Libro, Capítulo

  1 Prom         |            Proemio al lector~ ~Del nuevo mundo e Indias Occidentales
  2 Prom         |          naturales habitadores del nuevo orbe.~ ~A la verdad ambas
  3 Prom         |            Así que aunque el mundo nuevo ya no es nuevo, sino viejo,
  4 Prom         |            el mundo nuevo ya no es nuevo, sino viejo, según hay mucho
  5    1,       I|            cielo no se extendía al nuevo mundo ~ ~Estuvieron tan
  6    1,       I|         que hubiese gentes en este nuevo mundo, que muchos de ellos
  7    1,     III|            veces causan siempre un nuevo gusto. Al revés de las obras
  8    1,      IV|          que hay tanta ventaja del nuevo tabernáculo al viejo, cuanto
  9    1,      IV|      diferencia entre el autor del nuevo, que es Dios, y el obrador
 10    1,       V|      hechura y gesto del cielo del nuevo mundo~ ~Cuál sea el gesto
 11    1,       V|          llaman Canopo. Los que de nuevo navegan a estas partes suelen
 12    1,    VIII|     hombres habían podido pasar al nuevo mundo, atravesando ese infinito
 13    1,    VIII|      podido hombres llegar al otro nuevo mundo, y pasar esa inmensidad
 14    1,      IX|         tuvo Aristóteles cerca del Nuevo Mundo, y qué es lo que le
 15    1,      IX|         los hombres de allá a este nuevo mundo, y fué decir que,
 16    1,      IX|      latitud a la longitud en este nuevo orbe, tanto como diez exceden
 17    1,      IX|      Porque la mayor parte de este nuevo mundo, y muy poblada de
 18    1,      XI|    antiguos alguna noticia de este Nuevo Mundo~ ~Resumiendo lo dicho,
 19    1,      XI|          que sea tamaño este mundo nuevo, como con nuestros ojos
 20    1,      XI|          procuran mostrar que este nuevo mundo fué conocido por los
 21    1,      XI|          excesiva distancia del un nuevo mundo al otro nuevo, quiero
 22    1,      XI|         del un nuevo mundo al otro nuevo, quiero decir, de este Perú
 23    1,      XI|    antiguos algún conocimiento del nuevo mundo; aunque particularizando
 24    1,      XI|      luengos años verná~ ~un siglo nuevo y dichoso,~ ~que al océano
 25    1,      XI|        grande tierra,~ ~verán otro nuevo Mundo,~ ~navegando el gran
 26    1,      XI|           y Asia, y se habite otro nuevo mundo, vémoslo por nuestros
 27    1,    XIII|          estos descubrimientos del nuevo mundo poner nombres a las
 28    1,     XIV|       muchas veces a las cosas del nuevo orbe.~ ~ ~ ~
 29    1,      XV|       letras tanto antes, que este nuevo orbe había de ser convertido
 30    1,      XV|            Setenta) las gentes del nuevo mundo? ¿Qué obligación también
 31    1,      XV|          pues lo más de este mundo nuevo está al medio día, y aun
 32    1,      XV|   conversión a la fe de Cristo del nuevo mundo, haya alguna mención
 33    1,     XVI|       humano hubiese pasado a este nuevo mundo. Y pues por una parte
 34    1,     XVI|         los primeros Indios a este nuevo Mundo por navegación ordenada
 35    1,     XIX|   importuno temporal reconocido el nuevo mundo, dejó por paga del
 36    1,     XIX|            han descubierto en este nuevo mundo, ha sido por esta
 37    1,     XIX|          hasta ponerse a vista del nuevo orbe. No es cosa nueva para
 38    1,     XIX|            se comenzó a habitar el nuevo orbe de hombres, a quien
 39    1,      XX|            y alimañas, que cría el nuevo orbe, muchas y grande, no
 40    1,      XX|          pasado del viejo mundo al nuevo.~ ~San Agustín, tratando
 41    1,      XX|            después del diluvio por nuevo modo de producción sin junta
 42    1,      XX|       conjetura para pensar que el nuevo orbe, que llamamos Indias,
 43    1,      XX|            otros buscando otras de nuevo, vinieron por discurso de
 44    1,    XXII|       llegar cuasi a las islas del nuevo orbe. Y dice más Platón:
 45    1,   XXIII|           para pasar los indios al nuevo mundo, paréceles a otros
 46    1,   XXIII|            manera pueden llegar al nuevo orbe y vean si han de tornar
 47    1,   XXIII|         paso a los hombres para el nuevo orbe, que le deba la Atlántida
 48    1,    XXIV|           tampoco hay rastro de el nuevo mundo, pues ni hombres ni
 49    1,    XXIV|            a poco, hasta llegar al nuevo orbe, ayudando a esto la
 50    1,    XXIV|            y tengo para mí, que el nuevo orbe e Indias occidentales,
 51    1,    XXIV|          que aquéllos aportaron al nuevo mundo, por haberse perdido
 52    1,    XXIV|          barbaridad infinita en el nuevo mundo.~ ~ ~ ~
 53    1,     XXV|         primera origen en el mismo nuevo orbe donde habitan, a los
 54   II,       I|         Estando la mayor parte del nuevo mundo que se ha descubierto,
 55   II,     III|            que no han estado en el nuevo mundo, por ventura ternán
 56   II,     III|         también quizá les parecerá nuevo: mas los unos y los otros
 57   II,      IV|            viejo. En todo el mundo nuevo pasa de la misma suerte;
 58   II,       X|            después que se halló el nuevo mundo quedó averiguado y
 59   II,      XI|         parte del Perú y parte del nuevo reino de Granada, y son
 60   II,      XI|          siendo la mayor parte del nuevo orbe muy cercana al mar
