7-aplaz | aplic-calza | calzo-conve | convi-digna | digno-esfer | esfue-guard | guari-jigot | jorda-mono | monot-pelda | pelig-rasca | rasga-segui | segun-tradu | traer-zurup
negrita = Texto principal
Capitulo gris = Texto de comentario
4012 I | dulzón, nasal podría decirse, monótono y manso del melancólico
4013 XI | limitados, estrechísimos, monótonos, inaguantables?~ Nepomuceno
4014 XVI | puerta, seguido de los dos monstruos, que continuaban explicándole
4015 VIII | voluptuosidad nueva y que juzgaba monstruosa, se entregaba a los arrebatos
4016 IV | exuberante como bien contorneada; montaba a la inglesa, tiraba la
4017 X | a Sevilla por los aires, montadas en escobas; y tuvo cierto
4018 XI | mitad diablos o brujas montados en escobas, mitad colmenas
4019 XII | corrió por uno y otro concejo montañés la noticia, verdadera, de
4020 XII | satisfechos con la vida montañesa, le apartaban de los complicados
4021 XII | Körner quiso lucirse entre montañeses rudos, y como allí no le
4022 XII | hierro, en la región más montañosa de la provincia; allá, hacia
4023 II | llano venían cada vez más montaraces, más orgullosos; su odio
4024 II | de la existencia pobre y montaraz de allá arriba, habían quitado
4025 XIII | poniéndose el mundo por montera, según la frase predilecta
4026 II | huraño y brusco de la raza montés. Aquellos cortesanos del
4027 XII | hasta las alturas en que moraban, los alemanes vivían a lo
4028 XIII | hacerse insoportable con sus moralidades y miedos al qué dirán, Emma
4029 XIV | Como se fue tu pareja, moralizas contra los demás.~ »
4030 XII | llena de grasa barnizada de morbidez y suavidad; su principal
4031 VII | ella encogía los hombros y mordía la punta de la lengua con
4032 XVI | avisperos el cerebro... Hubiera mordido, pateado y llorado de buena
4033 XI | principal, se decía Bonis mordiéndose las uñas, es, según las
4034 VIII | le salvase, un tremendo mordisco sobre la yugular, una sangría
4035 XI | que doy besos que son como mordiscos con que quiero detener al
4036 XII | al caso. Acercó su cara morena y larga, de levantino, de
4037 IV | romanticismo al pormenor, ya moribundo, se sentía bien quisto en
4038 XV | aquí, en esta aldea... me moriré aquí... Yo no doy un paso
4039 V | todo, no hubiera querido morirme sin sentir esto, suceda
4040 X | acababa de llegar de tierra de moros, vencedor como él solo,
4041 XV | llama amorosa, más o menos mortecina, a fuerza de acumular paquetes
4042 IX | antes bastante egoísta. Mortificar a los demás y divertirse
4043 IX | ajenas que a ella podían mortificarla, y que por lo pronto toleraba,
4044 VIII | porque muchas veces, por mortificarle, por castigarle, callaba,
4045 VI | confesión... in articulo mortis... La persona que devuelve
4046 XVI | dormitaban, acosados por miles de mosquitos.~ -De aquí salieron
4047 X | la vida, jamás se había mostrado aficionada al teatro, y
4048 IV | favoritas alrededor de sendos mostradores. Repartía el tiempo libre
4049 X | misterioso y de sombras movedizas. Sin que él se diese cuenta
4050 XII | permitió, para ver mejor, mover un poco un candelabro del
4051 VIII | presentes, que sin gritar ni moverse siquiera, escuchaban al
4052 VIII | respuesta, y antes que Bonis se moviese, ella, bruscamente, sin
4053 XIV | arruinado!~ Emma se movió un poco y suspiró, como
4054 X | intereses; y sin decir oxte ni moxte, sonriente, salió del comedor
4055 XII | mirado siempre a las vulgares mozas del partido, que se hacía
4056 XIII | hampa, o seducción de alguna mozuela, que además habría de pedir
4057 XIV | tampoco. Cuando tenga al muchacho junto a mí, en una cuna,
4058 | muchísima
4059 XIII | calle porque la voz se le mudaba, que era para el caso como
4060 III | buscar en él; ya no fue mudable aquel ánimo, no iba y venía
4061 XI | Mochi y su protegida habían mudado de posada, lo cual en aquel
4062 XIV | está el tío?~ -Se está mudando -contestó Marta en voz baja,
4063 XI | en aquel pueblo sólo era mudar de dolor; pero en el hotel
4064 XVI | las ocasiones solemnes de mudarlo doña Celestina. De hora
4065 X | afinidad, callaron como mudos. Entre el tío y él había
4066 XV | y se despedía haciendo muecas, diciendo adiós con una
4067 II | procurarse vida más holgada y muelle, y por todo recurso acudían
4068 XV | una carretela de buenos muelles, se encargó que fuera al
4069 I | tipo ideal de grandezas muertas, irreemplazables. Estar
4070 XV | yo. ¡Dios mío! Yo no me muevo; pariré aquí, en esta aldea...
4071 VI | bolsillo interior de su larga y mugrienta levita de alpaca, y sacó
4072 XVI | Hijo mío! ¡Emma, Emma, mujercita mía!~ Se abrió la puerta
