Libro, Capítulo

 1    V,       I|         la soberbia y envidia del demonio Es la soberbia del demonio
 2    V,       I|        demonio Es la soberbia del demonio tan grande y tan porfiada,
 3    V,       I|              Las causas porque el demonio tanto ha esforzado la idolatría
 4    V,       I|         dos los males que hace el demonio al idólatra: uno, que niega
 5    V,       I|    inferiores a la racional; y el demonio, aunque en la naturaleza
 6    V,       I|    destruido, y por ambas vías el demonio soberbio y envidioso, muy
 7    V,     III|        sus idolatrías adorando al demonio y figuras suyas. Y también
 8    V,      IV|        hallará que el modo que el demonio ha tenido de engañar a los
 9    V,       V|    particulares No se contentó el demonio con hacer a los ciegos indios
10    V,       V|           a muchachos les hace el demonio entender cuanto se le antoja,
11    V,    VIII|       vestido con unos atavíos de demonio, con bocas por todas las
12    V,      IX|            Creo, sin duda, que el demonio, en cuya veneración las
13    V,      IX|         estas guacas o ídolos, el demonio hablaba y respondía, y los
14    V,      IX|         pluma rica, que tal es el demonio de la codicia.~ ~No se contentaban
15    V,      XI|      Capítulo XI~ ~ ~ ~De cómo el demonio ha procurado asemejarse
16    V,      XI|       ponderar, y es que, como el demonio ha tomado por su soberbia
17    V,      XI|      salud del hombre, procura el demonio imitarlo y pervertirlo,
18    V,      XI| ceremonias santas, así también el demonio tiene sus sacrificios y
19    V,      XI|          que se acordare, como el demonio es padre de la mentira,
20    V,      XI|       alguna manera no la haya el demonio sofisticado y pasado a su
21    V,     XII|           culto celebrado, así el demonio para sus intentos persuadió
22    V,     XII|           hablaba visiblemente el demonio y daba respuestas desde
23    V,     XII|          de hablar y responder el demonio en estos falsos santuarios
24    V,     XII|   infieles hechiceros era como el demonio les enseñaba; ordinariamente
25    V,    XIII|          entender la soberbia del demonio, y la desventura de la miserable
26    V,     XIV|        curiosidad; y remedando el demonio el uso de la Iglesia de
27    V,      XV|          doncellas que inventó el demonio para su servicio Como la
28    V,      XV|         En Méjico tuvo también el demonio su modo de monjas, aunque
29    V,      XV|           que se entienda cómo el demonio ha tenido codicia de ser
30    V,     XVI|           religiosos que tiene el demonio para su superstición Cosa
31    V,     XVI|           donde parece habella el demonio puesto, fué en Méjico, porque
32    V,    XVII|         indios por persuasión del demonio Y pues hemos llegado a este
33    V,    XVII|          hacía por persuasión del demonio, como los falsos profetas
34    V,    XVII|       gente, por persuasión de el demonio, se van a sierras muy agrias,
35    V,   XVIII|         De los sacrificios que al demonio hacían los indios, y de
36    V,     XIX|          vasallaje que pagaban al demonio sacrificándole hombres,
37    V,     XIX|          la malicia y tiranía del demonio, que en esto ha querido
38    V,      XX|         tenía ciega esta gente el demonio, referiré por extenso el
39    V,      XX|   revestía en la misma figura del demonio, que verlos salir con tan
40    V,     XXI|          en otras muchas traía el demonio engañados y escarnecidos
41    V,   XXIII|      Capítulo XXIII~ ~ ~ ~Cómo el demonio ha procurado remedar los
42    V,    XXIV|           De la manera con que el demonio procuró remedar la fiesta
43    V,    XXIV|          de comunión que el mismo demonio, príncipe de los hijos de
44    V,    XXIV|        admiración, que tuviese el demonio tanto cuidado de hacerse
45    V,     XXV|        Señor es glorificado, y el demonio burlador queda burlado.~ ~
46    V,     XXV|         confesión extraño, que el demonio introdujo en el Japón, según
47    V,     XXV|      relación bien claro, cómo el demonio ha pretendido usurpar el
48    V,    XXVI|           Todo esto ha querido el demonio en su modo remedar, pero
49    V,    XXVI|       brujos y vían y hablaban al demonio. Embijados los sacerdotes
50    V,    XXVI|     huirían de ver un retrato del demonio, en que iban transformados.
51    V,    XXVI|        hechiceros y ministros del demonio. Y es cosa infinita la gran
52    V,    XXVI|           que pasa; hablan con el demonio, el cual les responde en
53    V,    XXVI|           habiendo hablado con el demonio en lugar escuro, de manera
54    V,    XXVI|        efecto, con que invocan al demonio, y emborráchanse bravamente,
55    V,   XXVII|      atención mirare el trato del demonio con los hombres que engaña,
56    V,  XXVIII|          los del Cuzco, y cómo el demonio quiso también imitar el
57    V,  XXVIII|           notar que en su modo el demonio haya también en la idolatría
58    V,  XXVIII|       esto, creo, le dije, que el demonio todo cuanto podía hurtar
59    V,  XXVIII|     tocado el ejercicio en que el demonio ocupaba a sus devotos, para
60    V,    XXXI|         honrar a sus ídolos, y al demonio, que es lo mismo; porque
61    V,    XXXI|     invidia y engaños y mañas del demonio con los que tiene cautivos,
62    6,  XXVIII|          y su gesto eran del puro demonio. También danzaban unos hombres
63    7,      IV|        larga mención arriba, y el demonio que estaba en aquel ídolo
64    7,      IV|         duda, es ello así: que el demonio, príncipe de soberbia, procuró
65    7,      IV|      usurpar.~ ~Jamás se ha visto demonio que así conversase o con
66    7,      IV|         con las gentes, como este demonio Vitzilipuztli. Y bien se
67    7,       V|      pasar adelante.~ ~De esto el demonio se enojó reciamente y, amenazando
68    7,       V|       hacer mal es tan propio del demonio, y permite la justicia divina
69    7,      VI|     persuadidos y enseñados de su demonio, admitieron de buena gana
70    7,      IX|          que era encantamento del demonio, a quien esta gente adoraba.
71    7,      XV|        que de esto fué siempre el demonio muy codicioso, de alzarse
72    7,     XVI|    espinillas, que así gustaba el demonio de ser honrado. Hicieron
73    7,   XXIII|           entender, que aunque el demonio es padre de la mentira;
74    7,   XXIII|           su reino y el reino del demonio, a quien ellos adoraban
75    7,   XXIII|         que de una tan mudanza el demonio sagaz se recelase y lamentase,
76    7,   XXIII|       mágico y tenía pacto con el demonio, vino a visitar a Motezuma
77    7,     XXV|       vivas llamas.~ ~Con esto el demonio desapareció, y ellos, no
78    7,  XXVIII|         servidumbre y sujeción al demonio y a sus tiranías, y yugo
79    7,  XXVIII|         Cristo, no osa chistar el demonio, y han cesado sus pláticas
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