizados. Él, Bonis, no era poeta, pero con 186 XIV | de enfermizas. El infeliz Bonis no pudo menos de recordar 187 XIV | Pero al llegar el momento, Bonis sintió que se trataba de 188 XIV | nadie se acordaba, a no ser Bonis, sino porque no había manera 189 XIV | dulce, manso y guapo. A Bonis le había llegado a querer 190 XIV | fieles, pero cansados, oyó a Bonis hablar de la moral como 191 XIV | fue la principal idea de Bonis, la del hijo; y esto era 192 XIV | la diligencia de Galicia, Bonis, subiéndose de un brinco 193 XIV | los cantantes, se sintió Bonis, después que desapareció 194 XIV | Marta singularmente; y Bonis, sin querer al principio, 195 XIV | hablando ya no pudo oírlo Bonis.~     Se quedó atrás; entró 196 XIV | gabinete de la Valcárcel.~     Bonis se detuvo en el portal, 197 XIV | tío: Empezó él».~     Y Bonis, sin pasar del portal, mal 198 XIV | pasa? -se dijo asustado Bonis. Pensó de repente, como 199 XIV | Minghetti, que atropellaron a Bonis.~     -¿Qué hay? ¿Qué sucede? - 200 XIV | primo Sebastián le supo a Bonis a todo un tratado de arqueología; 201 XIV | otro, calle abajo.~     Bonis entró temblando, como en 202 XIV | los sentidos le hablaron a Bonis de tristezas, y tras rápida 203 XIV | alemana muy severamente.~     Bonis acercó el rostro al de su 204 XIV | Dios lo sabe! -pensó Bonis.~     Emma, pálida, desencajada, 205 XIV | esfuerzo le produjo náuseas, y Bonis, sin tiempo para retirarse 206 XIV | y cuanto fue del caso. A Bonis se le hizo comprender que 207 XIV | a entrar en el gabinete, Bonis consultó con la mirada al 208 XIV | al fin es el marido.~     Bonis entró. D. Basilio, correcto 209 XIV | Qué es esto? -preguntó Bonis espantado, con las manos 210 XIV | Delira? -gritó Bonis con horror.~     -¿Por qué?~     - 211 XIV | estilo, Aguado se volvió a Bonis para explicarle lo que había 212 XIV | insistía en querer deslumbrar a Bonis, pues no solía el médico 213 XIV | en su vida íntima.~     Bonis, que había procurado quedarse 214 XIV | de Emma no quedaba.~     Bonis se había encerrado en su 215 XIV | Basilio. A falta de su mujer, Bonis se contentó con su humilde 216 XIV | correspondía una idea, eran para Bonis como almas paralíticas, 217 XIV | del todo?~     -Sí -dijo Bonis en voz alta, poniéndose 218 XIV | Algo contribuía, pensaba Bonis, a la falta de cariño humano 219 XIV | tendido, sin desnudarse. Como Bonis no era creyente, en el sentido 220 XIV | gritó por dentro...~     Bonis no se acordaba de que no 221 XIV | acentuarse amenazadora. Bonis se tuvo lástima en nombre 222 XIV | costa que se llamaba Raíces. Bonis había pasado una vez por 223 XIV | paz, y le amaba a él, a Bonis, y a sus hermanos, todos 224 XIV | en la pared de su cuarto. Bonis, junto al lecho de Emma 225 XIV | saliendo. Más recordaba Bonis: que su padre, aunque ocultándolo, 226 XIV | había sido y había pensado, Bonis se servía de multitud de 227 XIV | la sangre de su padre». Bonis tenía la preocupación de 228 XIV | sabía a qué atenerse!~     Bonis tuvo que sentarse en una 229 XIV | como refunfuñando.~     Bonis estuvo un momento decidido 230 XIV | que nadie se lo rogase, y Bonis no tuvo tiempo para atreverse 231 XV | abandono de los demás, de Bonis, del tío, de Minghetti! ¡ 232 XV | iba a estrellarse contra Bonis. El cual tuvo que desistir 233 XV | sirvió para tormento de Bonis y del Sr. Aguado. Emma se 234 XV | Reyes fueron a baños.~     Bonis estuvo tentado a oponerse, 235 XV | Lo único que había osado Bonis antes de irse a baños, había 236 XV | espionaje. La ineptitud de Bonis para toda clase de negocio 237 XV | ido allanándolo todo.~     Bonis, en la visita a las fábricas, 238 XV | que era lo que solía leer Bonis. Allí estaba un tomo de 239 XV | naturaleza, de que tanto hablaba Bonis.