4073 XII | singularísima de su intimidad mujeril, nerviosa, llena de novedades 15,
4074 VI | escritorios forrados de muletón verde. Los libros del protocolo,
4075 XI | sus pies, un gato, sobre mullida piel, jugaba sin ruido con
4076 XIII | de la Oliva, las niñas se multiplicaban, verdaderas buhoneras de
4077 II | numerosas de los Valcárcel, multiplicadas sin ton ni son, incapaces
4078 IX | egoísmo de convaleciente, mundano, prosaico y rastrero, se
4079 XIII | tiple, cogiendo por las muñecas a su amante, atrayéndole
4080 IV | meses y meses, y al fin el Municipio había aplicado la piqueta
4081 II | pensaban sobre todo en la munificencia actual de la heredera de
4082 XVI | si fuera la yedra de una muralla ciclópea, pinos, castaños
4083 III | la de los hechos. «Ella muriendo de un ataque al hígado y
4084 V | facultativas de que no estaba muriéndose. «Iba a ahogarse de enternecimiento;
4085 X | los palcos cercanos oyó el murmullo del comentario, y en el
4086 IV | negar que en los mismos que murmuraban y censuraban (tal vez cómplices,
4087 XIII | demás miraban desde lejos murmurando, pero deseándola. Muchos
4088 VII | las frecuentes rachas de murria, Emma no toleraba la presencia
4089 XI | retraído del cultivo de las musas; despreciaba, porque su
4090 IX | de otoñada de atractivos musculares con que no hubiera soñado
4091 XIV | idealidad, una especie de musgo azul de sus ensueños...
4092 XVI | terciopelo de verde oscuro de sus musgos y su césped, y las flores
4093 XII | de su padre en sus amores musicales; estaba por Beethoven; en
4094 VII | de la mujer que, viéndose mustia y enfermiza, recordaba al
4095 XIII | explícito, para protegerse mutuamente. Los de la fábrica, Körner
4096 IX | prurito a menudo, ya en sus mutuas relaciones, ya en lo que
4097 VII | Serafina; mas fue el secreto mutuo, si vale decirlo así, de
4098 XIV | poesía... ¡Y ahora el hijo me nace arruinado!~ Emma se
4099 XIV | padre. Y ahora los Reyes nacen ricos; vuelven al esplendor
4100 III | Del mal parto de su mujer nacían ambas. La tristeza consistía
4101 VI | quisiera, sin que persona nacida lo estorbase ni lo supiese.
4102 XIV | a su juicio, los recién nacidos venían de París; pero la
4103 XII | chisporroteaban simpatía, naciente cariño. Y Emma acabó de
4104 X | sentimental que revelan los nacientes surcos de las sienes y los
4105 XI | y al fin brotó, como si naciera de la cópula de lo blanco
4106 XIV | de aquel concierto en que nacieron gran parte de las desdichas
4107 XV | concluir pronto. En cuanto naciese el hijo». Más hubo. Reyes
4108 XVI | tiempo atrás ya, que el nacimiento de su hijo, el de Bonis,
4109 XVI | Claro, como que nació de cabeza! -gritó D. Venancio,
4110 XVI | caserías, procedentes de bienes nacionales, llegaron malas noticias
4111 VII | la independencia de las naciones». Si estos siete mil reales
4112 XIII | Vivió en Turín, en Roma, en Nápoles, Dios sabe cómo; y ello
4113 V | haber contado una aventura napolitana que le había costado cerca
4114 XII | religioso de Serafina llegaba a narrar el misterio de la Anunciación: «
4115 I | todo. El timbre dulzón, nasal podría decirse, monótono
4116 VI | interioridades... Al fin usted será, naturalmente, el administrador de los
4117 XI | los cantantes, restos del naufragio de la compañía. Se dio a
4118 V | grandes penalidades de náufragos, misioneros, conquistadores,
4119 XIV | También había cierto hedor nauseabundo.~ Se aproximó más a
4120 XVI | desear así hubiera sido una navajada, allá en sus adentros, no
4121 XI | castillo roquero, una hermosa nazarena asomada a la ojival ventana,
4122 XV | padre, y en la casa en que nazca mi hijo no pueden entrar
4123 XI | atravesando cinco hileras de neblina tenue, las líneas del pentagrama,
4124 XV | y nada más. ¡Parir! ¡Qué necedad! ¿Cómo no había previsto
4125 II | consentir en dar todos los pasos necesarios para buscar, encontrar,
4126 XVI | desastrosa especulación; necesitaban sincerarse, y pues él provocaba
4127 XI | refugio de su alma dolorida, necesitada de cariño, de caricias castas (
4128 XVI | echaba de su presencia en no necesitándole, Bonifacio se recogía a
4129 XVI | tropa de refresco cuando se necesite.~ «Bien; esto era racional».
4130 XVI | lo verás. Llevarás lo que necesites, y procurarás enterarte, ¿
4131 VIII | puesto; si dormía, ¿para qué necesitó de mí?».~ Pasaron los
4132 XVI | importaban a él las risas necias de aquella gentuza, que
4133 XII | talento de contable, era un Necker... oscurecido, ocioso; con
4134 IV | era miel sobre hojuelas y néctar sobre la miel. Y cuando
