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3512 XVI | hijo hasta la margen del Jordán de mármol, todo tomó nueva
3513 X | que acompañaba el flauta, jorobado. Como suelen hacer en tales
3514 XIII | padres a hijos, y quedaba Josué parando el sol..., en vez
3515 VII | el panteón, y saltó a la jota aragonesa.~ Se lo agradeció
3516 XVI | a hacer cristiano a este judiazo de su hijo de usted.~
3517 XI | marcharse el mejor día. Eran judíos errantes; ya era un milagro
3518 XVI | trampas a que obligaba a los jueces de paz y a los pedáneos
3519 XIII | alegres y vistosas, como juegos de feria, con moderada trampa,
3520 II | era hombre que se había jugado la hijuela materna a una
3521 II | parientes de Emma, casi todos jugadores, y muchos de ellos víctimas
3522 XIII | Media, a quien llamaban el juglar de Dios; parecía el payaso
3523 XIII | condiciones coreográficas, jugó el todo por el todo. Aceptada
3524 XVI | punta finísima de una lengua jugosa y muy aguda... y con el
3525 XVI | de mil figuras, de verde jugoso y oscuro en las laderas
3526 XVI | resonancias, de chorros de notas juguetonas, frescas.~ El nuevo
3527 XII | gr.: los rebuznos de un jumento. ¡Sarcasmo de la suerte!
3528 VII | de estatua, sus brazos de Juno, sonreía con reposada placidez,
3529 XIII | seducía, los corrompía, y los juntaba en una especie de solidaridad
3530 IV | izquierda. Donde quiera que se juntaban aquellas damas pálidas y
3531 X | quisiera dar voces:~ -¡Júrame que no me la pegas!~ -
3532 XVI | daba sanción absoluta al juramento de constante y callado sacrificio.
3533 XIV | lamentos, gritos y protestas, jurando y perjurando que estaba
3534 XV | cercanías; el cochero tuvo que jurar que los caballos no darían
3535 XVI | suprema. A contenerse y jurarse que se la pagaría el miserable.
3536 XIII | leyes y cortapisas morales y jurídicas, que, en su opinión, se
3537 XVI | las propias del dialecto jurídico de aquella tierra, pasaron
3538 II | despacho en demanda de luces jurídico-morales, como él decía; entre esto
3539 VII | espliego y alcanfor de su jurisdicción ordinaria. «Habrá que olerle
3540 VI | el alma romántica y nada jurisperita de Bonis.~ El notario
3541 IV | entusiasmó desde luego y juró en masa que «desde la Tiplona
3542 V | Tome usted; son mil justos.~ -Bueno, gracias. Mañana
3543 II | desastrosas de una locura juvenil.
3544 XI | Cuando en sus ensueños juveniles había ideado un castillo
3545 I | ponía en ridículo ante el Juzgado y la Audiencia», se le ocurrió
3546 V | Reyes. Durante una semana se juzgó este el hombre más feliz
3547 X | untadas de negro; tenía labio fino y mano pulida, pie
3548 XIII | veces, como una doncella de labor no comprendida, y acabó
3549 II | pergaminos y escudos de piedra labrada, allá en los caserones de
3550 II | era que «la niña había labrado su desgracia uniéndose a
3551 III | su sitio, pero hecho una laceria. Bonifacio, que a pesar
3552 IX | intacto a pesar de tantas lacerías.~ Pensaba Emma, al verse
3553 VII | inmenso abismo hundían los lacios hilos grises de sus puntas. ¡
3554 IV | en endecasílabos del más lacrimoso efecto:~¿Es verdad, Almanzor,
3555 XVI | cortada a pico, muy alta, cuya ladera, casi vertical, mostraba,
3556 V | cerrado también por todos lados, a Bonifacio, que aguardaba
3557 XVI | qué pillo es Lobato, y qué ladrones son todos estos pastores!...
3558 XVI | mujer; una cosa así como el lamento primero de una criaturilla.~ -¡
3559 X | sonriente hacia Emma, que lamía los labios secos, echaba
3560 VIII | de su mujer. Una triste lamparilla, escondida entre cristales
3561 IX | mejor perdiz y la mejor lamprea de la plaza y usar con codos
3562 XI | sin ruido con el ovillo de lana fuerte, tupida, símbolo
3563 XIII | bailaban también, aceptó unos lanceros a que la invitó el presidente
3564 XI | aquellas melodías interiores, lánguidas, vaporosas, llenas de una
3565 XV | fábrica de productos químicos languidecía; lo de sacarles a las algas
3566 X | que tenían encima, ahora languidecían, olvidaban a sus adoradores
3567 XII | mirada expresiva y los gestos lánguidos, al administrador de las
3568 X | teatro.~ -Vamos, esta se lanza al mundo otra vez -pensó
3569 XV | otro de los lejanos que lanzaba la parturienta.
3570 XIV | primero que hizo con ellos fue lanzar un rayo de odio y otro de
3571 XIV | Sube, sube...~ Y se lanzaron a la calle los dos emisarios,
3572 XV | transformado, y no podía lanzarse a la vida alegre en que
3573 X | palcos.~ -Sí que me lanzo; ¡ya lo creo!, de cabeza -
3574 XIII | tanto como el autor del Laoconte, le gustaban a ella las
