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Leopoldo Alas alias Clarín
Su único hijo

IntraText - Concordancias

(Hapax Legomena)


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3512 XVI | hijo hasta la margen del Jordán de mármol, todo tomó nueva 3513 X | que acompañaba el flauta, jorobado. Como suelen hacer en tales 3514 XIII | padres a hijos, y quedaba Josué parando el sol..., en vez 3515 VII | el panteón, y saltó a la jota aragonesa.~     Se lo agradeció 3516 XVI | a hacer cristiano a este judiazo de su hijo de usted.~      3517 XI | marcharse el mejor día. Eran judíos errantes; ya era un milagro 3518 XVI | trampas a que obligaba a los jueces de paz y a los pedáneos 3519 XIII | alegres y vistosas, como juegos de feria, con moderada trampa, 3520 II | era hombre que se había jugado la hijuela materna a una 3521 II | parientes de Emma, casi todos jugadores, y muchos de ellos víctimas 3522 XIII | Media, a quien llamaban el juglar de Dios; parecía el payaso 3523 XIII | condiciones coreográficas, jugó el todo por el todo. Aceptada 3524 XVI | punta finísima de una lengua jugosa y muy aguda... y con el 3525 XVI | de mil figuras, de verde jugoso y oscuro en las laderas 3526 XVI | resonancias, de chorros de notas juguetonas, frescas.~     El nuevo 3527 XII | gr.: los rebuznos de un jumento. ¡Sarcasmo de la suerte! 3528 VII | de estatua, sus brazos de Juno, sonreía con reposada placidez, 3529 XIII | seducía, los corrompía, y los juntaba en una especie de solidaridad 3530 IV | izquierda. Donde quiera que se juntaban aquellas damas pálidas y 3531 X | quisiera dar voces:~     -¡Júrame que no me la pegas!~     - 3532 XVI | daba sanción absoluta al juramento de constante y callado sacrificio. 3533 XIV | lamentos, gritos y protestas, jurando y perjurando que estaba 3534 XV | cercanías; el cochero tuvo que jurar que los caballos no darían 3535 XVI | suprema. A contenerse y jurarse que se la pagaría el miserable. 3536 XIII | leyes y cortapisas morales y jurídicas, que, en su opinión, se 3537 XVI | las propias del dialecto jurídico de aquella tierra, pasaron 3538 II | despacho en demanda de luces jurídico-morales, como él decía; entre esto 3539 VII | espliego y alcanfor de su jurisdicción ordinaria. «Habrá que olerle 3540 VI | el alma romántica y nada jurisperita de Bonis.~     El notario 3541 IV | entusiasmó desde luego y juró en masa que «desde la Tiplona 3542 V | Tome usted; son mil justos.~     -Bueno, gracias. Mañana 3543 II | desastrosas de una locura juvenil. 3544 XI | Cuando en sus ensueños juveniles había ideado un castillo 3545 I | ponía en ridículo ante el Juzgado y la Audiencia», se le ocurrió 3546 V | Reyes. Durante una semana se juzgó este el hombre más feliz 3547 X | untadas de negro; tenía labio fino y mano pulida, pie 3548 XIII | veces, como una doncella de labor no comprendida, y acabó 3549 II | pergaminos y escudos de piedra labrada, allá en los caserones de 3550 II | era que «la niña había labrado su desgracia uniéndose a 3551 III | su sitio, pero hecho una laceria. Bonifacio, que a pesar 3552 IX | intacto a pesar de tantas lacerías.~     Pensaba Emma, al verse 3553 VII | inmenso abismo hundían los lacios hilos grises de sus puntas. ¡ 3554 IV | en endecasílabos del más lacrimoso efecto:~¿Es verdad, Almanzor, 3555 XVI | cortada a pico, muy alta, cuya ladera, casi vertical, mostraba, 3556 V | cerrado también por todos lados, a Bonifacio, que aguardaba 3557 XVI | qué pillo es Lobato, y qué ladrones son todos estos pastores!... 3558 XVI | mujer; una cosa así como el lamento primero de una criaturilla.~     -¡ 3559 X | sonriente hacia Emma, que lamía los labios secos, echaba 3560 VIII | de su mujer. Una triste lamparilla, escondida entre cristales 3561 IX | mejor perdiz y la mejor lamprea de la plaza y usar con codos 3562 XI | sin ruido con el ovillo de lana fuerte, tupida, símbolo 3563 XIII | bailaban también, aceptó unos lanceros a que la invitó el presidente 3564 XI | aquellas melodías interiores, lánguidas, vaporosas, llenas de una 3565 XV | fábrica de productos químicos languidecía; lo de sacarles a las algas 3566 X | que tenían encima, ahora languidecían, olvidaban a sus adoradores 3567 XII | mirada expresiva y los gestos lánguidos, al administrador de las 3568 X | teatro.~     -Vamos, esta se lanza al mundo otra vez -pensó 3569 XV | otro de los lejanos que lanzaba la parturienta. 3570 XIV | primero que hizo con ellos fue lanzar un rayo de odio y otro de 3571 XIV | Sube, sube...~     Y se lanzaron a la calle los dos emisarios, 3572 XV | transformado, y no podía lanzarse a la vida alegre en que 3573 X | palcos.