4135 XIII | indigestión intelectual de negaciones. No era creyente... ni dejaba
4136 X | testimonios? ¿Por qué has negado que le viste el pie a esa
4137 XIV | que verían.~ Seguía negando su estado, como si fuese
4138 XVI | loca, y tú, tú no me lo negarás... le diste el ejemplo...
4139 XVI | aunque remoto; otros lo negaron entre carcajadas. Antonio
4140 XIII | Nepomuceno, que a la segunda negativa de Marta, acompañada de
4141 XII | celebrado Minghetti. No se lo negó Marta, quien, confidencia
4142 VIII | industria y el comercio... No sé negociar, no sé intrigar, no sé producirme
4143 VII | no sabe lo que es bueno. Niego que haya moralista con derecho
4144 XIII | de juego de la Oliva, las niñas se multiplicaban, verdaderas
4145 XIV | conservada milagrosamente, a Ninon de Lenclos, de quien nunca
4146 XI | manchas de café y huellas de nitrato de plata, dibujaba con pluma
4147 X | hasta quedar con la boca al nivel de la boca de Bonis; con
4148 VII | indispensable para tener nivelados los presupuestos de la sociedad.
4149 XVI | vagas. Sólo sé que éramos nobles, hace mucho, y que salimos
4150 XIV | hijos, no para recordar noblezas de los abuelos, sino para
4151 XIII | cantar en tabernas y paseos nocturnos, para solaz de los compañeros
4152 XIV | aquellas pobres tablas de nogal, aquellas sábanas sin encajes (
4153 XIV | mayordomo, que había sido nombrado vicepresidente de la Academia
4154 XVI | exequatur facultativo y el nombramiento oficial de Emma.~ Satisfecho
4155 XVI | recordaba sus episodios y los nombres de sus personajes, pensó
4156 X | catástrofes»; y se acordó de la Norma, que era su mujer; y de
4157 X | adulterio en circunstancias normales, porque parecía feo y porque
4158 XVI | vientos del Norte y del Noroeste, y restos de un bosque le
4159 XVI | abierto a los vientos del Norte y del Noroeste, y restos
4160 | nosotras
4161 XIV | hurtadillas, y los más perspicaces notaban en él un aire que Körner,
4162 V | adelantarle parte del sueldo a la notabilidad que venía a sustituirle...
4163 XII | profesores estas y otras notabilidades, la orquesta sonaba como
4164 VI | tiene. Tardó en contestarme; noté eso, que tardaba en hablar.
4165 XIII | y de valentía. Enseguida noto que en Emma este elemento
4166 VII | y su existencia era tan novelesca como la primera. Y buenos
4167 XII | romanticismo gótico de sus poetas y novelistas alemanes, y después, todo
4168 IX | no era aficionada a las novenas; pero todo ello estaba en
4169 II | húmedos, donde solían buscar novias. Algunos llevaron su audacia,
4170 IV | respetable de cincuenta noviembres, tal vez había amado y se
4171 I | niña escapar de casa con su novio. En vano Bonifacio, que
4172 XI | espíritus infernales vestidos de nubarrones, con el mismísimo demonio
4173 VIII | allá en los adentros más nublados del turbado Bonis, que entre
4174 XI | porque querían servir de núcleo a una nueva Compañía, para
4175 IV | llegar a la casa número nueve el habilitado del clero
4176 X | principal.- Palco principal, núm. 7. Esto es que vamos al
4177 II | vericuetos, a las proles numerosas de los Valcárcel, multiplicadas
4178 V | he oído nunca - y va de nuncas - una voz así; las habrá
4179 XVI | Quién sabe! Tal vez se nutra con leche de su propia raza,
4180 XV | un movimiento que pareció obedecer al impulso de un mismo mandato
4181 VII | finge por interés y por obedecerme».~ Lo cierto era que
4182 XVI | Cada cual tiene los suyos -objetó Nepo.~ -Ciertamente;
4183 VIII | formidables a los más inocentes objetos. Bonis se acercó al lecho
4184 III | que no era tarde, tenía la obligación de correr a la alcoba de
4185 II | completo olvido ciertas obligaciones de la sangre; y como se
4186 XIII | los desaires que se veía obligada a dar; a saber: que era
4187 I | era mostrarse inmaculada y obligar a tener fe en su inocencia
4188 XVI | embargo, las circunstancias le obligaron a anticipar en este respecto
4189 II | que, muy a su pesar, le obligó el miedo al escándalo, que
4190 VI | crimen, el instinto del bien obrar, en suma, le impedirían
4191 X | otro tanto. Además, que «obras son amores». Tal vez la
4192 VII | de los caros, es ridículo obsequiar a una artista de tales pretensiones.
4193 II | objeto de tal culto todos los obsequios compatibles con el natural
4194 IV | le había ayudado no poco. Observaba compadeciendo, y compadecía
4195 IX | desorientar al más experto observador quedándose fría, tranquila,
4196 V | Gorgheggi, si hubiera sido más observadora, hubiera podido aprender
4197 VII | limpieza que había aprendido observando a la Gorgheggi en su tocador,