3575 VIII | mercachifles sedentarios, estas lapas, estas ostras de provincia,
3576 XVI | Raíces.~ Al llegar a sus lares, se encontró la casa llena
3577 XI | soy el amante de una loca lasciva... de una enferma que tiene
3578 XV | tomo vio otro que decía: Laspra, Práctica forense, y otro
3579 VII | teatros.~ Pero lo que lastimaba lo que llamaba ella su corazón,
3580 XVI | sobresaltos, penas extrañas, que lastiman como propias, la santa caridad
3581 XIII | casi siempre, había estado latente, pero real, vigoroso, aquel
3582 X | repente, el corazón le dio dos latigazos, y un sudor frío comenzó
3583 XVI | delegado del párroco empezó sus latines, que Bonifacio entendía
3584 XIII | figurémonos que estamos en otras latitudes... y longitudes». Más era:
3585 XI | A Bonis le pareció muy laudable el propósito. Volvió a pensar,
3586 XVI | a griego; aparcería..., laudemio..., retracto..., y después
3587 XIII | místico, del autor de los Laudes, después inmortalizados.
3588 XIII | después que se levantaba, y se lavaba, y se echaba mucha agua
3589 VII | Aquel día, después de lavarse bien con esponjas grandes
3590 VI | no impidió que Bonis se lavase y vistiera lo más de prisa
3591 X | Se volvió a su cuarto; se lavó y vistió de prisa y se echó
3592 XIII | desinteresada; pura amistad, pero leal y firme. Entonces el barítono,
3593 XI | había honradez y franqueza y lealtad en el mundo, o estaban pintadas
3594 XV | hacerse abogado y estará dando lección con Cernuda. Amigo, ahora
3595 XII | dilettante de varias artes y lector sentimental, tuvo que aprovechar
3596 XVI | riendo, jugueteando, pero legítimamente, porque representaba la
3597 III | ser padre, de tener hijos legítimos; pero de medicamentos y
3598 IX | ópera nueva, muy buena, lo leí en el cartel al volver de
3599 X | claro que por referencias lejanas...~ Una tarde, después
3600 II | trabajar, este parecía ser el lema de aquella estirpe. Entre
3601 XIV | milagrosamente, a Ninon de Lenclos, de quien nunca había oído
3602 XII | música de sentimiento, lenta, suave, nada complicada,
3603 VIII | comprendo? ¡Cuántas veces leo en vuestro rostro las preocupaciones
3604 IV | han pedido el teatro desde León el famoso Mochi y la Gorgheggi.~ -¡
3605 X | perpetuo, de excitación leporina en que vivía de día y de
3606 VIII | de la italiana, como una lepra; y de esto, la conciencia
3607 XIII | haber allí ningún crimen de lesa honestidad..., pero el peligro
3608 VI | como decía el cura, la lesión de honra no existía, o,
3609 XIII | Dramaturgia de Hamburgo, de Lessing, y que, tanto como el autor
3610 XVI | rocinante soñador de su letargo, siguió a trote su camino,
3611 XII | horizontes de la lascivia letrada, le habían dado un criterio
3612 X | el zapatero. ¿Por qué le levantas falsos testimonios? ¿Por
3613 VIII | sabes lo que te digo? Que te levantes antes que venga la chica...
3614 XII | cara morena y larga, de levantino, de ojos grandes, azules,
3615 X | más contingencias que tres leves heridas, que ella misma
3616 I | encargar los pantalones y las levitas a Madrid, exceso de dandysmo,
3617 XVI | sangre en la camisa y en el levitón, sudando, muy semejante
3618 X | su modo esbelto, de largo levitón-gabán, muy ceñido y de color manteca,
3619 XIV | abstenerse de ridículas leyendas filogénicas y ontogénicas,
3620 XI | de los Valcárcel aires de libertinaje, semilla de corrupciones
3621 XIII | macha-martillo! Aquellos libracos, que había leído con avidez
3622 XV | matemáticos; por bien que librara, los dolores tenían que
3623 XIII | caso de ser muy avanzado, librepensador y cosas por el estilo, aprovechaba
3624 I | secreto y puramente ideal la libró de todo peligro positivo;
3625 IX | según se lo presentaban librotes de imaginación muy populares,
3626 XIV | aleccionándolas para las lides con las alimañas que habían
3627 XII | sentimental canción, un lieder titulado Vergiesmeinicht, «
3628 VII | arroz de los más finos, ligas de seda, medias bordadas
3629 IV | saludar al tenor con una ligera inclinación de cabeza. Miró
3630 XIV | Más de una vez, en sus ligeras reyertas de amantes antiguos,
3631 V | de punto, de seda color lila, muy ceñido, y en calcetines,
3632 XIII | en que había salido del limbo de la vida inconsciente,
3633 XII | mayordomía a que, en suma, estaba limitado. Más era: en interés de
3634 XI | envidiosos del pueblo, espíritus limitados, estrechísimos, monótonos,
3635 VIII | el barítono -; eso sería limitar el gasto...~ -Sí, se
3636 VII | su media naranja o medio limón, como él la llamaba para
3637 VI | le había hecho sudar, se limpiaba el cogote con su pañuelo
