Libro, Capítulo

 1   II,       X| frescor. Puestas, pues, en una balanza estas dos propiedades de
 2    V,     XXV|        hacia fuera, y en él la balanza va saliendo, de manera,
 3    V,     XXV|       los Xamabúxis. Y como la balanza en que está asentado el
 4    V,     XXV|        que dicen, baja la otra balanza un poco, hasta que, finalmente,
 5    V,     XXV|    todos sus pecados, queda la balanza vacía igual con la otra
 6    V,     XXV|        penitente. Y llegada la balanza al fin con la otra, vuelven
 7    V,     XXV|        de los peregrinos en la balanza, hasta que pasan todos.
 8    V,     XXV|   siete veces, y entrado en la balanza otras tantas, donde públicamente
 9    V,     XXV|    como pasó, o lo encubre, la balanza vacía no baja, y si después
10    V,     XXV|       échanlo los goquís de la balanza abajo, donde al momento
11    V,     XXV|        ojo, de caer de aquella balanza y ser despeñado de allí
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