~     -Sí que me lanzo; ¡ya lo creo!, de cabeza - 3574 XIII | tanto como el autor del Laoconte, le gustaban a ella las 3575 VIII | mercachifles sedentarios, estas lapas, estas ostras de provincia, 3576 XVI | Raíces.~     Al llegar a sus lares, se encontró la casa llena 3577 XI | soy el amante de una loca lasciva... de una enferma que tiene 3578 XV | tomo vio otro que decía: Laspra, Práctica forense, y otro 3579 VII | teatros.~     Pero lo que lastimaba lo que llamaba ella su corazón, 3580 XVI | sobresaltos, penas extrañas, que lastiman como propias, la santa caridad 3581 XIII | casi siempre, había estado latente, pero real, vigoroso, aquel 3582 X | repente, el corazón le dio dos latigazos, y un sudor frío comenzó 3583 XVI | delegado del párroco empezó sus latines, que Bonifacio entendía 3584 XIII | figurémonos que estamos en otras latitudes... y longitudes». Más era: 3585 XI | A Bonis le pareció muy laudable el propósito. Volvió a pensar, 3586 XVI | a griego; aparcería..., laudemio..., retracto..., y después 3587 XIII | místico, del autor de los Laudes, después inmortalizados. 3588 XIII | después que se levantaba, y se lavaba, y se echaba mucha agua 3589 VII | Aquel día, después de lavarse bien con esponjas grandes 3590 VI | no impidió que Bonis se lavase y vistiera lo más de prisa 3591 X | Se volvió a su cuarto; se lavó y vistió de prisa y se echó 3592 XIII | desinteresada; pura amistad, pero leal y firme. Entonces el barítono, 3593 XI | había honradez y franqueza y lealtad en el mundo, o estaban pintadas 3594 XV | hacerse abogado y estará dando lección con Cernuda. Amigo, ahora 3595 XII | dilettante de varias artes y lector sentimental, tuvo que aprovechar 3596 XVI | riendo, jugueteando, pero legítimamente, porque representaba la 3597 III | ser padre, de tener hijos legítimos; pero de medicamentos y 3598 IX | ópera nueva, muy buena, lo leí en el cartel al volver de 3599 X | claro que por referencias lejanas...~     Una tarde, después 3600 II | trabajar, este parecía ser el lema de aquella estirpe. Entre 3601 XIV | milagrosamente, a Ninon de Lenclos, de quien nunca había oído 3602 XII | música de sentimiento, lenta, suave, nada complicada, 3603 VIII | comprendo? ¡Cuántas veces leo en vuestro rostro las preocupaciones 3604 IV | han pedido el teatro desde León el famoso Mochi y la Gorgheggi.~     -¡ 3605 X | perpetuo, de excitación leporina en que vivía de día y de 3606 VIII | de la italiana, como una lepra; y de esto, la conciencia 3607 XIII | haber allí ningún crimen de lesa honestidad..., pero el peligro 3608 VI | como decía el cura, la lesión de honra no existía, o, 3609 XIII | Dramaturgia de Hamburgo, de Lessing, y que, tanto como el autor 3610 XVI | rocinante soñador de su letargo, siguió a trote su camino, 3611 XII | horizontes de la lascivia letrada, le habían dado un criterio 3612 X | el zapatero. ¿Por qué le levantas falsos testimonios? ¿Por 3613 VIII | sabes lo que te digo? Que te levantes antes que venga la chica... 3614 XII | cara morena y larga, de levantino, de ojos grandes, azules, 3615 X | más contingencias que tres leves heridas, que ella misma 3616 I | encargar los pantalones y las levitas a Madrid, exceso de dandysmo, 3617 XVI | sangre en la camisa y en el levitón, sudando, muy semejante 3618 X | su modo esbelto, de largo levitón-gabán, muy ceñido y de color manteca, 3619 XIV | abstenerse de ridículas leyendas filogénicas y ontogénicas, 3620 XI | de los Valcárcel aires de libertinaje, semilla de corrupciones 3621 XIII | macha-martillo! Aquellos libracos, que había leído con avidez 3622 XV | matemáticos; por bien que librara, los dolores tenían que 3623 XIII | caso de ser muy avanzado, librepensador y cosas por el estilo, aprovechaba 3624 I | secreto y puramente ideal la libró de todo peligro positivo; 3625 IX | según se lo presentaban librotes de imaginación muy populares, 3626 XIV | aleccionándolas para las lides con las alimañas que habían 3627 XII | sentimental canción, un lieder titulado Vergiesmeinicht, « 3628 VII | arroz de los más finos, ligas de seda, medias bordadas 3629 IV | saludar al tenor con una ligera inclinación de cabeza. Miró 3630 XIV | Más de una vez, en sus ligeras reyertas de amantes antiguos, 3631 V | de punto, de seda color lila, muy ceñido, y en calcetines, 3632 XIII | en que había salido del limbo de la vida inconsciente, 3633 XII | mayordomía a que, en suma, estaba limitado. Más era: en interés de 3634 XI | envidiosos del pueblo, espíritus limitados, estrechísimos, monótonos, 3635 VIII | el barítono -; eso sería limitar el gasto...