3638 VIII | polvos de arroz que no ha limpiado bien aquella noche, caen
3639 XI | Excelente -asintió Nepomuceno, limpiándose los labios con la servilleta
3640 VII | grandes y finas, género de limpieza que había aprendido observando
3641 VII | guitarra, dejó el instrumento, limpió la mesa de Reyes y le preguntó
3642 V | una casería que entregaba limpios todos los años cuatro mil
3643 IV | molestando a toda una familia linajuda con su insistencia en vivir,
3644 XVI | claro; la Iglesia es un lince; ve largo; sabe ser madre».~
3645 XVI | sepultar bajo tanto fárrago de lino el cuerpo débil, flaco,
3646 V | llamaradas rojizas. El sol era la linterna del sereno; las dos sombras
3647 VI | bien antiguos son estos líos del papel sellado y las
3648 V | carissimo amico, duecento lire, o sean cuarenta duros en
3649 II | de una crisis de la vida lisiada de las entrañas, con el
3650 XIII | a marearla con miradas y lisonjas allí, junto al piano, durante
3651 VIII | Mochi había incluido en la lista de la cena. Fue recibido
3652 XII | sutilezas psicológicas y literarias de su amiga. ¡Qué cosas
3653 XII | cosa de moda entre los literatos de su tierra, ponía por
3654 XII | sabía, por ejemplo, que a Litz le gustaban las trufas,
3655 XIII | absurdo amor extraviado, todo liviandad, amor de los sentidos locos,
3656 II | no hubiese caído en tales liviandades a no ser por consejo de
3657 VIII | de repente da un brinco, lívido, y con el brazo en tensión,
3658 XIII | sólo con su contacto, las llagas del corazón. Sintió una
3659 X | mal está dentro, en lo que llamamos el espíritu, porque advierto
3660 XVI | de presentarte a Lobato llamándole ladrón y sin saber por qué
3661 XIV | veras, a sus amigas y amigos llamándolos verdugos, y proponiéndoles
3662 XVI | empezó a exigir que se le llamara Antonio, aun antes de bautizarle.
3663 V | sol que le cegaba con sus llamaradas rojizas. El sol era la linterna
3664 III | decirte... yo no entiendo... llamaremos al médico...~ -¡Eso
3665 VIII | dormía o no. En cuanto a llamarla, hacía tiempo que había
3666 VII | a lo menos no sabía cómo llamarlas), a todas horas, en todas
3667 XIII | que así quería ella que se llamasen en adelante, previo el arreglo
3668 XII | desaliñada, pero aún más llamativa y seductora cuantos menos
3669 XII | por su vestido carísimo y llamativo, y por venir colgada del
3670 XVI | mesilla de noche, no me llame ahora a su lado. ¡Mujer
3671 VI | memoria del difunto... X, llamémosle X, que en paz descanse.
3672 VIII | instinto de la conservación, llamémoslo así, me hará recuperar el
3673 VIII | de un orden inenarrable, llámese así, sorpresas que le enseñaron
3674 II | familia. Cuando bajaban al llano venían cada vez más montaraces,
3675 XIV | almohadas, que empapó en llanto.~ Aquella era la fuente;
3676 II | villas de las vegas y de la llanura a procurarse vida más holgada
3677 XVI | cuetos y vericuetos, lomas y llanuras, por sus formas violentas,
3678 VIII | Llegó a casa, abrió con su llavín, encendió una luz, subió
3679 VII | tiempo pasa y el golpe no llega. De otra manera también
3680 III | que la facundia de Emma, llegados estos momentos, no tenía
3681 XI | como las cortesanas que llegan a cierta edad y se hacen
3682 I | Buscando, pues, algo que le llenara la vida, encontró una flauta.
3683 XIV | noticia que yo creí que la llenaría de satisfacción y legítimo
3684 XIV | estos disparates, se le llenaron los ojos de lágrimas. ¿Si
3685 XI | crímenes, se me contagian y me llevan consigo al aquelarre tenebroso,
3686 XIII | que él se condenaría, pero llevando al infierno su pasión divina,
3687 XI | doméstica de aquellos artistas, llevándoles un poco de la saludable
3688 XII | Hablaba siempre del corazón, llevándose la mano, que era un prodigio,
3689 XV | a Körner y al tío que le llevaran consigo a ver la fábrica,
3690 XVI | Todo, todo lo verás. Llevarás lo que necesites, y procurarás
3691 XV | ofrecido volver a su lado para llevarla contratada a América. No
3692 II | solían buscar novias. Algunos llevaron su audacia, sin dejar la
3693 VI | llovido del... infierno, fue llevárselo a D. Benito el Mayor, para
3694 XII | desaparecía su voz, como si la llevasen en globo al quinto cielo,
3695 XV | peregrina. Esto de que le lleve a uno el viento de un lado
3696 VII | ama, me ama; estoy seguro; llora de placer en mis brazos,
3697 XII | por ejemplo: -¿Por qué lloras, badulaque? -Pues lloro
3698 XII | lloras, badulaque? -Pues lloro de amor... nuevo; porque
3699 VIII | se hubiese convertido en lluvia de flores, no hubiera causado