 61   II,     XIV|           me pareció advertirle de nuevo aquí.~ ~
 62  III,     III|           vientos que corren en el nuevo orbe Cuestión es muy disputada
 63  III,      IX|           ese efecto en los que de nuevo entran en ella.~ ~Ha querido
 64  III,       X|            se ha hasta ahora en el nuevo orbe descubierto mar mediterráneo,
 65  III,     XVI|           proveyó el Criador en el nuevo de muchos lagos, y algunos
 66  III,     XIX|         Santa Fe y de lo mejor del Nuevo Reino.~ ~Finalmente, tengo
 67  III,   XXIII|         gran tierra, que llaman el Nuevo Méjico, donde dicen hay
 68   IV,      IV|           y en el de Quito y en el nuevo reino de Granada hay mucha
 69   IV,    VIII|    marearse los que allá entran de nuevo, como a mí me acaeció, sintiendo
 70   IV,     XIV|           más abundancia, es en el nuevo reino de Granada y en el
 71   IV,     XVI|       trigo, así en las partes del nuevo orbe ha sido y es el grano
 72   IV,     XVI|          Perú, en Nueva España, en Nuevo Reino, en Guatimala, en
 73   IV,     XVI|       sangre; por donde los que de nuevo lo comen, si es con demasía,
 74   IV,     XXI|       medio crecer, otro retoña de nuevo; de suerte, que siempre
 75   IV,     XXI|        como digo, queda y brota de nuevo hasta que se cansa: dura
 76   IV,    XXVI|        echaba este árbol un racimo nuevo de estos cocos, de manera
 77   IV,     XXX|           doy a entender que en el nuevo orbe (que llamamos Indias)
 78   IV,     XXX|          mayormente en entradas de nuevo, ha sido y es necesario
 79   IV,   XXXIV|        daban su nombre; las que de nuevo recibieron diéronles también
 80   IV,   XXXIV|       diéronles también nombres de nuevo, los cuales de ordinario
 81   IV,   XXXIV|           poco poblado aquel mundo nuevo. Pues conforme a la divina
 82   IV,   XXXVI|       habían de criarse después de nuevo; ni tampoco parece que con
 83    V,     Pro|           y sitio y cualidades del nuevo orbe, y de los elementos
 84    V,     Pro|         los hombres que habitan el nuevo orbe.~ ~Así que en los libros
 85    V,     Pro|          estas gentes tuvieron del nuevo reino de Cristo nuestro
 86    V,     Pro|      antiguos gentiles a estos del nuevo orbe, aunque también se
 87    V,      VI|           de su antecesor, sino de nuevo juntaba para sí y para su
 88    V,     XVI|          éstos no hay que decir de nuevo. De los bonzos o religiosos
 89    V,     XIX|        cuando le daban la borla al nuevo Inga, que era la insignia
 90    V,   XXVII|        Guatimala, y en las islas y Nuevo Reino, y provincias de Chile,
 91    V,  XXVIII|           cuando se coronaba algún nuevo rey y cuando se comenzaba
 92    V,    XXIX|         templo y traían un vestido nuevo, conforme al del ídolo,
 93    6,      II|        nueva, y compraban vasos de nuevo, ollas y todo lo necesario
 94    6,      XI|    gobierna la mayor parte de este nuevo orbe, donde no hay reinos
 95    6,      XI|         otros. Así fué todo lo del nuevo reino de Granada y lo de
 96    6,      XI|           han descubierto en aquel nuevo mundo, como en poder y riqueza,
 97    6,     XII|            que entraba a reinar de nuevo, heredaba cosa alguna de
 98    6,     XII|         que había de poner casa de nuevo y juntar plata y oro y todo
 99    6,     XII|     ociosos. Cuando conquistaba de nuevo una provincia, era su aviso
100    6,     XIX|          en Chile, y lo eran en el nuevo reino de Granada los Moscas,
101    6,      XX|        sino que él fundase casa de nuevo: en tiempo de este Ingaroca
102    7,      II| descubierto un reino que llaman el Nuevo Méjico. Hay en aquella tierra
103    7,     III|         asperísimas y descubriendo nuevo mundo y habitando en él
104    7,     III|        Europa y África, y el mundo nuevo con el viejo, aunque hasta
105    7,       V|          al pueblo, haciéndoles de nuevo grandes promesas, y que
106    7,    VIII|    amotinaron y se fueron a buscar nuevo asiento; y discurriendo
107    7,    VIII|    disenciones, y por ganar con el nuevo rey alguna de las naciones
108    7,    VIII|           entre ellos. Trajeron al nuevo rey y reina con la honra
109    7,    VIII|            recrearte, sino a tomar nuevo trabajo con carga tan pesada,
110    7,      IX|    Azcapuzalco Fué la elección del nuevo rey tan acertada, que en
111    7,     XII|          como lección a los que de nuevo aprendían aquella facultad
112    7,     XII|            aparato: por lo cual el nuevo rey trató de romper la guerra,
113    7,     XII|        tocase, respondieron que el nuevo rey de Azcapuzalco era piadoso,
114    7,     XVI|        este nombre La elección del nuevo rey tocaba a los cuatro
115    7,     XVI|        reyes y señores enviaban al nuevo rey.~ ~Venía todo el tributo
116    7,   XVIII|         adoleció, y visitándole el nuevo rey, que aún no estaba coronado,
117    7,     XIX|          puestos y reedificando de nuevo muchos suntuosos. Parecióle
118    7,    XXII|          todo había de ser siempre nuevo; y de lo que una vez se
119    7,  XXVIII|       también los de estotro mundo nuevo, y así como la ley de Cristo
120    7,  XXVIII|           nuestros siglos se ha de nuevo allegado a la cristiandad
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