~     -Sí, se 3636 VII | su media naranja o medio limón, como él la llamaba para 3637 VI | le había hecho sudar, se limpiaba el cogote con su pañuelo 3638 VIII | polvos de arroz que no ha limpiado bien aquella noche, caen 3639 XI | Excelente -asintió Nepomuceno, limpiándose los labios con la servilleta 3640 VII | grandes y finas, género de limpieza que había aprendido observando 3641 VII | guitarra, dejó el instrumento, limpió la mesa de Reyes y le preguntó 3642 V | una casería que entregaba limpios todos los años cuatro mil 3643 IV | molestando a toda una familia linajuda con su insistencia en vivir, 3644 XVI | claro; la Iglesia es un lince; ve largo; sabe ser madre».~      3645 XVI | sepultar bajo tanto fárrago de lino el cuerpo débil, flaco, 3646 V | llamaradas rojizas. El sol era la linterna del sereno; las dos sombras 3647 VI | bien antiguos son estos líos del papel sellado y las 3648 V | carissimo amico, duecento lire, o sean cuarenta duros en 3649 II | de una crisis de la vida lisiada de las entrañas, con el 3650 XIII | a marearla con miradas y lisonjas allí, junto al piano, durante 3651 VIII | Mochi había incluido en la lista de la cena. Fue recibido 3652 XII | sutilezas psicológicas y literarias de su amiga. ¡Qué cosas 3653 XII | cosa de moda entre los literatos de su tierra, ponía por 3654 XII | sabía, por ejemplo, que a Litz le gustaban las trufas, 3655 XIII | absurdo amor extraviado, todo liviandad, amor de los sentidos locos, 3656 II | no hubiese caído en tales liviandades a no ser por consejo de 3657 VIII | de repente da un brinco, lívido, y con el brazo en tensión, 3658 XIII | sólo con su contacto, las llagas del corazón. Sintió una 3659 X | mal está dentro, en lo que llamamos el espíritu, porque advierto 3660 XVI | de presentarte a Lobato llamándole ladrón y sin saber por qué 3661 XIV | veras, a sus amigas y amigos llamándolos verdugos, y proponiéndoles 3662 XVI | empezó a exigir que se le llamara Antonio, aun antes de bautizarle. 3663 V | sol que le cegaba con sus llamaradas rojizas. El sol era la linterna 3664 III | decirte... yo no entiendo... llamaremos al médico...~     -¡Eso 3665 VIII | dormía o no. En cuanto a llamarla, hacía tiempo que había 3666 VII | a lo menos no sabía cómo llamarlas), a todas horas, en todas 3667 XIII | que así quería ella que se llamasen en adelante, previo el arreglo 3668 XII | desaliñada, pero aún más llamativa y seductora cuantos menos 3669 XII | por su vestido carísimo y llamativo, y por venir colgada del 3670 XVI | mesilla de noche, no me llame ahora a su lado. ¡Mujer 3671 VI | memoria del difunto... X, llamémosle X, que en paz descanse. 3672 VIII | instinto de la conservación, llamémoslo así, me hará recuperar el 3673 VIII | de un orden inenarrable, llámese así, sorpresas que le enseñaron 3674 II | familia. Cuando bajaban al llano venían cada vez más montaraces, 3675 XIV | almohadas, que empapó en llanto.~     Aquella era la fuente; 3676 II | villas de las vegas y de la llanura a procurarse vida más holgada 3677 XVI | cuetos y vericuetos, lomas y llanuras, por sus formas violentas, 3678 VIII | Llegó a casa, abrió con su llavín, encendió una luz, subió 3679 VII | tiempo pasa y el golpe no llega. De otra manera también 3680 III | que la facundia de Emma, llegados estos momentos, no tenía 3681 XI | como las cortesanas que llegan a cierta edad y se hacen 3682 I | Buscando, pues, algo que le llenara la vida, encontró una flauta. 3683 XIV | noticia que yo creí que la llenaría de satisfacción y legítimo 3684 XIV | estos disparates, se le llenaron los ojos de lágrimas. ¿Si 3685 XI | crímenes, se me contagian y me llevan consigo al aquelarre tenebroso, 3686 XIII | que él se condenaría, pero llevando al infierno su pasión divina, 3687 XI | doméstica de aquellos artistas, llevándoles un poco de la saludable 3688 XII | Hablaba siempre del corazón, llevándose la mano, que era un prodigio, 3689 XV | a Körner y al tío que le llevaran consigo a ver la fábrica, 3690 XVI | Todo, todo lo verás. Llevarás lo que necesites, y procurarás 3691 XV | ofrecido volver a su lado para llevarla contratada a América. No 3692 II | solían buscar novias. Algunos llevaron su audacia, sin dejar la 3693 VI | llovido del... infierno, fue llevárselo a D. Benito el Mayor, para 3694 XII | desaparecía su voz, como si la llevasen en globo al quinto cielo, 3695 XV | peregrina. Esto de que le lleve a uno el viento de un lado 3696 VII | ama, me ama; estoy seguro; llora de placer en mis brazos, 3697 XII | por ejemplo: -¿Por qué lloras, badulaque? -Pues lloro 3698 XII | lloras, badulaque? -Pues lloro de amor... nuevo; porque 3699 VIII | se hubiese convertido en lluvia de flores, no hubiera causado 3700 X | diáfano, sin nubes, sin lluvias. Pero, sobre todo, lo que 3701 XII | dormido abrazada al gallardo Loaisa, sin pecar sino con el pensamiento. 