3700 X | diáfano, sin nubes, sin lluvias. Pero, sobre todo, lo que
3701 XII | dormido abrazada al gallardo Loaisa, sin pecar sino con el pensamiento.
3702 XVI | cabecilla carlista, era un lobo mestizo de zorro; hablaba
3703 II | mollera que en una tabla de logaritmos. Llegó, sí, llegó el apellido
3704 XIV | tocología, y toda clase de logías... divinas y humanas.~
3705 XV | novelas, ni psicologías lógicas y éticas, que era lo que
3706 IX | discurrió Bonifacio, pero no logró dar en el quid de que su
3707 IV | seductor del provincial de Logroño, el capitán Suero».~
3708 XVI | aquellos cuetos y vericuetos, lomas y llanuras, por sus formas
3709 XVI | hijos del estiércol, como lombrices de tierra, son parientes
3710 XVI | las dunas, cuyos amarillos lomos de arena tenían figura semejante
3711 XIII | en otras latitudes... y longitudes». Más era: en aquel instante
3712 XV | hambre futura, al hospital en lontananza. No te pido un asilo; no
3713 XIII | la cabeza las fantásticas lontananzas de opulencia, debidas a
3714 X | darse de alta, hacía la loquilla y la muchacha y se permitía
3715 III | dedos de cera. Rompía mucha loza y cristal, y buenas reprimendas
3716 II | manera, estaba más fresca y lozana que nunca. Nadie creía tal
3717 VII | parte en aquellos furores de lubricidad con aires de pasión, la
3718 XII | al varón en los extravíos lúbricos a que él la arrojase, pero
3719 VIII | está presente y, en efecto, luce un traje digno de los trópicos
3720 XIV | al mundo, su horror a las luchas de fuera y la necesidad
3721 X | descaro los palcos, donde lucían su belleza las señoras más
3722 XIII | apetitos, en aquella juventud lucida y generalmente colorada,
3723 XIV | prueba cien veces, pero sin lucimiento, por lo modesto que era
3724 XV | que el tremendo trance de Lucina llegaría por sus pasos contados,
3725 X | ordinariamente, y en vano ella luciría las mejores telas y los
3726 VI | debía. La persona que había lucrado, gracias a la asustadiza
3727 VII | ardor al vicio, al amor lucrativo; remachar los besos que
3728 XI | crepúsculo, en el cuarto no muy lujoso ni ancho que Serafina Gorgheggi
3729 XIII | dudas y volver a creer a macha-martillo! Aquellos libracos, que
3730 XIII | día estudiando solfeo y machacando teclas.~ Lo que iba
3731 XII | del amor, que nunca es machucho. En fin, que lo que faltaba
3732 VII | epiléptico.~ Cuando su cuerpo macizo y bien torneado, suave y
3733 VI | Los libros del protocolo, macizos y graves, de lomo pardo,
3734 X | Tienes una memoria como un madero. Y ahora ¿te acuerdas? ¿
3735 XV | tú me adorabas como a la madonna. Ya sé que el amor no es
3736 XVI | se veía sorprendido en su madriguera y a la fuerza sacado a la
3737 X | momento.~ Era el homeópata madrugador y comenzaba muy temprano
3738 XI | tristeza peculiar de la edad madura que aún siente en los labios
3739 X | Nepomuceno, que se acostó madurando sus planes para el porvenir,
3740 XII | de Secades. El cual, ya maduro y desengañado, iba prefiriendo
3741 IV | escondido por una pared maestra, el apodo vulgar de faltriquera (
3742 X | enfermedades era toda una magia para Bonis, y la idea del
3743 II | los señores del margen, magistrados serios también y amigos
3744 XII | que poseían una virtud magnética sobre los sentidos de Nepomuceno.
3745 IV | funciones más solemnes y magníficas. A su manera, venía a pensar
3746 X | ropa, de las damas menos majas. Por una aberración, mejor,
3747 XI | pentagrama, se elevaba suave, majestuosa y poética, la dulce luna
3748 X | Gorgheggi, al descender la tiple majestuosamente de su trono de madera pintada
3749 XVI | en brazos de Sebastián majestuoso. Llegó la comitiva al baptisterio.
3750 IX | cumplía con la Iglesia malamente, y eso por máquina. En su
3751 IX | desarreglos originados de sus malandanzas de madre frustrada, influencias
3752 X | momento su esposa estaría maldiciéndole y detestándole a él por
3753 VIII | pasar primero; además, las malditas piernas se le desplomaban,
3754 VIII | olían a polvos de arroz. «¡Malditísimo marica! -pensó -; fue él,
3755 XI | cuarto de Serafina con las maletas hechas. «La de vámonos»,
3756 XV | habían sorprendido las cartas malhadadas, y llegó al gabinete de
3757 IV | reñir con la Grissi, con la Malibrán, sin necesidad de haber
3758 XV | sospechó que el viaje fuera malicioso, un espionaje. La ineptitud
3759 XV | los pies un bolsillo de malla, como los que usaba Mochi
3760 V | aturdido y todo, medio loco, no maltrató a su cónyuge; refirió los
3761 X | los otros eran, o tontos o malvados. Emma tenía la habilidad
3762 V | aquellos cuartos a semejante mamarracho. Algo sabía D. Benito, y
