IntraText Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText | Búsqueda |
Alfabética [« »] ciegas 1 ciego 3 ciegos 6 cielo 156 cielos 12 cien 35 ciénagas 2 | Frecuencia [« »] 163 grandes 163 qué 162 muchos 156 cielo 156 tenían 152 algunos 151 decir | José de Acosta Historia natural y moral de las Indias Concordancias cielo |
Libro, Capítulo
1 Prom | se trata, lo que toca al Cielo, temperamento y habitación 2 1, I| autores tuvieron, que el cielo no se extendía al nuevo 3 1, I| también negase haber acá este cielo que vemos. Porque aunque 4 1, I| filósofos sintieron, que el cielo era todo redondo, como en 5 1, I| edificio del mundo, todo el cielo estará a una parte encima, 6 1, I| los que afirman, que es el cielo todo redondo, y parécele 7 1, I| entender otra cosa, llamando al cielo tabernáculo y tienda, o 8 1, I| adelante en decir, que no es el cielo el que se mueve y anda, 9 1, I| las que se mueven en el cielo, en la manera que los pájaros 10 1, I| se revuelven con el mismo cielo, como los rayos con su rueda.~ ~ 11 1, I| y académicos que dan al cielo figura redonda, y ponen 12 1, I| consideración lo alto del cielo; y de la otra parte del 13 1, I| movimiento circular del cielo, es contraria y repugnante 14 1, I| sin determinarse en si el cielo rodea la tierra de todas 15 1, I| él, 8 que pensemos que el cielo, como una bola, encierre 16 1, I| es así, sino que cubre el cielo a la tierra por una parte 17 1, I| conjeturas, para afirmar que el cielo es de figura redonda. Y 18 1, II| Capítulo II~ ~Que el cielo es redondo por todas partes, 19 1, II| sintieron, 12 cuanto a ser el cielo todo de figura redonda, 20 1, II| Porque para saber que el cielo es todo redondo, y que ciñe 21 1, II| aquella parte y región del cielo, que da vuelta a la tierra, 22 1, II| ambos a dos polos, en que el cielo se revuelve como en sus 23 1, II| Así que, sin duda, es el cielo de redonda y perfecta figura, 24 1, II| más perfecto (cual es el cielo) se le debe la más perfecta 25 1, II| como testigo fiel en el cielo; pues entonces solamente 26 1, II| conceder el que dice que el cielo no es redondo, sino que, 27 1, II| mueven ellas, estándose el cielo mismo quedo y sin moverse, 28 1, II| partes y regiones enteras del cielo; no hablo sólo de las partes 29 1, II| oscuras y negras que hay en el cielo. Porque realmente vemos 30 1, II| haber echado de ver en el cielo cuando estaba en Europa, 31 1, II| género de manchas en el cielo. Yo cierto no alcanzo hasta 32 1, II| resulta de ser partes del cielo más densas y ópacas, y que 33 1, II| las dichas manchas en el cielo, y que, sin discrepar, se 34 1, III| medio del mundo y hacer el cielo todo redondo, mas en la 35 1, III| corporal es rodeado del cielo y como abarcado de su redondez; 36 1, III| dejase de estar rodeada del cielo. Y así lo entiende San Jerónimo, 20 37 1, III| con el Eclesiastés, que el cielo es redondo y que se mueve 38 1, III| que los más sienten del cielo que es redondo, no sólo 39 1, III| Aristóteles atribuye al cielo, no está bien San Ambrosio. 22~ ~ 40 1, III| Escritura25 nombrar columnas del cielo y de la tierra, no cierto 41 1, IV| Escritura contra la redondez del cielo~ ~Mas volviendo a la figura 42 1, IV| volviendo a la figura del cielo, no sé de qué autoridades 43 1, IV| Porque llamar San Pablo34 al cielo un tabernáculo o tienda 44 1, IV| ley nueva de gracia es el cielo, en el cual entró el sumo 45 1, IV| algunos, para probar que el cielo no es redondo, diciendo: 37 46 1, IV| diciendo: 37 Extiende el cielo como piel, de donde infieren 47 1, IV| a entender la figura del cielo, sino la facilidad con que 48 1, IV| facilidad con que Dios obró un cielo tan grande, pues no le fué 49 1, IV| cubierta tan inmensa del cielo, que lo fuera a nosotros 50 1, IV| de Dios, al cual sirve el cielo tan hermoso y tan grande, 51 1, IV| diciendo: El toldo del claro cielo.