3702 XVI | cabecilla carlista, era un lobo mestizo de zorro; hablaba 3703 II | mollera que en una tabla de logaritmos. Llegó, sí, llegó el apellido 3704 XIV | tocología, y toda clase de logías... divinas y humanas.~      3705 XV | novelas, ni psicologías lógicas y éticas, que era lo que 3706 IX | discurrió Bonifacio, pero no logró dar en el quid de que su 3707 IV | seductor del provincial de Logroño, el capitán Suero».~      3708 XVI | aquellos cuetos y vericuetos, lomas y llanuras, por sus formas 3709 XVI | hijos del estiércol, como lombrices de tierra, son parientes 3710 XVI | las dunas, cuyos amarillos lomos de arena tenían figura semejante 3711 XIII | en otras latitudes... y longitudes». Más era: en aquel instante 3712 XV | hambre futura, al hospital en lontananza. No te pido un asilo; no 3713 XIII | la cabeza las fantásticas lontananzas de opulencia, debidas a 3714 X | darse de alta, hacía la loquilla y la muchacha y se permitía 3715 III | dedos de cera. Rompía mucha loza y cristal, y buenas reprimendas 3716 II | manera, estaba más fresca y lozana que nunca. Nadie creía tal 3717 VII | parte en aquellos furores de lubricidad con aires de pasión, la 3718 XII | al varón en los extravíos lúbricos a que él la arrojase, pero 3719 VIII | está presente y, en efecto, luce un traje digno de los trópicos 3720 XIV | al mundo, su horror a las luchas de fuera y la necesidad 3721 X | descaro los palcos, donde lucían su belleza las señoras más 3722 XIII | apetitos, en aquella juventud lucida y generalmente colorada, 3723 XIV | prueba cien veces, pero sin lucimiento, por lo modesto que era 3724 XV | que el tremendo trance de Lucina llegaría por sus pasos contados, 3725 X | ordinariamente, y en vano ella luciría las mejores telas y los 3726 VI | debía. La persona que había lucrado, gracias a la asustadiza 3727 VII | ardor al vicio, al amor lucrativo; remachar los besos que 3728 XI | crepúsculo, en el cuarto no muy lujoso ni ancho que Serafina Gorgheggi 3729 XIII | dudas y volver a creer a macha-martillo! Aquellos libracos, que 3730 XIII | día estudiando solfeo y machacando teclas.~     Lo que iba 3731 XII | del amor, que nunca es machucho. En fin, que lo que faltaba 3732 VII | epiléptico.~     Cuando su cuerpo macizo y bien torneado, suave y 3733 VI | Los libros del protocolo, macizos y graves, de lomo pardo, 3734 X | Tienes una memoria como un madero. Y ahora ¿te acuerdas? ¿ 3735 XV | tú me adorabas como a la madonna. Ya que el amor no es 3736 XVI | se veía sorprendido en su madriguera y a la fuerza sacado a la 3737 X | momento.~     Era el homeópata madrugador y comenzaba muy temprano 3738 XI | tristeza peculiar de la edad madura que aún siente en los labios 3739 X | Nepomuceno, que se acostó madurando sus planes para el porvenir, 3740 XII | de Secades. El cual, ya maduro y desengañado, iba prefiriendo 3741 IV | escondido por una pared maestra, el apodo vulgar de faltriquera ( 3742 X | enfermedades era toda una magia para Bonis, y la idea del 3743 II | los señores del margen, magistrados serios también y amigos 3744 XII | que poseían una virtud magnética sobre los sentidos de Nepomuceno. 3745 IV | funciones más solemnes y magníficas. A su manera, venía a pensar 3746 X | ropa, de las damas menos majas. Por una aberración, mejor, 3747 XI | pentagrama, se elevaba suave, majestuosa y poética, la dulce luna 3748 X | Gorgheggi, al descender la tiple majestuosamente de su trono de madera pintada 3749 XVI | en brazos de Sebastián majestuoso. Llegó la comitiva al baptisterio. 3750 IX | cumplía con la Iglesia malamente, y eso por máquina. En su 3751 IX | desarreglos originados de sus malandanzas de madre frustrada, influencias 3752 X | momento su esposa estaría maldiciéndole y detestándole a él por 3753 VIII | pasar primero; además, las malditas piernas se le desplomaban, 3754 VIII | olían a polvos de arroz. «¡Malditísimo marica! -pensó -; fue él, 3755 XI | cuarto de Serafina con las maletas hechas. «La de vámonos», 3756 XV | habían sorprendido las cartas malhadadas, y llegó al gabinete de 3757 IV | reñir con la Grissi, con la Malibrán, sin necesidad de haber 3758 XV | sospechó que el viaje fuera malicioso, un espionaje. La ineptitud 3759 XV | los pies un bolsillo de malla, como los que usaba Mochi 3760 V | aturdido y todo, medio loco, no maltrató a su cónyuge; refirió los 3761 X | los otros eran, o tontos o malvados. Emma tenía la habilidad 