Libro, Capítulo

 1    1,    XXII|        esta tan grande isla se echan de ver debajo del mar, y
 2   II,     VII|      sueño. El fuego, si no le echan leña, se apaga; si le echan
 3   II,     VII|    echan leña, se apaga; si le echan demasiada leña, también
 4   II,       X|       línea cuasi doce grados, echan de ver alguna diferencia
 5  III,      IV|     las que van a Nueva España echan a mano derecha en demanda
 6  III,   XVIII|    calabazas, sobre las cuales echan las personas o ropa que
 7  III,    XXIV|        es muy poco el humo que echan, y cuasi no tienen más de
 8  III,    XXIV|        la braveza de fuego que echan de sí. En veinte y tres
 9  III,    XXIV|      volcanes han visto que no echan llama, ni humo, ni ceniza,
10  III,     XXV|       que la materia que de sí echan es cuasi infinita, y que
11  III,   XXVII|   navíos junto a ellas, aunque echan la sonda, en setenta y ochenta
12   IV,      IX|     aún para mejor derretirlo, echan los indios el que llaman
13   IV,       X|        admirable. Por donde le echan en vasos de barro, o en
14   IV,     XII|        cajones grandes, en que echan el metal con sal y azogue,
15   IV,     XII|      cual hacen en esta forma: Echan el metal en unas tinas de
16   IV,      XV|       ellos, y se suben, y los echan en las canoas, donde los
17   IV,     XVI|        y españoles; también lo echan en la olla y en guisados,
18   IV,    XVII|     modo de turmas de tierra y echan arriba una poquilla hoja.
19   IV,  XXVIII| aceites o gomas o resinas, que echan diversas plantas, que con
20   IV,     XLI|      como muy tímidas; al huir echan delante de sí sus hijuelos.
21    V,     XVI|        atambores y campanas, y echan papeles ardiendo por la
22    V,   XVIII|         y aun en el día de hoy echan algunos el mollo molido
23    6,     XIV|        hunden; encima de éstos echan mucha juncia, y teniendo
24    6,  XXVIII|        con las corvas menean y echan en alto, y revuelven un