3763 III | justicia de reconocerle buena maña y dedos de cera. Rompía
3764 XIII | los novios efímeros por manadas. Mientras el padre bebía
3765 XIV | la fuente; allí estaba el manantial de las verdaderas ternuras... ¡
3766 X | de teatro casero y de las mañas de su mujer. ¿Qué papel
3767 XIII | competencia con D. Nepo; cuando él manchaba el honor de su casa con
3768 IV | restos miserables, la pared manchada por las expectoraciones
3769 XII | de las entrañas de Emma manchase al que había de nacer; todo
3770 XII | a su marido le hubieran mandado un gran cordón azul o verde
3771 IV | relativamente al sexto mandamiento no más - de aquellos tiempos,
3772 XVI | piensa en el amor ausente, mandando miradas y deseos de volar
3773 II | fueron del caso, se dejaron mandas aquí y allá, que disminuyeron
3774 XVI | disimulo. Había que reír a mandíbula batiente.~ Y se reían.~
3775 I | Emma se le puso delante, le mandó encender una luz y acercarla
3776 XV | seno... Adiós, hija mía, manecita mía; adiós... adiós... Hasta
3777 XI | mujer, a su tirano, como las manecitas negras de los palacios encantados.~
3778 XV | figuraban Körner y Nepomuceno manejándolo todo, les había costado
3779 III | ser tan hábil en aquellos manejos, su marido no era afeminado
3780 XIV | santidad religiosa de los manes paternos. ¡Oh, qué claramente
3781 XIV | por lo ancha que tenía la manga para perdonar extravíos
3782 XVI | aunque contenidos, con el mango de un cuchillo sobre la
3783 I | muy tierno de corazón, maniático de la música y de las historias
3784 XI | aunque la música era la manifestación predilecta, porque le llegaba
3785 XI | admirador del arte en todas sus manifestaciones, según él se decía; y aunque
3786 XI | franqueza, y tío y sobrina manifestaron verdadera admiración contemplando
3787 XII | mismo Casino había visto maniobrar, y no quería que le quemasen
3788 IV | cabellera con movimientos de maniquí, y se fue a su casa... impregnado
3789 IX | ropa interior, perfumes y manjares. En todos los comercios
3790 XIV | era llamar a la criatura Manolín... o Jesús. ¡No que él se
3791 XIII | despreciando a los seres vulgares y manoseando los mejores bocados del
3792 XI | galán fino, pulcro, suave y mañoso que cuidaba a su mujer,
3793 XVI | al volver a Ítaca, en la mansión de Eumaios, allí estaban;
3794 XIV | el padre debía de haber mantenido entre su desencanto, su
3795 XVI | vestido de raso negro y mantilla de casco fina, estaba en
3796 XVI | ya tenía un abrigo, unas mantillas bordadas y muy limpias,
3797 IX | vestido tuyo, de percal, y un mantón tuyo y un pañuelo... vamos
3798 IV | guitarra y de periódicos manuscritos que corrían de mano en mano,
3799 IX | herméticamente cerradas, el heno, las manzanas y cidrones metidos entre
3800 XV | las paredes cuarteadas, la maquinaria podrida, las chimeneas sin
3801 IV | estético, se le ve caer en un marasmo parecido al que abruma a
3802 XV | comprar su silencio con dos maravedís!~ No había leído el
3803 IV | ser de muy lejos era una maravilla... El mundo... el resto
3804 I | música y de las historias maravillosas, buen parroquiano del gabinete
3805 XII | sordos, reconocía que era maravilloso lo que hacía con su extraño
3806 IV | madre le había dormido con maravillosos cuentos; allá arriba, en
3807 I | fuera a embestir. Solía marcar el compás con la punta de
3808 XIV | la misma noche en que se marchaba la pasión. Se iba Serafina
3809 V | terrible!, ¿qué será de mí en marchándose usted? Pero, no importa;
3810 XII | se pusiera en práctica y marchara como una seda. Faltaba dinero...
3811 XI | Pero ¡qué lástima! ¿Se marchará pronto?~ -¡Oh!, eso...
3812 XVI | había metido por los ojos. Marcharía sin despedirse de Emma,
3813 XII | la fábrica y la pasión marcharían en perfecta armonía y con
3814 XIV | como un contrato: «Que se marche ella, y vendrá él».~
3815 XI | olores de hojas de rosas marchitas, de lástima... y hasta de
3816 V | desgracia; y por fin se marchó porque le llamaba el traspunte.
3817 XII | de su cuerpo: en fin, le mareaba, le enloquecía, y el tío
3818 XIII | puntos de vista. Empezó a marearla con miradas y lisonjas allí,
3819 III | aquellos insomnios, aquellos mareos, aquellas irregularidades
3820 XVI | fondo misterioso de los mares.~ Terminada su inútil
3821 VIII | de arroz. «¡Malditísimo marica! -pensó -; fue él, el sobón
3822 XVI | Cabruñana, concejo de la marina donde los Valcárcel tenían
3823 XVI | abandonada por el agua, en las marismas; cerca estaban las dunas,
3824 XVI | de solicitud paternal y marital todos los que andaban alrededor