3762 V | aquellos cuartos a semejante mamarracho. Algo sabía D. Benito, y 3763 III | justicia de reconocerle buena maña y dedos de cera. Rompía 3764 XIII | los novios efímeros por manadas. Mientras el padre bebía 3765 XIV | la fuente; allí estaba el manantial de las verdaderas ternuras... ¡ 3766 X | de teatro casero y de las mañas de su mujer. ¿Qué papel 3767 XIII | competencia con D. Nepo; cuando él manchaba el honor de su casa con 3768 IV | restos miserables, la pared manchada por las expectoraciones 3769 XII | de las entrañas de Emma manchase al que había de nacer; todo 3770 XII | a su marido le hubieran mandado un gran cordón azul o verde 3771 IV | relativamente al sexto mandamiento no más - de aquellos tiempos, 3772 XVI | piensa en el amor ausente, mandando miradas y deseos de volar 3773 II | fueron del caso, se dejaron mandas aquí y allá, que disminuyeron 3774 XVI | disimulo. Había que reír a mandíbula batiente.~     Y se reían.~      3775 I | Emma se le puso delante, le mandó encender una luz y acercarla 3776 XV | seno... Adiós, hija mía, manecita mía; adiós... adiós... Hasta 3777 XI | mujer, a su tirano, como las manecitas negras de los palacios encantados.~      3778 XV | figuraban Körner y Nepomuceno manejándolo todo, les había costado 3779 III | ser tan hábil en aquellos manejos, su marido no era afeminado 3780 XIV | santidad religiosa de los manes paternos. ¡Oh, qué claramente 3781 XIV | por lo ancha que tenía la manga para perdonar extravíos 3782 XVI | aunque contenidos, con el mango de un cuchillo sobre la 3783 I | muy tierno de corazón, maniático de la música y de las historias 3784 XI | aunque la música era la manifestación predilecta, porque le llegaba 3785 XI | admirador del arte en todas sus manifestaciones, según él se decía; y aunque 3786 XI | franqueza, y tío y sobrina manifestaron verdadera admiración contemplando 3787 XII | mismo Casino había visto maniobrar, y no quería que le quemasen 3788 IV | cabellera con movimientos de maniquí, y se fue a su casa... impregnado 3789 IX | ropa interior, perfumes y manjares. En todos los comercios 3790 XIV | era llamar a la criatura Manolín... o Jesús. ¡No que él se 3791 XIII | despreciando a los seres vulgares y manoseando los mejores bocados del 3792 XI | galán fino, pulcro, suave y mañoso que cuidaba a su mujer, 3793 XVI | al volver a Ítaca, en la mansión de Eumaios, allí estaban; 3794 XIV | el padre debía de haber mantenido entre su desencanto, su 3795 XVI | vestido de raso negro y mantilla de casco fina, estaba en 3796 XVI | ya tenía un abrigo, unas mantillas bordadas y muy limpias, 3797 IX | vestido tuyo, de percal, y un mantón tuyo y un pañuelo... vamos 3798 IV | guitarra y de periódicos manuscritos que corrían de mano en mano, 3799 IX | herméticamente cerradas, el heno, las manzanas y cidrones metidos entre 3800 XV | las paredes cuarteadas, la maquinaria podrida, las chimeneas sin 3801 IV | estético, se le ve caer en un marasmo parecido al que abruma a 3802 XV | comprar su silencio con dos maravedís!~     No había leído el 3803 IV | ser de muy lejos era una maravilla... El mundo... el resto 3804 I | música y de las historias maravillosas, buen parroquiano del gabinete 3805 XII | sordos, reconocía que era maravilloso lo que hacía con su extraño 3806 IV | madre le había dormido con maravillosos cuentos; allá arriba, en 3807 I | fuera a embestir. Solía marcar el compás con la punta de 3808 XIV | la misma noche en que se marchaba la pasión. Se iba Serafina 3809 V | terrible!, ¿qué será de mí en marchándose usted? Pero, no importa; 3810 XII | se pusiera en práctica y marchara como una seda. Faltaba dinero... 3811 XI | Pero ¡qué lástima! ¿Se marchará pronto?~     -¡Oh!, eso... 3812 XVI | había metido por los ojos. Marcharía sin despedirse de Emma, 3813 XII | la fábrica y la pasión marcharían en perfecta armonía y con 3814 XIV | como un contrato: «Que se marche ella, y vendrá él».~      3815 XI | olores de hojas de rosas marchitas, de lástima... y hasta de 3816 V | desgracia; y por fin se marchó porque le llamaba el traspunte. 3817 XII | de su cuerpo: en fin, le mareaba, le enloquecía, y el tío 3818 XIII | puntos de vista. Empezó a marearla con miradas y lisonjas allí, 3819 III | aquellos insomnios, aquellos mareos, aquellas irregularidades 3820 XVI | fondo misterioso de los mares.~     Terminada su inútil 3821 VIII | de arroz. «¡Malditísimo marica! -pensó -; fue él, el sobón 3822 XVI | Cabruñana, concejo de la marina donde los Valcárcel tenían 3823 XVI | abandonada por el agua, en las marismas; cerca estaban las dunas, 3824 XVI | de solicitud paternal y marital todos los que andaban alrededor 3825 VI | Con mil amores.