106-bicoc | biena-defie | defor-fijos | filon-lolia | lomba-ponga | ponia-solta | solte-zumar
     Libro, Capítulo

1 1, XVII(98) | Ps. 106, vv. 23, 24.~ ~ 2 1, II(14) | August. Epist. 109 ad Januarium, cap. 4.~ ~ 3 V, IX(217)| Hierem. 10. Baruch. 6. Psalm. 113.~ ~ 4 III, II(124)| Psalm. 134, v. 7. ~ ~ 5 1, II(17) | Psalm. 148, v. 6. ~ ~ 6 7, XXVIII | En Madrid, 21 de febrero, 1589.~ ~Fué impreso en Sevilla, 7 7, XXVIII | junto a las Siete Revueltas, 1590.~ ~Aug. lib. 2, de conc. 8 1, IV(36) | Christ. in 20, c.~ ~ 9 IV, XIV(175)| Exod. 29, 39. Apoc. 21, v. 19.~ ~ 10 1, XVI(91) | 1, 36, c. 16, et lib. 34, cap. 14, et lib. 37, c. 11 IV, II(142)| Isaías 54, v. 3.~ ~ 12 1, XVI(94) | Plin., lib. 7, cap. 56.~ ~ 13 1, XIV(80) | Ps.44. Isai. 60, v. 6.~ ~ 14 V, VII(215)| August. in epist. 64.~ ~ 15 IV, XIII(169)| Psalm. 65, v. 10. Prov. 17, v. 3; 16 1, X(58) | Plinius, lib. 2, cap. 68.~ ~ 17 1, XV(85) | Isaías 18, v. 1, juxta 70. Interpret.~ ~ 18 1, III(23) | Psal. 74, v. 4.~ ~ 19 1, XVII(99) | Plin., lib. 2, c. 72 et 76, lib. 7, cap. último.~ ~ 20 1, III(18) | 18. Psal. 9. 17. 23. 39. 97. Job. 37.~ ~ 21 V, V(210)| Conc. Liemens. 2, cap. 99.~ ~ 22 V, XX | la llamaban hostia, quasi ab hoste, porque era ofrenda 23 1, XVI | cabello, como el profeta Abacuch, 89 a los primeros pobladores 24 V, XV | los religiosos. Tenían sus abadesas, que las ocupaban en hacer 25 7, XI | oficiales, y que su orgullo se abajaría con quitalles la tierra 26 1, III | rodeado del cielo y como abarcado de su redondez; a lo menos 27 6, XV | y grosera, que llaman de abasca. No había número determinado 28 III, XXII | la tierra más proveída y abastada de Indias. En una cosa, 29 7, XVIII | dichosos, pues de una pobre y abatida ciudad, en que nació, dejó 30 1, XV(84) | Augustinianus, in Commentar, super Abdiam.~ ~ 31 V, XVIII | los frutos de la tierra y Abel de lo mejor de su ganado; 32 IV, XXIX | El aceite que llaman de abeto, también de allá lo traen, 33 IV, XXV | grande, y así algo ahusada y abierta: todo lo de dentro es blando, 34 7, VII | él estaba un águila real, abiertas las alas y tendidas, y ella 35 III, XXIII | poblaciones, y caminos tan abiertos y trillados como de Salamanca 36 7, XXIII | idólatras tan crueles y abominables, digo que me parecen dignos 37 V, XXVII | mezcla que siempre tienen de abominaciones.~ ~Lo común y general de 38 IV, IV | los demás, a éste antes le abona y perfecciona, y el oro 39 V, I | está escrito, de los que aborrecen a Dios, porfía siempre.~ ~ 40 IV, II | de los Babitacos, que aborrecían el oro, y por eso lo sepultaban 41 7, XVII | predecesores, tanto más es aborrecible el desvalor y vileza de 42 6, I | en gran daño por tenernos aborrecidos como a hombres que en todo, 43 II, X | Arabia interior, que está abrasadísima del sol porque no tiene 44 II, XIII | viento, o es muy terrestre, y abrasado como un bochorno, son tanto 45 III, IX | Escritura131 llama a un viento, abrasador; y a otro le llama, viento 46 1, XIX | usando contra natura, fueron abrasados y consumidos con fuego que 47 II, IX | diversidad, que unos se abrasan de calor y otros no se pueden 48 1, X | sin duda, se consumieran y abrasaran los hombres de tal exceso. 49 III, XXIV | hay recelo que salga, y abrase la tierra, que es la mejor 50 1, VI | se hallan mares y tierras abrazados entre sí, en lo cual los 51 III, XXVII | Capítulo XXVII~ ~ ~ ~Cómo se abrazan la tierra y la mar Acabaré 52 7, XV | muy honrados y animados, abrazándoles y besándoles el rey, y sus 53 1, II | perfecta figura, y la tierra, abrazándose con el agua, hacen un globo 54 III, XXVII | entre sí una misma esfera, y abrázanse en mil maneras. En unas 55 IV, XII | diligente, hallaron que, para abreviar el tiempo, el fuego ayudaba 56 IV, XXIV | también me va cansando; y así abreviaré con referir otras pocas 57 7, V | a pesar de los enemigos, abrieron camino por sus escuadrones 58 6, XXII | corte cuatrocientas leguas; abriéronle, y las tripas y el corazón 59 III, XXI | costa que están algo menos abrigados, como son los cerros de 60 IV, XXI | coger verdes, y en tinajas, abrigándolos, se maduran y sazonan, especialmente 61 IV, XXXVIII | regalada y saludable para abrigar el estómago, y partes que 62 II, IX | veces me salía al sol, por abrigarme, y era en tiempo que andaba 63 1, XX | todo lo dicho, ¿por dónde abriremos camino para pasar fieras 64 7, V | el modo de matarlos fué abrirles los pechos y sacarles los 65 7, XXVII | bien que no se condenen tan absolutamente todas las cosas de los primeros 66 7, XI | entre éstos el rey no tenía absoluto mando e imperio, y que más 67 6, XI | sufren reyes ni señores absolutos, sino viven en behetría, 68 IV, XV | también la codicia tiene sus abstinentes y continentes, aunque sea 69 7, VI | llamaron Tocci, que es nuestra abuela. No contentos con esta crueldad, 70 III, XVI | lagunas hermosas y grandes, abundantísimas de pescado, y es aquella 71 6, XV | de ropa y ganados, eran abundantísimos, y la mayor riqueza de todas 72 IV, IV | historiador sobredicho, 154 abundar sobre todas las provincias 73 IV, XLI | pacos a veces se enojan y aburren con la carga, y échanse 74 V, XXVIII | necesario advertir de estas abusiones y supersticiones, que tuvieron 75 III, XI | adelante, ni supieron si se acababa allí la tierra (como algunos 76 V, XVI | después que a media noche acababan de incensar los sacerdotes, 77 V, XXIX | celebración a nueve de mayo y acabábase a diecinueve.~ ~En la mañana 78 IV, VIII | descubrirse aquellas minas, y acabándose el año de ochenta y cinco 79 III, XIX | indios, creen muchos se acabará antes de mucho. Atribuyen 80 III, XXVII | abrazan la tierra y la mar Acabaré con este elemento juntándolo 81 IV, XXXI | que han ido de España, y acabaremos esta plática de plantas, 82 7, XXIII | llevaré, para que no os acabéis de perder? Aparecieron también 83 V, IV | cosas, por ellas mismas acaben de entender cuánto será 84 1, XVI | por muchas veces, y jamás acabo de hallar cosa que me satisfaga. 85 1, I | opinión de los peripatéticos y académicos que dan al cielo figura 86 II, VIII | alguna parte de la tórrida acaecerá que no llueva estando el 87 7, XXII | se guardasen sus leyes: acaecíale cuando volvía con victoria 88 II, VI | atadas a algún peñasco, y acaecíales levarse de allí y mudarse 89 6, XXIV | primero que tuvieron, llamado Acamapich, hasta el último, que fué 90 7, XII | príncipes, hijos del rey Acamapichtli, nuestro verdadero y legítimo 91 7, XII | era hijo del primer rey Acamapíchtli, habido en una esclava suya; 92 7, VIII | por rey un mancebo llamado Acamapixli, hijo de un gran príncipe 93 III, IV | España tornan al puerto de Acapulco, de donde habían salido. 94 7, VI | Iztapalapa, y de allí a Acatzintitlán, y después a Iztacalco, 95 7, II | para hacer mal y saltear se acaudillan y juntan, y no han podido 96 6, XVIII | tampoco se consentía tener acceso, ni había casamiento, en 97 IV, XXXVI | otros, o si es su diferencia accidental, que pudo ser causada de 98 IV, XXXVI | de poner sólo diferencias accidentales pretendiere salvar la propagación 99 IV, XXXIV | de la tierra: la miel es aceda y negra. En otras partes 100 IV, XXIII | hace como vino, y dejándolo acedar se vuelve vinagre; y apurándolo 101 IV, XXVI | recias, son también jugosas o aceitosas; son de buen comer y sírvense 102 IV, XLII | oriental, que son de color de aceituna; el segundo las del Perú, 103 IV, XXXI | berenjenas, escarolas, acelgas, espinacas, garbanzos, habas, 104 IV, XIII | el golpe del agua, como aceñas o molinos; y de los unos 105 7, XXIV | presentes.~ ~Respondió Cortés aceptando las ofertas y dando a entender 106 7, IX | parte, que no dudase de aceptar el tributo, que él le ayudaría 107 7, XI | querían hacer, lo cual también aceptaron por dalles contento.~ ~ 108 V, XVIII | Este sacrificio era el más acepto para contra los dioses de 109 1, X | más caliente, cuando se acercaba más al mediodía. Y es esto 110 II, XII | porque cuanto los montes se acercan más a ella, tanto más participan 111 II, IV | cuando el sol se vuelve a acercar allá; finalmente pasa al 112 6, XIV | mezcla, ni tenían hierro, ni acero para cortar y labrar las 113 6, V | modo ridículo que apenas acertaban con él.~ ~Este es el modo 114 7, IX | elección del nuevo rey tan acertada, que en poco tiempo comenzaron 115 III, III | línea, como a mi parecer acertadamente lo sintió el filósofo. Estos 116 7, XVII | de Tlacaellel fué electo, acertando más en éste que el pasado.~ ~ 117 IV, XII | y conforme a cómo es el acertar en estos metales, así es 118 6, VII | señales, que en un año no acertara, ni aun quizá en diez.~ ~ 119 1, XXII | desapareció.~ ~Por cierto ella lo acertó mucho en desaparecer toda 120 IV, XXIX | menos conocida para mil achaques; vinieron cincuenta quintales 121 IV, XXXI | sino falta de cuidado o de acierto. De frutas de regalo apenas 122 V, XV | a esta casa o monasterio Acllaguaci, que es casa de escogidas, 123 V, XV | alguna de estas mamaconas o acllas delinquido contra su honestidad, 124 1, XV | declarar, diciendo que se acogen a la doctrina y fuerza de 125 7, XIV | y viendo que pretendían acogerse al templo, que era muy fuerte, 126 7, XXIV | vender.