~     El cual iba aburriendo 240 XV | con sobresalto, y vio a Bonis que, con la mirada de Agnus 241 XV | del pueblo, consultado por Bonis, aconsejó. Por aquel doctor 242 XV | con las manos, insultó a Bonis, y a Minghetti, y a D. Basilio, 243 XV | Cuando despertó, vio a Bonis con la mirada grave, de 244 XV | puntapié en la espinilla. Y Bonis, que sentía lágrimas cerca 245 XV | ayudasen dos, que habían de ser Bonis y Minghetti; se dejó caer 246 XV | pesadumbre. Después, mientras Bonis y D. Nepo y los demás que 247 XV | corazón y a los recuerdos de Bonis. Este, a pesar de sus remordimientos, 248 XV | un tejido sutil. Pero si Bonis había consentido en continuar 249 XV | sentimientos morales de Bonis; no admitía la hipótesis. « 250 XV | de las escasas cartas de Bonis. Cuando el futuro padre 251 XV | epistolar de costumbre; pero Bonis no se dio por enterado, 252 XV | de ser sin dinero.~     A Bonis no se le habló de estos 253 XV | del caso.~     -¡Para mí! -Bonis se apoderó del papel como 254 XV | Riéndose va de mí -pensó Bonis -; ¡creerá que he querido 255 XV | cartas de Emma, que él, Bonis, ya no leía las suyas, las 256 XV | tiempo pasado en el pueblo de Bonis la había transformado, y 257 XV | no quiso.~     Era fiel a Bonis como una buena casada que 258 XV | pegado vosotros, tú, tú, Bonis, sobre todo, vuestras preocupaciones 259 XV | Voy a verte. Además, esto, Bonis, voy a verte. A ti ya no 260 XV | Serafina fue la existencia de Bonis de lucha continua consigo 261 XV | por Marta, por todos, y Bonis no tuvo valor para mostrarse 262 XV | y otros amigos antiguos. Bonis no la veía más que en su 263 XV | acometida. ¡Oh! ¡Bien sabía Bonis que Nepo tendría armas con 264 XV | días; escribía esta vez a Bonis, sin acordarse de lo tratado, 265 XV | los primeros impulsos de Bonis fueron dignos de un Bayardo 266 XV | pecador arrepentido?».~     Bonis, que estaba en su alcoba, 267 XV | tropezó con las rodillas de Bonis, y exclamó:~     -¡Señorito, 268 XV | está con los dolores.~     Bonis saltó como un tigre, corrió 269 XV | mano.~     Al presentarse Bonis, hubo en los tres un movimiento 270 XV | Emma a cada nuevo dolor, Bonis sentía, además de los efectos 271 XV | repartirlo, lo atribuía Bonis al deseo de molestarle, 272 XV | gusto.~     -¡Que me muero, Bonis, que me muero! -gritaba 273 XV | Hubo un momento en que Bonis creyó sentir los afilados 274 XV | le hacía infalible.~     Bonis, que siempre había defendido 275 XV | mismas narices del pasmado Bonis, le pidió tal clase de utensilios, 276 XVI | o hija? Misterio -pensó Bonis, que en aquel instante dudaba 277 XVI | demasiado pasivo, desairado». Bonis tenía comezón de hacer algo, 278 XVI | Recapacitando y atando cabos, Bonis llegó a recordar que Serafina 279 XVI | nacimiento de su hijo, el de Bonis, era cosa que no debía tomarse 280 XVI | pasión.~     Y daba vueltas Bonis en su lecho, impaciente, 281 XVI | adentros, no sabía dónde, Bonis sintió un dolor espiritual, 282 XVI | Alma de mi alma! -gritó Bonis, echándose de un salto al 283 XVI | llegaba hasta tocar al pasmado Bonis, sin reparar en que estaba 284 XVI | entusiasmada, enternecida; Bonis se lo agradecía en el alma, 285 XVI | los peligros de la vida; Bonis, en una fracción de segundo, 286 XVI | vida...~     -¡Coronado, Bonis, coronado! -decía una voz 287 XVI | excitada, desde la cama.~     Bonis, sin entender, se acercó 288 XVI | diciendo:~     -¡Coronado, Bonis, coronado, ¿sabes?, estuvo 289 XVI | mucho tiempo coronado..., Bonis!~     -Sí, siglos -dijo 290 XVI | sería peligroso -exclamó Bonis con un escalofrío. La idea 291 XVI | boca y narices, que llevó a Bonis al recuerdo del abuelo. «¡ 292 XVI | La conciencia le decía a Bonis: «Ya no volveré a estar 293 XVI | bordadas y muy limpias, que a Bonis le parecían impropias de 294 XVI | lances vistos de cerca, Bonis consintió que Emma volviera 295 XVI | le cotejó con el hijo de Bonis, que la madre sacó del calor 296 XVI | carcajadas. Antonio lloraba, y Bonis le seguía viendo la semejanza 297 XVI | Emma no vio el epigrama; Bonis tampoco.~     Bonis vio 298 XVI | epigrama; Bonis tampoco.~     Bonis vio que se seguía hablando 299 XVI | estuvieran allí!».