~     Una maritornes sucia y muy gorda presentó 3826 XVI | la margen del Jordán de mármol, todo tomó nueva vida, más 3827 X | tiene una cabeza como un marmolillo y todo lo olvida. Vamos 3828 IV | piedad y daban una aureola de martirio a sus ídolos.~     Aquel 3829 IV | oyéndole parecía que se mascaba el polvo de un derribo y 3830 XII | delicias que al tragarse se mascaban.~     Cuando Minghetti se 3831 XIII | un adulterio del género masculino, pero adulterio, en medio 3832 VI | con... mis semejantes... masculinos, digámoslo así. A falta 3833 X | de ese pie que te enseño, mastuerzo.~     -Primoroso, hija mía.~     - 3834 IX | los grandes pícaros que mataban a su padre o a su madre 3835 XVI | semejante a un funcionario del Matadero.~     -¡Pero estuvo mucho 3836 VI | ciervo ni robezo, sino que ha matado usted una vaca mía que pastaba 3837 VI | que usted no ha sido el matador. El tiro no dio en el blanco, 3838 X | Pero, oiga usted, señor matamoros; si usted quiere que sea 3839 XVI | puertas, podía ser fatal y matar un cristiano en flor.~     - 3840 VI | Voy a volver arriba a matarle, exprofeso 12..».~     Y 3841 XIII | con ellas, bajo pena de matarse de hambre, que era el mayor 3842 VII | el símbolo de todas las matemáticas aplicadas a la hacienda, 3843 XV | terribles, insoportables..., matemáticos; por bien que librara, los 3844 XII | que aunque me le paras tú, materialmente va a ser todo cosa mía». 3845 IV | Y la voz es una voz... maternal; canta con la coquetería 3846 V | con los ojos, cariñosos, maternales, como pensaba el marido 3847 VII | de nostalgias del regazo materno.~     Cuando, al separarse, 3848 VIII | escondida entre cristales mates de un blanco rosa, alumbraba 3849 XVI | verdura, de frescas sombras y matices infinitos en la variedad 3850 VI | también... y ese fue el que mató la res, y se quedó con ella 3851 XIV | mucho tiempo. Habló mucho de matrices y de placentas, pero mucho 3852 XVI | Doña Celestina, la matrona matriculada, que había venido por consejo 3853 XII | sus extrañas expansiones matrimoniales de aquellos últimos tiempos, 3854 X | la nueva e improvisada y matutina diablura de su mujer. Qué 3855 XIV | lecho, parecían estatuas de mausoleo.~     -¡Duerme! -dijo con 3856 XIV | cómicos nos han comido un mayorazgo..., y como la fábrica va 3857 XII | digno de ellas que la simple mayordomía a que, en suma, estaba limitado. 3858 XVI | a los alguaciles y a los mayordomos. Lobato, si viajaba de noche, 3859 I | ortografía. Escribía con mayúscula las palabras a que él daba 3860 IV | las ramas de la selva que mecía la brisa...». Bueno; pero 3861 XVI | rumorosas de árboles seculares, mecidas por una brisa musical y 3862 XII | sus gajes que al arte que meciera sus sueños infantiles. Tocaba 3863 VIII | anverso y el reverso de la medalla de la belleza, digámoslo 3864 XIII | adquisición mejor para Emma. Por mediación de las andaluzas, la Valcárcel 3865 I | reconoció aptitudes algo más que medianas, una regular embocadura 3866 IV | hueco de una hornilla en una medianería agrietada, sucia y polvorienta. ¡ 3867 X | contentarse con un lujo muy mediano. Por eso rabiaba ella. En 3868 IV | encontrado encinta sin que mediara ningún sacramento. La tertulia 3869 III | comenzar por una consulta médica.~     -Me sucede esto -decía 3870 III | hacer? ¿Continuaré con tal medicamento o tendré que suspenderlo?~      3871 XII | expansivo de Minghetti, que medió en el diálogo, y al reconocimiento 3872 X | también se levantó para medirse con el tío -. Yo no he entrado 3873 XIV | también, mientras él leía o meditaba, y acurrucado junto a él 3874 VII | Serafina, quieta, cansada y meditabunda, con Serafina en el éxtasis 3875 XVI | alma. Hasta el caballo, meditabundo, inmóvil, le pareció que 3876 X | Teresas arrobadas en la meditación y el amor del pesar del 3877 IX | lo relativo. Jamás había meditado acerca de negocios de ultratumba; 3878 XII | los complicados planes de medro y vida regalada que había 3879 I | administración del periódico mejicano. Bonifacio aceptó, se volvió 3880 XIII | persuadida de que ella había mejorado mucho, y de que su otoño 3881 II | también a veces, gozando melancólicamente con aquella afectación de 3882 IX | ella lo prohibía con sus melindres, aquellas regiones que, 3883 XV | pellejos flojos, con pelusa de melocotón invernizo, se la desprendía 3884 XI | dulce instrumento aquellas melodías interiores, lánguidas, vaporosas, 3885 I | en el hermoso corazón del melómano, sencillo como una paloma.