4198 XII | a sus insignias. Cuando observó la Valcárcel que las damas
4199 XI | concierto, venciendo los obstáculos que pudieran surgir. ¿Qué
4200 XVI | le rodeaban por Oriente y Occidente. Las viviendas, escasas
4201 XIV | Valcárcel truena... y el último ochavo lo gastan alegremente entre
4202 XI | saliendo de casa, empleara sus ocios en cultivar la amistad de
4203 IX | no había para qué indagar ociosamente: allí, entre los papeles
4204 XIII | mal oliente como era el ocle (las algas), que hasta a
4205 XII | elegante habilidad por aquellas octavas adelante.~ Bonis había
4206 II | interno, y hasta de escribir octavillas en el seno del hogar, y
4207 X | el Sr. Aguado la ciencia oculta, al favorito de su mujer,
4208 XVI | pared de una huerta, le ocultaban a la vista de los chiquillos
4209 XIV | Bonis: que su padre, aunque ocultándolo, dejaba ver a su pesar que
4210 XII | arrojase, pero siempre le ocultaría otra clase de corrupciones
4211 XIII | probabilidades; mas no he de ocultarte, amada sobrina, que nuestro
4212 I | dependiesen de ella por oculto resorte, cobraban ánimo,
4213 VII | origen y causa permanente de ocultos rencores, de humillaciones
4214 X | tiene familia, casi nunca lo ocupa. Conque, hala, tío, a ponerse
4215 XI | ancho que Serafina Gorgheggi ocupaba en la fonda dependiente
4216 I | encontrase él demasiado libre de ocupaciones, porque el tío mayordomo
4217 XIII | Körner, estaba demasiado ocupada para pensar en el tiempo. ¡
4218 XV | invencible, que le tuvo ocupado el ánimo todo el tiempo
4219 XIV | hallar solo tu corazón para ocuparlo entero. Se fue la pasión
4220 X | Ministerio, a ellos no se les ocurriría preguntarle por qué tanto
4221 XI | era una concubina, una odalisca loca; y, lo que era peor
4222 VII | figura de Nepomuceno, del odiado y odioso Nepomuceno, había
4223 IX | sus enfados y rabietas, odios y venganzas; prefería incomodarse
4224 VII | Nepomuceno, del odiado y odioso Nepomuceno, había ido creciendo
4225 X | Ni en idea se atrevía a ofender a Emma, por temor de que
4226 V | usted que, sin ánimo de ofenderle, me atreva a hacerme cruces,
4227 VIII | sido por olvido... o por no ofendernos. Claro -dijo el barítono -;
4228 VII | con palabras crueles le ofendía; no la oía siquiera; cumplía
4229 VIII | en rigor, en rigor, no le ofendían mucho; más quería un cachete,
4230 IV | habían amado, aunque sin ofensa mayor de Cascos; y en opinión
4231 XII | de la demanda la honesta oferta de los encantos, cada vez
4232 XVI | facultativo y el nombramiento oficial de Emma.~ Satisfecho
4233 XV | esquivo. Lo que no hizo fue oficiar de amante, ni Serafina mostró
4234 XIV | qué horrible tormento me ofrece! ¡Arruinado mi hijo! ¡Y
4235 IX | todo bicho viviente, podían ofrecerle, como adecuado objeto, las
4236 XI | tenía un cuarto, no podía ofrecerles medios materiales para continuar
4237 XVI | el tener un hijo... Ofrecí el sacrificio de mis pasiones
4238 XVI | adelantó un paso hacia Bonis, ofreciendo a la consideración de los
4239 XV | el alma. Algunas veces te oí decir que nosotros, los
4240 X | de puntillas, que puede oírle Eufemia, que ahora duerme
4241 XIV | siguieron hablando ya no pudo oírlo Bonis.~ Se quedó atrás;
4242 VI | me miró con aquellos ojazos que usted sabe que tiene.
4243 IV | del habilitado con aquella ojeada retrospectiva al año cuarenta. ¡
4244 XVI | para observar si tenía ojeras y la lengua sucia, y había
4245 XI | hermosa nazarena asomada a la ojival ventana, una escala de seda,
4246 XII | Marta le iba a entrar por el ojo derecho, y a conquistar
4247 VII | importa ser aquí esclavo y oler a botica que apesto, si
4248 VIII | oliese a colonia, ¡a qué olería!» pensó. Pero olvidó enseguida
4249 VII | jurisdicción ordinaria. «Habrá que olerle cuando venga de fuera, de
4250 VII | pecho y espalda. Después le olfateaba. Le daba el corazón que
4251 XII | y Emma quería adivinar olfateando, tocando, viendo, oyendo
4252 XV | irse a baños, había sido olfatear un poco en los negocios
4253 VIII | oprimió sin ira. Emma entonces olfateó muy de cerca sobre el cuello
4254 VIII | que le había mojado, le olían a polvos de arroz. «¡Malditísimo
4255 VIII | merezco: cien veces habré olido a polvos de arroz, y nada...
4256 VII | Llegó Bonis al ensayo oliendo a agua de colonia, risueño
4257 XIII | cosa tan repugnante y mal oliente como era el ocle (las algas),
4258 VII | entre las medicinas y mal olientes intimidades de la esposa
4259 VIII | doméstica.~ «Si yo no oliese a colonia, ¡a qué olería!»
4260 X | encima, ahora languidecían, olvidaban a sus adoradores de las
4261 X | que su doña Emma estaba olvidada, se abstuvo de inquirir