~ ~Los españoles les acogieron en sus naos y, en pago de 127 V, XIV | y supremos, y unos como acólitos y otros como levitas. Y 128 IV, XXXVIII | crueles y no temen, antes acometen, y tienen unos colmillos 129 7, XVIII | primero que guiaba su gente y acometía a sus enemigos, por donde 130 IV, XXXIV | indios, y que por eso no acometían a españoles, o muy poco, 131 7, XX | enterneció de suerte que, acometiendo a responder por tres veces, 132 7, XV | porque los Suchimilcos acometiéronles todos juntos de montón, 133 V, I | no asombrará tan extraño acometimiento? ¿Una tan excesiva y tan 134 1, IX | corre con más igualdad y más acomodada a la vida y habitación humana, 135 IV, XXVII | de Castilla las han allá acomodado para esto, porque se dan 136 6, XI | reyes y señores se allanan y acomodan más a sus vasallos, conociéndolos 137 Prom | obligación de intérprete, por acomodarme mejor a aquellos a quien 138 IV, XXXIX | animal que así perciba y se acomode a la conversación humana, 139 V, XXX | otra mucha gente que lo acompañaba, y salían con él por la 140 V, X | que, porque no huyese, lo acompañaban siempre diez o doce hombres 141 V, XXI | salía por la ciudad, iba muy acompañado de señores y principales, 142 V, VIII | quemado, delante del cuerpo, acompañándole con ellas en procesión, 143 7, XV | y sus deudos y parientes acompañándoles, y en toda la tierra sonó 144 V, VII | queriéndolo sacrificar para que acompañase un señor difunto, respondió: 145 7, XXIV | congojaba en demasía, y aconsejándole los suyos y otros nigrománticos 146 6, XXVII | compañía de los soldados. Así acontecía ir con carga al campo y 147 1, XIX | venido a saber por casuales acontecimientos, que no por arte e industria 148 7, V | la laguna, que se llama Acopilco, esperando la destrucción 149 6, XXII | con que Atahualpa venía, acordaron, y aun dicen que por orden 150 7, VII | blanco. Y admirados de esto, acordáronse de una profecía de su dios, 151 IV, XXXVII | hombre, con que el hombre se acordase de ser grato y leal a quien 152 V, XXI | morían de hambre, que se acordasen de ellos. Luego los reyes 153 IV, XI | Navincopa, de el pueblo de Acoria: registróla Amador de Cabrera 154 III, XXV | abundan, y en verano se acortan, y aun algunas cesan del 155 7, XXIII | casas y haciendas. Viéndose acosado de estos anuncios, quiso 156 V, XXIV | como la santa Iglesia lo acostumbra? Verdaderamente se echa 157 7, XIII | vulgo de Méjico, con la acostumbrada cobardía acudieron al rey, 158 7, XVII | hicieron las ceremonias acostumbradas. Horadáronle la nariz, y 159 IV, XXXIV | aquellas vedijas con que los acostumbran pintar: son pardos, y no 160 7, IX | rey Acamapixtli, habiendo acrecentado su ciudad de Méjico de muchos 161 6, XXVIII | mejicanos; de su origen y acrecentamiento e imperio, porque es negocio 162 IV, I | discurso de tiempo largo se van acrecentando, y cuasi propagando. Y así 163 7, XXVIII | bondad visitar a menudo, y acrecentar con dones del cielo la nueva 164 III, XII | de hallar nuevos modos de acrecentarse, yo aseguro que antes de 165 IV, XXVIII | y también le adulteran y acrecientan con otros licores, para 166 IV, XIX | visto experiencia que las acredite mal. Nacen en una como caña 167 6, XVIII(237)| Conc. Iim. Actio. 2, c.~ ~ 168 V, XVIII | y culto del Criador, es acto admirable y propio de religión, 169 1, XI(67) | Séneca in Medeo actu 2, in fine.~ ~ 170 6, V | Compañía, que están allá actualmente aprendiendo su lengua y 171 V, VIII | vestir a todos los que habían acudido al enterramiento. En muriendo 172 7, VIII | nuestros enemigos. Por tanto, acudimos a ti sabiendo que en tu 173 7, XI | diligencia, hicieron un acueducto de céspedes y estacas y 174 1, XVII | hombres de ello, ni aun se les acuerda de pensarlo; y por ser la 175 III, VIII | muy expertos, que no se acuerdan haber visto calmas, sino 176 V, XXVIII | truena y llueve y nieva.~ ~Acúerdome que, estando en Chuquisaca, 177 IV, XII | moneda, donde se labra y acuña. Todos estos tormentos y, 178 1, I | justamente les arguye y acusa el Apóstol.~ ~ ~ ~ 179 IV, XVII | grande y ancha casi como una adarga. Esta así es el pan que 180 V, XXX | los sordos respondiendo adefesios; y los arromadizados tosiendo; 181 V, XXIII | diciendo palabras, y haciendo ademanes de mucho contento y devoción. 182 V, XXX | encalado, el cual enramaban y aderezaban para aquel día, con toda 183 V, IX | ídolo había otra pieza menos aderezada, donde había otro ídolo 184 IV, XXXIII | También para el calzado aderezan los cordovanes; mas no pienso 185 V, XXX | más principal, lo hacían aderezar en diferentes manjares, 186 7, XXIV | entrada en Méjico, hizo que le aderezasen muy bien su aposento, y 187 V, XXVI | granos echaban suertes y adivinaban mirando en lebrillos y cercos 188 V, XXVI | Para hacer esta abusión de adivinaciones se meten en una casa cerrada 189 1, XI | que adivinó con el modo de adivinar que tienen los hombres sabios 190 6, XXI | padre y con su voluntad administraba la guerra, fué desbaratado 191 6, XXV | tenía su policía y buena administración, teniendo por todo el reino 192 V, XVI | hacían el oficio de levitas, administrando a los sacerdotes y dignidades 193 V, XXIX | sus manos los sacerdotes, administrándoselas los mancebos del templo 194 7, XXVII | de suerte que ellos se admiraban de sí mismos, siendo hombres 195 V, XXVIII | eran tres, y en tres uno; y admirándole aquel sacerdote de esto, 196 IV, XXXVII | provecho. He considerado esto admirándome la providencia del Criador, 197 6, VII | dicho de indios, y cierto se admirará cualquiera que lo viere, 198 6, XV | consideración habrá que no se admire de tan notable y próvido 199 IV, XLI | cosa que muchas veces me admiré de ver que iban estas manadas 200 V, XVIII | tantas observancias, que admiro y parece que es querer claramente 201 V, XV | este monasterio no eran admitidas doncellas sino de uno de 202 6, XXVII | con más facilidad fuesen admitidos a la compañía de los soldados. 203 7, VI | enseñados de su demonio, admitieron de buena gana lo que les 204 7, VI | la tierra, tuvo por bien admitirlos a su ciudad y contratar 205 II, VII | al aire, que enfría. Los adobes se secan y cuajan con el 206 V, IV | estrellas diversos oficios, y adorábanlas los que tenían necesidad 207 V, II | sino en particular, son adoradas estas cosas; y este género 208 V, VI | mandato de los tiranos eran adorados los retratos y ídolos. De 209 7, XXIV | cuales no les faltó sino adoralle por su Dios. Diéronle su 210 V, VI | a poner en las piedras, adorándolas por dioses.~ ~Todo esto 211 V, VI | que era, les provocaban a adorarlas. Porque con el primor de 212 V, IV | cuando las alzaban, para adorarles. También adoraban a la tierra, 213 V, I | se postrase ante él y le adorase; y esto le dijo, aunque 214 7, XXIII | mirando al suelo vió un hombre adormecido, y muy vencido de sueño, 215 V, X | sacrificado, y vestíanle y adornábanle del mismo ornato que a su 216 V, XXIX | ramos y flores, tan bien adornadas y con tanta frescura, que 217 IV, XIV | pontífice, como en las que adornan los muros de la celestial 218 V, XXV | y con esto entendía que adquiría salud, diciendo que ofrecía 219 III, XXVI | mucha distancia del mar Adriático, antes parece se debe contar 220 IV, XLII | hecho algunas artificiales y adulteradas. Y muchos, cuando ven piedras 221 IV, XXVIII | hojas y palos, y también le adulteran y acrecientan con otros 222 6, XVIII | saber que no tenían por adulterio tener muchas mujeres o mancebas, 223 7, III | quisieron echar por fuerza a los advenedizos; mas fué vencida su mucha 224 V, XXV | por opinión, que todas las adversidades y enfermedades venían por 225 7, I | sus sucesos prósperos y adversos. Y no es sólo gusto, sino 226 III, VIII | del Perú a la Nueva España advertí, que todo el tiempo que 227 III, XXVI | temblor, y como están allí advertidos por la costumbre, luego 228 1, V | particularidades otros las dirán o advertirán con más cuidado; bástenos 229 II, XIV | ofender al lector, me pareció advertirle de nuevo aquí.~ ~ 230 III, XVI | particular no es posible. Sólo se advierta lo que en el libro precedente 231 II, XIV | ADVERTENCIA AL LECTOR~ ~Adviértese al lector que los dos libros 232 II, III | se darán por vencidos, en advirtiendo a la experiencia certísima 233 7, IV | hizo.~ ~Los otros, que no advirtieron el engaño, con el gusto 234 1, X(60) | 7. AEneid.~ ~ 235 1, III(18) | Aesther. 13 Sap. 1. 2. 7. 11. 18. 236 III, XV | Dedisti eum escam populis Aethiopum. El adelantado Pedro Meléndez 237 7, XIX | valiente, le tenían todos por afable y amigo de hacer bien, que 238 IV, VII | hubo en el mundo ricas y afamadas por tales fueron las que 239 III, XVIII | la codicia del Dorado tan afamado. Dejáronse caer de lo alto 240 6, V | que usan los chinos tan afamados en el mundo; y sus impresiones 241 III, IX | mayormente en las partes afectas o indispuestas, y tanto 242 Ded | sus siervos cotidiana y afectuosamente lo suplicamos a su Divina 243 IV, XXXIX | también que si vía mujeres afeitadas, iba y les tiraba del tocado, 244 IV, XIII | el ensayador cuando está afinada; saca del horno las copellas, 245 IV, XII | Que para apurar la plata y afinalla y limpialla de la tierra 246 IV, XIV | a poco se van cuajando y afinando, porque vi unas medio blancas, 247 1, XIII | Perú. Ni basta haber alguna afinidad o semejanza de vocablos, 248 III, XXVI | apenas parece creíble; pero afírmanlo personas fidedignas, corrió 249 1, II | que causa cierta no puedo afirmarla), a lo menos en el hecho 250 1, XV | No falta quien diga y afirme, que está profetizado en 251 1, VI | ello. Mas lo que digo y afirmo es que en lo que hasta ahora 252 6, XXI | rebisnieto de este Inga, afirmó que la hacienda que éste 253 1, XIV | ahora a estas opiniones pero afírmome en que no significa siempre 254 III, IX | según corta, congoja, y aflige el tiempo que dura, con 255 V, IX | significaban los ruegos de los afligidos y pecadores, que oía cuando 256 1, XIX | en el consulado de Gayo Afranio (siendo el dicho Metelo 257 7, XVIII | queriendo por esta vía afrentarles y hacer burla y escarnio 258 7, XIV | provocarles con alguna burla afrentosa. Y fué convidarles a una 259 7, XII | nos pongamos tan necia y afrentosamente en las manos de nuestros 260 V, XXVII | con señales y palabras afrentosas lo daban a entender con 261 III, V | leveche, que es lívico, o africano en latín.