~ ~Lo otro que dice Isaías: 39 52 1, IV| otro que dice Isaías: 39 El cielo me sirve de silla, y la 53 1, V| De la hechura y gesto del cielo del nuevo mundo~ ~Cuál sea 54 1, V| el gesto y manera de este cielo que está a la banda del 55 1, V| concluyen eficazmente que hay cielo de esta parte del mundo; 56 1, V| escribir cosas grandes de este cielo; es, a saber, que es muy 57 1, VI| salido con que acá tenemos cielo, y nos cobija como a los 58 1, VI| porque hallamos que el cielo nos cae tan cerca por el 59 1, VI| cerca está la puerta del cielo de Bretaña como de Jerusalén.~ ~ 60 1, VI| Jerusalén.~ ~Pero ya que el cielo de todas partes toma al 61 1, VII| cosa de risa decir que el cielo está en torno por todas 62 1, VII| aquestas: El imaginar al cielo redondo fué causa de inventar 63 1, VII| podemos entender que el cielo es redondo, como lo es, 64 1, VII| almas cierta lumbre del cielo, con la cual vemos y juzgamos 65 1, VII| parece de la redondez del cielo, cierto no nos dirá otra 66 1, VII| Es a saber, que si es el cielo redondo, el sol y las estrellas 67 1, VII| encima de su techo está el cielo: y dirá también, que como 68 1, VII| la araña; así también el cielo donde quiera que esté, está 69 1, VIII| está la tierra debajo y el cielo encima. Conforme a lo cual 70 1, VIII| nosotros, tienen también el cielo encima de sus cabezas. Pues 71 1, VIII| rodeada de todas partes del cielo, igualmente ha de ser forzosamente 72 1, IX| haber la misma templanza del cielo de oriente a poniente, pues 73 1, X| por el excesivo ardor del cielo. Esta propia fué la opinión 74 1, X| Rodean cinco cintas todo el cielo:~ ~De éstas, una con sol 75 1, X| las regiones~ ~a las del cielo; y de estas cinco, aquella~ ~ 76 1, XVI| altura y conocimiento del cielo, y con la industria de marear 77 1, XVII| Siendo determinación del cielo que se descubriesen las 78 1, XVII| salud, proveyóse también del cielo de guía segura para los 79 1, XIX| consumidos con fuego que vino del cielo. También cuentan los indios 80 1, XX| animales, y de las aves del cielo siete y siete, machos y 81 1, XXI| dioses, o gente de allá del cielo. Donde se ve bien cuán ajena 82 1, XXIV| hombres ni tierra, ni aun cielo les pareció a muchos de 83 1, XXV| verdadera religión y culto del cielo.~ ~Mas ¿de qué sirve añadir 84 II, I| la región de en medio del cielo, que es la que los antiguos 85 II, II| y es el movimiento del cielo, que dentro de los trópicos 86 II, II| movimiento más apresurado del cielo.~ ~Cuanto al calor y al 87 II, III| noviembre hasta abril, gozan del cielo sereno y claro; y es la 88 II, VI| mundo. De las aguas del cielo ya se ha mostrado que tiene 89 II, VI| miran los que miran sino cielo y río; aun cerros muy altos 90 II, VI| siendo verdad que, así del cielo como del suelo, tiene copiosísimas 91 II, XI| eficacia e influencia de su cielo. Que no basten las causas 92 II, XIII| cima. Aquí cierto donde el cielo y el agua son de una misma 93 II, XIV| pesadumbre y pena, como tener un cielo y aire contrario y pesado 94 II, XIV| y apacible que gozar del cielo y aire suave, sano y alegre.~ ~ 95 II, XIV| riqueza y bienes, si el cielo es desabrido y malsano, 96 II, XIV| disgustada. Mas si el aire y cielo es saludable y alegre y 97 III, II| pasados tratado lo que toca al cielo y habitación de Indias en 98 III, II| confesar que la región del cielo de donde soplan les da esas 99 III, III| derramallas y serenar el cielo.