Libro, Capítulo

  1 Prom         |              se trata, lo que toca al Cielo, temperamento y habitación
  2    1,       I|              autores tuvieron, que el cielo no se extendía al nuevo
  3    1,       I|         también negase haber acá este cielo que vemos. Porque aunque
  4    1,       I|           filósofos sintieron, que el cielo era todo redondo, como en
  5    1,       I|           edificio del mundo, todo el cielo estará a una parte encima,
  6    1,       I|            los que afirman, que es el cielo todo redondo, y parécele
  7    1,       I|       entender otra cosa, llamando al cielo tabernáculo y tienda, o
  8    1,       I|       adelante en decir, que no es el cielo el que se mueve y anda,
  9    1,       I|               las que se mueven en el cielo, en la manera que los pájaros
 10    1,       I|             se revuelven con el mismo cielo, como los rayos con su rueda.~ ~
 11    1,       I|               y académicos que dan al cielo figura redonda, y ponen
 12    1,       I|             consideración lo alto del cielo; y de la otra parte del
 13    1,       I|               movimiento circular del cielo, es contraria y repugnante
 14    1,       I|             sin determinarse en si el cielo rodea la tierra de todas
 15    1,       I|             él, 8 que pensemos que el cielo, como una bola, encierre
 16    1,       I|             es así, sino que cubre el cielo a la tierra por una parte
 17    1,       I|       conjeturas, para afirmar que el cielo es de figura redonda. Y
 18    1,      II|                  Capítulo II~ ~Que el cielo es redondo por todas partes,
 19    1,      II|         sintieron, 12 cuanto a ser el cielo todo de figura redonda,
 20    1,      II|              Porque para saber que el cielo es todo redondo, y que ciñe
 21    1,      II|            aquella parte y región del cielo, que da vuelta a la tierra,
 22    1,      II|          ambos a dos polos, en que el cielo se revuelve como en sus
 23    1,      II|              Así que, sin duda, es el cielo de redonda y perfecta figura,
 24    1,      II|              más perfecto (cual es el cielo) se le debe la más perfecta
 25    1,      II|               como testigo fiel en el cielo; pues entonces solamente
 26    1,      II|           conceder el que dice que el cielo no es redondo, sino que,
 27    1,      II|            mueven ellas, estándose el cielo mismo quedo y sin moverse,
 28    1,      II|         partes y regiones enteras del cielo; no hablo sólo de las partes
 29    1,      II|        oscuras y negras que hay en el cielo. Porque realmente vemos
 30    1,      II|             haber echado de ver en el cielo cuando estaba en Europa,
 31    1,      II|               género de manchas en el cielo. Yo cierto no alcanzo hasta
 32    1,      II|             resulta de ser partes del cielo más densas y ópacas, y que
 33    1,      II|              las dichas manchas en el cielo, y que, sin discrepar, se
 34    1,     III|            medio del mundo y hacer el cielo todo redondo, mas en la
 35    1,     III|               corporal es rodeado del cielo y como abarcado de su redondez;
 36    1,     III|           dejase de estar rodeada del cielo. Y así lo entiende San Jerónimo, 20
 37    1,     III|            con el Eclesiastés, que el cielo es redondo y que se mueve
 38    1,     III|               que los más sienten del cielo que es redondo, no sólo
 39    1,     III|               Aristóteles atribuye al cielo, no está bien San Ambrosio. 22~ ~
 40    1,     III|      Escritura25 nombrar columnas del cielo y de la tierra, no cierto
 41    1,      IV|      Escritura contra la redondez del cielo~ ~Mas volviendo a la figura
 42    1,      IV|             volviendo a la figura del cielo, no  de qué autoridades
 43    1,      IV|          Porque llamar San Pablo34 al cielo un tabernáculo o tienda
 44    1,      IV|             ley nueva de gracia es el cielo, en el cual entró el sumo
 45    1,      IV|           algunos, para probar que el cielo no es redondo, diciendo: 37
 46    1,      IV|              diciendo: 37 Extiende el cielo como piel, de donde infieren
 47    1,      IV|              a entender la figura del cielo, sino la facilidad con que
 48    1,      IV|        facilidad con que Dios obró un cielo tan grande, pues no le fué
 49    1,      IV|              cubierta tan inmensa del cielo, que lo fuera a nosotros
 50    1,      IV|             de Dios, al cual sirve el cielo tan hermoso y tan grande,
 51    1,      IV|          diciendo: El toldo del claro cielo.~ ~Lo otro que dice Isaías: 39
 52    1,      IV|           otro que dice Isaías: 39 El cielo me sirve de silla, y la