4262 XIV | absortos en su conversación, olvidados de los que venían detrás,
4263 XIV | bajar la voz lo suficiente, olvidándose del sueño de su esposa,
4264 VIII | lo que vales, nunca lo olvidará este pobre artista desconocido
4265 XVI | había dominado hasta hacerle olvidarse de todos aquellos miserables
4266 X | sí, que la quieres, que olvidas a la de Francia y que te
4267 XII | Vergiesmeinicht, «no me olvides», que no era el de Goëthe,
4268 X | lances tales, hizo caso omiso de la variedad de fenómenos
4269 VIII | serían artísticas; pero omitiéralas o no, las bofetadas eran
4270 VIII | Bueno; sanctorum omnium. Señores, yo no puedo...
4271 I | mucha expresión, con suaves ondulaciones de todo el cuerpo, tomando
4272 XIV | ridículas leyendas filogénicas y ontogénicas, como hubiera dicho ella
4273 IV | infiernos; aquella vida opaca, subterránea del Erebo,
4274 IV | decía con rodeos, con frases opacas; y al hablar de amores de
4275 XV | calor, había, aunque pocos, operarios... ¿Dónde estaba la ruina?
4276 IV | subterránea del Erebo, donde opinaba él que tanto debían de aburrirse
4277 XIV | Bajando por la escalera, unas opinaban que el furor de la Valcárcel
4278 XVI | explicaban y al pretender opinar algo por cuenta propia;
4279 VI | costumbre... y como la ley no se opone...~ -Pero, señor cura,
4280 XIII | entusiasmaba. Bonis nada podía oponer, porque las lecciones se
4281 XVI | que eran del caso. No se oponía él a nada, todo estaba bien.
4282 IX | leyes físico-matemáticas se oponían a que el algodón en rama
4283 XIV | argumentos con que todavía seguía oponiéndose a la sentencia facultativa.
4284 V | colocarse el buen flautista muy oportunamente, pero como al descuido,
4285 IX | conyugales... ¡Qué risa! ¡Qué oportunidad para ponerle en un apuro!
4286 XI | Confesó todo lo que creyó oportuno confesar. Se le agradeció
4287 XV | ver un fingimiento en esta oposición terca de la Valcárcel a
4288 VII | por el peso, peso que le oprimía dulcemente el pecho. Daba
4289 XV | mismo sagrado bulto que oprimían los dedos de ella. Se lo
4290 X | era no ahogarse, no estar oprimida por techos y paredes, etc.,
4291 XIII | miseria!, ¡oh vergonzoso oprobio!, serían, como siempre,
4292 IX | no hubiera soñado el más optimista. ¿Cómo era aquello? Bonis
4293 II | expansiones de la carne flaca, optó por lo último, organizando
4294 XI | fijos, combatido por dos opuestas corrientes: un instinto
4295 XV | relaciones por escrito, se había opuesto en absoluto a que la cómica
4296 XIII | fantásticas lontananzas de opulencia, debidas a la química industrial,
4297 XVI | lejos, comenzó a tocar la oración de la tarde.~ Bonis,
4298 VIII | Serafina, orgullosa de aquella oratoria inesperada y de la discreción
4299 I | místico, lo más alto de su órbita; pero no por esto miraban
4300 II | verdad, el Abraham - Pater Orchamus - irresponsable de un gran
4301 XII | mí de un hogar tranquilo, ordenado, que yo no tengo, de una
4302 VI | después de los saludos de ordenanza, pues en tal materia no
4303 VI | cálculo superior a sus fuerzas ordinarias.~ D. Benito le dejaba
4304 XII | era casarse con un hombre ordinario muy rico, y proteger con
4305 III | temporadas en que, después de los ordinarios servicios de la alcoba,
4306 XIII | repetidos, la triste vida de la orfandad; y cuando al fin el autor
4307 XI | refirió a su modo la fábula de Orfeo, que a Emma la cogía de
4308 XII | le tenía a él la química orgánica en revolución, y le convertía
4309 X | influencia de lo moral sobre lo orgánico, y tenía una sonrisa singular,
4310 XII | acción del tiempo sobre los organismos, y atendía directamente
4311 II | enemigos de las sociedades bien organizadas, y él, visto que no le era
4312 II | flaca, optó por lo último, organizando con sabia distribución y
4313 XII | inventado los hombres para organizar lo que ellos llamaban la
4314 VIII | recientes vapores de la orgía le prestaban un fuego que
4315 VIII | y muy a propósito para orgías, como decían ellos.~
4316 VII | aromas, que no sé si serán orientales, pero que enloquecen?».~
4317 XVI | un bosque le rodeaban por Oriente y Occidente. Las viviendas,
4318 IX | derretido entre desarreglos originados de sus malandanzas de madre
4319 X | arriesgadas y que creía muy originales. También era él espiritualista, ¡
4320 VII | gran artista y un timbre originalísimo, seductor... no teníamos
4321 XVI | y fortuna con que dejaba orillado este negocio, Bonis se detuvo,
4322 XVI | reconocerle en el lugar de que era oriundo. Y como había leído muchas
4323 V | atrevimiento, qué castidad en la osadía! ¡Qué inocente descaro,