~     Bonis, en cuanto pudo, huyó del 300 XVI | revolverse ella y coger frío. Bonis no podía ver a su hijo sino 301 XVI | mismo le había encontrado Bonis en el primer momento. Empezaba 302 XVI | Hubo un silencio solemne. Bonis no vaciló en compararlo 303 XVI | dolor.~     Todos miraron a Bonis, y después a don Nepo, que 304 XVI | Si las palabras de Bonis eran un guante, quedaba 305 XVI | mirada.~     En aquel momento Bonis, que no esperaba una batalla 306 XVI | carcajada, mirando con cinismo a Bonis.~     El cual miró también 307 XVI | que adelantó un paso hacia Bonis, ofreciendo a la consideración 308 XVI | del tío, su futuro.~     Bonis se veía metido en la escena 309 XVI | sintieron sobrecogidos. Bonis parecía otro.~     El mismo 310 XVI | comprendieron que el pobre Bonis estaba dispuesto a morder 311 XVI | conciliador.~     -Es verdad -dijo Bonis -. La pasión no conduce 312 XVI | tocaba representar.~     Bonis volvió a crecerse. La alusión 313 XVI | sonriente:~     -En fin, Bonis, tienes razón; ya se ajustarán 314 XVI | todavía la solicitaba.~     Bonis, que tenía aquella noche 315 XVI | tío vio allí de repente al Bonis de siempre, y se creció, 316 XVI | por qué se lo llamas.~     Bonis, sin fuerzas ya para nada, 317 XVI | Buena falta le hacía a Bonis! Pasó en el cuarto del tío 318 XVI | derecho consuetudinario.~     Bonis no tenía noción clara del 319 XVI | escandalizó sinceramente. Bonis no sabía dividir, y apenas 320 XVI | vergüenza y de remordimiento, Bonis quiso tratar cuestiones 321 XVI | quieras que no quieras, Bonis tuvo que oír, y ver y palpar. 322 XVI | Valcárcel, mejor».~     Bonis no pudo dormir; estuvo mezclando, 323 XVI | ignorante, le hizo ver que él, Bonis, era el que no sabía lo 324 XVI | que hasta la fecha.~     Bonis, desesperado, abandonó aquellos 325 XVI | la puerta algunos.~     Bonis llegó una hora antes del 326 XVI | de sus personajes, pensó Bonis: «Los cerdos y los perros 327 XVI | aquellos contornos, encontró Bonis dos buenas vacas de leche 328 XVI | dejaba orillado este negocio, Bonis se detuvo, al salir del 329 XVI | oración de la tarde.~     Bonis, a pesar de su dudosa ortodoxia, 330 XVI | casa de los Reyes...; y él, Bonis, vendría a morir allí... 331 XVI | que la poesía!... -pensó Bonis -. Pero eso para mi Antonio. 332 XVI | azules. Qué es esto? -dijo Bonis, que entraba con las nodrizas 333 XVI | aquella mañana y saber que Bonis, sin su permiso, dejándola 334 XVI | y rabiara un poco.~     Bonis no rabió. La solemnidad 335 XVI | Es una vieja», pensó Bonis resignado, sin amargura; 336 XVI | recordaban la entrada triunfal de Bonis en medio de las dos aldeanas 337 XVI | por grandes cirios.~     Bonis, que había caminado solo, 338 XVI | el porvenir! Aunque él, Bonis, no creía en varios dogmas, 339 XVI | para esto; para padre». Bonis sentía a la puerta de la 340 XVI | personal alguno con la Iglesia, Bonis reconocía el derecho de 341 XVI | calderilla del bateo. Para Bonis, que siguió a su hijo hasta 342 XVI | no menos inocente.~     Bonis sintió que el rostro de 343 XVI | música de la iglesia, a Bonis, de pronto, se le antojó 344 XVI | Pobre de mí! -pensó Bonis -. El hijo puede ser un 345 XVI | barítono un recuerdo.~     Bonis había oído la pregunta y 346 XVI | además unos pillos! Él, Bonis, entre la moral y el arte, 347 XVI | el órgano, iba pensando Bonis por medio del templo: «¡ 348 XVI | de un modo que asustó a Bonis, porque nunca había visto 349 XVI | creí que lo fueras también. Bonis, no me abandones... Yo... 350 XVI | demás, no. ¿Quieres?~     Bonis, aunque poco formalista 351 XVI | cuando se ponía a tocar.~     Bonis, con repugnancia por hablar 352 XVI | voz que él había adorado, Bonis estuvo a punto de llorar 353 XVI | con cara de bondad para Bonis... le pareció de repente 354 XVI | La Gorgheggi dijo:~     -Bonis, siempre fuiste un imbécil. 355 XVI | pudo decir más el pobre Bonis. También él perdía la voz. 356 XVI | organista.~     -¡Ah! -exclamó Bonis, como si hubiera sentido


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