~ ~En latín los 262 III, XXV | averiguarlo allá. Yo, de más afuera mirándolo, digo que tengo 263 IV, XLII | como las demás hierbas y agentes naturales, pues no hay medicina 264 V, IX | hacerse adorar en figuras mal agestadas. Y es así, en efecto, de 265 III, IX | niega que el movimiento y agitación también causa mareamiento, 266 III, XXVI | movimiento de la misma tierra agitada de la exhalación encendida, 267 V, XXIX | flautilla con muy grande agonía y devoción pedían al Dios 268 V, XIX | principal o común, y el agorero le decía que de cierto había 269 II, III | menguados, y algunos se agotan. Mas después, pasando el 270 IV, XXXIII | abundancia de pastos, sin que se agote la yerba en muchas partes; 271 IV, VI | su contorno; su subida es agra, aunque se anda toda a caballo; 272 V, IX | entendiendo que su dios se agradaba de ello; como también el 273 7, V | sacrificios que a él lo agradaban, que era abrir los pechos 274 V, XV | limpieza, no porque a él le agrade la limpieza, pues el de 275 V, V | ofrenda, ni el necio sabe agradecer la honra que le hacen. Otra 276 V, XXXI | servir esta narración, de ser agradecidos a Dios, nuestro Señor, dándole 277 V, XXIII | recibían y comían los bocados, agradeciendo mucho al sol tan grande 278 7, XII | volver.~ ~El rey de Méjico, agradeciéndole su buen ánimo, le tornó 279 IV, XXXI | aunque todas son dulces; agras no se han dado bien. Melones, 280 7, VIII | que merecían, como gente agraviada, ellos, sus parientes y 281 6, XIV | entre sí, sin que nadie se agraviase; pero aunque eran grandes 282 6, I | súbditos. Que demás de ser agravio y sinrazón que se les hace, 283 IV, XXXII | y la uva y la pasa y el agraz y el arrope; pero el vino 284 IV, XVII | para ver si podrían hacer agricultura de trigo, no tiene remedio 285 IV, XXIV | hay dulces y otros un poco agrios. La cáscara también es recia. 286 III, XI | qué isla, donde hicieron aguada y se reformaron, y de allí 287 7, XII | puerta del palacio, porque le aguardaba mucha gente para hacelle 288 7, XXVI | tienen cuatro o seis navajas agudísimas, y tales, que en estas refriegas 289 7, XXIII | donde le metió, diciendo el aguila: Poderosísimo señor, ya 290 II, VI | peligrosos del perverso Diego de Aguirre, de todos los cuales trabajos 291 V, XXIX | calabaza mediana, que por unos agujerillos que tenía estaba toda llena 292 7, XII | fuéronse al rey y con gran ahínco le pidieron no emprendiese 293 III, XV | fuera del agua, y en ella ahoga lo que toma vivo; pero no 294 III, XV | muchacho, aunque ya muerto y ahogado.~ ~Pero más maravillosa 295 III, XV | suerte que fácilmente se ahogaría entrándole agua.~ ~Es maravilla 296 V, XIX | modo de sacrificarlos era ahogarlos y enterrarlos con ciertos 297 V, IX | cuatro saetas; el semblante, airado; el cuerpo, untado todo 298 III, IX | lo dicho de los vientos y aires, y pasaremos a lo que se 299 | ajenas 300 IV, XVIII | las raíces de Europa el ajo estiman sobre todo los indios, 301 6, XIV | piedra con otra, según están ajustadas, era forzoso proballa muchas 302 V, III | hebreo, El, y al arábigo, Alá; no se halla en lengua del 303 1, XI | preceden, donde, habiendo alabado el sosiego y vida poco bulliciosa 304 1, III | el profeta David, gran alabador y cantor de las obras de 305 IV, XIX | no podía venir: el olor alabó, el sabor no quiso ver qué 306 IV, XII | por un cañón al modo de alambique, recíbese todo el azogue 307 II, VII | artificiales, como las alquitaras y alambiques que sacan agua de hierbas 308 7, V | cual cercaron de sauces, álamos, sabinas y otros árboles. 309 V, XXVIII | los viejos hacían cierto alarde, dando algunas vueltas; 310 6, II | diciendo, que ya Dios les alargaba otro siglo, que eran cincuenta 311 II, IV | la interior Etiopía se va alargando, al modo de punta, hasta 312 7, XI | crueles heridas, alzaron un alarido y llanto que cubrió toda 313 IV, XXXI | melocotones, y priscos, y albarcoques, aunque éstos más en Nueva 314 1, XXI | menester herraduras, ni albardas, ni otros aparejos, ni cebada 315 7, VIII | vinieron a hallar una pequeña albarrada o terrapleno, que ellos 316 V, XV | recogimiento tenían una alberca, donde se lavaban aquella 317 1, XI | helado,~ ~y el persa en Albis bañado,~ ~y el Rhin más 318 V, XIX | corrupción, infidelidad, alboroto, perjuicios, motines, olvido 319 7, XXVI | palacio, que todo el pueblo se alborotó y con furiosa rabia tomaron 320 7, XIX | día envió a Cuyoacán un alcalde de corte a prender al hechicero, 321 7, XV | hizo huir, y yendo en su alcance, el señor de Cuytlavaca 322 7, XXVII | todas sus necesidades y alcanzaban lo que pedían, tanto, que 323 7, XIII | perdéis la victoria, y si la alcanzáis, desde aquí nos ofrecemos 324 V, XIX | enfermedades suyas para alcanzalle salud; también cuando iba 325 IV, XLI | que acaece, no pudiendo alcanzallos, porque no se pierdan las 326 1, I | vanos, que conociendo y alcanzando el ser y orden de estas 327 7, XX | con tan vivo sentido no alcanzará las cosas de la tierra, 328 V, XXVI | o volverán sanos, o si alcanzarán lo que pretenden, y los 329 7, XVIII | y que de aquella manera alcanzarían perdón, y no de otra; queriendo 330 IV, XXXIX | que no puede con un salto alcanzarle, usan una maña graciosa 331 1, XVII | conocimiento de Jesucristo, y alcanzasen su eterna salud, proveyóse 332 1, III | templos galanísimos, sean alcázares de soberbio edificio, sean 333 III, XXIV | en él españoles y sacado alcrebite o piedra azufre para hacer 334 1, XVII | se va el labrador de su aldea a la villa. Ya hemos visto 335 1, VII | abajo, la cual respuesta alegando Lactancio Firmiano, sin 336 1, IV | semejanzas o parábolas o alegorías, que en todo y por todo 337 1, XXII | aquello en sentido místico y alegórico y que no puede ser menos.~ ~ 338 III, IX | clara como un espejo. Unos alegran de suyo y recrean, otros 339 7, XX | la pones a quien te mira? Alégrate, ¡oh tierra dichosa!, que 340 IV, XXXVII | San Francisco recibiéndole alegremente la santidad de Sixto V, 341 IV, XXXVII | soslayo, tan lindos, tan alegres y vivos, que deleitan admirablemente. 342 7, XXVI | lo cual hicieron muchas alegrías y jugaron el artillería.~ ~ 343 IV, XXVIII | verdadero bálsamo que traen de Alejandría o del Cairo, y que antiguamente 344 V, Pro | Eusebio Cesariense, Clemente Alejandrino, Teodoreto Cirense y otros, 345 1, XIX | la India oriental hasta Alemania.~ ~En otro libro escribe 346 6, X | y procuraban fuesen muy alentados, de suerte que pudiesen 347 V, XVII | de manguey, que es como alesno o punzón agudo, o con otro 348 III, XV | llaman voladores: tienen unas aletas como de tetilla o pergamino 349 6, V | es así, porque ni tienen alfabeto, ni escriben letras, ni 350 IV, XLII | como en un hierrezuelo, o alfiler o palillo, que se halló 351 IV, XXIII | para prender o asir como alfileres, o para coser, y ésta es 352 7, XXII | de bajarse, le ponían una alfombra rica donde pisase. Cuando 353 III, XXII | que los araucanos y sus aliados hacen, porque son indios 354 7, VIII | negocio y que no le estaba mal aliarse con los mejicanos, que eran 355 7, XX | decir que te regocijes y alientes con tal rey. Y tú, ¡oh generosísimo 356 6, VI | muchos impresos, todos mal aliñados. Son grandes representantes, 357 7, X | tierra. Quedaron con esto muy aliviados y contentos los de Méjico; 358 V, XXVI | sentían con ella notable alivio, y debía esto de ser porque 359 7, XVI | dejó del todo rendida y allanada la provincia de Chalco, 360 V, XX | por dos causas no habían allanado aquella provincia, siéndoles 361 6, XI | que son reyes y señores se allanan y acomodan más a sus vasallos, 362 7, XIX | tuvo gran dificultad en allanar esta gente, porque se habían 363 7, XXVI | vencerse tantas dificultades y allanarse toda la tierra al mando 364 1, XX | alguna parte, a lo menos se allega mucho.~ ~Si esto es verdad, 365 II, IV | ingenios, es aquella tierra más allegada a la condición de Europa, 366 7, XXVIII | nuestros siglos se ha de nuevo allegado a la cristiandad en oriente 367 II, V | apartamiento. Al apartamiento y allegamiento del sol síguese el calor 368 1, X | que aquella región que se allegase tanto al mediodía, que tuviese 369 1, XIII | En esto digo que me allego de mejor gana a la opinión 370 IV, XII | guardar, y así se mete en los almacenes del rey, y de allí se lleva 371 III, IX | descubierto aquel reino por Almagro, gran parte había quedado 372 IV, XII | almendras cuando exprimen el almendrada; y estando bien exprimida 373 III, XI | según decía, pasarle, y el almirante y soldados no lo consintieron, 374 IV, XX | que huele en la boca como almizcle, y es muy bueno. Lo que 375 6, XXVI | comunes, y, si alguno se alojaba fuera de su lugar, tenía 376 6, XVIII | que allá usan, que es como alpargate, o zapato de frailes Franciscos 377 III, IX | España y los Pirineos y Alpes de Italia son como casas 378 1, XIV(78) | Arias Mont., Ibídem, et in Alphabeto apparatus.