~      3886 IV | los de su tiempo con una melopea pegajosa y simpática, algo 3887 XVI | Celestina -dijo Reyes con voz melosa, humilde, apenas perceptible, 3888 XII | de Goëthe, sino mucho más meloso; y al dedicárselo, con la 3889 XV | una expresión como la de Melpómene en las portadas de la Galería 3890 XIV | sus visiones de la noche memorable del concierto, de aquel 3891 XIV | no hubiera cosa digna de mención que administrarle». Estaba 3892 X | Bonis no discutió. Peor era meneallo; podían salir los polvos 3893 XIV | a la de Fulano y a la de Mengano, que se habían descolgado 3894 XV | cuerpo entero, en ropas menores, hasta sin ropa..., se examinaba 3895 XIV | insignificancia, en el antiguo menosprecio.~     Delante de él, que 3896 VI | confesión... lo delicado del mensaje...~     El cura no sabía 3897 XVI | perjuicio de las reservas mentales necesarias, él colocaba 3898 V | afín. ¡Mil reales! Aquel mentecato se había vuelto loco.~     - 3899 XV | aventuras antiguas, pero no mentía en cuanto a la actualidad.~      3900 X | la tarde. Fuejos no había mentido.~     -Lo mismo que las 3901 X | dispuesto a disimular, a mentir como un héroe, si era preciso, 3902 XIV | negocios, del tráfico y de las mentiras del mundo; encerrarse con 3903 XV | perfumados llenos de letra menuda, cruzada como un tejido 3904 IV | románticos; los adulterios menudeaban entonces; los Tenorios, 3905 III | quijotesco, aplicado a las menudencias de la intimidad conyugal.~      3906 XII | pretexto de su servicio, Körner menudeó sus visitas a la capital, 3907 XVI | venía a pedirle cuartos un mequetrefe, aquel señorito bobo, de 3908 VIII | también tienen en poco estos mercachifles sedentarios, estas lapas, 3909 IV | asquerosa de la calle del Mercado?». Esto había gritado la 3910 XIII | sí mismas, siempre con la mercancía de su hermosura a cuestas 3911 X | sacerdocio le había parecido merecer un plan, todo un plan de 3912 XIV | dolor necesario, y hasta merecido y saludable, según pensaba 3913 VIII | me castiga cuando no lo merezco: cien veces habré olido 3914 XIV | parte, pero que en países meridionales toda precaución era poca. 3915 XII | mundo y gozar de su riqueza mermada y de cuanto estuviese en 3916 XIV | es decir, sobre el caudal mermadísimo del abogado Valcárcel, continuaban 3917 II | llegaron a su hija un tanto mermados. Parece ser que la castidad 3918 III | daba noticia somera de las mermas de la hacienda a su aturdida 3919 XV | en tal apuro, además de meros fenómenos fisiológicos, 3920 XV | fábricas, y hasta rondaba las mesas del escritorio y miraba 3921 XIV | últimos restos de forma mesocrática en el trato social y doméstico; 3922 XVI | cabecilla carlista, era un lobo mestizo de zorro; hablaba con dificultad, 3923 XVI | procurando que en su voz hubiese mesura y entereza -. ¡Por Dios, 3924 XII | fuerte a su modo, pero mesurado, suave, amigo de la conciencia 3925 XV | romanzas, pero que no se meta en la Renta del Excusado.~     - 3926 V | temblona, pero de un timbre metálico, de energía, en él completamente 3927 IX | venido a ciertos trabajos metalúrgicos.~     -Sin duda el tío quiere 3928 X | el público no se había de meter a discurrir y calcular quién 3929 V | habrá mejores, pero no se meterán por el alma mía como esa; 3930 XVI | chocho por su hijo... le metería en la cabeza que restaurase 3931 XV | Costó gran trabajo meterla en el coche. El médico del 3932 X | dulcísimos de Minghetti metérsele por los tubos de los gemelos 3933 IX | las manzanas y cidrones metidos entre la ropa, el alcanfor 3934 XIII | química industrial, que iban metiéndole en el cerebro el alemán 3935 XVI | los cielos del misterio, metiéndosele por las carnecitas que dejaban 3936 XIII | fría razón, y él quería método, orden, una ley en todo, 3937 XVI | como un Mozart, como un Meyerbeer, él, su padre, ya viejo, 3938 XII | asomos de envidia con que iba mezclada la admiración. Ahora que 3939 VIII | perfumes fuertes, pero finos, mezclado con el aroma natural de 3940 XVI | Bonis no pudo dormir; estuvo mezclando, con mil visiones de pesadilla, 3941 XII | cada vez, aunque en ella se mezclaron ya algunos señoritos del 3942 XI | adulteraciones, sin disturbios ni mezclas, era también su encanto! ¿ 3943 VII | Qué falta hacía que él se mezclase en esto? No me dice nada, 3944 IV | pueblo, de aquel pueblo mezquino donde habían nacido él y 3945 IX | los intereses inmediatos y mezquinos de la prosa ordinaria de 3946 V | sabía...