3825 VI | Con mil amores.~ Una maritornes sucia y muy gorda presentó
3826 XVI | la margen del Jordán de mármol, todo tomó nueva vida, más
3827 X | tiene una cabeza como un marmolillo y todo lo olvida. Vamos
3828 IV | piedad y daban una aureola de martirio a sus ídolos.~ Aquel
3829 IV | oyéndole parecía que se mascaba el polvo de un derribo y
3830 XII | delicias que al tragarse se mascaban.~ Cuando Minghetti se
3831 XIII | un adulterio del género masculino, pero adulterio, en medio
3832 VI | con... mis semejantes... masculinos, digámoslo así. A falta
3833 X | de ese pie que te enseño, mastuerzo.~ -Primoroso, hija mía.~ -
3834 IX | los grandes pícaros que mataban a su padre o a su madre
3835 XVI | semejante a un funcionario del Matadero.~ -¡Pero estuvo mucho
3836 VI | ciervo ni robezo, sino que ha matado usted una vaca mía que pastaba
3837 VI | que usted no ha sido el matador. El tiro no dio en el blanco,
3838 X | Pero, oiga usted, señor matamoros; si usted quiere que sea
3839 XVI | puertas, podía ser fatal y matar un cristiano en flor.~ -
3840 VI | Voy a volver arriba a matarle, exprofeso 12..».~ Y
3841 XIII | con ellas, bajo pena de matarse de hambre, que era el mayor
3842 VII | el símbolo de todas las matemáticas aplicadas a la hacienda,
3843 XV | terribles, insoportables..., matemáticos; por bien que librara, los
3844 XII | que aunque me le paras tú, materialmente va a ser todo cosa mía».
3845 IV | Y la voz es una voz... maternal; canta con la coquetería
3846 V | con los ojos, cariñosos, maternales, como pensaba el marido
3847 VII | de nostalgias del regazo materno.~ Cuando, al separarse,
3848 VIII | escondida entre cristales mates de un blanco rosa, alumbraba
3849 XVI | verdura, de frescas sombras y matices infinitos en la variedad
3850 VI | también... y ese fue el que mató la res, y se quedó con ella
3851 XIV | mucho tiempo. Habló mucho de matrices y de placentas, pero mucho
3852 XVI | Doña Celestina, la matrona matriculada, que había venido por consejo
3853 XII | sus extrañas expansiones matrimoniales de aquellos últimos tiempos,
3854 X | la nueva e improvisada y matutina diablura de su mujer. Qué
3855 XIV | lecho, parecían estatuas de mausoleo.~ -¡Duerme! -dijo con
3856 XIV | cómicos nos han comido un mayorazgo..., y como la fábrica va
3857 XII | digno de ellas que la simple mayordomía a que, en suma, estaba limitado.
3858 XVI | a los alguaciles y a los mayordomos. Lobato, si viajaba de noche,
3859 I | ortografía. Escribía con mayúscula las palabras a que él daba
3860 IV | las ramas de la selva que mecía la brisa...». Bueno; pero
3861 XVI | rumorosas de árboles seculares, mecidas por una brisa musical y
3862 XII | sus gajes que al arte que meciera sus sueños infantiles. Tocaba
3863 VIII | anverso y el reverso de la medalla de la belleza, digámoslo
3864 XIII | adquisición mejor para Emma. Por mediación de las andaluzas, la Valcárcel
3865 I | reconoció aptitudes algo más que medianas, una regular embocadura
3866 IV | hueco de una hornilla en una medianería agrietada, sucia y polvorienta. ¡
3867 X | contentarse con un lujo muy mediano. Por eso rabiaba ella. En
3868 IV | encontrado encinta sin que mediara ningún sacramento. La tertulia
3869 III | comenzar por una consulta médica.~ -Me sucede esto -decía
3870 III | hacer? ¿Continuaré con tal medicamento o tendré que suspenderlo?~
3871 XII | expansivo de Minghetti, que medió en el diálogo, y al reconocimiento
3872 X | también se levantó para medirse con el tío -. Yo no he entrado
3873 XIV | también, mientras él leía o meditaba, y acurrucado junto a él
3874 VII | Serafina, quieta, cansada y meditabunda, con Serafina en el éxtasis
3875 XVI | alma. Hasta el caballo, meditabundo, inmóvil, le pareció que
3876 X | Teresas arrobadas en la meditación y el amor del pesar del
3877 IX | lo relativo. Jamás había meditado acerca de negocios de ultratumba;
3878 XII | los complicados planes de medro y vida regalada que había
3879 I | administración del periódico mejicano. Bonifacio aceptó, se volvió
3880 XIII | persuadida de que ella había mejorado mucho, y de que su otoño
3881 II | también a veces, gozando melancólicamente con aquella afectación de
3882 IX | ella lo prohibía con sus melindres, aquellas regiones que,
3883 XV | pellejos flojos, con pelusa de melocotón invernizo, se la desprendía
3884 XI | dulce instrumento aquellas melodías interiores, lánguidas, vaporosas,
3885 I | en el hermoso corazón del melómano, sencillo como una paloma.~
3886 IV | los de su tiempo con una melopea pegajosa y simpática, algo