~ ~ 379 V, XVIII | los moros, que llaman el alquible, que es tomar la res encima 380 6, XVI | tierra y beneficiarla, sin alquilar otros obreros. Todos se 381 II, VII | cosas artificiales, como las alquitaras y alambiques que sacan agua 382 III, XVII | otra fuente o manantial de alquitrán. Díjome el sobredicho piloto, 383 III, IX | está hecho a ello, que se altera y congoja terriblemente, 384 6, XVII | estos chasquis en tiempos de alteraciones, y con gran necesidad. El 385 III, IX | presto, ni más poderosamente altere, que la mudanza del aire 386 7, XXI | descubrir sus pensamientos altivos. Lo primero mandó que ningún 387 Prom | gente tan ciega, el que alumbra desde los montes altísimos 388 IV, XXXIII | con el cual comúnmente se alumbran ricos y pobres, porque como 389 V, XVIII | lanudo, con otras, para que alumbrase y criase; y si era guanaco, 390 IV, IV | con agua fuerte, porque el alumbre, de que ella se hace, tiene 391 7, XVII | una provincia que estaba alzada, y en la jornada perdió 392 V, XXVI | de las batallas y de los alzamientos y muertes, así de los tiranos, 393 V, XXIX | y le sacaba el corazón, alzándolo en la mano todo lo que podía, 394 7, XIX | traían el tributo a Méjico, y alzándose con él; tuvo gran dificultad 395 7, XVI | que, si en efecto querían alzarle por rey, levantasen en la 396 V, XVI | ojos en el suelo, sin osar alzarlos a mirarlas; traían por vestido 397 7, XI | y con crueles heridas, alzaron un alarido y llanto que 398 7, XV | demonio muy codicioso, de alzarse con la honra de lo que él 399 7, XXIII | Jerusalén, suplicaban a Dios alzase su ira, y que aquellos prodigios 400 7, IV | quedasen, y luego, sin ruido, alzasen su real y se fuesen; y así 401 6, XXII | hijo de Guaynacapa, y se alzó contra su hermano en Quito, 402 7, XIX | principal parte para ser amados y obedecidos.~ ~Para la 403 IV, V | metal, que tanto los hombres aman, de las cuales diremos algunas 404 6, XVIII | era prohibido el casarse o amancebarse; sólo el primer grado lo 405 6, II | noche, diciendo que quizá no amanecería más, velando con gran atención 406 6, II | gracias, porque les había amanecido, y prorrogádoles otro siglo. 407 7, VI | ofrecieron, y por arte diabólica amansaron todas aquellas animalias, 408 III, XVI | El agua no es del todo amarga y salobre como la del mar; 409 V, VI | sucedió que sintiendo el padre amargamente la muerte del hijo mal logrado, 410 6, XIV | manojos o balsas muy bien amarrados de una parte y de otra del 411 IV, XII | se muele y se cierne y se amasa y se leuda y se cuece la 412 IV, XII | los buitrones de fuego se amasaba muchas y diversas veces 413 V, XXIV | tostado, después de molido amasábanlo con miel, y hacían de aquella 414 V, XXIII | harina de maíz, teñida y amasada en sangre sacada de carneros 415 IV, XII | algunos días, y tornaban a amasallo otra vez y otra, hasta que 416 IV, XII | si bien se mira, es un amasijo formado, donde se muele 417 6, XXIV | mas por competencias y ambición no se halla haber entre 418 IV, XXXVIII | aunque éstos son de género ambiguo, porque andan en agua, y 419 III, XIX | maravillan de ver tierra tan amena y tan verde y tan llena 420 7, XXV | más que la primera vez, amenazándoles que les quitaría las vidas 421 7, XIX | estos embustes, envió a amenazar a los de Cuyoacán que, si 422 7, XXIII | con muy grande, por las amenazas que sus dioses le hacían 423 1, III | enfado. Sean jardines muy amenos, sean palacios y templos 424 7, XVI | general Tlacaellel, a quien amó y estimó mucho, como era 425 V, V | vaca Isis, y el carnero Amon; y en Roma la diosa Februa 426 7, IX | para su buen gobierno, y amonestándoles que mirasen el bien de su 427 II, VII | resolverlos; y así levantados y amontonados con su muchedumbre, se derriten 428 III, IX | día uno y otro día otro amortecidos, y que él no quería ya sino 429 V, XXVI | aplicado por vía de emplasto, amortigua las carnes; esto sólo por 430 V, XXVI | de ponzoñas, y como les amortiguaba el dolor, parecíales efecto 431 IV, XLI | que de balde sirve a sus amos, contentándose con la hierba 432 7, XIX | horrible, y temieron mucho más. Amostazado el rey de estos embustes, 433 III, XVIII | de Orsúa, y muerto él, y amotinada la gente, otros capitanes 434 7, VIII | sus parientes y amigos se amotinaron y se fueron a buscar nuevo 435 7, XXVI | a lo alto de una azotea, amparados con las rodelas de dos soldados 436 III, IX | forzoso hacer noche allí para ampararse del vientecillo, que digo 437 7, VIII | vivir, y nos defienda y ampare de nuestros enemigos. Por 438 7, XVI | ídolos no se señaló menos, ampliando el número de ministros y 439 7, III | una honesta competencia a ampliar e ilustrar su república 440 6, XI | India oriental hay reinos amplios y muy fundados, como el 441 6, VI | mandarín, que es dificilísima y amplísima, como está referido. Lo 442 III, X | juntan el un mar con el otro amplísimamente, o, por mejor decir, se 443 V, XXVI | acuden muy de ordinario los anaconas y chinos, que sirven a los 444 IV, XXI | hueco, ni tronco ni ramos. Añádese a lo dicho que los plátanos 445 III, IX | malo ni corrupción. Y aún añadía otra cosa extraña, que hallaron 446 7, XI | indignación contra sus enemigos. Añadieron que su intento era o morir 447 II, X | templarse su calor.~ ~A esto añadiré otra causa, que el entenderla 448 1, XI | tragedia Medea67 en sus versos anapésticos, que, reducidos al metro 449 1, XX | mayormente las que llaman añas, que es un linaje el más 450 III, XVIII | balsa de paja, y toma a las ancas al que ha de pasar, y bogando 451 V, XIII | fortalecidos con grandes y anchos estribos. Eran éstos dedicados 452 V, XV | géneros de mujeres: unas ancianas, que llamaban mamaconas, 453 IV, XXVII | ramilletes. Y eran tantos, cuando andábamos en aquella provincia, que 454 IV, VIII | unos descansos a manera de andamios, porque son muchas las escalas 455 III, VI | estaría bien queda, y no andaría al derredor, si la esfera 456 1, VIII | que arriba dijimos, de que andarían al revés los antípodas, 457 1, IX | y así podría, sin duda, andarse toda la tierra en torno 458 1, VII | vemos andar colgando, ni que andemos las cabezas abajo y los 459 6, XV | rica; de los Lucanas, con anderos para llevar su litera; de 460 6, XXI | y en el hospital de San Andrés, que fundó el dicho marqués, 461 1, X | sol tan cerca de sí, que anduviera encima de sus cabezas, y 462 7, IX | nombre se dice Patillas, anduviese por allí, mayormente cuando 463 7, XXI | no había de consentir que anduviesen mezclados plebeyos y nobles 464 1, XI | palabras: En las cuales cosas anduvistes un tiempo según el siglo 465 III, XXIII | dicen que toda es tierra anegadiza, llena de lagunas y pantanos, 466 III, XIX | hace pantanos y tierras anegadizas sin remedio. En efecto, 467 IV, V | arena de los ríos y lugares anegadizos, o cerros muy altos, de 468 III, XIII | tampoco muestran tanta furia, anegándose en aquella profundidad. 469 7, XIX | de ella, que por poco se anegara la ciudad, como el otro 470 III, XVIII | parece imposible dejar de anegarse y hundirse allí. Con todo 471 1, XXII | con un terrible diluvio se anegó aquella su isla Atlántida, 472 1, XIV | llegó a los grandes montes Ange (que por ventura es el Tauro), 76 473 III, XXIV | cerca de la Puebla de los Angeles, es también de admirable 474 II, X | polo; y así, Germania y Angla tienen en verano más largos 475 V, VII | venerable Beda, que usaban los Anglos antes de convertirse al 476 III, XXVI | cerca de un pueblo llamado Angoango, donde había indios hechiceros 477 III, XXIII | Brasil, y donde viene a angostarse la tierra, que es el río 478 III, XIII | o cien leguas; donde más angosto, será de una legua, algo 479 IV, XXII | en unos cestos largos y angostos, y cargan los carneros de 480 7, XXIII | muchas voces como de mujer angustiada, que decía muchas veces: ¡ 481 7, XV | muchachos muy honrados y animados, abrazándoles y besándoles 482 IV, XXXVIII | donde también hay otro animalejo muy común que llaman cuy, 483 7, VI | amansaron todas aquellas animalias, sin que les hiciesen daño 484 7, VI | ídolo en los trabajos y animándoles con promesas de cosas grandes.~ ~ 485 1, XVI | filosofía, con tal deseo se animaron a hacer viaje por mar, y 486 7, XI | que os guíe, esfuerce y anime contra vuestros enemigos. 487 IV, XXIX | para medicinas, como es el ánime, que viene en grande cantidad; 488 7, XIII | perdición. El rey los consoló y animó, prometiéndoles que les 489 7, XVIII | partieron uno contra otro animosamente, donde peleando buen rato, 490 V, VII | trabajo, y por eso hacen sus aniversarios, llevándoles comida, bebida 491 1, XIX | autor103 que un criado de Annio Plocanio, el cual tenía 492 1, I(7) | Senensis, lib. 5. Biblioth, annot. 3~ ~ 493 IV, XXV | Del chicozapote y de las anonas y de los capolíes Algunos 494 III, XVI | en el libro precedente se anotó, que debajo de la tórrida 495 7, XVIII | tomar disfraces de cuervos y ansares y de pájaros y de ranas 496 V, V | de las calenturas, y el ánser de Tarpeya; y en Atenas 497 III, XII | osadía de los hombres y el ansia de hallar nuevos modos de 498 III, XIX | está disputado en el libro antecedente de la tórrida zona, pues 499 7, XV | el parecer contrario, de anticiparse y darles batalla. Lo cual, 500 1, VII | de la Asia, y somos sus antíctonos, como los cosmógrafos hablan, 501 V, IX | tiene más de ser de una antigualla. Y va prosiguiendo divinamente 502 1, I(3) | Genes. et Homil. 12. ad pop. Antioc.