~ ~Mas Aristóteles a la 100 III, V| ocho puntos notables del cielo, que son los dos polos, 101 III, VI| cuasi hasta la mitad del cielo, y duró desde primero de 102 III, VI| movimiento circular del cielo, de oriente a poniente, 103 III, VI| velozmente. Y que en el cielo la tórrida tenga más veloz 104 III, VI| que otra parte alguna del cielo, querer mostrarlo sería 105 III, VI| el mismo aire movido del cielo era el que llevaba los navíos, 106 III, VI| movido del curso diurno del cielo. Traía en confirmación de 107 III, VI| no fuera aire movido del cielo, alguna vez faltara, y algunas 108 III, VII| movimiento propio y uniforme del cielo, como las brisas cerca de 109 III, VIII| movimiento del aire causado del cielo pueda prevalecer tanto, 110 III, X| justo temer del castigo del cielo querer enmendar las obras 111 III, XVI| derriten, o de lluvias del cielo se hacen estos lagos que 112 III, XIX| horizonte se terminase con el cielo y tierra tendida, como en 113 III, XXI| se tiene la humedad del cielo, que faltando aquella garúa 114 III, XXVI| Perú la persecución del cielo de truenos y rayos, no les 115 IV, VI| inhabitable por el mal temple del cielo y por la gran esterilidad 116 IV, VII| y por especial favor del cielo se han juntado también la 117 IV, VIII| dicho, ninguna luz hay del cielo, y vanse asiendo con ambas 118 IV, XV| dentro unas colores del cielo muy vivas, y en algunas 119 IV, XXX| a frío, y la humedad del cielo y del suelo es tanta, de 120 IV, XXXII| mano, porque la lluvia del cielo en los llanos no la hay 121 IV, XXXII| se riegan las viñas, del cielo ni del suelo, y dan en grande 122 IV, XXXVI| natural y providencia del cielo, diversos géneros se fueron 123 V, Pro| indios. Porque después del cielo y temple y sitio y cualidades 124 V, I| ti mismo: Subiré hasta el cielo, pondré mi silla sobre todas 125 V, III| Pachayachachic, que es criador del cielo y tierra, y Usapu, que es 126 V, III| que veneraban mirando al cielo. Y lo mismo se halla en 127 V, III| en opinión de hijos del cielo y como divinos, al modo 128 V, III| soberano señor y rey del cielo, lo cual los gentiles, 205 129 V, IV| un hombre que está en el cielo con una honda y una porra, 130 V, IV| También adoraban el arco del cielo, y era armas o insignias 131 V, IV| hubiese un semejante en el cielo, a cuyo cargo estaba su 132 V, VI| al sol y a la milicia del cielo, de que se hace mención 133 V, IX| que estaba sentado en el cielo. El mismo ídolo tenía toda 134 V, IX| les habían enviado del cielo para hacer las hazañas que 135 V, XII| Pachayachachic, que es el hacedor del cielo. En los despojos de este 136 V, XXIX| oración, alzados los ojos al cielo, con suspiros y gemidos, 137 V, XXIX| endereza a pedir agua del cielo, al modo que nosotros hacemos 138 V, XXIX| subiesen sus oraciones al cielo, como subían aquel humo 139 6, XXI| y habiendo él hecho el cielo y el sol y el mundo y los 140 6, XXI| le hacía saber que en el cielo, donde estaba, le llamaban 141 6, XXII| su señor, él enviase del cielo gente que le sacase de prisión.~ ~ 142 6, XXII| cristianos como de gente del cielo, obliga, cierto, a que, 143 6, XXII| mucho más sus almas para el cielo.~ ~ 144 7, XX| investigado los nueve dobleces del cielo, agora, obligándole el cargo 145 7, XXIII| que de las señales del cielo no temamos, como lo hacen 146 7, XXIII| extrañezas y novedades en el cielo, y elementos, y animales 147 7, XXIII| propio tiempo apareció en el cielo una llama de fuego grandísima, 148 7, XXIII| admirado, volviendo los ojos al cielo, y no viendo estrellas en 149 7, XXIV| pedían ser castigados del cielo, y los de muchos españoles 150 7, XXIV| atemorizados, como si se cayera el cielo sobre ellos. Después los 151 7, XXVI| misericordia y Reina del cielo, María, maravillosamente 152 7, XXVI| milagros, y sin el favor del cielo era imposible vencerse tantas 153 7, XXVII| aprieto que sin ayuda del cielo fuera imposible escapar, 154 7, XXVII| Y si estas obras del cielo se hubiesen de referir por 155 7, XXVII| semejantes regalos y favores del cielo.~ ~Junto con esto es bien 156 7, XXVIII| acrecentar con dones del cielo la nueva cristiandad, que