Libro, Capítulo

 1  III,   XVIII|        la diligencia de algunos gobernadores, pero harto menos de las
 2   IV,      XI|        así los ídolos, como los gobernadores, se teñían el rostro de
 3    V,      IV|      creyeron que eran dioses y gobernadores del mundo. Mas si enamorados
 4    V,     XVI|    apunta el filósofo225 de sus gobernadores. Y aun en la Escritura226
 5    6,       V|        oficios de mandarines, y gobernadores, y jueces, y capitanes;
 6    6,     XII|    agraviado. Ponía el Inga sus gobernadores por diversas provincias,
 7    6,    XIII|        las sementeras. ~ ~Estos gobernadores salían cada año del Cuzco,
 8    6,    XVII|     llevaban sus mandatos a los gobernadores, y traían avisos de ellos
 9    6,   XVIII|        el Inga de su mano a sus gobernadores o capitanes; y los gobernadores
10    6,   XVIII| gobernadores o capitanes; y los gobernadores y caciques en sus pueblos