~ ~ 503 7, XXIII | causada por la tiranía de Antioco llamado Epífanes, al cual 504 V, XII | ven hoy las ruinas de un antiquísimo y grandísimo edificio, de 505 1, XIII | Josefo, en los libros de Antiquitatibus, donde dice que es provincia 506 1, II | de fingir lo que se nos antojare, porque si ponemos, por 507 1, XVI | fabulosas: sino es que se le antoje a alguno buscar otra águila, 508 7, IX | de Azcapuzalco aquellos antojos de nuevos tributos; pero 509 III, XI | el navío de San Juan de Antona, donde iba gran suma de 510 1, IV | fuéramos del error de los antropomorfitas, que ponían miembros corporales 511 III, IX | como se cae una manzana anublada del árbol, se cayeron ellos 512 IV, XVII | porque hartos años es les añublan y hielan en la misma tierra: 513 7, III | descubierta la tierra, que añuda y junta estos dos mundos, 514 6, III | llamaban Succanga; y por allí anunciaban las fiestas, y los tiempos 515 IV, II | temporales y humanos lo anunciasen. Por donde vemos que las 516 7, XXIII | que se llama Quezalcoalt, anunció que venía gente extraña 517 III, XV | cuchillo grande carnicero, y un anzuelo grande de hierro, y un pedazo 518 6, XX | fundó la familia llamada Aocailli Panaca.~ ~A este sucedió 519 7, VII | águila muy bella, que se apacentaba allí de pájaros muy galanos, 520 IV, XXXIII | tan viciosa, que no pueden apacentarse sino ganados mayores; y 521 III, IV | Damas, por su quietud y apacibilidad. Así llegan hasta las islas 522 V, XXX | pájaros, conejos y otras cosas apacibles, donde, después de haber 523 IV, XLII | refiere Plinio, 192 que se apacientan de ponzoña y no les empece.~ ~ 524 IV, XLI | tienen ciervos y capreas; apaciéntanse y viven en sierras altísimas 525 7, XXVII | Señora que estaba en lo alto, apagaba el fuego luego, y esto visiblemente 526 6, II | cuantas vasijas tenían, y apagaban cuantas lumbres había, diciendo 527 III, XVII | aguas que entran en él le apagan aquel fuego, y humo que 528 III, VIII | la leña mal seca, que en apagándose la llama, humea más. La 529 V, XVI | sus cuartos, porque no se apagase la lumbre que estaba delante 530 IV, XXXIX | poner el pichel a un lado, y apañar piedras, y tirallas a los 531 V, VIII | del templo, con diversos aparatos, unos incensando, y otros 532 II, V | aquellas dos cualidades no se aparean, ni andan juntas como en 533 III, VI | aire, donde se engendran y aparecen, y se deshacen, imposible 534 7, XXIII | piramidal, la cual comenzaba a aparecer a la media noche yendo subiendo, 535 7, XXIII | de gestos horribles que aparecían.~ ~Josefo, en los libros 536 6, XX | Viracocha, en sueños le había aparecido y mandado que tomase su 537 7, IX | Vitzilipuztli les consoló apareciendo aquella noche a un viejo 538 7, XXIII | predicaba el verdadero Dios. Así apareciéndose, y atormentando a la mujer 539 7, XXV | Subiendo por una cuesta arriba, aparecióles Tezcatlipuca, uno de sus 540 V, XXVIII | responde a noviembre, se aparejaba lo necesario para los muchachos 541 7, XXIII | dicho sus dioses, que se le aparejaban y él y a todo su reino grandes 542 V, XX | sacrificados, y allí hallaban aparejados los ministros que los habían 543 III, XI | parecer, así se confesaron y aparejaron para morir todos. Duróles 544 7, XXIII | del rey. Pues semejantes apariciones leemos en la divina Escritura248 545 IV, X | que con cierta arte apartaban el oro del azogue: no 546 1, XIV | el mar grande, o regiones apartadísimas y muy extrañas; y así me 547 1, XVII | tanto más cuanto se va más apartando de aquel clima. Eso es lo 548 IV, XII | incorporándola consigo y apartándola de la tierra, plomo y cobre, 549 II, II | tierra más fría, cuanto se apartare más del movimiento del sol. 550 IV, XII | de descubrirla, sacarla y apartarla del mismo azogue, lo cual 551 7, VIII | Malinalco.~ ~Eran estos que se apartaron a Tlatellulco, de cuyo inquietos 552 III, IX | realmente morir. Otros se apeaban, y de vómitos y cámaras 553 V, XXIX | las manos, y con ellas las apedreaban, burlando y escarneciendo 554 7, XIII | luego, alzando gran grita y apellidando Méjico, Méjico, dieron en 555 6, XXI | Y fué así que con este apellido comenzó a hacer gente y 556 V, X | un cañutillo, con que se apercibía la gente para adorarle. 557 7, XII | honor de su república.~ ~Apercibido Tlacaellel, tomó su camino 558 7, X | la guerra por la laguna, apercibiendo la gente para lo que andaban 559 V, XXX | Iléztli, que quiere decir el apercibimiento; y cuando le apercibían 560 7, XVIII | persona a persona, y luego apercibió su gente, mandando a una 561 III, XXVI | obstruyen los agujeros y aperturas de la tierra por donde había 562 IV, XIX | frutilla de Chile tiene también apetitoso comer, que cuasi tira al 563 III, XI | al cabo del tercero día, aplacando la tormenta, tomando el 564 Ded | extraños también con su novedad aplace, tengo para mí, que para 565 IV, XLI | poniéndome aquella medicina se aplacó el dolor, y dentro de muy 566 IV, XLII | otros diversos males se aplica molida y echada en algún 567 6, XXVII | Así que los que a estos se aplicaban, que de ordinario eran los 568 IV, XLII | ser de mucha operación, aplicada en el tiempo y modo conveniente, 569 IV, XXIX | otras cien cosas que, bien aplicadas y a tiempo, no las tienen 570 7, XVII | mirar más el bien común y aplicarse al oficio y estado que entienden 571 V, XXVI | saludadores, para que les aplicasen la medicina divina, y ellos 572 IV, XXVI | lo que se escribe en el Apocalipsis. Y a la verdad, así parecía, 573 1, XXIII | hacer caso de escrituras apócrifas) más contradice, que ayuda 574 1, XXIII | no veo que el Eúfrates apócrifo de Esdras mejor paso 575 6, XXII | señor, así por estar muy apoderados de él los capitanes que 576 1, XIV | todos sus castillos, y se apoderó de todas sus fuerzas, y 577 V, XXVIII | estatuas del sol se intitulaban Apointi, Churiinti y Inticuaoquí, 578 V, XII(223)| Justin. in Apolog. pro cristian.~ ~ 579 III, XVI | principio el río famoso de Aporima, del cual se cree que procede 580 7, XXIV | los españoles que habían aportado a su tierra, y de la embajada 581 7, IV | a cabo de largo tiempo a aportar a la provincia que se llama 582 III, XI | para que el otro navío, si aportase allí, supiese de la capitana 583 1, XVI | otra arca de Noé en que aportasen hombres a Indias: ni mucho 584 7, XXV | disminuirle su reino.~ ~Aposentó Motezuma a Cortés y a sus 585 IV, XXX | España. Este, midiéndole aposta, se halló en sólo el hueco 586 IV, XXVIII | veneración, ha declarado la Sede Apostólica que con este bálsamo de 587 7, XXVIII | suyos, varones santos y apostólicos, como fueron fray Martín 588 1, III | sobre qué estarán, o qué apoyo ternán? Y si la tierra y 589 1, III | que haya menester otros apoyos ni estribos.~ ~Aquí, pues, 590 1, XIII(69) | Arias Montanus in apparatu, in Phaleg., cap. 9.~ ~ 591 1, XIV(78) | Ibídem, et in Alphabeto apparatus.~ ~ 592 IV, VIII | estos metales, que tanto aprecian los hombres. Plinio dice, 160 593 7, XVI | patria; antes quiero que aprendáis de mí dejaros antes morir, 594 6, V | padres en que sus hijos aprendan a leer y escribir. Las escuelas 595 V, XXX | caminantes y forasteros se aprestaban con aquella señal, para 596 III, IX | íbamos muchos, cada uno apresuraba el paso, sin aguardar compañero, 597 III, IX | molidas y deshechas, y que apretando el hierro entre los dedos 598 II, VII | copia de vapores, y luego, apretándolos, por no hallar salida, los 599 V, XIX | triste, que no quisieron apretarle más, y así se volvieron 600 7, XXVI | así les cercaron la casa y apretaron reciamente, sin que bastase 601 7, XV | Cuytlavaca, donde con sus ardides apretó a sus enemigos, de suerte 602 V, IX | donde venía a haber tanta apretura en la caza, que, dando saltos, 603 III, XXI | no teniendo contrario, no aprieta ni exprime los vapores que 604 II, VII | y con el mismo frío se aprietan y espesan. y con esto, como 605 II, XIV | sabe qué es invierno que apriete con fríos, ni estío que 606 7, XXVII | españoles cercados, y en tanto aprieto que sin ayuda del cielo 607 IV, XLII | tanto, ni se tienen por tan aprobadas para medicina. De las vicuñas 608 1, VII | la dicha lumbre interior aprobamos o desecharnos lo que ellas 609 7, XV | luego, por superiores, y aprobar su ventura, prevaleció al 610 V, I | todo cuanto puede hurtar y apropiar a sí lo que sólo al altísimo 611 6, XIV | estaban mal repartidos y aprovechados, y propiamente como mezquitas 612 IV, XII | procuran después sacallo y aprovechallo.~ ~Limpia, pues, que está 613 1, VI | de esta consideración nos aprovechamos a veces, cuando algunos 614 IV, II | cristiana en nuestros tiempos, aprovechándose el Señor para sus fines 615 7, XXVIII | salvación, del que se pone en aprovecharnos de sus pobres sudores y 616 IV, XXVII | que llevadas de España aprueban maravillosamente. Los rosales 617 6, XXIV | y así miraban que fuesen aptos para la milicia y que gustasen 618 III, I | que no pretendo más de ir apuntando algunas cosas naturales, 619 IV, XXIII | acedar se vuelve vinagre; y apurándolo el más al fuego es como 620 IV, IV | han menester fuego para apurarse. Aunque también he visto 621 V, XVIII | ciertos perros negros llamados apurucos, y matábanlos, y echábanlos 622 1, XI | allende, sino también de aquende, que antiguamente era la 623 6, XV | había número determinado de aquestos vestidos, sino los que cada 624 IV, XLII | ella también lo dijo Rasis, árabe.