 53    1,       V|             De la hechura y gesto del cielo del nuevo mundo~ ~Cuál sea
 54    1,       V|             el gesto y manera de este cielo que está a la banda del
 55    1,       V|         concluyen eficazmente que hay cielo de esta parte del mundo;
 56    1,       V|        escribir cosas grandes de este cielo; es, a saber, que es muy
 57    1,      VI|            salido con que acá tenemos cielo, y nos cobija como a los
 58    1,      VI|                porque hallamos que el cielo nos cae tan cerca por el
 59    1,      VI|              cerca está la puerta del cielo de Bretaña como de Jerusalén.~ ~
 60    1,      VI|           Jerusalén.~ ~Pero ya que el cielo de todas partes toma al
 61    1,     VII|             cosa de risa decir que el cielo está en torno por todas
 62    1,     VII|              aquestas: El imaginar al cielo redondo fué causa de inventar
 63    1,     VII|               podemos entender que el cielo es redondo, como lo es,
 64    1,     VII|               almas cierta lumbre del cielo, con la cual vemos y juzgamos
 65    1,     VII|             parece de la redondez del cielo, cierto no nos dirá otra
 66    1,     VII|              Es a saber, que si es el cielo redondo, el sol y las estrellas
 67    1,     VII|            encima de su techo está el cielo: y dirá también, que como
 68    1,     VII|              la araña; así también el cielo donde quiera que esté, está
 69    1,    VIII|            está la tierra debajo y el cielo encima. Conforme a lo cual
 70    1,    VIII|           nosotros, tienen también el cielo encima de sus cabezas. Pues
 71    1,    VIII|           rodeada de todas partes del cielo, igualmente ha de ser forzosamente
 72    1,      IX|          haber la misma templanza del cielo de oriente a poniente, pues
 73    1,       X|             por el excesivo ardor del cielo. Esta propia fué la opinión
 74    1,       X|           Rodean cinco cintas todo el cielo:~ ~De éstas, una con sol
 75    1,       X|              las regiones~ ~a las del cielo; y de estas cinco, aquella~ ~
 76    1,     XVI|             altura y conocimiento del cielo, y con la industria de marear
 77    1,    XVII|              Siendo determinación del cielo que se descubriesen las
 78    1,    XVII|          salud, proveyóse también del cielo de guía segura para los
 79    1,     XIX|     consumidos con fuego que vino del cielo. También cuentan los indios
 80    1,      XX|           animales, y de las aves del cielo siete y siete, machos y
 81    1,     XXI|           dioses, o gente de allá del cielo. Donde se ve bien cuán ajena
 82    1,    XXIV|             hombres ni tierra, ni aun cielo les pareció a muchos de
 83    1,     XXV|        verdadera religión y culto del cielo.~ ~Mas ¿de qué sirve añadir
 84   II,       I|             la región de en medio del cielo, que es la que los antiguos
 85   II,      II|                y es el movimiento del cielo, que dentro de los trópicos
 86   II,      II|         movimiento más apresurado del cielo.~ ~Cuanto al calor y al
 87   II,     III|      noviembre hasta abril, gozan del cielo sereno y claro; y es la
 88   II,      VI|               mundo. De las aguas del cielo ya se ha mostrado que tiene
 89   II,      VI|              miran los que miran sino cielo y río; aun cerros muy altos
 90   II,      VI|            siendo verdad que, así del cielo como del suelo, tiene copiosísimas
 91   II,      XI|           eficacia e influencia de su cielo. Que no basten las causas
 92   II,    XIII|            cima. Aquí cierto donde el cielo y el agua son de una misma
 93   II,     XIV|      pesadumbre y pena, como tener un cielo y aire contrario y pesado
 94   II,     XIV|              y apacible que gozar del cielo y aire suave, sano y alegre.~ ~
 95   II,     XIV|               riqueza y bienes, si el cielo es desabrido y malsano,
 96   II,     XIV|          disgustada. Mas si el aire y cielo es saludable y alegre y
 97  III,      II|        pasados tratado lo que toca al cielo y habitación de Indias en
 98  III,      II|            confesar que la región del cielo de donde soplan les da esas
 99  III,     III|              derramallas y serenar el cielo.~ ~Mas Aristóteles a la
100  III,       V|              ocho puntos notables del cielo, que son los dos polos,
101  III,      VI|              cuasi hasta la mitad del cielo, y duró desde primero de
102  III,      VI|               movimiento circular del cielo, de oriente a poniente,
103  III,      VI|               velozmente. Y que en el cielo la tórrida tenga más veloz
104  III,      VI|             que otra parte alguna del cielo, querer mostrarlo sería