~     -Non è vero, mia figlia?, con quel cuore 3947 X | cantaba hace poco, la reina Micomicona; sí, hombre, esa que a ti 3948 IV | la Merlatti había sido el microcosmos del romanticismo músico 3949 X | aunque después le supo a mieles, y añadió una corrupción 3950 VII | rama aplicado a cualquier miembro; y en cuanto al resquemillo 3951 VI | decirle cuántas son cinco. Miente como un bellaco; el tío 3952 XIV | ejemplo de belleza conservada milagrosamente, a Ninon de Lenclos, de 3953 XIV | extranaturales, pero no milagrosas, que podía haber entre la 3954 VII | devaneo de Serafina, en Milán, ya no fue espontáneo. Aceptó 3955 XI | pues bien; para pía hay millares de consonantes, pero a Menéndez 3956 V | atreva a hacerme cruces, un millón de cruces, viendo al jefe 3957 XIII | Ella también quería ser millonaria de duros, y el corazón y 3958 VII | General francés, Duque, millonario. La venganza que Mochi se 3959 XIII | contaban, como los de allí, los millones por reales, sino por pesos 3960 XV | lágrimas, como los niños mimados, y gritaba: «¡Yo no quiero! ¡ 3961 X | reinecita; toma, toma, quiérela, mímala; Minghetti de mi vida, Bonis, 3962 IV | delgada, flexible como un mimbre y lucía más que la Tiplona 3963 VII | Thiers en la traducción de Miñano. Muy a su placer se sintió 3964 XIII | el provecho que a él, a Mingo, le quedaba entre las uñas, 3965 XIII | allá en la Huerta, el pobre Minguillo, que así le llamaban los 3966 XII | vano ni de balde se era ministro de Hacienda en casa de los 3967 V | humedecieron las sienes. Un minuto después se vio sentado en 3968 XIV | non sei~ ~ ~cancellata dal mio cuor,~ ~(según él lo cantaba), 3969 X | hombre, iguales. ¡Mira, mira, míralas bien!...~     Y Emma levantaba 3970 XII | superior? Sí, y bien superior: mirándolo bien, lo había sido toda 3971 XII | yo gozo en este momento, mirándome en los ojos de este hombre 3972 XVI | Padrino y madrina sonrieron, mirándose.~     -¡Capricho de hombre! - 3973 X | no se empleó más que en mirarse los ojos a los ojos, y en 3974 XII | para que todo el pueblo lo mirase y lo admirase de lejos, 3975 XIV | locuras, cuanto antes.~     -Mire usted -decía el tío a Marta ( 3976 IV | desconocido, la profunda misantropía, o eran cosa vaga y aburrida 3977 VIII | preguntarme de dónde salen las misas. Preso por uno, preso por 3978 V | penalidades de náufragos, misioneros, conquistadores, etc., etc., 3979 XV | defendiera.~     Ante esta misiva, los primeros impulsos de 3980 V | comprender que al hablar de missure, Mochi se refería a los 3981 XIV | intermitentes veleidades místicas, que él mismo, en sus horas 3982 IX | luz le recordaba los rayos místicos de las estampas de los libros 3983 X | veneno y del elixir completa mitología milagrosa e infinitesimal; 3984 XIII | adelante, previo el arreglo del mobiliario, derribo de tabiques y otras 3985 XIII | grandes de los periódicos de modas. Hacían de un vestido siete, 3986 XIII | como juegos de feria, con moderada trampa, inocentes chascos, 3987 XIV | sensualismo racionalista y moderado, calificaba de enfermizas. 3988 XIII | simple de café, un simple moderno... ¡Ah, pero lo que no le 3989 XII | amante; pero como los maridos modernos y de la impura realidad 3990 XII | gorjeos hablados, de su modesta actitud; y la miraba con 3991 XIV | facilito cantidades a un módico interés.~     Marta oía 3992 X | presentaba las cuentas de la modista, que subían a buenos picos, 3993 XII | enriquecer el caudal de modistas, comerciantes de telas, 3994 XVI | apuntar el respetable y mofletudo Körner, que se creía en 3995 XV | encontró a Minghetti, que mojaba bizcochos en Málaga. No 3996 XV | infeliz!...». Minghetti seguía mojando bizcochos y bebiendo Málaga. 3997 III | miraba. Si era una escena molesta, irritante para Emma la 3998 III | intimidad de la alcoba. Molestaba a su esposo como quien cumple 3999 IX | apariencias, por nadie eran molestados.~     «Yo no soy beata», 4000 XIII | bailarines, tal vez contenta con molestarlos, porque aquello venía a 4001 VI | pero no importa. No se moleste usted.~     Al cura empezaba 4002 XIV | esas que son silbidos, más molestos que los gritos.~     Reyes 4003 XIII | pariente lejano, que le molía a palos y le llamaba hijo 4004 V | escritura de venta del famoso molino de Valdiniello; y usted 4005 X | guardaba en aquella caja tan mona; y, sobre todo, mucho paseo, 4006 XV | de nácar, torneadita, una monada... Y ella le cogía aquella 4007 XIII | Iglesia con carácter de monaguillo, y hasta llegó a cantar 4008 XVI | intensos, más señoriles; los monaguillos, tiesos, solemnes, daban 4009 XII | fuera nieto del ilustre Monarca; los que oían hablar de 4010 V | tan pálido estaba, y las monísimas manos cuyo contacto de poco 4011 XVI | tragicómica, aquella cara de mono asfixiándose, que era tan


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