~ ~Hanse visto algunas experiencias 625 IV, XXXIII | terneras, y para bueyes de arado, etc. En otra forma hay 626 IV, XII | unos cedazos de telas de arambre, que hacen la harina tan 627 1, VII | medio, como el pulpo y la araña; así también el cielo donde 628 6, XXV | sangre, no como quiera, sino arañando; todos estos títulos eran 629 1, XX | del arca en los montes de Ararat, donde ella hizo pie; de 630 1, XI | indio cálido bebe~ ~del río Araxis helado,~ ~y el persa en 631 V, V | recia y mucha, y cortóse un arbolazo disforme, que por su antigüedad 632 IV, XXIX | veneno. Es el tabaco un arbolillo o planta asaz común, pero 633 IV, XXII | pequeña que nace en unos arbolillos de obra de un estado de 634 IV, XIX | lo que los latinos llaman arbusta, que todo esto no llega 635 IV, XIX | algunos géneros de estos arbustos o verduras en Indias que 636 7, XXVIII | el miedo a los caballos y arcabuces, y sabiendo que el español 637 III, XI | ensenada grande, donde hay un archipiélago de islas. Sarmiento porfiaba 638 7, XV | Cuytlavaca, donde con sus ardides apretó a sus enemigos, de 639 V, XVI | traían leña para que siempre ardiese en el brasero del dios, 640 IV, XXXVIII | animalejos pequeños como ardillas: tienen un pelo a maravilla 641 II, XIII | moderar y corregir tan bravos ardores del sol. Así que por beneficio 642 IV, XXXIII | el río de Sevilla y aquel arenal donde se pone tanto cuero 643 IV, XVI | algunas partes las llaman arepas. Hacen también de la propia 644 6, XXVIII | provincias de Indias se llamaban Areytos, en Méjico se dicen Mitotes.~ ~ 645 IV, V | todo lo que encarecen las argentifodinas de España y de otras partes 646 IV, X | por otro nombre se llama argenvivo, como también le nombran 647 V, IV | las cuales se pueden tomar argumentos muy maravillosos y eficaces 648 II, XII(116)| Aristones. Medeo. ~ ~ 649 1, VII(47) | Aristótel. 1, de caelo, cap. 3.~ ~ 650 V, III(205)| Plat. in Timeo. Arit., cap. últim., 12 Metaph. 651 6, XXVI | arriba; los más ilustres se armaban enteramente. Todos los susodichos 652 V, XXI | le había de sacrificar, armado con otra espada y rodela; 653 IV, XLI | y agua; allí descargan y arman sus toldos y hacen fuego 654 III, XI | y a su instancia mandó armar una gruesa armada que envió 655 IV, II | encerró el Criador en los armarios y sótanos de la tierra, 656 III, XI | don Francisco de Toledo armó y envió dos navíos buenos, 657 IV, XXIX | Otros innumerables palos aromáticos y gomas y aceites y drogas 658 6, XVI | redondos; en otras unos como aros de cedazo, y así otras mil 659 III, IV | aquel paraje, que son como arrabales de las tierras de Indias. 660 V, XXIX | sacerdote y, tomándolas, les arrancaban las cabezas y echábalas 661 V, XXII | aquél hablase, habiéndole arrancado el corazón, pues refiere 662 IV, XV | escollos de la mar. De allí los arrancan y se cargan de ellos, y 663 7, XXVI | reyezuelo, con extraño valor, arrancando una daga, se llegó a Cortés 664 IV, XXXVII | pinzas tomar las plumas, arrancándolas de los mismos pájaros muertos, 665 V, XX | con una presteza extraña, arrancándole el corazón con las manos; 666 IV, XXII | letrados y sabios sobre si arrancarían todas las chacaras de coca; 667 V, XXIX | los demás, hasta que todos arrebataban aquella colación, la cual 668 1, XIX | del mar de Mauritania fué arrebatada de brisas hasta ponerse 669 1, XIX | antiguamente hayan sido arrebatadas de la fuerza del viento, 670 III, XVIII | Dejáronse caer de lo alto arrebatados del furor del río, y asiéndose 671 III, XV | caimán un indio, al cual le arrebató un hijuelo, y se lo metió 672 1, XXII | muchos bajíos de peñas, y arrecifes, y de mucha lama, y que 673 V, XXIX | unas cañas en las manos arremetían a las gradas del templo, 674 III, XV | que daban saltos, y de una arremetida en el aire cortaban carne 675 7, XIII | mandó que en su compañía arremetiesen los primeros; y todo el 676 1, XIX | Plocanio, el cual tenía arrendados los derechos del mar Bermejo, 677 V, XXIX | con grande compunción y arrepentimiento, ofreciendo cuantidad de 678 IV, XXIV | tal árbol cuando españoles arribaron allá, sino que llevado de 679 V, XVI | dos chinos delante de ella arrodillados a manera de ángeles, y tiene 680 7, VII | lugar del oráculo, todos se arrodillaron, haciendo gran veneración 681 7, XXV | estilo llano y ajeno de arrogancia, dan suficiente noticia 682 V, XX | luego volvía al ídolo y arrojábaselo al rostro; y luego el cuerpo 683 1, XIX | la fuerza del viento, y arrojadas a tierras no conocidas, 684 V, IX | en la derecha, una vara arrojadiza, amenazando con ella; el 685 7, XXVII | echando los indios fuego arrojadizo sobre el techo de la morada 686 7, XXVI | Peleaban con piedras, dardos arrojadizos, su modo de lanzas y espadas, 687 7, VI | mejicanos, defendiéndose y arrojando ciertas varas que usaban, 688 III, XV | cuestas hasta la mar, donde arrojándolas con presteza suben en ellas, 689 V, XXX | corazón a la luna; y después arrojándolo al ídolo, dejando caer el 690 IV, XXVI | y sacerle la almendra, arrójanlas desde lo alto del árbol 691 IV, XXXIX | con la cola a un ramo, y arrójanse adonde quieren, y cuando 692 IV, XLI | vicuñas, cuando llegan a tiro, arrojarles unos cordelejos con ciertos 693 III, IX | estuve con pensamientos de arrojarme de la cabalgadura en el 694 7, XIII | monte do se habían retirado, arrojaron las armas y pidieron las 695 7, XVI | enemigos; diciendo esto, se arrojó y hizo mil pedazos. De cuyo 696 1, XXIII | y llámase aquella región Arsareth. Entonces habitaron allí 697 III, XV | barquilla, que es como una artesa, y bogando llégase al costado 698 V, XXVI | cualquiera cosa, para tenerla por artículo de fe. Y así hacían en el 699 V, VI | curiosidad de excelentes artífices, que con su arte hicieron 700 6, XXVIII | estos romances eran muy artificiosos y contenían historia; otros 701 IV, XVII | come así en raíz cocida o asada, y es buena comida. Dura 702 IV, XVII | papas así frescas cocidas o asadas, y de un género de ellas 703 IV, XVIII | ordinaria, como camotes, que asados sirven de fruta o legumbres; 704 V, XXV | por suertes, mirando la asadura de algún animal, si les 705 II, VII | manual. Cuando se pone a asar un pedazo de puerco, o de 706 IV, XXI | plátano como fruta así crudo; ásase también y guísase; y hacen 707 6, XVIII | adulterios y incestos con ascendientes y descendientes en recta 708 IV, IX | y estar en sí hechos un ascua roja de fuego, era espectáculo 709 IV, XXXIX | otros, salta y alcanza y se ase al ramo, y sustenta a los 710 1, III | o en qué cimiento están aseguradas sus bases? Finalmente, para 711 7, III | Tlascaltecas. Los cuales los aseguraron y, fingiendo paz con ellos, 712 7, XXV | indios, a Cortés le pareció asegurarse con echar mano del rey Motezuma 713 III, XII | modos de acrecentarse, yo aseguro que antes de muchos años 714 7, XIX | un desaguadero, por donde aseguró la ciudad, y todo lo caído, 715 V, III(205)| Trismeg. in Pimandro et Aselepio.~ ~ 716 IV, IV | Letras149 la caridad se asemeja al oro. En lo demás, para 717 1, VII | las cosas que acá están asentadas, estén allá trastornadas 718 6, XIV | se cortaron, trajeron y asentaron donde están.~ ~Para todos 719 1, III | agua, dice galanamente: que asentó Dios la tierra sobre las 720 IV, VIII | luz hay del cielo, y vanse asiendo con ambas manos; y así suben 721 IV, XIII | la ley que tiene, y esa asienta, y señala en cada barra 722 7, XVIII | tras él y con fuerza le asió y despeñó del templo abajo, 723 V, XXX | queda dicho, a los cuales asistía sólo un sacerdote, que continuamente 724 6, XXV | supremos príncipes, que asistían con el rey; y solos estos 725 7, XI | se quedasen con ellos y asistiesen a la elección del rey, que 726 7, IX | declararía por enemigos y los asolaría.~ ~De este mandato recibieron 727 7, XVIII | matanza, y prosiguiendo asolaron su ciudad y su templo, y 728 III, XXVI | temblor de Arequipa, que asoló cuasi aquella ciudad. Después, 729 7, XXIV | del diez y ocho, vieron asomar por la mar la flota en que 730 V, I | Hijo de Dios. ¿A quién no asombrará tan extraño acometimiento? ¿ 731 7, XXV | regocijo, de que no poco se asombraron los indios, no hechos a 732 V, XVII | De las penitencias y asperezas que han usado los indios 733 7, III | fueron penetrando tierras asperísimas y descubriendo nuevo mundo 734 III, XX | fertilidad, y hay cerros asperísimos y de gran riqueza de minas, 735 III, IX | cualidad del aire que se aspira y respira, por ser sutilísimo 736 1, XIV | dichos vocablos, teniendo uno aspiración y otro no, sino también 737 II, IX | hacían. El excelentísimo astrólogo y cosmógrafo Ptolomeo y 738 IV, IV | Lusitania, y, sobre todo, las Asturias, de donde refiere que se 739 1, XI | tienen los hombres sabios y astutos. Veía que ya en su tiempo 740 V, IX | grande música de bocinas y atabales, hasta llegar al templo, 741 V, XXVII | otro de la ropa de él, y atábalos, haciendo un ñudo, y, así 742 V, XXIV | tomaban unas sogas gruesas, atábanlas a los asideros de las andas, 743 IV, XIII | que traen caballos, como atahonas, y otros que se mueven con 744 1, IX | grandeza del mar que la ataja.~ ~Hasta aquí no hay más 745 1, VIII | escribe: 54 Los mares que atajan la tierra nos quitan de 746 1, XVI | Primeramente parece que podríamos atajar razones con decir que de 747 1, IX | se juntan entre sí, por atajarlas el gran mar océano. En esto 748 7, V | Allí el ídolo les mandó que atajasen un río muy grande, de suerte 749 IV, XXXVII | los más altos edificios atalayan para hacer presa. Los pollos 750 7, XXVI | salirse una noche a cencerros atapados, y habiendo hecho unas puentes 751 7, X | del casamiento, que era atar un canto de la capa del 752 V, XXVI | cortarles el cabello y en atarles palillos a los cuellos y 753 V, XXIX | atambor; y todos los señores ataviados con las insignias que los 754 V, XX | labradas de negro. Con este atavío se revestía en la misma 755 6, I | como fueron la romana y la ateniense, vemos ignorancias dignas 756 II, III | mismos pasos, y miremos atentamente los principios, en donde 757 7, XX | Estuvo el rey Motezuma muy atento a este razonamiento, el 758 V, XX | manos untados de negro muy atezado; los cinco traían unas cabelleras 759 V, XXVI | que parecían negros muy atezados, y ésta era su ordinaria 760 III, XXI | como son los cerros de Ático y Arequipa. Ítem, haber 761 V, V | los siervos de Dios, que atienden a su enseñanza y salvación, 762 1, IX | Europa. Y cuanto a esto, bien atinada anduvo la conjetura de Aristóteles. 