4324 IX | que llevaban a cabo tales osadías.~ De su tío Nepomuceno
4325 XV | Lo único que había osado Bonis antes de irse a baños,
4326 XVI | parecían cantar también al oscilar con ritmo; brillaban más
4327 XII | gabinete, porque los ojos se le oscurecían, llenos de lágrimas, y no
4328 XII | desabrida región del espíritu; oscurecidas, arrinconadas, avergonzadas;
4329 XIII | maniobras no muy decentes, y osó referirlas, no por amor
4330 XV | primeros meses había sido poco ostensible el embarazo, al acercarse
4331 XV | que fuera dignamente. Y ostentaba al fin, sin trabas, con
4332 X | que tenía el privilegio de ostentar sobre su cuerpo los resplandores
4333 XVI | las dos aldeanas de ubres ostentosas, se desternillaban de risa.~
4334 IV | los encantos, cada vez más ostentosos, de la ex tiple. Y ¡quién
4335 VIII | sedentarios, estas lapas, estas ostras de provincia, me comprendéis,
4336 VIII | esposa podía muy bien ser una Otela, que genio para ello no
4337 VIII | ópera de Rossini; sí, él era Otello y su mujer Desdémona...
4338 IX | florecimientos, una especie de otoñada de atractivos musculares
4339 XII | Valcárcel, muerta de risa, otorgó gustosa. Ella también quiso
4340 V | acababan de recibir sendas ovaciones en las tablas... y ella,
4341 I | estatura regular, rostro ovalado pálido, de hermosa cabellera
4342 XI | jugaba sin ruido con el ovillo de lana fuerte, tupida,
4343 X | sus intereses; y sin decir oxte ni moxte, sonriente, salió
4344 IV | de ruina y de cementerio; oyéndole parecía que se mascaba el
4345 XV | también.~ Un día el tío, oyéndoles insistir en comentar la
4346 XVI | hondo, le exigieron que oyera la historia completa de
4347 XIV | sobre su cabeza; después se oyeron muchos pasos precipitados
4348 VIII | Benito (a un camarero), ya lo oyes, todo esto es cuenta mía. (
4349 XII | invisible, que sonríe con el pabellón de los cielos, con el rozarse
4350 XI | ciego le decía: ¡Guarda, Pablo! ¡No te fíes, no cantes,
4351 XIV | reyertas de amantes antiguos, pacíficos y fieles, pero cansados,
4352 XVI | Los amigos rodeaban a los padrinos; viejas, pobres y chiquillos
4353 XII | soñado con ser un segundo Paganini, que había pasado noches
4354 VI | robarme tiempo, eh? Pues me lo pagará usted en dinero, porque
4355 XI | idea!, el barítono... y le pagaremos bien; será una obra de caridad.
4356 IX | pues es claro que tenía que pagarlas.~ Las cuentas ya habían
4357 XII | esto, es claro que había de pagarlo, es claro, fuese verdad
4358 VI | mi ejemplo, en mi caso, pagarme la vaca por medio de una
4359 III | ni de sus cuidados ni de pagárselos con chillerías y malos modos. ¿
4360 XVI | con cariño y respeto la página de este libro de la parroquia
4361 V | incienso con que el tenor le pagó, por lo pronto, su generosidad
4362 XVI | había ofrecido pagar, y no pagué... porque no contestaste...,
4363 XII | bien conocía él que sus paisanos, sin poner un momento en
4364 XII | quiere decirse, aquella pájara tan señorona, que parecía
4365 VII | sonrisas y saludos con voz de pájaro; para todos tenía inocentes
4366 XIII | haciéndoles un favor y matando dos pájaros de un tiro. Como ella venía
4367 IV | representar El Trovador y El Paje, Zoraida y otros dramas
4368 II | sus labios con semejante palabrota, prefirió decir «los sustentáculos
4369 XI | manecitas negras de los palacios encantados.~ Conocía
4370 IV | había amado en secreto o paladinamente, y el mismo Bonifacio, muy
4371 IX | sentía la muerte por las paletadas de cal, y por la tierra
4372 III | suspenderlo?~ Bonifacio palidecía, la saliva se le convertía
4373 VI | pasa a usted? Está usted palidísimo, le va a dar algo, ¿será
4374 IX | verse renacer en aquellos pálidos verdores, que era ella una
4375 VIII | habían producido una... palingenesia... algo así como una vegetación
4376 XVI | De pronto se dio una palmada en la frente. Los recuerdos
4377 XV | mañana otra, regalitos, palmadas en el hombro, recomendaciones
4378 VI | de hombres solos, dio una palmadita en el vientre a Reyes; y
4379 X | estaban vistiendo para ir al palo, y se le antojaba hopa,
4380 I | melómano, sencillo como una paloma.~ Por no molestar a
4381 XIII | pariente lejano, que le molía a palos y le llamaba hijo de tal
4382 VII | veía, la oía, la olía, la palpaba en todas partes, hasta en
4383 XVI | Bonis tuvo que oír, y ver y palpar. Se le pusieron delante
4384 VII | cucurucho.~ Después que palpó su tesoro, empezó a sentirlo
4385 XIII | hijas como dos acuarelas de pandereta; el padre era unas castañuelas
4386 XVI | aquellas señoritas como panderetas, todo era una guasa, asunto
