Libro, Capítulo

 1   IV,     XIX|       sino morado, o amarillo, o blanco, y no son espinosos ni escabrosos,
 2   IV,     XXV| membrillo, y otra que era manjar blanco, porque les pareció el sabor
 3   IV,     XXV|          fruta.~ ~Allá el manjar blanco es la anona o guanábana,
 4   IV,     XXV|         y tierno como manteca, y blanco y dulce y de muy escogido
 5   IV,     XXV|     escogido gusto. No es manjar blanco, aunque es blanco manjar;
 6   IV,     XXV|         manjar blanco, aunque es blanco manjar; ni aun el encarecimiento
 7   IV,  XXVIII|         otro bálsamo, que lo hay blanco y bermejo y verde y negro,
 8   IV,  XXVIII|      Cartagena. Aquel bálsamo es blanco, y tienen comúnmente por
 9   IV,  XXVIII|   comúnmente por más perfecto el blanco que el bermejo, aunque Plinio184
10   IV,  XXVIII|        al bermejo, el segundo al blanco, el tercero al verde, el
11   IV,  XXVIII|    parece preciar más el bálsamo blanco, como los nuestros lo precian.
12    V,    XIII|        revocado todo el campo de blanco y colorado, que desde abajo
13    V,      XV|         continua traían era todo blanco, sin labor ni color alguna.
14    V,     XVI|        que vieron unos de hábito blanco y con bonetes; y otros de
15    V,   XVIII|        faltase el agua; y si era blanco raso, ofrecíanle al sol
16    V,    XXIV|      estas doncellas vestidas de blanco con atavíos nuevos, y aquel
17    7,     VII|       todos blancos, y el prado, blanco, y los peces, blancos, y
18    7,     VII|         todo cuanto miraban, muy blanco. Y admirados de esto, acordáronse
19    7,   XXVII|        en la mano, en un caballo blanco, peleando por los españoles;
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