763 IV, XI | pierden los hombres, y no atinan a salir. Mas ni se cuidaban 764 III, II | extrañas de vientos, yo no atino a otra, sino que el eficiente, 765 1, XII | aquella grande isla, llamada Atlantis, la cual excedía en grandeza 766 II, VI | el lodo de los pantanos y atolladeros por infinitas partes no 767 7, XXIII | quedó tan melancólico y atónito, que no sabía de sí. El 768 1, XXI | también grandes, quedaron atónitos: y como nunca pudieron pensar 769 IV, XII | muchas las veces que la atormentan hasta dejalla pura y fina. 770 7, XXIII | Dios. Así apareciéndose, y atormentando a la mujer de Pilato, le 771 7, XXIII | pérdida de su reino, y le atormentasen con pronósticos nunca vistos, 772 III, XXV | tienen de qué manar, porque atraen así la materia de el agua; 773 7, XVIII | acometieron, fingió huir hasta atraerlos a una emboscada, donde tenía 774 III, XXIII | las Filipinas le llevan atrasado. Acaeció al Padre Alonso 775 III, XXIII | siempre perdiendo día o atrasándose, porque el sol les va saliendo 776 III, XV | herían el pescado; y así atravesado lo sacaban arriba, que cierto 777 III, VIII | de Nueva España: cuando atravesamos el golfo, como íbamos muy 778 IV, VIII | desde un lado del cerro, atravesándole hasta llegar a las vetas. 779 7, XV | hiciesen una gran calzada, que atravesase desde Méjico a Suchimilco, 780 1, XIII | mar; y no es verosímil que atravesasen todo el mundo para venir 781 III, V | que entre estos cuatro se atraviesan, al sueste dicen jiroque, 782 1, XI | ya cualquier barca se atreve:~ ~todo viaje es ya breve~ ~ 783 V, XXVI | de secreto, porque no se atreven descubiertamente a usar 784 7, XXVIII | pedrada, y con la flecha, atrévense los bárbaros, y éntranse 785 7, VIII | y los enemigos no se les atreverían tanto.~ ~Puestos en eligir 786 6, XII | de maíz de su vecino se atrevían.~ ~Tenían por máxima estos 787 1, XXIII | naciones de indios bravísimos y atrevidísimos, haylas muy botas y groseras 788 7, XXIV | peleasen con ellos, y no se atreviendo los indios, los denostaron 789 V, XV | precedido algún delito, no se atreviera el ratón o murciélago a 790 1, XXIV | y muy arrojado el que se atreviere a prometer lo cierto de 791 7, XIV | les pidieron perdón del atrevimiento que habían tenido en tratarles 792 V, XVIII | humedad del tiempo, y ellos atribuíanlo a sus sacrificios, y no 793 1, XIX | negocio tan grande no se atribuya a otro autor, sino a Dios), 794 7, XXVIII | y si no llegue y pruebe. Atribúyase la gloria a quien se debe, 795 1, III | sustancia que Aristóteles atribuye al cielo, no está bien San 796 7, XXVI | segunda acequia, de heridos y atropellados cayeron muertos más de trescientos, 797 III, XV | costa de Chile, aunque el atún que yo he visto traído de 798 III, XV | tierra de Chile las hay. Atunes hay algunos, aunque raros, 799 V, XXVIII | responde a junio, se llama Aucaycuzqui Intiraymi, y en él se hacía 800 6, XXV | había otros consejos y audiencias, y dicen hombres expertos 801 III, II | vult spirat: et vocem ejus audis: et nescis unde venit aut 802 7, XXVIII | Siete Revueltas, 1590.~ ~Aug. lib. 2, de conc. Evang., 803 1, XV(84) | Ludovicus Leon, Augustinianus, in Commentar, super Abdiam.~ ~ 804 7, XVI | acaeció oír dos búhos dando aullidos tristes el uno al otro, 805 V, VIII | flautas y atambores, lo cual aumentaba mucho el llanto de los vasallos 806 V, VIII | dicho, y pegábanle fuego, aumentándolo siempre con maderos resinosos 807 IV, XXXVII | sino a un ternero. Las auras que llaman, y otros las 808 1, XI | la Malaca, que llamaban Aurea Chersoneso? Y al cabo de 809 IV, IV | dice Job: 150 Glebae illius aurum, aunque acaece haberlos, 810 1, II | Europa, y estotro antártico o austral - de que duda Agustino 13 -, 811 III, VI | cometa de los que estaban más australes, como son los del Perú. 812 Ded | Isabel Clara Eugenia de Austria~ ~SEÑORA~ ~Habiéndome, la 813 III, II | audis: et nescis unde venit aut quo vadat. El espíritu o 814 7, XV | rendían al fin, que fué un auto y ceremonia de guerra, sin 815 1, IV | del cielo, no de qué autoridades de la Escritura se haya 816 6, XXVIII | baile que tenían por tan autorizado, que entraban a veces en 817 7, XXIII | otros la misma relación, autorizando aquellos pronósticos. Los 818 IV, XXXIV | el un orbe se continúa y avecina al otro, hayan penetrado, 819 1, XX | continúan, o a lo menos se avecinan y allegan mucho. Hasta ahora, 820 IV, XXXI | escasamente. Almendra y nuez y avellana va de España para gente 821 IV, XLII | unas son pequeñas, como avellanas, y aun menores; otras, como 822 6, VIII | Padrenuestro, y con otra el Avemaría, y con otra el Credo, y 823 IV, XV | muy diferente. Unas llaman Avemarías, por ser como cuentos pequeños 824 6, XV | demás que cada provincia se aventajaba, y esto fuera del tributo 825 1, XXV | en fuerza y habilidad se aventajaban a los demás, comenzaron 826 IV, XXIX | España, y es, sin duda, aventajada aquella provincia en estas 827 1, V | se hallan: en lo cual se aventajan comúnmente los portugueses, 828 6, XII | procurando cada uno de los Ingas aventajar su casa y tesoro al de sus 829 V, XX | sus hijos los del Perú se aventajaron a los de Méjico, porque 830 7, XII | gente, teniendo por mejor aventurar la vida de su sobrino que 831 II, X | cuando por experiencia se averigua alguna cosa que era fuera 832 6, VIII | con sus cuentas menudas y averiguadas, pidiendo, que en tal pueblo, 833 V, XXV | los Ichúris o confesores averiguan, o por suertes, mirando 834 III, XXV | murió, y fué a acabar de averiguarlo allá. Yo, de más afuera 835 V, XXXI | relaciones largas de lo que averiguaron, y aun los Concilios Provinciales 836 IV, XXXV | Indias muy pesadas, como avestruces, que se hallan en el Perú, 837 II, IX | insigne filósofo y médico Avicena atinaron harto mejor, pues 838 7, XIII | amigos, hízoles una muy avisada y ardiente plática, con 839 6, XXVII | quien continuamente eran avisados y amonestados a ser virtuosos 840 7, IV | los sucesos de su camino, avisándoles lo que les había de suceder, 841 7, XXIV | cualquier cosa que hubiese le avisasen.~ ~Al año siguiente, que 842 7, XII | buenas armas. Y con esto le avisó no volviese a salir por 843 1, XX | producen ranas y ratones, y avispas y otros animales imperfectos. 844 II, I | gran razón despiertan y avivan los entendimientos para 845 1, XV | Escrituras. Isaías dice: 85 ¡Ay de las alas de las naos 846 V, XXVIII | octubre.~ ~El último se llama Ayamara, en el cual se sacrificaban 847 7, X | dió una hija suya llamada Ayauchigual, a la cual llevaron con 848 II, VI | buscando hoy adonde estaban ayer, no hallarse rastro de ellos, 849 6, XIII | pueblos y parcialidades y ayllos o linajes. Para la razón 850 V, XXVIII | muy semejante, que llaman Ayma, con vestiduras que tienen 851 7, XXI | anciano de gran autoridad, ayo suyo, que lo había criado, 852 6, XXVII | allí, los cuales tenían ayos y maestros que les enseñaban 853 IV, XII | abreviar el tiempo, el fuego ayudaba mucho a que el azogue tomase 854 Ded | las gentes de ellos más ayudadas y favorecidas de estas de 855 IV, XXXIX | columpiándose, el primero, ayudado de la fuerza de los otros, 856 Prom | de los indios, ellos sean ayudados a conseguir y permanecer 857 7, IX | aceptar el tributo, que él le ayudaría y todo sería fácil. Fue 858 7, XXV | hacerles daño, antes les ayudarían lo que pudiesen. Este razonamiento 859 III, XVIII | empellones a la balsa para ayudarla. Pasados, toman a cuestas 860 7, XVII | suyos estaban allí para ayudarle a llevar la carga, como 861 6, I | policía de los indios es ayudarlos y regirlos por ellas mismas, 862 IV, XXVII | menester algo de piedad, que ayude a parecer aquello; pero 863 6, XII | tengas en quietud, y nos ayudes en nuestras guerras, y conserves 864 V, XXIX | sacerdotes, los cuales habían ayunado cinco días arreo, comiendo 865 V, XVII | les tuviesen por grandes ayunadores y muy penitentes.~ ~Usaban 866 III, XXIII | cuentan a dos; y los unos ayunan sábado santo, y los otros 867 V, XXVIII | vueltas con atambores, y el ayuno que precede y borrachera 868 7, IX | cabeza era la ciudad de Azcapulco, a los cuales pagaban tributo, 869 7, XII | diciendo: ¡Ah Tepanecas! ¡Ah Azcapuzalcas, qué mal hacéis vuestro 870 7, X | vivían oprimidos de los Azcapuzalcos, y, acabada, todos le saludaron 871 1, XXII | entretejido de oro, plata y azófar? Y al cabo el donoso remate 872 IV, XII | que destapan las ollas, se azogan y mueren, o quedan muy maltratadas, 873 V, XXVIII | horadaban las orejas y les azotaban con hondas los viejos y 874 V, XXV | está dicho, los había de azotar con ciertas ortigas algún 875 V, XVII | pecados hacían penitencia de azotarse con unas ortigas muy ásperas; 876 7, XXVI | principal a lo alto de una azotea, amparados con las rodelas 877 IV, XXVII | clavos y la columna y los azotes y la corona de espinas y 878 IV, XXVII | son grandes, mayores que azucenas y a modo de campanillas, 879 III, XXIV | sacado alcrebite o piedra azufre para hacer pólvora. Cortés 880 IV, XXIII | tiempo cada día sacan algunas azumbres de ello. Hay este árbol 881 V, XVII | como los falsos profetas de Baal, 227 que con lancetas se 882 1, XX | relató haber visto los Bacallaos correr hasta los fines cuasi 883 1, XVII | buena gana preguntaría a los bachilleres que presumen de saberlo 884 V, IX | Tenía en la mano derecha un báculo labrado a manera de culebra, 885 IV, XII | así fundido lo ponen en badanas, porque en cuero se puede 886 7, XXVIII | con la vida, perdido el bagaje, y caballos cuasi todos.