3887 XVI | Celestina -dijo Reyes con voz melosa, humilde, apenas perceptible,
3888 XII | de Goëthe, sino mucho más meloso; y al dedicárselo, con la
3889 XV | una expresión como la de Melpómene en las portadas de la Galería
3890 XIV | sus visiones de la noche memorable del concierto, de aquel
3891 XIV | no hubiera cosa digna de mención que administrarle». Estaba
3892 X | Bonis no discutió. Peor era meneallo; podían salir los polvos
3893 XIV | a la de Fulano y a la de Mengano, que se habían descolgado
3894 XV | cuerpo entero, en ropas menores, hasta sin ropa..., se examinaba
3895 XIV | insignificancia, en el antiguo menosprecio.~ Delante de él, que
3896 VI | confesión... lo delicado del mensaje...~ El cura no sabía
3897 XVI | perjuicio de las reservas mentales necesarias, él colocaba
3898 V | afín. ¡Mil reales! Aquel mentecato se había vuelto loco.~ -
3899 XV | aventuras antiguas, pero no mentía en cuanto a la actualidad.~
3900 X | la tarde. Fuejos no había mentido.~ -Lo mismo que las
3901 X | dispuesto a disimular, a mentir como un héroe, si era preciso,
3902 XIV | negocios, del tráfico y de las mentiras del mundo; encerrarse con
3903 XV | perfumados llenos de letra menuda, cruzada como un tejido
3904 IV | románticos; los adulterios menudeaban entonces; los Tenorios,
3905 III | quijotesco, aplicado a las menudencias de la intimidad conyugal.~
3906 XII | pretexto de su servicio, Körner menudeó sus visitas a la capital,
3907 XVI | venía a pedirle cuartos un mequetrefe, aquel señorito bobo, de
3908 VIII | también tienen en poco estos mercachifles sedentarios, estas lapas,
3909 IV | asquerosa de la calle del Mercado?». Esto había gritado la
3910 XIII | sí mismas, siempre con la mercancía de su hermosura a cuestas
3911 X | sacerdocio le había parecido merecer un plan, todo un plan de
3912 XIV | dolor necesario, y hasta merecido y saludable, según pensaba
3913 VIII | me castiga cuando no lo merezco: cien veces habré olido
3914 XIV | parte, pero que en países meridionales toda precaución era poca.
3915 XII | mundo y gozar de su riqueza mermada y de cuanto estuviese en
3916 XIV | es decir, sobre el caudal mermadísimo del abogado Valcárcel, continuaban
3917 II | llegaron a su hija un tanto mermados. Parece ser que la castidad
3918 III | daba noticia somera de las mermas de la hacienda a su aturdida
3919 XV | en tal apuro, además de meros fenómenos fisiológicos,
3920 XV | fábricas, y hasta rondaba las mesas del escritorio y miraba
3921 XIV | últimos restos de forma mesocrática en el trato social y doméstico;
3922 XVI | cabecilla carlista, era un lobo mestizo de zorro; hablaba con dificultad,
3923 XVI | procurando que en su voz hubiese mesura y entereza -. ¡Por Dios,
3924 XII | fuerte a su modo, pero mesurado, suave, amigo de la conciencia
3925 XV | romanzas, pero que no se meta en la Renta del Excusado.~ -
3926 V | temblona, pero de un timbre metálico, de energía, en él completamente
3927 IX | venido a ciertos trabajos metalúrgicos.~ -Sin duda el tío quiere
3928 X | el público no se había de meter a discurrir y calcular quién
3929 V | habrá mejores, pero no se meterán por el alma mía como esa;
3930 XVI | chocho por su hijo... le metería en la cabeza que restaurase
3931 XV | Costó gran trabajo meterla en el coche. El médico del
3932 X | dulcísimos de Minghetti metérsele por los tubos de los gemelos
3933 IX | las manzanas y cidrones metidos entre la ropa, el alcanfor
3934 XIII | química industrial, que iban metiéndole en el cerebro el alemán
3935 XVI | los cielos del misterio, metiéndosele por las carnecitas que dejaban
3936 XIII | fría razón, y él quería método, orden, una ley en todo,
3937 XVI | como un Mozart, como un Meyerbeer, él, su padre, ya viejo,
3938 XII | asomos de envidia con que iba mezclada la admiración. Ahora que
3939 VIII | perfumes fuertes, pero finos, mezclado con el aroma natural de
3940 XVI | Bonis no pudo dormir; estuvo mezclando, con mil visiones de pesadilla,
3941 XII | cada vez, aunque en ella se mezclaron ya algunos señoritos del
3942 XI | adulteraciones, sin disturbios ni mezclas, era también su encanto! ¿
3943 VII | Qué falta hacía que él se mezclase en esto? No me dice nada,
3944 IV | pueblo, de aquel pueblo mezquino donde habían nacido él y
3945 IX | los intereses inmediatos y mezquinos de la prosa ordinaria de
3946 V | sabía...~ -Non è vero, mia figlia?, con quel cuore
3947 X | cantaba hace poco, la reina Micomicona; sí, hombre, esa que a ti
3948 IV | la Merlatti había sido el microcosmos del romanticismo músico
3949 X | aunque después le supo a mieles, y añadió una corrupción