4387 II | quisieran hacer de él un pandero.~ Los Valcárcel, oriundos
4388 II | pies de un hórreo o de una panera, que en el país se llaman
4389 XIV | acuerdo, porque allí todo eran panes prestados, de que Minghetti
4390 XIV | Emma, con verdadero pánico, se agarraba, como un náufrago
4391 XVI | laderas y en las planicies pantanosas, cauces de antiguos ríos,
4392 VIII | sancto, había caído en el panteísmo alalo a que le llevaban
4393 VIII | fuese, ello era que aquel panteísta de la hora de los brindis
4394 VII | guitarrista dejó a Luis XVI en el panteón, y saltó a la jota aragonesa.~
4395 X | y enseñando parte de la pantorrilla, gritó como si hablara a
4396 III | chocolate claro y su doble papada afeitada con esmero cancilleresco;
4397 X | compró esta mañana. Pero este papanatas sí las ha visto, y por eso
4398 XIV | servidumbre, porque estaba allí papando moscas. Le arrojó de la
4399 X | los ojos de su marido un papelito amarillo, que decía: Teatro
4400 XV | párrafos en La Oliva con el Papiniano de la quintana, con Cernuda
4401 VI | cura se sonrió y entregó el paquete sin extrañar aquel movimiento
4402 XV | mortecina, a fuerza de acumular paquetes de pleguezuelos perfumados
4403 IX | amiga de discernir, no se paraba a separar lo racional de
4404 I | no procuró averiguar su paradero, ni aunque hubiese venido
4405 VI | aunque yo no sé si estos son parafernales o no... porque no entiendo...
4406 IX | inagotable que estaba en algún paraje misterioso, que no había
4407 XIV | eran para Bonis como almas paralíticas, que oían, sentían, entendían...,
4408 XIII | a hijos, y quedaba Josué parando el sol..., en vez de parar
4409 VIII | en el fuero interno, sin pararse a examinar la exactitud
4410 XII | supuesto, que aunque me le paras tú, materialmente va a ser
4411 IX | doncella, era confidente parcial de sus engaños: como una
4412 VI | macizos y graves, de lomo pardo, estaban allí, con la solemnidad
4413 I | ilustre abuelo. -Sí, os parecéis algo -dijo ella -; pero
4414 XIII | divertirse y a arruinarnos; todos parecemos cómicos y aventureros, herejes
4415 IX | retiro voluntario, llegaron a parecerla insuficientes, no saciaban
4416 VI | realidad podría llegar a parecérsele. Y aquel señor cura se le
4417 XIV | fondo de su propio carácter. Parecíale que a fuerza de haber mirado
4418 XVI | lo cambiaba. Según se iba pareciendo más a cualquier recién nacido,
4419 X | estos y otros signos le parecieron a Bonis atractivos románticos
4420 XII | toda prosperidad, en cuanto pareciese el capital que era necesario
4421 XIV | decía la malicia, entre paréntesis, por lo bajo) podía ir tirando,
4422 XIV | nada de disgustarla... En pariendo... y en criando... si criaba
4423 XIV | verdugos, y proponiéndoles que pariesen por ella y que verían.~
4424 XV | No, hija mía, no. Parirás sin dolor, y tendrás un
4425 XV | Dios mío! Yo no me muevo; pariré aquí, en esta aldea... me
4426 XV | Aun en castellano había parrafillos que no comprendían los corresponsales
4427 XV | Bonifacio echar grandes párrafos en La Oliva con el Papiniano
4428 XVI | Bonifacio.~ El delegado del párroco empezó sus latines, que
4429 XVI | baptisterio de la iglesia parroquial estaba cubierto de colgaduras
4430 I | historias maravillosas, buen parroquiano del gabinete de lectura
4431 VIII | cuenta propia: «¡Mal rayo me parta! ¡Maldita sea mi suerte!».~ -
4432 XII | prurito de originalidad, participaba de tantas y tantas preocupaciones,
4433 X | tiempos de salud en casa participase del general escepticismo
4434 IV | cambio, si los antiguos partidarios del clair de lune de la
4435 XII | comercio, llenos de cálculos y partidas imaginarias, de una especie
4436 V | de la Gorgheggi, que era partiquina, tuvo que presentarse también
4437 X | cuento, mal presididos por un partiquino, que sólo se distinguía
4438 I | prestadas las polkas y las partituras enteras de ópera italiana
4439 XV | los lejanos que lanzaba la parturienta.
4440 XIV | se la comparaba con damas parturientas de sesenta años, y que se
4441 XV | con cierto extravío, de la parturiente, no expresaban ternura de
4442 XV | pero era; allí estaba el parvenu, como le llamaba ella en
4443 IV | ejemplo, sería un flauta pasable, pero ¡por cuanto hay no
4444 IX | aumentaba con la idea de la mala pasada que les estaba jugando a
4445 X | femenina, como sumisión pasajera de la hembra al macho, además
4446 I | azotando el suelo, y en los pasajes de mucha expresión, con
4447 XV | subir sola, agarrada al pasamanos, y sujetando el vientre,
4448 X | ni describir los que no pasamos por ellas: «Esto es lo que