~ ~ 887 III, XII | Ítem, refería que en cierta bahía grande que hay en la Florida, 888 V, XXX | si se entristecía o si bailaba con el contento que solía; 889 6, XV | de los Chumbibilcas, con bailadores, y así en lo demás que cada 890 6, XXVIII | dejan que todavía dancen y bailen a su modo. Tañen diversos 891 III, IX | cuatro horas, hasta que bajamos bien abajo y llegamos a 892 III, X | del sur, porque por ella bajaron hasta pasar la línea, y, 893 7, XXII | de señores; y si había de bajarse, le ponían una alfombra 894 1, XXI | las velas tendidas y los bajeles también grandes, quedaron 895 IV, XII | menester que los plateros la bajen de ley echándole liga o 896 1, XXII | navegarse, por los muchos bajíos de peñas, y arrecifes, y 897 7, XXV | Al tiempo de encontrarse bajó el Motezuma, y ambos se 898 7, XXIII | pecadores, como Nabucodonosor y Balam y la pitonisa de Saúl. Y 899 III, X | haber sido un Vasco Núñez de Balboa; descubrióse por lo que 900 IV, XLI | tampoco en cebada, sino que de balde sirve a sus amos, contentándose 901 III, XV | muchos, y cada uno en su balsilla caballero, o sentado a porfía 902 7, VI | y juncias hicieron unas balsillas, en que pasaron; en fin, 903 1, III | medio del aire no se cae, ni bambalea, es porque tiene seguros 904 1, III | estabilidad y firmeza, sin que bambalee ni se trastorne para siempre 905 V, XX | del templo, las cuales se bañaban en sangre; lo cual para 906 III, IX | las mismas entrañas, y las bañamos con él. Y así no hay cosa 907 V, XVII | cual se untaban las sienes, bañando con la demás sangre las 908 V, XXVI | huesezuelos de culebras, que se bañasen a tal y tal hora, que velasen 909 1, XX | como lo es, que el diluvio bañó toda la tierra, tratándolo 910 7, XVI | tales elecciones grandes banquetes y bailes, y mucha cosa de 911 7, XXVII | ella españoles y indios baptizados en mucha cuantidad.~ ~La 912 7, XXVII | predicadores que le enseñasen y baptizasen; y la misma provincia se 913 V, XIII | como son maíz, chicha, baquiano, chapetón y otros tales.~ ~ 914 III, IX | dan allá los que llaman baquianos o pláticos; y con toda mi 915 IV, XXXIII | es comúnmente abundante y barata por allá; y los demás provechos 916 IV, XXXIII | hay abundancia, les es más barato que aceite, aunque no es 917 V, XX | labio, junto al medio de la barba, una pieza como cañutillo 918 1, XXIV | camino vino a haber una barbaridad infinita en el nuevo mundo.~ ~ ~ ~ 919 6, XXVIII | don Pedro de Aragón con el barbero de Valencia. Hacíase este 920 1, XI | proceloso~ ~ya cualquier barca se atreve:~ ~todo viaje 921 IV, XXIX | emplastos y los otros para barniz de sus imágenes. Para medicina 922 7, XV | eran éstos muy diestros en barquear la laguna, y parecióles 923 6, XVI | y pintores, y olleros, y barqueros, y contadores, y tañedores; 924 III, XV | meterse en una canoa, o barquilla, que es como una artesa, 925 III, XXVI | grandísimo de una altísima barranca cerca de un pueblo llamado 926 IV, X | otro metal luego las pasa y barrena, y toda otra materia penetra 927 V, XIII | gruesos y estaban todos barrenados con unos agujeros pequeños; 928 IV, VIII | profundo, por tan grande trecho barrenando los montes a luz de candelas, 929 IV, IV | barro se cae de las bateas o barreñas, y el oro, como de más peso, 930 IV, X | livianos. Yo he visto en un barreño de azogue echar dos libras 931 V, XV | ejercicio que tenían era regar y barrer el templo y hacer cada mañana 932 IV, VIII | comúnmente, y sácanlo a golpes de barreta quebrantándole, que es quebrar 933 IV, IV | o fundido, hacen tejos o barretas para traerlo a España, porque 934 V, XVI | lumbre y los vestimentos; barrían los lugares sagrados; traían 935 6, XXVIII | atambor y otro de forma de barril hecho de una pieza, hueco 936 III, IV(128)| Juan de Barros en la Década 1, lib. 4, 937 V, I | teniendo por lo menos grandes barruntos de que fuese Hijo de Dios. ¿ 938 1, III | cimiento están aseguradas sus bases? Finalmente, para que se 939 V, XXVI | tenían tanta autoridad que bastaba decirles ellos cualquiera 940 1, V | advertirán con más cuidado; bástenos por ahora esto poco que 941 7, XXIII | muchísima gente con agua, y nada bastó, hasta que se consumió todo: 942 IV, XII | que golpean la piedra como batanes, y después de bien molido 943 1, III | furioso, y está sin cesar batiendo las peñas, y como bramando 944 IV, IV | es cosa de maravilla. Los batihojas y tiradores saben bien la 945 V, XXVII | mejicanos tenían también sus bautismos con esta ceremonia, y es 946 6, XVIII | manceba, hacen casar al indio bautizado con la manceba, dejando 947 6, XVIII | han pretendido decir que, bautizándose marido y mujer, aunque fuesen 948 6, XXIII | Guaynacapa, hijo de Paulo, que se bautizó y favoreció siempre la parte 949 IV, XXXIX | son negros del todo, otros bayos, otros pardos, otros manchados 950 1, VI | Dominica, y las Vírgenes, y la Beata, y las demás. Y éstas van 951 IV, XXXIX | es más, con ser muy buen bebedor de vino (como yo se lo vi 952 IV, XXVI | todo lo que está dentro, y bébenlo por regalo y para refrescar 953 V, XXIV | tenían uso de razón, que no bebiesen agua, porque vendría la 954 V, VII | aun refiere el venerable Beda, que usaban los Anglos antes 955 V, XVII | y como los que al sucio Beelfegor sacrificaban sus hijos e 956 6, XI | absolutos, sino viven en behetría, y solamente para ciertas 957 6, XIV | puentes que usaban eran de bejucos, o juncos tejidos y con 958 V, XV | sacerdotes, como los de Bel, que cuenta Daniel. 224~ ~ 959 7, XXVI | Motezuma que se fuese para bellaco, pues había sido tan cobarde, 960 IV, XXXVII | estercolada, y da aquella belleza de fruta. De manera que 961 7, XXIII | Josefo, en los libros de Bello Judaico, cuenta muchos y 962 IV, XXXI | fruta basta y grosera faltan bellotas y castañas, que no se han 963 V, XXIV | aquel ídolo.~ ~Acabada la bendición y ceremonia de aquellos 964 V, X | enfermos para que los sanase y bendijese, y en todo le dejaban hacer 965 7, XXVIII | cristianos; sea el sumo Señor bendito por sus grandes misericordias 966 V, XXIV | ellos, con lo cual quedaban benditos y consagrados por carne 967 IV, XI | sellado a Roma, y allá lo beneficiaban y llevaban cada año de España, 968 6, XV | hasta tiempo de necesidad. Beneficiábanse estas tierras del Inga después 969 IV, XII | quintales al año, de cuyas lamas beneficiadas se sacarán más de dos mil 970 IV, XXII | temples fríos a cultivalla y beneficialla y traella. Así hubo grandes 971 6, XVI | sabían labrar la tierra y beneficiarla, sin alquilar otros obreros. 972 IV, IV | peso, hace asiento abajo. Benefíciase también con azogue; también 973 IV, III | hay mucho, no hay quien lo beneficie. Mas porque la riqueza de 974 III, XXII | falta de naturales que lo beneficien. En estas islas estuve menos 975 7, XXIV | tratar por él con gran amor y benevolencia (que en esto, como en otras 976 7, XII | manto, y en el frescor de tu benignidad. Y a este tono otras muchas 977 II, II | la Etiopía a la África y Berbería, y éstas al Andalucía, y 978 IV, XXXI | perejil, nabos, canarias, berenjenas, escarolas, acelgas, espinacas, 979 III, XI | certificarse más echaron el bergantín, el cual, habiendo corrido 980 7, VII | porque no venía blanca, sino bermeja, como de sangre; y partiéndose 981 IV, XXXIV | allá yo he visto no son bermejos, ni tienen aquellas vedijas 982 1, XXI | otras islas, como es la Bermuda, hállase ser falta de hombres 983 V, III | atribuyeron deidad a Paulo y a Bernabé, llamando al uno Júpiter 984 V, IX | y sobre él una cresta y berrugas, con unas rengleras de dientes 985 IV, XVII | mismo tiempo uno está en berza, otro en espiga, otro brota; 986 IV, XXXI | suertes, como son lechugas, berzas, rábanos, cebollas, ajos, 987 V, IV | con los labios, como quien besa, y pedir lo que cada uno 988 V, V | nombre llallahuas, y las besan y las adoran. Adoran también 989 V, IV | abriendo las manos y como besando, en alguna manera es semejante 990 7, XV | animados, abrazándoles y besándoles el rey, y sus deudos y parientes 991 V, IV | idólatras, diciendo: 208 Si besé mis manos con mi boca mirando 992 1, IV | que enseñó a su maestro Beseleél. 35 Ni hay para qué buscar 993 V, III | evangélicos, por bárbaras y bestiales que sean las naciones a 994 7, II | de las montañas, viviendo bestialmente sin ninguna policía, desnudos 995 III, XV | suben de la mar a los ríos. Besugos, ni truchas, no las he visto; 996 7, XXVIII | Francisco; fray Domingo de Betanzos, de Santo Domingo; fray 997 1, XV(83) | catholicum Reg. in 5. tom. sac. Bibl. Zumárraga inHispanica historia.~ ~ 998 7, XIX | historias, y las declaraba al bibliotecario de Su Santidad, que en extremo 999 1, I(7) | Sixtus Senensis, lib. 5. Biblioth, annot. 3~ ~ 1000 IV, XVI | de su harina con azúcar, bicochuelos y melindres que llaman.~ ~


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