3950 VII | rama aplicado a cualquier miembro; y en cuanto al resquemillo
3951 VI | decirle cuántas son cinco. Miente como un bellaco; el tío
3952 XIV | ejemplo de belleza conservada milagrosamente, a Ninon de Lenclos, de
3953 XIV | extranaturales, pero no milagrosas, que podía haber entre la
3954 VII | devaneo de Serafina, en Milán, ya no fue espontáneo. Aceptó
3955 XI | pues bien; para pía hay millares de consonantes, pero a Menéndez
3956 V | atreva a hacerme cruces, un millón de cruces, viendo al jefe
3957 XIII | Ella también quería ser millonaria de duros, y el corazón y
3958 VII | General francés, Duque, millonario. La venganza que Mochi se
3959 XIII | contaban, como los de allí, los millones por reales, sino por pesos
3960 XV | lágrimas, como los niños mimados, y gritaba: «¡Yo no quiero! ¡
3961 X | reinecita; toma, toma, quiérela, mímala; Minghetti de mi vida, Bonis,
3962 IV | delgada, flexible como un mimbre y lucía más que la Tiplona
3963 VII | Thiers en la traducción de Miñano. Muy a su placer se sintió
3964 XIII | el provecho que a él, a Mingo, le quedaba entre las uñas,
3965 XIII | allá en la Huerta, el pobre Minguillo, que así le llamaban los
3966 XII | vano ni de balde se era ministro de Hacienda en casa de los
3967 V | humedecieron las sienes. Un minuto después se vio sentado en
3968 XIV | non sei~ ~ ~cancellata dal mio cuor,~ ~(según él lo cantaba),
3969 X | hombre, iguales. ¡Mira, mira, míralas bien!...~ Y Emma levantaba
3970 XII | superior? Sí, y bien superior: mirándolo bien, lo había sido toda
3971 XII | yo gozo en este momento, mirándome en los ojos de este hombre
3972 XVI | Padrino y madrina sonrieron, mirándose.~ -¡Capricho de hombre! -
3973 X | no se empleó más que en mirarse los ojos a los ojos, y en
3974 XII | para que todo el pueblo lo mirase y lo admirase de lejos,
3975 XIV | locuras, cuanto antes.~ -Mire usted -decía el tío a Marta (
3976 IV | desconocido, la profunda misantropía, o eran cosa vaga y aburrida
3977 VIII | preguntarme de dónde salen las misas. Preso por uno, preso por
3978 V | penalidades de náufragos, misioneros, conquistadores, etc., etc.,
3979 XV | defendiera.~ Ante esta misiva, los primeros impulsos de
3980 V | comprender que al hablar de missure, Mochi se refería a los
3981 XIV | intermitentes veleidades místicas, que él mismo, en sus horas
3982 IX | luz le recordaba los rayos místicos de las estampas de los libros
3983 X | veneno y del elixir completa mitología milagrosa e infinitesimal;
3984 XIII | adelante, previo el arreglo del mobiliario, derribo de tabiques y otras
3985 XIII | grandes de los periódicos de modas. Hacían de un vestido siete,
3986 XIII | como juegos de feria, con moderada trampa, inocentes chascos,
3987 XIV | sensualismo racionalista y moderado, calificaba de enfermizas.
3988 XIII | simple de café, un simple moderno... ¡Ah, pero lo que no le
3989 XII | amante; pero como los maridos modernos y de la impura realidad
3990 XII | gorjeos hablados, de su modesta actitud; y la miraba con
3991 XIV | facilito cantidades a un módico interés.~ Marta oía
3992 X | presentaba las cuentas de la modista, que subían a buenos picos,
3993 XII | enriquecer el caudal de modistas, comerciantes de telas,
3994 XVI | apuntar el respetable y mofletudo Körner, que se creía en
3995 XV | encontró a Minghetti, que mojaba bizcochos en Málaga. No
3996 XV | infeliz!...». Minghetti seguía mojando bizcochos y bebiendo Málaga.
3997 III | miraba. Si era una escena molesta, irritante para Emma la
3998 III | intimidad de la alcoba. Molestaba a su esposo como quien cumple
3999 IX | apariencias, por nadie eran molestados.~ «Yo no soy beata»,
4000 XIII | bailarines, tal vez contenta con molestarlos, porque aquello venía a
4001 VI | pero no importa. No se moleste usted.~ Al cura empezaba
4002 XIV | esas que son silbidos, más molestos que los gritos.~ Reyes
4003 XIII | pariente lejano, que le molía a palos y le llamaba hijo
4004 V | escritura de venta del famoso molino de Valdiniello; y usted
4005 X | guardaba en aquella caja tan mona; y, sobre todo, mucho paseo,
4006 XV | de nácar, torneadita, una monada... Y ella le cogía aquella
4007 XIII | Iglesia con carácter de monaguillo, y hasta llegó a cantar
4008 XVI | intensos, más señoriles; los monaguillos, tiesos, solemnes, daban
4009 XII | fuera nieto del ilustre Monarca; los que oían hablar de
4010 V | tan pálido estaba, y las monísimas manos cuyo contacto de poco
4011 XVI | tragicómica, aquella cara de mono asfixiándose, que era tan
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