4449 XI | tiempo que corre, que corre, pasándome por la boca... Sí, sí, Serafina;
4450 XI | extraña! ¡Qué cosas pueden pasarle por el alma a un pobre diablo! -
4451 XI | el pueblo y no deben de pasarlo bien. Perfectamente; muy
4452 XIV | escaparía».~ Entró, pasillo adelante; todo era confusión
4453 XVI | alumbramiento, demasiado pasivo, desairado». Bonis tenía
4454 VII | de aquella cara, quedose pasmada ante semejante alarde de
4455 VIII | hombre con interés, serios, pasmados de oír a un infeliz, a un
4456 XII | audacia y una gentileza que pasmaron a Bonis, oprimió con fuerza
4457 XI | incrustaciones de no sabía él qué pasta, que imitaban una escena
4458 VI | matado usted una vaca mía que pastaba tranquilamente en el prado. ¿
4459 V | pastosa... yo no entiendo de pastas de voces; pero eso de lo
4460 XIV | cabeza, y seguía comiendo pasteles. Los comensales le miraban
4461 IV | misterio y después venían a ser pasto de una murmuración misteriosa
4462 XVI | ladrones son todos estos pastores!... En otra situación, sin
4463 V | esa; otros dicen que es pastosa... yo no entiendo de pastas
4464 V | de voces; pero eso de lo pastoso debe de ser lo que yo llamo
4465 XI | tenían cuerpos de abejas, con patas, rabos y uñas de furias
4466 XVI | cerebro... Hubiera mordido, pateado y llorado de buena gana.
4467 XII | peligro, que vio al fin patente, de convertirse en un oso
4468 II | la verdad, el Abraham - Pater Orchamus - irresponsable
4469 XVI | los primeros dolores de la paternidad, que van formando, por aglomerados
4470 XIV | santidad religiosa de los manes paternos. ¡Oh, qué claramente lo
4471 VI | gracia.~ Y dando un patético suspiro, se frotó las manos;
4472 IX | cuentas que le dejarían patidifuso al buen D. Nepo, pues es
4473 III | en los oscuros fenómenos patológicos de que ella le hablaba,
4474 XII | nada complicada, de un patos muy tolerable y sugestivo. «¡
4475 XIV | una lástima infinita del patriarca San José! Pero la verdad, ¡
4476 XII | había leído que los antiguos patriarcas tenían varias mujeres, Abraham,
4477 XII | hizo en su ánimo la idea patriótica de contribuir al renacimiento
4478 XVI | en ella la antigua manía patronímica y gentilicia. Tío, tío! ¡
4479 XVI | Por Dios, tío! -dijo pausadamente y procurando que en su voz
4480 XVI | envenenada, esperó las palabras pausadas de la mujer que le había
4481 XIII | Aquellos gorgoritos de pavo alborotado se los hacía
4482 XIII | juglar de Dios; parecía el payaso de la gloria: lleno del
4483 XIV | Pero, ¿qué ha sido?~ -¡Pchs! Silencio.~ -Pero (más
4484 XV | en el confesonario por un pecador arrepentido?».~ Bonis,
4485 II | confesiones por parte de algunas pecadoras, le consintieron, a la hora
4486 XV | todos sus vicios, todos sus pecados. «La estricta moralidad,
4487 XII | en grande. La curiosidad pecaminosa con que ella había mirado
4488 VIII | infalibilidad del instinto pecaminoso; todo esto era una copia
4489 XII | al gallardo Loaisa, sin pecar sino con el pensamiento.
4490 X | los tirantes de seda y la pechera de la camisa blanca y tersa,
4491 XI | conocer la juventud; tristeza peculiar de la edad madura que aún
4492 XVI | los jueces de paz y a los pedáneos su influencia personal.
4493 XIV | médico de las damas ser tan pedantescamente redicho.~ De todas suertes,
4494 XVI | pasiones bajas, vulgares, pedestres, le quitaban el gusto a
4495 V | su necesidad. «¿Por qué pedí mil reales en vez de ochocientos?».
4496 XIII | porque Marta y su padre se lo pedían; la Gorgheggi y Mochi trabajaban
4497 V | él, Bonifacio Reyes, no pediría ni un cuarto más al tío
4498 VII | nada de dinero, ni para pedirlo, ni para pagar lo que debía. «
4499 V | Mochi, ni Reyes se atrevió a pedírselos; mas todas las noches, pasados
4500 XVI | atravesar un bosque, tal pedrada, que llegó a su casa sin
4501 XVI | caseros, que solían recibir a pedradas y a tiros a los comisionados
4502 XIII | montón de plumas, que se le pegaban al cuerpo; y de esta facha
4503 XII | novedades 15, picantes y pegajosas, para la pobre Emma, cuya
4504 III | le convertía en cola de pegar... ¿Qué sabía él? Compadecía
4505 X | Júrame que no me la pegas!~ -Te lo juro, Mina
4506 X | Bonis me pegase como yo le pego a él, se la pegaba». Esto
4507 II | que en el país se llaman pegollos, antes de manchar sus labios
4508 X | arroz; el peinado de mano de peinadora, cosa en ella nueva por
4509 IX | improvisaba una verrina a grito pelado sobre motivos de un caldo
4510 V | de la infancia de aquel pelagatos podía ser paga segura? Esto
4511 XIV | bajando de dos en dos los peldaños, venían dos bultos: el primo
|