105  III,      VI|              el mismo aire movido del cielo era el que llevaba los navíos,
106  III,      VI|           movido del curso diurno del cielo. Traía en confirmación de
107  III,      VI|              no fuera aire movido del cielo, alguna vez faltara, y algunas
108  III,     VII|      movimiento propio y uniforme del cielo, como las brisas cerca de
109  III,    VIII|       movimiento del aire causado del cielo pueda prevalecer tanto,
110  III,       X|           justo temer del castigo del cielo querer enmendar las obras
111  III,     XVI|            derriten, o de lluvias del cielo se hacen estos lagos que
112  III,     XIX|         horizonte se terminase con el cielo y tierra tendida, como en
113  III,     XXI|               se tiene la humedad del cielo, que faltando aquella garúa
114  III,    XXVI|               Perú la persecución del cielo de truenos y rayos, no les
115   IV,      VI|     inhabitable por el mal temple del cielo y por la gran esterilidad
116   IV,     VII|              y por especial favor del cielo se han juntado también la
117   IV,    VIII|            dicho, ninguna luz hay del cielo, y vanse asiendo con ambas
118   IV,      XV|               dentro unas colores del cielo muy vivas, y en algunas
119   IV,     XXX|              a frío, y la humedad del cielo y del suelo es tanta, de
120   IV,   XXXII|            mano, porque la lluvia del cielo en los llanos no la hay
121   IV,   XXXII|              se riegan las viñas, del cielo ni del suelo, y dan en grande
122   IV,   XXXVI|             natural y providencia del cielo, diversos géneros se fueron
123    V,     Pro|            indios. Porque después del cielo y temple y sitio y cualidades
124    V,       I|             ti mismo: Subiré hasta el cielo, pondré mi silla sobre todas
125    V,     III|    Pachayachachic, que es criador del cielo y tierra, y Usapu, que es
126    V,     III|              que veneraban mirando al cielo. Y lo mismo se halla en
127    V,     III|               en opinión de hijos del cielo y como divinos, al modo
128    V,     III|              soberano señor y rey del cielo, lo cual los gentiles, 205
129    V,      IV|              un hombre que está en el cielo con una honda y una porra,
130    V,      IV|          También adoraban el arco del cielo, y era armas o insignias
131    V,      IV|            hubiese un semejante en el cielo, a cuyo cargo estaba su
132    V,      VI|             al sol y a la milicia del cielo, de que se hace mención
133    V,      IX|              que estaba sentado en el cielo. El mismo ídolo tenía toda
134    V,      IX|                les habían enviado del cielo para hacer las hazañas que
135    V,     XII| Pachayachachic, que es el hacedor del cielo. En los despojos de este
136    V,    XXIX|          oración, alzados los ojos al cielo, con suspiros y gemidos,
137    V,    XXIX|             endereza a pedir agua del cielo, al modo que nosotros hacemos
138    V,    XXIX|             subiesen sus oraciones al cielo, como subían aquel humo
139    6,     XXI|                y habiendo él hecho el cielo y el sol y el mundo y los
140    6,     XXI|              le hacía saber que en el cielo, donde estaba, le llamaban
141    6,    XXII|              su señor, él enviase del cielo gente que le sacase de prisión.~ ~
142    6,    XXII|          cristianos como de gente del cielo, obliga, cierto, a que,
143    6,    XXII|           mucho más sus almas para el cielo.~ ~
144    7,      XX|    investigado los nueve dobleces del cielo, agora, obligándole el cargo
145    7,   XXIII|                que de las señales del cielo no temamos, como lo hacen
146    7,   XXIII|          extrañezas y novedades en el cielo, y elementos, y animales
147    7,   XXIII|          propio tiempo apareció en el cielo una llama de fuego grandísima,
148    7,   XXIII|       admirado, volviendo los ojos al cielo, y no viendo estrellas en
149    7,    XXIV|             pedían ser castigados del cielo, y los de muchos españoles
150    7,    XXIV|    atemorizados, como si se cayera el cielo sobre ellos. Después los
151    7,    XXVI|              misericordia y Reina del cielo, María, maravillosamente
152    7,    XXVI|          milagros, y sin el favor del cielo era imposible vencerse tantas
153    7,   XXVII|             aprieto que sin ayuda del cielo fuera imposible escapar,
154    7,   XXVII|                  Y si estas obras del cielo se hubiesen de referir por
155    7,   XXVII|      semejantes regalos y favores del cielo.~ ~Junto con esto es bien
156    7,  XXVIII|              acrecentar con dones del cielo la nueva cristiandad, que
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License