Libro, Capítulo

 1 Prom         |             de la alta vocación del Santo Evangelio, al cual se dignó
 2    1,       I|            Dios. Y aún pasa allí el Santo3 más adelante en decir,
 3    1,      II|  perpétuamente iguales.~ ~Lo que el santo doctor Agustino escribe15
 4    1,      IV|            y bien responde el mismo santo doctor, 38 que en estas
 5    1,    VIII|             los antípodas, el mismo santo doctor la deshace en su
 6    1,    VIII|          será que oigamos lo que el santo doctor Agustino disputa
 7    1,     XIV|            con mucha razón el mismo santo doctor niega que fuese región
 8    1,      XV|           De suerte que el Espíritu Santo, por la transmigración de
 9    1,      XV|           es cierto que el Espíritu Santo supo todos los secretos
10    1,      XX|            tratándolo el sobredicho santo y doctísimo varón, procura
11   II,      XI|        acaece lo propio. La isla de Santo Tomé está en la línea, las
12  III,      II|       espíritu de sabiduría dijo el santo profeta David, 124 entre
13  III,      II|       causas y motivos del Espíritu Santo.~ ~Bástanos conocer sus
14  III,     XII|         para comunicar la luz de su Santo Evangelio a gentes que todavía
15  III,      XV|        pescado, aunque yo cuando en Santo Domingo lo comí un viernes,
16  III,     XIX|         Cartagena, en Tierra Firme; Santo Domingo, y Puerto Rico y
17  III,    XXII|            de aquel palo que llaman santo, que es para curar el mal
18  III,   XXIII|           lo que resta, para que el Santo Evangelio sea anunciado
19  III,   XXIII|            y los unos ayunan sábado santo, y los otros comen carne
20   IV,     III|           islas de Indias, como son Santo Domingo y Puerto Rico, usan
21   IV,    XVII|             como arriba está dicho, Santo Domingo, Cuba, Puerto Rico,
22   IV,   XXIII|             caudal. De las islas de Santo Domingo se trae algodón
23   IV,    XXIV|             el efecto poco sano. En Santo Domingo y en aquellas islas
24   IV,    XXIX|            flota en que yo vine, de Santo Domingo, cuarenta y ocho
25   IV,    XXIX|           otro nombre dicen el palo santo o palo de las Indias, se
26   IV,   XXXII|            en Indias. De la isla de Santo Domingo se trajeron en la
27   IV,  XXXIII|           Nueva España. Vinieron de Santo Domingo en la flota de ochenta
28   IV,    XXXV|          las islas de Puerto Rico y Santo Domingo andan bandas de
29    V,       I|             la luz y resplandor del santo evangelio.~ ~De este tan
30    V,      II|         Sabio, y por él el Espíritu Santo, 202 que es causa y principio
31    V,      IV|       manera es semejante al que el santo Job abomina como propio
32    V,     VII|         porque no conviertan el uso santo en superstición gentílica,
33    V,      IX|         ofensa de Dios, el Espíritu Santo condena mucho más y abomina
34    V,      IX|            y el profeta Baruch y el santo rey David copiosa y graciosamente
35    V,      IX|             galanamente el Espíritu Santo toca, que todas se reduce
36    V,     XII|             dedicase casa en que su santo nombre fuese con particular
37    V,     XII|           es agora el monasterio de Santo Domingo, y en los sillares
38    V,    XIII|            tomado de los isleños de Santo Domingo o de Cuba, como
39    V,      XV|        Majestad, y con que tanto su santo nombre se honra y su Iglesia
40    V,    XXVI|       evangélica también tenemos el santo crisma y unción, de que
41    V,    XXVI|          para recebir la verdad del santo evangelio y perseverar en
42    V,    XXIX|            se disciplinan el Jueves Santo. Toda la cerca del patio
43    V,    XXXI|             Padre y con el Espíritu Santo, reina por todos los siglos.
44    6,    VIII|           fué concebido de Espíritu Santo, y cuál; que padeció debajo
45    6,     XVI|             recibir la doctrina del santo evangelio, que tan enemiga
46    7,   XXVII|          después por esa ocasión al santo evangelio. Porque los caminos
47    7,  XXVIII| misericordias y por la gloria de su santo nombre.~ ~Cierto, si a esta
48    7,  XXVIII|             Domingo de Betanzos, de Santo Domingo; fray Juan de Roa,